Consultar ensayos de calidad


Matanza de acteal, antecedentes, matanza de acteal los hechos, forma de operación de los paramilitares



BOLETÍN DE PRENSA, 30 de Diciembre de 1997
La Masacre de Acteal Chenalhó Chiapas.

La masacre de 45 indígenas perpetrada el pasado 22 de diciembre de 1997 en
la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó por un grupo paramilitar
vinculado con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) contó con la
aquiescencia de las autoridades esta tales y federales. Con base en
testimonios recabados por los miembros de la Red Nacional de Organismos
Civiles de Derechos Humanos 'Todos los derechos para todos' en el lugar de
los hechos denunciamos:
Las autoridades estatales no ignoraban la organización y presencia de los
grupos paramilitares. Diversas denuncias y el cuestionamiento público sobre la
organización de estos grupos no fue información que desconociera el


gobernador Ruiz Ferro. Cabe señala r que el pasado 2 de diciembre varios
miembros de organizaciones civiles de derechos humanos sostuvimos una
reunión con el gobernador, secretario y subsecretario de Gobierno y procurador
de Justicia del Estado para solicitar atención inmediata para los de splazados
en Chenalhó, Tila y Sabanilla por razones humanitarias y sobre todo de
seguridad, de igual forma la solución de los problemas sociales y políticos a
través de los Acuerdos de San Andrés, y la disolución de los grupos
paramilitares. El gobernador negó la presencia de los grupos paramilitares y
dijo que el único grupo armado era el EZLN protegido por la Ley de Concordia
y Pacificación, por lo que no era de su competencia el desarme.
El EZLN es ungrupo reconocido por el gobierno mexicano con quien firmó los Acuerdos de
San Andrés los cuales no han sido implementados por la negativa del Gobierno
Federal.
En esta reunión advertimos que el ambiente era hostil y de no atender y
desarmar a los grupos paramilitares tendríamos situaciones como la vivida en
Centroamerica en años pasados. El informe de la Misión Civil Nacional e
Internacional de Observación fue d ifundido el día 4 de diciembre donde
registrabamos la situación de los desplazados con cerca de 1,500 indígenas de
las comunidades de Quextic, Tzajalucum y Chimix. Los indígenas de estas
comunidades habían sido agredidos por grupos priístas quemando sus c asas y
robando sus pertenencias por lo que tuvieron que huir.

Para el día 30 de diciembre se habían conformado dos grandes campamentos
de desplazados en Polhó y Xoyep, el primero con aproximadamente 4,500 y el
otro con mas de 1,300 indígenas.
Con base en los testimonios recabados por la Red 'todos los derechos para
todos' destacamos que varios de ellos coinciden que el día de la masacre
llegaron casi todos los agresores vestidos de negro y azul obscuro portando
armas de alto calibre, quienes s alieron de cuatro puntos distintos para rodear
la comunidad de Acteal.
Otros indican que un día antes de la masacre en la comunidad de Quextic
llegaron un grupo de hombres armados de la comunidad de Los Chorros con
las siguientes características: cabello con casquete corto, radios de
comunicación, cuchillos, cuernos de chiv o, AK47. Uno de loshombres vestía
un pantalón negro bombacho con bolsas laterales llenas de balas. El grupo
armado obligó bajo amenaza de muerte a varios de los indígenas a robar las
pertenencias que se encontraban en mas de 50 casas.
Por la tarde de es e día
hubo varios disparos en la comunidad y mas tarde reunieron a los indígenas
identificados con el PRI indicandoles que al otro día tenían que 'desayunar
bien' por que estaban planeando entrar a Acteal. También dieron la orden a los
indígenas que habí an sido obligados a robar que al día siguiente los
acompañaran a Acteal para que recogieran todo lo que encontraran.
Los testigos, también señalan la saña con la que actuaron los asesinos al
ultrajar los cuerpos de varias mujeres indígenas ya muertas, incluso a una de
ellas
le introdujeron un palo en la vagina. Esta saña sólo puede explicarse con
las hipótesis de que lo s hombres estaban bajo los efectos de alguna droga o
bien son hombres que fueron capacitados por mucho tiempo para poder tal
atrocidad.
Cabe señalar que en el lugar de los hechos se encontró uniformes y un
sombrero nuevo con etiqueta de fabricación en Los Estados Unidos similar al
que usan los elementos del agrupamiento Fuerza y Reacción bajo el mando de
la Seguridad Pública, cuyo comanda nte es el general Jorge Gamboa Solís.
Al mismo tiempo que ocurría la masacre la Cruz Roja fue objeto de la
destrucción del aparato de comunicación por radio ubicado en Sontehuitz
municipio de San Cristóbal.
Quedan muchas interrogantes que deberan serdespejadas durante las
investigaciones que estan realizando tanto la Procuraduría General de la
República como la Comisión Nacional de Derechos Humanos, por ejemplo
¿Por qué la tardanza de las autoridades estatales para llegar al lugar de los
hechos?
¿Por qué recogieron los cuerpos durante la madrugada, sin esperar al
amanecer para contar con mas elementos para la investigación?
¿Quién dio fe ministerial de los lesionados y del levantamiento de los
cadaveres?
¿Las necropcias fueron realizadas con el equipo y personal calificado de tal
forma que se encuentren evidencias del ultraje y del tipo de proyectiles que
usaron para asesinar a los indígenas?
La Red 'Todos los derechos para todos' integrada por 48 organizaciones exige
ante la masacre cometida por las autoridades por acción u omisión violan do
los mas elementales derechos consagrados en la Constitución Mexicana así
como los pactos y convenios i nternacionales:
A) Investigación exhaustiva y pronta ante la grave de los hechos. Que la
Procuraduría General de la República cumpla con su cometido y envíe agentes
del Ministerio Público a Polhó para tomar las declaraciones de los
sobrevivientes. El día de hoy los indí genas que iban a declarar no lo hicieron
por no haber un Ministerio Público ante la promesa de que llegaría.
B) Investigación y recomendación de la CNDH sobre la masacre sin exonerar a
ningún funcionario público que este involucrado De igual forma emitir otra
recomendación para desarmar a los distintos grupos paramilitares que actúancon toda libertad en el es tado de Chiapas.
C) Exigimos al Presidente Zedillo el cumplimiento cabal de las garantías
individuales y colectivas de toda la población indígena, de acuerdo a lo
establecido en los instrumentos internacionales.
Las autoridades federales y la Comisión Nacional de Derechos Humanos no
deben incurrir en el encubrimiento de la impunidad. No queremos mas
masacres como en Aguas Blancas y Acteal en la Zona Norte de Chiapas.
Advertimos que indígenas de la comunidad de L imar del municipio de Tila nos
han denunciado amenazas por parte del grupo Paz y Justicia quienes señalan
que 'si los priístas de Chenalhó hicieron la masacre por qué ellos no'.
-------- ----- ------ ----- ----- ------
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.


|

Las mujeres en Chiapas, a tres años de la matanza de Acteal          

   Pese a la miseria y alto riesgo en que viven las familias        desplazadas, las mujeres recrean el sentido de comunidad.Gaspar Morquecho, 'La Jornada' (México 4 de Diciembre de 2000) San Cristóbal de las Casas, Chiapas.- Estamos a unas semanas del tercer aniversario de la masacre en Acteal. Mujeres y niños -en su mayoría- fueron brutalmente asesinados por los paramilitares que siguen operando impunemente en el municipio de San Pedro Chenalhó bajo la protección de las autoridades y fuerzas represivas gubernamentales. 

Antes de la declaración de guerra zapatista, los pueblos, las comunidades y las familias habían optado por diferentes proyectospolíticos e ideológicos. Los referentes mas importantes fueron el EZLN, la iglesia de Samuel Ruiz y el Pri-gobierno. Si bien, la guerra en el 94 modificó sustancialmente la vida cotidiana de los indios en Chiapas, en Chenalhó, la masacre de Acteal y el terror de las bandas paramilitares vinieron a trastrocar a fondo la vida de los dolientes cercanos y de miles de indios e indias que se encuentran sobreviviendo en los campamentos de desplazados desde hace tres años. 

En Chenalhó, las familias pedranas se habían recreado en sus parajes de origen. En medio de fuertes diferencias económicas, políticas, religiosas o familiares que derivaron en enfrentamientos violentos, pero también en la comunión de su identidad comunitaria. En sus fiestas y tradiciones. En lo perverso y generoso de los 'usos y costumbres'. En el entorno de la comunidad y sus colindancias. En las relaciones con el vecino y vecina. Con el abuelo, la abuela, el compadre, la comadre. En el entorno de su casa, su predio, su parcela, su milpa, su cafetal y lo que toca a sus animales. En los dones del medio ambiente con sus colores, relieves, aromas y sabores dentro y fuera del hogar. En el trabajo del campo y del hogar. En la vida de pareja y la procreación y cuidado de sus hijos e hijas. Todo, generador de una concepción del mundo, de emociones y sentimientos que compensaban de alguna manera la dura vida en el campo y sus privaciones.

La matanza de Acteal quebró casi todo esto. Acabaron con la vida de hombres, mujeres y niñas/os y a las/ossobrevivientes les privaron de sus espacios, dinamicas y bienes vitales.

Antes de la masacre, a las mujeres de varias comunidades les tocó resistir solas -los varones habían huido -, el asedio de los grupos paramilitares. Hombres de su mismo pueblo, 'de la misma sangre y de la misma carne' -como dicen ellas -, que llegaron a violentar sus hogares en busca de los maridos para que abandonaran la organización de Las Abejas. 

La amenaza de muerte era directa y con las armas por delante. 'Si los hombres y mujeres no quieren morir entren en el PRI', decían, mientras el cañón de un rifle apuntaba en la boca de un pequeño que lloraba o un perro era muerto a tiros en La puerta de la casa.'Eran muchos, jóvenes y ya hombres'. Todos armados: 'Afuera de la casa bailaban como guajolotes', recordaron las mujeres de Canolal refugiadas en el CIDECI de San Cristóbal de Las Casas. 

En su desesperación y temor de morir o ver muertos a sus familiares aceptaron las condiciones y pasaron a ser rehenes de las bandas armadas priístas. Les impusieron como cuota de ingreso hasta 600 pesos por persona. Les siguieron las cuotas periódicas de 20 ó 30 pesos, de maíz, frijol, pozol, tostadas y tortillas. Les impidieron salir de la comunidad y vieron como obligaban a los hombres al saqueo. Los priístas iban por delante. Robaron café, animales; saquearon y destruyeron viviendas de las familias que temerosas huían. En esas condiciones vivieron la matanza.
 
Después del crimen, estas mujeres se decidieron por el doloroso abandono detodo. En febrero de 1998 dejaron su comunidad. En Acteal, como cada día 22 de cada mes, la comunidad celebró una misa en memoria de los hombres, mujeres y niñas/os que fueron asesinados hace casi tres años Ahí jóvenes mujeres nos dieron su testimonio. Alguna de ellas sobreviviente de la masacre y en la que dieron muerte su padre y a su madre.

Triste comentó: 'ya no estoy completa'. Sin embargo, con dignidad manifestó estar clara de la situación por la que estan pasando. Tienen temor pero ahí estan.  Ellas se refirieron con insistencia a los riesgos que estan viviendo a causa del fracasado operativo de la PGR, el 13 de noviembre, en contra de los paramilitares radicados en Los Chorros. 

Se han incrementado los rumores de ataques armados a los asentamientos y el temor se ha acentuado en la población desplazada. Ademas, los paramilitares pregonan que Las Abejas se estan armando para la venganza. Como se recordara, hace un mes, mas de doscientas personas se habían reubicado en Yibeljoj, tierra de paramilitares. El operativo de la PGR les ha creado una situación de alto riesgo.
 
A diferencia de las/los desplazadas/os bases de apoyo zapatistas y que se han ubicado en varios campamentos en torno a la comunidad de Polhó, Las Abejas tienen como uno de sus objetivos inmediatos el retorno a sus comunidades de origen. Cada aniversario de la masacre, es para ellos un momento propicio para el retorno. Los resultados del operativo de la PGR frustraron sus planes.

Las mujeres desplazadas que viven en campamentosubicados en el municipio de Chenalhó como las que se encuentran en San Cristóbal de Las Casas, coinciden en que la vida cambió para ellas. Fueron obligadas a abandonar su comunidad.

Alla quedó la casa, la milpa, la huerta, el cafetal, los frutales, sus animales. Sus actividades se redujeron, como el espacio que puede ofrecer el hacinamiento del campamento y la alimentación al tamaño y variedad que la solidaridad puede ofrecer, mas lo que pueden obtener directamente de la recuperación riesgosa de algo de cosecha en sus cafetales, de los cultivos en colectivo y de la venta de sus bordados. No tienen libertad de movimiento. Estan en alerta permanente. Rodeadas por militares y acosadas por los paramilitares. Seguramente es mas penosa la vida de las mujeres que se han refugiado en San Cristóbal. Ciudad y ladina. Tierra fría. Espacios cerrados. Para sobrevivir dependen absolutamente de la solidaridad. Ellas dicen: 'Los hombres y las mujeres nos pasamos sentadas el día, sin trabajo, sin dinero. Un día triste otro alegre. Alla quedó todo. Alla acabó todo'. Saben que en San Cristóbal se libran de los paramilitares y reconocen que las mujeres de los campamentos en Chenalhó viven en permanente peligro.

En medio de toda esta violencia, las mujeres no han sido derrotadas. Al contrario. En las comunidades son valoradas por el papel que han jugado antes y después de Acteal. Su participación en la organización, producción, como promotoras de salud, en el movimiento catequístico y visión política se ha incrementado. En las condiciones que privan en los campamentos participan activamente en la recreación de la familia y del sentido de comunidad. Para ellas, la dimensión religiosa es un fuerte asidero. Ahí encuentran la palabra para tratar de entender, entenderse. Fuerza para el consuelo, la resistencia pacífica y la lucha. Quizas por esto mencionan a Acteal como 'tierra sagrada' y veneran a la Virgen de la Masacre. A la oración, la reflexión política, a la organización y lucha cotidiana por la sobreviviencia, han incorporado en la celebración mensual los elementos vitalizadores de la música, la fiesta y el baile. Por eso se le ve alegres, arregladas, limpias cada 22 de cada mes en Acteal. 

Todo esto nos puede explicar el sentido de la peregrinación de Las Abejas que, acompañadas de choles y tzeltales, van al Distrito Federal en busca de la Guadalupana para rogarle por el retiro de los militares, el desarme de los paramilitares, el respeto a los acuerdos de San Andrés y por el pronto retorno a sus comunidades. La peregrinación partió de Acteal encabezada por dos mujeres que enarbolaban la bandera nacional. |



MATANZA DE ACTEAL
El 22 de diciembre de 1997 fueron asesinadas 45 indígenas en la comunidad de Acteal, en Chiapas. Las víctimas se encontraban en el interior de una iglesia, practicando el ayuno y rezando por la paz en Chiapas. Entre las personas muertas se encontraban 16 niños y adolescentes, 20 mujeres (7 embarazadas) y 9 hombres adultos.

La matanza fue ejecutada por paramilitares mientras erancubiertos y resguardados por policías.

* Para leer la información completa dé un clic sobre el título del post *
Para entender mejor el hecho, a continuación algunos antecedentes de la masacre y de las medidas de contrainsurgencia tomadas por el gobierno.

ANTECEDENTES
A mediados de junio de 1997 Chenalhó ya es un escenario de activa contrainsurgencia. La asignación de recursos oficiales, que fluyen en abundancia, esta detonando conflictos comunitarios. Como en otras comunidades, en Saclum y Matzeclum se amenaza con expulsar a las familias de los dos municipios autónomos que abarcan Chenalhó: Polhó y Magdalenas La Paz.
En la cabecera de San Pedro Chenalhó, un priísta de nombre Mariano (pidió omitir su apellido), poblador de Saclum, declaró: “Nos dijeron que iban a repartir el dinero, con la condición de que lo solicitaran todos de la comunidad. Les dijimos que los zapatistas no iban a aceptar, y nos repitieron que ‘todos’. Entonces preguntamos que qué hacíamos si no aceptaban, y nos dijeron ‘pues córranlos, o los obligan’” (La Jornada, 14 de junio*).

“Tenemos diferencias, sí, pero llevamos tres años viviendo desde que comenzó el problema de los zapatistas y sólo ahora, con la obligación para un programa del gobierno, nos obligan a pelear”, agregaba el hombre de Saclum, comunidad ubicada al oeste del municipio, en el extremo opuesto de la zona donde finalmente “prendió” la paramilitarización y en cuyo corazón geografico se encuentra Acteal. El edil Jacinto Arias Cruz había solicitado, en nombre de “todoel municipio”, la presencia de la policía. Mariano advirtió a La Jornada que al menos en Saclum no era así. “No queremos mas problemas entre hermanos”.

En Polhó, el consejo autónomo recordaba que antes, en Chenalhó, cuando había conflictos, “en vez de encender el fuego” lo aplacaban negociando (16 de junio). Las cosas cambiaron desde un año atras, cuando renunció el alcalde oficial Manuel Arias Pérez y lo sustituyó su secretario Jacinto Arias Cruz. Ahora, éste “es el que desbarata, insiste en que haya enfrentamiento”.

La caída del edil electo se debió al primer crimen contra zapatistas, cuando la noche del 19 al 20 de agosto de 1996 una turba de priístas ebrios “capturó” a seis jóvenes zapatistas en una posada de la cabecera municipal, los linchó y arrojó sus cuerpos en la sima de Chixiltón. Hubo tres detenidos por los asesinatos, que salieron libres tiempo después. También por entonces renunció, “por motivos personales”, el secretario estatal de Atención a los Pueblos Indios, el conocido escritor pedrano Jacinto Arias Pérez (homónimo del nuevo alcalde priísta y primo del anterior). Estaba inconforme con lo que pasaba y prefirió hacer mutis (Suplemento Masiosare, 28 de diciembre). Algo estaba pasando en San Pedro Chenalhó. El grupo oficialista dominante era desplazado por gente nueva, mas agresiva y desarraigada (como documentarían mas adelante Andrés Aubry y Angélica Inda en La Jornada).

En Yabteclum se saqueaban las casas de los desplazados zapatistas. El consejo de Polhó refirió el caso de FelipeGómez Gómez, priísta, quien en vez de participar en un ataque contra simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) “se quedó dormido” en su casa. “Les dio coraje a los del PRI que no obedeciera. Lo fueron allanar la casa del muchacho y lo llevaron preso a Chenalhó. Y (eso que) es uno de ellos” (17 de junio). Las explicaciones oficiales del conflicto por “fundamentalismo religioso” disfrazaban la realidad; se trataba de un nuevo fundamentalismo ejercido con el presupuesto.

Presiones contra Las Abejas
En tanto, Las Abejas denunciaron que los priístas los “presionaban” para votar por el partido oficial. En diversas reuniones pretendían obligarlos “a sacar sus credenciales” y volver al PRI. Yabteclum, el “pueblo viejo” del municipio, punto de encuentro entre autónomos y priístas, fue devorado por la marea contrainsurgente tras ser expulsado medio millar de zapatistas (18 de junio).

La militarización crecía en Ocosingo y Altamirano, con la llegada de 3 mil soldados mas (19 de junio) y la “guerra” del grupo paramilitar Paz y Justicia escalaba nuevamente en Tila y Sabanilla; en Emiliano Zapata y Shushupa, entre los días 22 y 24 fueron asesinados ocho simpatizantes zapatistas, y heridos muchos mas, luego de que Juan López Jiménez, dirigente de Paz y Justicia, fue asesinado en Pasija el día 15 (24, 26 y 27 de junio). Los simpatizantes del EZLN se encontraban sitiados por Paz y Justicia en 14 comunidades de Tila y Sabanilla y era inminente una nueva oleada de desplazados.

El día 26 elgobierno oficial de Chenalhó detuvo en Yabteclum a los simpatizantes zapatistas Fidencio Ruiz y Ernesto Gómez, responsabilizandolos de la desaparición de Manuel Takiumut, un mes atras. La aprehensión fue mientras se efectuaba allí mismo una reunión mas de acercamiento entre autónomos y priístas. “Estaban a punto de llegar a un acuerdo para que mas de mil desplazados pudieran retornar” cuando se dio la captura (27 de junio) y se interrumpió el dialogo. Una vez mas.

Protesta por falta de créditos
Un día después, la sociedad cooperativa de productores de Bajxulum envió una carta al gobierno federal anunciando que en 21 comunidades de Chenalhó sus socios no votarían el 6 de julio, “y menos por el PRI”, pues los productores no habían recibido los créditos ofrecidos y presumían que “alguien cobró” por ellos millón y medio de pesos. Argumentaron “falsas promesas, engaños y mentiras” (28 de junio). Versiones posteriores indicarían que ese dinero se destinó a la compra de armas.

El EZLN anunció, a su vez, que las comunidades rebeldes no votarían en protesta por la militarización, “el ambiente de guerra promovido por el gobierno y el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés”. El subcomandante Marcos escribió en un comunicado: “¿Con qué cara exigirles (a las comunidades) que voten si ni siquiera viven en condiciones normales? ¿Se les puede pedir que aparenten una normalidad ciudadana un día y regresen al terror cotidiano el resto del año?” (3 de julio).

En tanto, representantes de comunidades zapatistas de Chenalhóy San Andrés (dentro del municipio autónomo Magalenas La Paz) exigieron cancelar la formación de grupos paramilitares y el retiro del Ejército federal. Indígenas de las comunidades Atzamilhó, Saclum, Xux’chen, San Pedro Cotzinam y Aldama aseguraron que priístas armados “estan planeando y uniendo sus fuerzas para provocar enfrentamientos” (2 de julio).

Rebeldía y abstencionismo
La víspera de las elecciones marcharon en San Andrés 2 mil zapatistas anunciando que impedirían los comicios.
Realizaron un acto contra el gobernador Julio César Ruiz Ferro “por mantener una amplia campaña de desprestigio contra el EZLN” y “distorsionar” la información para enfrentar a los pueblos (6 de julio). Los desplazados de Tila, Sabanilla y Tumbala tampoco estaban en condiciones de sufragar.

El domingo 6 de julio, las elecciones federales en Chiapas registraron el mayor abstencionismo del país; no votó 65 por ciento y unas 600 casillas no fueron instaladas. Hubo quema o retiro de urnas en Chenalhó, San Andrés, Tenejapa, El Bosque, Ocosingo, Altamirano, Las Margaritas, Amatenango del Valle y Pantelhó, y en muchos otros municipios indígenas faltaron casillas y, sobre todo, votantes. En la zona norte, Paz y Justicia “controló” las elecciones para que sólo participaran los priístas. En Yabteclum (Chenalhó) fueron expulsados los observadores de Alianza Cívica, y “sólo votaron los del PRI” (7 de julio).

Agresión inminente
Poco después, el presidente municipal autónomo de San Andrés, Juan López Gonzalez, alertó sobre unaposible agresión de policías y grupos paramilitares cuyo centro de operaciones era Santiago el Pinar (10 de julio). En los caminos de los Altos se veían pintas como: “Somos Mascara Roja, si nos quieres conocer nos vemos en el infierno” y “Ya no estamos engañados, estamos para salir”.

Al otro día, la policía de Seguridad Pública detuvo en Santiago el Pinar, donde había un campamento del Ejército federal, a siete priístas armados (cuatro de ellos menores de edad) con pistolas 3.80 y 38 especial, así como cartuchos para AK-47 (cuerno de chivo) y otros calibres. Los detenidos participaban en un bloqueo carretero con otras 40 personas (11 de julio). Esto confirmaba las reiteradas acusaciones de la existencia de grupos civiles armados en San Andrés y Chenalhó, pero no tuvo ningún efecto.

Ante la situación en Chiapas, el EZLN inició una estrategia hacia fuera, para llamar la atención del país y del mundo de lo que sucedía en las comunidades. Las protestas a escala local eran ignoradas. El 21 de julio se levantó un plantón frente al palacio de gobierno en Tuxtla Gutiérrez, donde unos 300 representantes de los desplazados de la zona norte habían permanecido ¡87 días! demandando inútilmente al gobernador Ruiz Ferro el cese de la violencia para que los desplazados pudieran retornar a sus comunidades.

El EZLN anunció que del 25 de julio al 3 de agosto dos delegados suyos asistirían al segundo Encuentro Intercontinental (Intergalactico) en cinco localidades del Estado español. En agosto, los rebeldes anunciaron unamarcha de mil 111 bases zapatistas a la ciudad de México para septiembre, mientras otros dos delegados indígenas viajarían a Venecia y Roma. Estas iniciativas civiles frenarían pasajeramente la violencia paramilitar, la cual recrudecería brutalmente en la segunda mitad de septiembre. Pero aún faltaban los relampagos de agosto.
* Todas las fechas entre paréntesis corresponden a la publicación de las citas en La Jornada
fuente

A continuación una descripción de los hechos realizada por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, AC.

LOS HECHOS
El día de la Masacre

El 22 de diciembre de 1997, aproximadamente a las 10:30 horas, se encontraba parte de la comunidad de Acteal junto con los desplazados de las otras comunidades en la ermita católica orando para pedir por la paz en Chenalhó. La gran mayoría de los orantes llevaban tres días de ayuno. Los refugiados y habitantes de Acteal escucharon una gran cantidad de balazos provenientes de varias direcciones acercandose a la ermita. Según algunos testigos, un grupo numeroso de al menos 90 personas dispararon con armas de alto calibre y con balas expansivas contra los hombres, mujeres y niños desarmados. Los campesinos intentaron huir y esconderse en diversos lugares. Algunos tomaron la dirección del arroyo que atraviesa la comunidad por abajo pero encontraron otro grupo de paramilitares que avanzaba, otros huyeron rumbo a la escuela, otros mas se escondieron en la maleza cercana.

Cuentan testigos

Las balas se veían como agua. Mas abajitohay un lugar para esconderse. Ahí fuimos, pero se veían como los tiros pasaban, levantaban la tierra donde pegaba. Los niños hacían mucho ruido, todos estaban llorando. Fue cuando nos escucharon y los agresores fueron donde estabamos. Fue cuando nos empezaron a disparar por parejo todos los que estabamos ahí. Nos mataron a todos. Yo me salvé porque me escondí en una barranco con mi hermanito[1].

Yo y mis compañeros estabamos en la iglesia porque ahí tenemos nuestro campamento de paz. . . . Aquí todos permanecíamos tranquilos y nunca imaginamos que algo estuvieran planeando en nuestra contra, sobre todo algo tan horrible En la iglesia sólo nos reuníamos para discutir y hacer pequeños acuerdos de coordinación de grupo y principalmente para hacer oración y rezarle a Dios para que los problemas del municipio se resolvieran, pero alrededor de las once de la mañana de ayer, 22 de diciembre, sin saber nada, escuchamos una gran cantidad de balazos que se hacían en la parte baja dirección de la iglesia, y se movió hacia mas cerca de la iglesia, y es que era una lluvia de balas espantosa [2]

Casi todos los agresores vestían de negro o de azul, a la usanza de la policía de Seguridad Pública, y llevaban paleacates rojos puestos en la cabeza. Los disparos duraron hasta aproximadamente las 6:00 de la tarde. Fueron asesinados 45 campesinos: 15 niños, 21 mujeres, y 9 hombres. Ademas, quedaron 25 heridos, de éstos nueve en condición grave y cinco delicados.

Según testigos, el camión de la presidencia municipal deChenalhó, fue enviado por el presidente municipal priísta, Jacinto Arias Cruz, a recoger a parte de los agresores y trasladarlos a Acteal 3]

Antes de que iniciara la Masacre, la mañana del 22 de diciembre, un miembro de este Centro atendió a un pequeño grupo de personas de Acteal que denunciaban las amenazas que sufrían de parte del grupo paramilitar. De hecho, ellos sabían que posiblemente los paramilitares los atacarían ese día y por ello acudieron al Centro de Derechos Humanos con urgencia a denunciar la amenaza. Se les dijo que fueran a la Subprocuraduría de Asuntos Indígenas para que pidieran que se abriera una averiguación previa por amenazas y que se investigara inmediatamente. En la Subprocuraduría los funcionarios les dijeron que no había quién los atendiera pues 'el fiscal encargado estaba de vacaciones', por lo que les pedían que regresaran hasta el 28 de diciembre.
De igual manera, esa misma mañana, cerca de las once del día, el abogado de este Centro de Derechos Humanos atendió una llamada proveniente de Acteal en la que el encargado de la caseta telefónica advertía que habían muchos disparos en Acteal y que temían por su vida. Asimismo, solicitó la ayuda del Centro. El abogado se comunicó inmediatamente con Fray Gonzalo Ituarte, Secretario Técnico de la CONAI y miembro del Consejo Directivo del Centro, a fin de que estuviera enterado e hiciera lo pertinente. Así Gonzalo Ituarte se comunicó con el Lic. Homero Tovilla Cristiani, Secretario de Gobierno del Estado, para informarle de lo quesucedía en Acteal y solicitar su urgente intervención.
[1] Sra. Catalina Jiménez Luna en Archivo CDHFBLC
[2] Sr. Vicente Luna Ruiz.
Archivo CDHFBLC
[3] Cf. CNDH Recomendación 1/98 p. 82, entre otros.

fuente
Para tener una idea mas amplia de lo sucedido, hay que tener en cuenta las lesiones secundarias a la causante de la muerte que presentaban los cuerpos, lo cual deja ver la extrema violencia con que se llevó a cabo la matanza y que pretendía amedrentar e intimidar a los pobladores que tuvieran conocimiento posterior de la masacre.

En el Anexo I del documento Acteal: entre el Duelo y la Lucha, Pags. 69-74, se encuentra una relación de las personas muertas y las lesiones mencionadas en el parrafo anterior.

A continuación el testimonio del poeta Juan Bañuelos, quien fue enviado al día siguiente de la matanza para investigar los hechos, en ese entonces integrante de la Comisión Nacional de Intermediación:

“La impresión fue espantosa”, dijo el poeta, quien en entrevista con La Jornada comentó que “algunos de los sobrevivientes dieron su testimonio contando pormenores de cómo fueron masacradas algunas mujeres al abrir su vientre (cuatro de ellas embarazadas) y extraerles a sus nonatos, con tal saña que sintetiza una política de exterminio”.

El autor del Espejo humeante refiere uno de esos testimonios: “A las 11 de la mañana empezó la balacera, los niños empezaron a llorar, hombres y mujeres empezaron a correr y a otros los alcanzó la bala ahí mismo; un disparo le llegó por la espalda a la mama deMicaela, de 11 años; la encontraron por el llanto de los dos niños que luego fueron asesinados.

“Micaela se salvó, porque la creyeron muerta; tenía mucho miedo y fue a esconderse a la orilla del arroyo: ahí vio cómo los paramilitares regresaron con machetes en la mano; se reían, hacían bulla, desvistieron a las mujeres muertas y les cortaron los pechos, a una le metieron un palo entre las piernas, y a las embarazadas les abrieron el vientre y sacaron a sus hijitos y juguetearon con ellos: los aventaban de machete a machete. Después se fueron los tipos gritando.”
fuente

A continuación el testimonio de algunos sobrevivientes:
En estos días [diciembre de 2006], Catarina Méndez Paciencia, a quien las balas mataron a su madre, una hermana, dos sobrinos y dos cuñados, y a ella le destrozaron los pies, piensa que 'sería mejor que me muriera para dejar de estar sufriendo'.

Ella, que tenía 20 años en 1997, vive en Quextic, localidad vecina de Acteal, de donde salieron los agresores aquel 22 de diciembre. 'Era feliz, no tenía ninguna enfermedad, podía trabajar, cargar leña y maíz y cortar café, pero ahora no puedo hacer nada', afirma en su lengua materna.

Con los ojos llenos de lagrimas, cuenta que hasta hace dos años no podía dar ni un paso, pero con la atención médica que ha recibido, ahora puede caminar ''un poquito'', apoyada por dos muletas. Cuando tiene que salir para que la atienda el médico, sus familiares la suben en una silla y la cargan durante una hora, cerro arriba, hasta la carretera donde toma unvehículo, porque a Quextic se llega sólo caminando.

Todo el día esta en su casa sentada y cuando el dolor la deja se pone a tejer, pero 'el recuerdo y la tristeza por la masacre no me dejan en paz', dice. Exige al gobierno que haga justicia y sean castigados todos los responsables de los hechos, para que 'nunca se repitan'.

Quien hace la traducción es Juan Gómez Ruiz, también de Quextic. El tenía diez años cuando sucedió la matanza en la que murió su hermana María, con nueve meses de embarazo. 'Los paramilitares iban con un pañuelo en la cara y traje oscuro, tirando balazos; la gente gritaba y lloraba; yo vi caer herida a mi madrina. A mí me ayudó a escapar mi hermano Alonso', recuerda el joven que se desempeña como secretario en la directiva de Las Abejas.

En los hechos hubieron 17 heridos, cuatro graves: Gerónimo Vazquez Pérez, a quien los balazos le mutilaron los dedos de las manos, y Efraín Gómez Pérez, que le destrozaron la mandíbula. Ambos, que al igual que Catarina viven en Quextic, tenían tres o cuatro años. Zenaida Pérez Luna quedó casi ciega porque un balazo le atravesó parte de la cabeza. Tiene 13 años y vive con sus abuelos en Acteal porque perdió a sus padres.
fuente

A continuación un extracto del comunicado emitido por el EZLN al día siguiente de la masacre

Tercero.- De acuerdo a transmisiones radiales del Gobierno de Chiapas (interceptadas por el EZLN), en las inmediaciones de Acteal y al tiempo que se realizaba la masacre, policías de seguridad pública del estado de Chiapasrespaldaron la agresión y, en horas de la tarde y noche, se dedicaron a recoger cadaveres para ocultar la magnitud de la matanza.
Los señores Homero Tovilla Cristinani y Uriel Jarquin (Secretario y Subsecretario del Gobierno de Chiapas respectivamente), comisionaron a la policía para respaldar este crimen. El señor Julio Cesar Ruíz Ferro estuvo continuamente informado del desarrollo del 'operativo' (cuando menos desde las 12 horas del día 22 de diciembre, cuando la matanza llevaba ya una hora). Aprobado por los gobiernos federal y estatal, el ataque se afinó el día 21 de diciembre en una reunión de paramilitares (dirigida por el Señor Jacinto Arias, presidente municipal priista) de las comunidades Los Chorros, Puebla, a la Esperanza y Quextic, todas éstas del municipio de Chenalhó.

Cuarto. La responsabilidad directa de estos hechos sangrientos recae en Ernesto Zedillo Ponce de León y la Secretaría de Gobernación, quienes desde hace dos años dieron luz verde al proyecto de contrainsurgencia presentando por el Ejército Federal.
Dicho proyecto intenta desplazar la guerra zapatista hacia un conflicto entre indígenas, motivado por diferencias religiosas, políticas o étnicas.
Para cumplirlo, se dedicaron a financiar equipo y armamento (mediante fondos de la Secretaría de Desarrollo Social) y a dar entrenamiento militar (dirigido por oficiales del ejército federal) a indígenas reclutados por el Partido Revolucionario Institucional.
Para dar tiempo a que estos escuadrones de la muerte estuvieran listos, elGobierno Federal Mexicano diseño una estrategia paralela de dialogo simulado, consistente en llevar una negociación sin intención alguna de cumplir lo que se acordara y aumentando la presencia militar en las zonas zapatistas.
El gobierno del Estado de Chiapas quedó encargado de garantizar la impunidad de los grupos paramilitares y facilitar su operación en las principales zonas rebeldes: Norte, Selva y Altos de Chiapas.

Quinto. De esta manera unieron sus fuerzas los Gobiernos Federal y Estatal, el Partido Revolucionario Institucional y el ejército federal. Su objetivo esta sintetizado por el 'grito de Guerra' de los paramilitares llamados 'mascara roja': 'Vamos a acabar con la semilla zapatista', es decir, 'vamos a acabar con las comunidades indígenas'.
fuente

FORMA DE OPERACIÓN DE LOS PARAMILITARES
Como presidente en turno de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), y con la asesoría de la abogada Digna Ochoa, presenté el 30 de abril de 1999 una demanda en la Procuraduría General de la Republica (PGR) acerca de la existencia en Chiapas de grupos paramilitares, uno de los cuales había perpetrado la masacre de Acteal en diciembre de 1997.

En la demanda denuncie la puesta en practica de una estrategia de guerra irregular o contrainsurgente por militares mexicanos, adiestrados algunos de ellos en la Escuela de las Américas, como el ex comandante de la séptima Región Militar, Mario Renan Castillo. La demanda considera la presencia de militares o ex militares en la masacre de Acteal en relacióndirecta con mandos de la Sedena. Uno de ellos fue identificado como Mariano Pérez Ruiz, quien en junio de 1998, bajo el expediente 96/98, declaró y admitió ante la PGR “que ex funcionarios y líderes del PRI son responsables de contratar militares y policías para instruir en el manejo de armas y estrategia paramilitar a comunidades indígenas de Chenalho”, pero agregó una aclaración significativa: “es cierto que declaré en ese sentido, fue debido a que los elementos de la Policía Militar me obligaron a declarar de esa forma, pues si no lo hacía me iban a desaparecer, ademas todavía era militar activo y tenía que acatar las órdenes de un superior.” En la citada demanda estipulaba que “los paramilitares son ahora la fuerza de contención activa en Chiapas.

Mientras que el Ejército se ha desplegado como una fuerza de contención pasiva, los paramilitares han estado dedicados a hostigar con acciones armadas a las bases de apoyo zapatistas, a líderes agrarios y a obispos y sacerdotes de la diócesis de San Cristóbal. La cooperación de los militares y policías supondría la aplicación de una tactica militar de contraguerrilla conocida como ‘yunque y martillo’, la cual consiste en que el ejército e instituciones policiacas adoptan la función de fuerzas de contención (yunque) y permiten realizar la función de golpeo de los grupos paramilitares (martillo) contra el EZLN y sus simpatizantes.”

Los grupos paramilitares son aquellos que cuentan con organización, equipo y entrenamiento militar, a los que el Estado delega elcumplimiento de misiones que las fuerzas armadas regulares no pueden llevar a cabo abiertamente, sin que ello implique que reconozcan su existencia como parte del monopolio de la violencia estatal. Los grupos paramilitares son ilegales e impunes porque así conviene a los intereses del Estado. Lo paramilitar consiste entonces en el ejercicio ilegal e impune de la violencia del Estado y en la ocultación del origen de esa violencia. Existen víctimas, hechos de sangre, como el de Acteal, pero ningún gobierno mexicano ha reconocido nunca la existencia de grupos paramilitares, porque sería reconocer la paternidad de esas masacres y actos represivos.

Junto con la demanda presenté documentos probatorios o de sustentación de la misma, dentro de los cuales estaba el Manual de guerra irregular, editado por la Sedena, en la que se denomina como “personal civil” a los paramilitares bajo el mando castrense, así como informes de la Sección Segunda del Ejército (Inteligencia Militar) que probaban la infiltración de ésta en grupos de la sociedad civil chiapaneca y de la diócesis de San Cristóbal. Obviamente la demanda no prosperó y la fiscalía creada para investigar a los llamados eufemísticamente por la PRG “grupos de civiles presuntamente armados” desapareció sin pena ni gloria. Ahora, Aguilar Camín y su defensor de oficio denominan a los paramilitares “grupos civiles de autodefensa”, en lo que parece ser el encubrimiento intelectual de un crimen de Estado.
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=57875


Política de privacidad