Desde nuestras primeras experiencias en la vida
académica hemos visto estas palabras de la mano, sin embargo, es inevitable
pasar por el periodo de examen y en ocasiones aun sabiendo que has participado
en clase, has hecho todos los deberes, has quemado las pestanas para estudiar y
crees que dominas bastante la materia, llega el día del examen. De repente, te quedas completamente en blanco, bloqueado, como si estuvieras
congelado, o te pones tan nervioso que eres incapaz de responder a esas
preguntas que te sabías la noche anterior.
Te parece familiar lo que estas leyendo? Es bastante
normal estar un poco nervioso y estresado antes de un
examen. Es algo que le ocurre a todo el mundo. Y
cierta dosis de ansiedad anticipatoria, de hecho, te
puede ayudar a ponerte manos a la obra y a mantener un rendimiento alto
mientras haces el examen. Pero en algunas personas esa ansiedad es sumamente
intensa, que llega a interferir en su concentración y
su rendimiento.
Como reconocer
la ansiedad ante los exámenes? La ansiedad ante los exámenes es un tipo de ansiedad de ejecución, es lo que puede
experimentar una persona en una situación donde importa mucho el rendimiento o
la correcta ejecución de una tarea. La ansiedad puede hacer que te sientas que:
• Un nudo en la garganta
• Molestias gastrointestinales
• Dolor de cabeza tensional
• Temblor y/o sudoración en las manos
• El corazón les late más deprisa de lo habitual
• Incluso diarrea o ganas de vomitar
Laansiedad ante los exámenes no se debe confundir con hacer mal un examen porque uno tiene la cabeza en otro sitio. La
mayoría de personas saben que el hecho de tener otras cosas en la cabeza - como
una ruptura sentimental o la muerte de una persona cercana - también puede
interferir en la concentración e impedir que hagan bien un examen. Que puedes hacer? La ansiedad ante los exámenes se puede ser
un problema cuando una persona se estresa tanto que no
puede controlar los nervios. De todos modos, sentirse
preparado puede ayudar a mantener la calma.
 Utiliza un poco de estrés a tu favor. El estrés es el mecanismo de aviso de
tu cuerpo, es una señal que te ayuda a prepararte para algo importante que está
punto de suceder. Utilízalo en tu propio beneficio: Deja que el estrés te recuerde que debes prepararte bien el examen con
antelación
 Pide ayuda. A pesar de que cierta dosis de ansiedad ante los exámenes puede
ser positiva, una dosis excesiva es otro extremo. Si, cuando te
reparten el examen, te pones tan nervioso que se te queda la mente en blanco.
Tu profesor o el psicólogo te pueden ser importantes
fuentes de información, para ayudarte a manejar la ansiedad.
Prepárate bien el examen. Por eso son tan
importantes los buenos hábitos de estudio y las buenas técnicas de estudio.
Controla tus pensamientos. Si el hecho de esperar
hacer bien un examen te puede ayudar a relajarte, squé
ocurrirá cuando esperes hacerlo mal? Fíjate en cualquier mensaje negativo que te puedes estarenviando a ti mismo y sustitúyelos por
pensamientos positivos que sean realistas.
Acepta tus errores. Todo el mundo comete errores,
y son 'oportunidades de aprendizaje'.
Cuídate. También te puede
ayudar el hecho de aprender formas de tranquilizarte y de centrarte cuando
estás tenso o ansioso. A algunas personas les bastará
con aprender técnicas de respiración y recuerda dormir lo suficiente, hacer
ejercicio físico y comer de forma saludable
 Levántate temprano y llega puntual a la escuela, seguro de tus
conocimientos.
No creas que tu memoria va a funcionar en un 100%.
Por tanto, no te desesperes si algo se te olvida.
Asegúrate de que comprendes perfectamente el
contenido de cada pregunta, antes de pretender responderla.
Si encuentras una pregunta muy difícil, será mejor
que te la saltes y sigas con las demás. Después regresa y
enfócate en responderla.
No copies ni des la impresión de que estás
utilizando algún instrumento fraudulento.
Concéntrate en resolver tu examen, no el de tu
amigo o amiga.
Tómate tu tiempo para resolverlo, revisar tus
respuestas y, si puedes, corregir los errores que hayas cometido.
Asegúrate de contestar todas las preguntas. Si no
estás seguro de alguna respuesta y te ves en la
necesidad de adivinar, hazlo inteligentemente: lee cuidadosamente todas las
respuestas, descarta las que sabes que no son correctas y elige entre las
restantes.
Antes de entregar tu examen, revísalo. Asegúrate de que tus respuestas estén claramente marcadas.