Si la infancia es condición de posibilidad y a la vez producto del discurso
pedagógico moderno, la existencia de la Didáctica Magna (escrita 136 años antes
que Émile) como hito fundacional pondría en tela de juicio o la modernidad de
esa obra y su valor iniciático y original, o todas las formulaciones de la
producción discursiva del siglo VXIII acerca de la niñez quedarían refutadas
por la presencia de los textos comenianos.
En realidad, ambas soluciones a la pregunta planteada implican una visión
continua y totalizante de la historia del pensamiento pedagógico. La
pedagogía es, en cualquiera de estas dosrespuestas, producto de una gran
continuidad, una larga marcha a la que se va sumando
nuevos logros y de la que se van apartando los razonamientos impropios.
Más allá de esta épica de la continuidad, hay otra opción
teórica bien diferente. Es una opción por el análisis
de lo discontinuo. La historia del
pensamiento pedagógico parece permanecer bien lejos de constituir agregados
yuxtapuestos donde, por ejemplo, el método de uno lo mejora el del otro; la concepción de infancia de uno supera a la del próximo. La imagen
que tal vez represente con mayor agudeza la situación
es la de un caleidoscopio en la que los distintos fragmentos se mezclan y se
separan, se unen y se rechazan, formando, en cada vuelta del cono, un conglomerado singular.
En lo que respecta a Comenio y Rousseau; a la Didáctica Magna y al Émile, se
intentará demostrar que ambos constituyen discursos distintos acerca de la
conceptualización de la infancia; pero reconociendo sí el carácter fundante que
ambas obras poseen –en lo relativo a diferentes aspectos- en la historia de la
pedagogía.
Comenio despliega una concepción de infancia radicalmente
distinta a la que después habrá de constituir el referente rousseauniano.
La infancia no es objeto de reflexión explícita, (…) no se profundiza en las
cualidades intrínsecas al ser infantil (…).
La finalidad expuesta en la Didáctica Magna es la de procurar el orden (un orden natural y por tanto un orden racional) en los
haceres relacionados al enseñar y al aprender. (…) Para Comenio, lo importante
eshallar “el orden en todo” lo cual supone: observar, denominar y clasificar. (…) es posible advertir cómo partiendo de lo más simple, la serie
se constituye en función de la detección de grados de complejidad.
La existencia misma del hombre es encuadrada dentro de
este notable modelo de ordenamiento de los hechos y acontecimientos de su
propia vida. (…) En lo que respecta a aquel desarrollo, se parte de “una masa
informe y bruta” y por medio de la “graduación” que supone el transcurso del
tiempo se van adquiriendo nuevos caracteres hasta el arribar final a la muerte;
grado máximo de la vida terrena pero preparación para el grado siguiente: el de
la “plenitud absoluta de todas las cosas”, y por lo tanto fin del ser.
Dispositivo fundamental de todo el pensamiento pedagógico moderno, la
gradualidad es el operador central de la obra comeniana porque es el producto y
la característica troncal del
ordenamiento de las cosas del
mundo.
“si consideramos qué es lo que hace que el Universo con todas las cosas
singulares que encierra, se mantenga en su propio ser, notaremos que no hay
otra cosa sino orden, que es la disposición de las cosas anteriores y
posteriores, superiores e inferiores, mayores y menores, semejantes y
diferentes en el lugar, tiempo, número, medida y peso de cada una de ellas
debido y adecuad. De aquí que luego, con acierto y elegancia, haya llamado al
orden el alma de las cosas.” (Comenio)
(…) El orden supone la gradación y el desarrollo superior pero a su vez la determinación
de su negativa:aquello falto o carente y que, por tal
motivo, ocupa los escalones más bajos en la secuencia.
…) La infancia ocupa el lugar de la constatación de una diferencia o, en otras
palabras, es un estadio inevitable en la trayectoria
predeterminada, en el ordenamiento ya construido. La infancia es una
inferencia; una conclusión del pensamiento que, habiendo ordenado los pasos
secuenciales hacia la plenitud, vislumbra uno inicial que es el más simple, el
inferior, el determinante
“… las primeras impresiones de tal manera se fijan que casi es un milagro que
puedan modificarse, y es conveniente dirigirlas desde la primera edad hacia las
verdaderas normas de la sabiduría” (Comenio)
La infancia supone mayor capacidad para aprender porque nada hay todavía
aprendido. (…) Si el punto final es el hombre formado y preparado para la vida
eterna, el hombre completo y complejo, punto final de la secuencia, deberá
existir un punto inicial incompleto y básico. Comenio
instala en la pedagogía a la inmadurez como conclusión necesaria y obvia
(…):
“… (Las actividades del hombre) cuyo cerebro (…) está
húmedo y blando en la edad pueril, dispuesto a recoger todas las impresiones; y
poco a poco se reseca y endurece hasta el punto de que la experiencia testifica
que de un modo más difícil se impriman en él las cosas”. (Comenio)
En conclusión, la infancia en Comenio está dada por la necesidad de todo
ordenamiento gradual de poseer un punto de partida
simple y carente a partir del
cual se erigen la completad deseada.
Algunasdiferencias respecto de la concepción moderna de infancia explicitadas
en Émile, saltan rápidamente a la vista
1) En Émile se trata de una infancia reconocida hasta con desesperación. En
Comenio al contrario, el tratamiento es más moderado: la infancia es solamente
abarcada como
corolario de una búsqueda mayor.
2) Mientras para Rousseau se pretende demostrar lo típicamente humano del
ser infantil, por un procedimiento de comparación e inferencia Comenio llega al
punto opuesto: en todas las cosas a las que les acaece la gradación, la niñez
es un momento indispensable.
3) En Comenio no existe calcularización y por eso la edad no es un tema importante, ya que la gradación no es en lo absoluto
cuantificada sino que cada etapa se cierra por sus propios logros, no
contándose en la práctica con más indicadores que éstos.
4) En Comenio la delimitación de la infancia es inferida de otras
delimitaciones no humanas (la infancia de los árboles, caballos, etc.) lo que
demuestra el apego del
autor en relación a las mutaciones de la naturaleza. En Rousseau, no solamente
la edad aparece de un modo articulador sino que los
períodos de la vida del hombre poseen su
propia legalidad, diferenciada del
devenir de mutaciones de otros seres.
5) La concepción comeniana de niñez no refleja un
carácter que es casi definitorio de la infancia moderna y que es expresado en
Émile: dependencia del
mundo adulto. En Comenio la diferencia entre infancia y
adultez es una diferencia de grado.
6) Para Rousseau la infancia es un presupuestoindiscutible
cuya existencia ni siquiera tiene que ser demostrada sino desarrolladas sus
características. Por el contrario para Comenio la infancia no es un punto de partida sino un punto de llegada, no es un
presupuesto sino una inferencia.
7) Niño y alumno son indiscernibles en la pedagogía de Comenio. Muchos años después, la pedagogía constituirá esa diferenciación
fundando la concepción moderna de infancia; amando, protegiendo, castigando,
estudiando y educando al cuerpo infantil.