El
progreso técnico se produce por la aparición de:
Macroinventos: innovaciones radicales (o 'revolucionarias”, si se quiere)
, que afectan profundamente a las formas de producción, y cuya elevada
rentabilidad estimula fuertes inversiones que difunden su uso (en la Revolución
Industrial: la máquina de vapor de Watt, el ferrocarril de Stephenson), y a su
vez generan un flujo de:
Microinventos: mejoras de detalle que se añaden a un macroinvento mejorandosus
prestaciones o adaptándolo a otro sector productivo.
La combinación de ambos genera un proceso de cambio técnico que en buena parte
se autoalimenta, a través del mecanismo del cuello de botella:
Una innovación en una parte del proceso productivo (congelación de patatas
pre-fritas) permite obtener beneficios de economías de escala concentrando la
elaboración en una fábrica, pero crea un cuello de botella en la fase de
preparación de las patatas, lo que genera incentivos para resolver las fases
anteriores: el pelado se resuelve (lijado mecánico) pero el proceso de corte de
las patatas en una forma homogénea resulta difícil de mecanizar y por tanto
mucho más costoso. Ese es el nuevo cuello de botella, que determina la
capacidad de producción y los costes medios de todo el proceso. Se invierten
esfuerzos para salvar los principales escollos, que se derivan de la forma
irregular (vagamente oblonga) de las patatas y de su textura, que impide
cortarlas en una prensa. Se ensayan distintos métodos hasta que alguien
descubre un procedimiento (no un invento como
tal, pero sí una innovación): lanzarlas a gran velocidad mediante mangueras de
agua a gran presión contra unas cuchillas en forma de reja que les dan la forma
adecuada.
(Este proceso, narrado en Fast Food, tuvo mucho que ver con el éxito de una
famosa cadena de hamburgueserías).
Algunos cambios organizativos han resultado fundamentales, como lo fue para la agricultura medieval el
descubrimiento (o la invención) de la rotación trienal de los cultivos. El
cultivo continuado de la tierra exige que el suelo recupere losnutrientes que
las plantas han absorbido para crecer. A falta de modernos fertilizantes
químicos, los agricultores desde el Neolítico hasta casi nuestros días han
abonado con estiércol para acelerar la recuperación, pero incluso así era
necesario dejar descansar la tierra, el llamado periodo de barbecho (una de las
palabras más importantes que debe aprenderse en historia económica, según Josep
Fontana). En la agricultura primitiva o de rozas, el barbecho podía durar
varios años, pero ya desde la Antigüedad el régimen habitual de los cultivos de
cereal de secano era el llamado de 'año y vez” o rotación bienal: un año
de labor, y otro de descanso (barbecho). En algún momento de la Edad Media, en
zonas más húmedas del norte de Europa se descubrió que podía organizarse el
cultivo mediante la división en tres partes (hojas): una para cereal de ciclo
largo, otra en barbecho y una tercera con otro tipo de cultivo (cereal de ciclo
corto) que permitía a la vez obtener un rendimiento de ese tercio y la
recuperación suficiente de la tierra para el cultivo básico del cereal. De este
modo, sin cambios en las herramientas ni técnicas, se incrementaba la
productividad de la tierra en un 30% al año (de aprovechar la mitad a
aprovechar dos tercios). Un inventazo que permite alimentar más bocas (y dar
trabajo a esos brazos). Sin máquinas ni abonos químicos.
Otro ejemplo de cambio organizativo es el de la división del trabajo en una fábrica de alfileres,
descrito por Adam Smith en 1776 en La riqueza de las naciones. Según Smith,
esta especialización era la fuente principal de crecimiento económico de
sutiempo (se le pasó lo del
carbón y el vapor), y de ahí que se denomine “smithiano” a este tipo de
crecimiento.
Muchas veces no es tan fácil distinguir las innovaciones organizativas de las
técnicas, porque van muy asociadas: la creación de la primera gran cadena de
montaje de automóviles de Ford en Highland Park en 1910 es un apasionante
relato de la combinación de mejoras técnicas (incluidas grúas y ascensores) y
otras puramente organizativas (incluida la prohibición de sindicarse).
Entendemos, por tanto, que la innovación desempeña un papel fundamental en el
cambio económico, pero a su vez sde dónde viene la innovación? Esta es una de
las preguntas del millón, porque es evidente que algunos cambios técnicos
requieren conocimientos científicos que sólo se alcanzan en un momento
histórico, es decir, que el cambio técnico es acumulativo y por tanto es fruto
de la suma de innovaciones anteriores. Pero hay otras innovaciones (la rotación
trienal, por ejemplo) que seguramente estuvieron al alcance de muchas
sociedades durante cientos de años spor qué no se produjeron?
Partimos del supuesto de que la capacidad inventiva está uniformemente
distribuida entre las distintas poblaciones humanas, aunque también de que el
cambio tecnológico es acumulativo, de modo que aquellas sociedades que tengan
un historial y un stock de tecnología mayor tendrán más probabilidades de
introducir innovaciones. O sea, tendrán ventaja. Pero la historia de la
tecnología está llena de ejemplos de civilizaciones técnicamente avanzadas que
se estancaron: los imperios hidráulicos de Oriente Próximo, la China
de losSong (pólvora, papel, burocracia). Y también de otras retrasadas que
dieron un salto (la Inglaterra del siglo XV).
La respuesta, por tanto, tiene que ver con tres factores.
a) La dotación de recursos (y muy especialmente población/trabajo) y sus
precios relativos: allí donde la tierra sea escasa, es más probable que avancen
las innovaciones que intensifican su explotación, mientras que donde el trabajo
sea abundante (y barato) habrá pocos incentivos para la mecanización. Tener
carbón abundante y de calidad sin duda no estorbó a la Revolución Industrial
británica.
b) El nivel tecnológico anterior.
c) El marco institucional: es un factor que apenas hemos mencionado
directamente hasta ahora, pero que resulta capital para entender el cambio
tecnológico, porque es ese marco el que define las reglas del juego de la economía, y por tanto lo que
puede y debe hacerse, lo que es rentable y lo que no.
De hecho, una de las aportaciones sustanciales de la historia a la economía
viene precisamente de iluminar las complejas relaciones entre las instituciones
—que los modelos económicos suelen tomar como
un dato, una constante—y el funcionamiento de la economía, y en especial el
cambio económico.
Entendemos por marco institucional el conjunto más o menos coherente (de ahí lo
de marco) de normas, organizaciones y creencias que determinan el modo de
funcionar (las reglas del
juego) de una sociedad determinada. Esta es una noción muy amplia de
instituciones; abarca desde el código penal hasta los sistemas de herencia, la
existencia de castas, estamentos o clases sociales, las creenciasreligiosas y
sus tabúes (que no se debe comer cerdo o que el préstamo a interés es pecado),
el papel de hombres y mujeres (squién cuida a los hijos? spueden heredar
ambos?), la consideración de los pintores como
artistas o como
meros artesanos, si se conduce por la izquierda o por la derecha y
prácticamente cualquier cosa que se nos ocurra. Una parte de estas
instituciones guarda una clara relación con la economía: sexiste la moneda?
scómo funcionan los mercados de productos y de factores? sestán prohibidas
determinadas exportaciones? Y en otros casos la relación es más lejana
(sejército voluntario, de recluta o inexistente?, screencia en un alma inmortal? sse come
con palillos, con cubiertos o con las manos?) pero pueden acabar desempeñando
un papel en las explicaciones del
cambio histórico.
Suelen distinguirse incluye básicamente dos tipos de instituciones:
a) Instituciones formales: la familia, las leyes, la organización del Estado o
régimen político (incluido hacienda, ejército y burocracia), el régimen de
propiedad, los sistemas de herencia, las organizaciones sociales (sindicatos,
sociedades secretas), la empresa, las iglesias, los bancos, etc.
b) Instituciones informales: las costumbres (el matrimonio temprano o tardío,
por ejemplo), las creencias religiosas o de otro tipo, los valores (el valor de
la amistad o de la palabra dada), las tradiciones, el lenguaje y sus usos, etc.
Es decir, en general todo aquello que tiene más que ver con la cultura que con
organizaciones o reglas formalizadas.
sCómo afecta el marco institucional a la actividad económica y por tanto al
cambioeconómico? De muchas maneras distintas, pero básicamente marcando las
reglas del
juego en las que los agentes económicos (individuos, familias, empresas,
Estado) toman sus decisiones. Esas reglas definen lo que puede y no puede
hacerse, o mejor dicho, los costes y beneficios y los riesgos que atañen a la
actividad económica.
Las reglas del
juego forman un marco más o menos estable en el que puede desarrollarse la
producción y el intercambio de bienes (sin esa estabilidad tenderíamos al
autoconsumo). También determinan cómo se reparten las tareas en una economía, y
cómo se reparte el producto total entre los distintos agentes económicos, y al
hacerlo establecen unos sistemas de incentivos que orientan la actividad
económica (sin mercados o con mercados muy imperfectos no tiene sentido
producir mucho más que para garantizar la subsistencia; si el trabajo es
esclavo, lo que el amo ahorra en salarios lo tendrá que gastar en control y
vigilancia). A lo largo de los siguientes temas aparecerán a menudo las
instituciones sociales y su papel en la economía.
Ya hemos definido los tres factores que gobiernan el cambio histórico
(recursos, tecnología e instituciones), pero falta explicar cómo. Es otra de
las preguntas del millón: y como de costumbre, tampoco tenemos respuesta.
Mejor dicho, tenemos varias respuestas, ninguna de las cuales es claramente
superior a las demás. Toca exponerlas muy sintéticamente- (hay que subrayarlo,
porque si hasta aquí se ha hecho un esfuerzo de resumir grandes ideas, ahora se
intentará retratar en un par de párrafos intentos de explicación complejos,
bienargumentados y a los que se han dedicado decenas de miles de páginas).
*Escuela clásica (y neoclásica): los cambios económicos se imponen como resultado de su mayor
eficiencia y racionalidad (fruto de las elecciones de agentes económicos libres
en un contexto de opciones y recursos dados por el mercado), en la medida que
permitan maximizar beneficios. Esto exige un marco institucional que garantice
la seguridad de los negocios, la propiedad privada (individual) de los factores
productivos, incluidas las innovaciones tecnológicas (patentes), y la libertad
de acción de los agentes económicos. En estas condiciones, los cambios
tecnológicos y organizativos surgirán como
respuesta 'natural” a cambios en los costes relativos de los factores y
por tanto en la estructura de los incentivos.
*Escuela marxista: El nivel tecnológico de una economía está condicionado por
las formas de organizar la producción y repartir el producto (modo de
producción), y éstas a su vez dependen de qué clase social tiene el poder
social y económico (relaciones sociales de producción). La clase dirigente
(propietarios) explota el trabajo de la clase oprimida (trabajadores). El
cambio se produce impulsado por los propietarios, por el agotamiento técnico o
económico de un determinado sistema de explotación (esclavitud, servidumbre,
trabajo asalariado) o bien por la acción de los trabajadores, que se rebelan
contra el sistema de explotación y lo van modificando. Cuando se llega a un
punto en que las transformaciones parciales hacen insostenible la viabilidad de
un 'modo de producción”, una revolución da paso a otro nuevo,que permite
un desarrollo tecnológico superior.
*Escuela institucionalista: Sostiene que las elecciones económicas no son
meramente fruto de decisiones maximizadoras de agentes individuales, sino que
tanto las limitaciones del juego económico como las decisiones de los agentes económicos dependen de
marco institucional en que se insertan, que define las reglas del juego. Esto significa, entre otras
cosas, que los agentes económicos no son meramente individuales (empresarios,
trabajadores, consumidores) sino también colectivos (empresas, gobiernos,
instituciones). En segundo lugar, estas organizaciones (instituciones) generan
'unas reglas del
juego y unas rutinas que orientan la toma de decisiones en situaciones de
incertidumbre, constriñendo el marco de posibilidades de elección pero
reduciendo también el riesgo y el coste de obtener información, negociar
contratos y asegurar su cumplimiento”, los llamados costes de transacción
[Tello (2005: 109)]. En este sentido, hay que examinar las causas que
determinan cambios en los marcos institucionales (juegos de reglas), causas que
pueden ser de origen muy diverso: presiones sociales, cambios religiosos,
innovaciones tecnológicas, transformaciones en los mercados, en el medio
ambiente. Existe una tendencia (según Douglass North) hacia el desarrollo de
marcos institucionales más eficientes, es decir, aquellos que generan un mayor
crecimiento económico. Pero dentro de estas transformaciones, las instituciones
tienen, por así decirlo, vida propia, y condicionan las posibilidades del cambio, ya que
tienden a reproducirse o al menos atransformarse dentro de ciertos límites, lo
que genera la dependencia de la trayectoria de la que ya hablamos.
Las explicaciones que proponen estas escuelas —por supuesto en sus versiones
más amplias y argumentadas— no son sin embargo del
todo contradictorias (hay puntos en común) ni tampoco del todo convincentes. Buena parte de las
que se desarrollen en estos apuntes oscilarán entre puntos de vista cercanos a
las tres escuelas, pero intentaremos en lo posible introducir críticas o
elementos de reflexión y referencias a puntos de vista alternativos.
1.5. Sociedades humanas y sistemas económicos
El papel de las instituciones y su relación con la economía se entiende mejor
si recurrimos al concepto de sistema económico: el conjunto de instituciones
(relaciones y normas) que rigen la producción, distribución y consumo de los
bienes y servicios de una economía.
Tradicionalmente, los economistas clásicos (de Adam Smith a Karl Marx), después
los miembros de la Escuela Histórica Alemana y posteriormente autores como W.
W. Rostow o Colin Clark, trataron de explicar la evolución de la humanidad a
través de la caracterización de distintas etapas de la humanidad
(cazadora-pastoril-agrícola, comercial-industrial). El concepto de sistema
económico es heredero de esta tradición, y aunque ha caído en desuso entre la
mayoría de los economistas e incluso muchos historiadores, tiene la utilidad de
resumir bajo un solo término un conjunto de rasgos particulares que definen
formas distintas de organizar la economía y la sociedad: actividad o sector
económico predominante, nivel tecnológico y principalesrasgos del marco
institucional. Los sistemas económicos que presentaremos están basados en los
de la escuela marxista (modos de producción), aunque la terminología es
aceptada mucho más ampliamente. Los principales son:
a– Esclavismo: caracterizado por la esclavitud como forma dominante de trabajo (trabajo en
masa), en sociedades agrarias atrasadas, aunque con cierto desarrollo
tecnológico (agricultura de regadío) con poderes políticos centralizados y
autoritarios (ciudades-estado o imperios), en manos de castas de sacerdotes y
guerreros. Los recursos se apropian mediante requisa y se reparten de forma
autoritaria. Es un sistema económico propio de la Antigüedad, pero
probablemente el peor conocido y definido.
a– Feudalismo: propio de sociedades agrarias con escaso nivel
tecnológico, autoridad política fragmentada (cada señor feudal es máxima
autoridad en su territorio), mano de obra campesina libre o de siervos (no
pueden abandonar las tierras sin permiso del
señor feudal, ni ellos ni sus hijos), pero ligada a sus señores no por
contratos sino por relaciones personales de dependencia. El régimen de
propiedad (de la tierra, sobre todo) se caracteriza por dominios compartidos:
señores y campesinos tienen derechos sobre las mismas tierras, el rey y el
señor feudal son de modos distintos dueños del mismo territorio, en el patrimonio de la
iglesia los sacerdotes sólo son usufructuarios, no dueños. Los tipos de
explotación (de la tierra) oscilan entre grandes fincas señoriales (dominios) y
explotaciones campesinas familiares. Existe cierto desarrollo de los mercados y
de las ciudades,pero el grueso de la población es rural y la producción se
orienta al autoconsumo. La clase dominante es un estamento (hereditario) de
guerreros y sacerdotes con privilegios legales diversos.
Es la forma que dominó buena parte de la Edad Media y moderna en Europa, pero
identificada también en Japón antes de la industrialización y en otras zonas y
periodos.
a– Capitalismo: se caracteriza por el predominio del capital (frente a la tierra o el
trabajo) en la producción. Por tanto, los dueños del capital (capitalistas o burgueses) son
la clase dominante en la sociedad, que organizan la producción, retienen el
grueso de los beneficios y detentan el poder. Frente a ellos, los obreros (la
clase proletaria) sólo poseen su fuerza de trabajo, que contratan en el mercado
a cambio de un salario. Ninguno de estos dos grupos tiene privilegios legales y
no existen barreras de nacimiento para pasar de uno a otro; todos son libres
para contratar en los mercados, pero la posición dominante de los patronos les
permite explotar a los obreros, pagando por su trabajo menos de lo que produce
(plusvalía). La propiedad privada de los medios de producción (tierra y
capital: instalaciones, tierras, maquinaria), así como
la existencia de mercados 'libres” son requisitos necesarios, pero no
exclusivos del
capitalismo. Existe un Estado fuerte, aunque el régimen político puede ser muy
distinto (de la dictadura a las democracias pasando por distintos sistemas
representativos). Va asociado a un fuerte desarrollo tecnológico, en el que se
incrementa la importancia de las inversiones del
capital (máquinas,instalaciones e infraestructuras) y por tanto el poder de lo
dueños del
mismo.
El capitalismo se ha ido imponiendo, desde su origen en las ciudades
medievales, a su ascenso en Holanda o Inglaterra en los siglos XVI y XVII, en
toda Europa tras la revolución francesa de 1789 y en el mundo como resultado de
las colonizaciones europeas.
a– Socialismo o comunismo: es el sistema que Marx y otros pensadores
revolucionarios concibieron como
el estadio superior de la evolución. La propiedad privada sería abolida y
sustituida por la colectiva . Mal definido por los teóricos, su versión
histórica (llamado a menudo 'socialismo real”) fue la organización
económica de la URSS y el bloque soviético entre 1917 y 1989. Se caracteriza
por la propiedad estatal de todos los bienes de capital, y el empleo de la
planificación burocrática como sustituto del mercado en la
asignación de factores y productos. La estructura social es igualitaria, aunque
una casta de dirigentes políticos y militares (nomenklatura) gozan de claros
privilegios. Las elevadas inversiones estatales permiten desarrollos acelerados
de la industria pesada e incluso avances tecnológicos, pero la producción y
distribución de bienes de consumo es muy ineficiente. Aunque conserva
apariencias políticas democráticas —elecciones, sindicatos— en realidad
funciona un sistema de partido único, fuertemente represivo y sin libertades
públicas.
El sistema socialista histórico (salvo en Cuba,
Corea del Norte y en parte Vietnam)
colapsó tras la caída del
Muro de Berlín en 1989. Un país tan importante como
China
conserva un sistema nominalmentesocialista, aunque más en los aspectos
políticos e ideológicos que en la organización de la economía, cada vez más
abierta a la iniciativa privada y los mercados.
Esta descripción de los sistemas económicos es esquemática, y no exenta de
debates. Sabemos por investigaciones recientes que los mercados — locales e
internacionales— y la moneda tenían más importancia de la que creíamos en el
feudalismo europeo de la Edad Media. El trabajo servil (ni esclavo ni libre) no
siempre se dio en todos los sistemas feudales, y en Europa occidental
desapareció en el siglo XV. Hay quien sostiene que el capitalismo en realidad
se implantó en Europa a partir del siglo XV
(fase del
capitalismo comercial) y otros que consideran que el socialismo soviético fue
en realidad un capitalismo de Estado. Los modelos, y estas descripciones de los
sistemas económicos lo son, sólo ofrecen representaciones simplificadas,
idealizadas o estilizadas de la realidad. Los hechos históricos rara vez
encajan bien en los modelos.
Estos modelos ssignifican estadios necesarios en el desarrollo de las distintas
sociedades? simplican un progreso desde fases inferiores a otras superiores?
Desde luego, así lo creían Marx y muchos de los economistas de la Escuela
Histórica Alemana. Actualmente, en cambio, tendemos a considerar estos modelos como representaciones útiles de la realidad histórica,
pero no como
una sucesión lineal de etapas de desarrollo. Tampoco están claros los
mecanismos que provocarían el paso de una forma de organización a otra, aunque
en general se entiende que diversas razones llevaban al colapso de un sistema
ypermitían el desarrollo pleno de formas de organización que ya se venían
desarrollando de forma embrionaria en el seno del sistema vigente (el
capitalismo en las ciudades de la edad media, el feudalismo en las villas
rurales de las últimas etapas del imperio romano). En todo caso, se nota mucho
que fueron concebidos por pensadores europeos, porque se ajustan más o menos
bien a la sucesión de etapas históricas en la Europa medieval, moderna o
contemporánea, pero chirrían mucho más cuando se estudian otras partes del
mundo.