Como es sabido, las funciones
cerebrales dependen de los niveles de glucosa. La falta de este combustible cerebral puede ocasionar desde hipoglucemia
hasta esquizofrenia debido a que el cerebro se encuentra 'hambriento'
de glucosa. El azúcar refinado es una glucosa bastante simple que por su
misma composición no requiere de un largo
proceso de digestión, el hígado practicamente no tiene que
sintetizarla y por lo mismo llega con asombrosa rapidez al sistema nervioso.
Para que el organismo funcione en condiciones óptimas, la
cantidad de glucosa sanguínea debe estar en equilibrio con la cantidad
de oxígeno sanguíneo.
Refiriéndose a los efectos psíquicos del consumo del
azúcar, el Dr. M.O. Bruker (4), explica que la elevación en los
niveles normales de glucosa ocasionada por su ingestión, se experimenta
como una leve euforia. Las consecuencias delregreso a los niveles normales, es
decir, la baja de glucosa, se halla en relación directa con la cantidad
de azúcar consumida. Si ésta fue baja, la
sensación es de una leve disforia. Entre mayor haya sido la
cantidad, la baja estara mas cercana a
experimentarse como una sensación
depresiva que William Dufty (5) ha dado en llamar sugar blues (tristeza del azúcar).
Lo que normalmente suele ocurrir a toda persona que consume azúcar en
forma cotidiana, es que sus niveles de glucosa se mantienen permanentemente por
encima del
nivel regular, es decir, rara vez se experimentara una baja hacia la
auténtica normalidad en los niveles de glucosa. La mayoría de la
población mundial literalmente vive bajo los efectos del azúcar
sin saberlo y sin notarlo. Este desequilibrio permanente esta siendo
asociado con diversas enfermedades nerviosas, especialmente en los
niños.