Sigmund Freud, padre del
psicoanalisis, como
tal no dedico toda su construcción teórica al estudio de la
pedagogía. De hecho, no publicó ningún
escrito en específico sobre el tema de la educación. Aun
así, toda su teoría psicoanalítica se asienta sobre el
estudio del
desarrollo en la infancia y cómo este determina en gran medida la
formación de las personas (Jolibert, 1993). Esto quiere decir que aunque
su teoría no fue explícitamente dedicada a la educación,
si se pueden derivar de ella interesantes modelos
teóricos y practicos que se puedan aplicar al campo educativo.
¿Qué aportes le puede brindar el
psicoanalisis a la pedagogía? El principal factor a
resaltar en este punto, es el papel protagonista que
tienen las diferentes figuras de autoridad (maestros y padres) sobre el
niño, ya que son estos los encargados de, como
veremos mas adelante, ayudar a la adaptación del niño a la realidad natural y
social (Jolibert, 1993).
El niño recién nacido, en comparación
con otros animales, es muy inmaduro, parece incompleto, pues ademas de
que es incapaz de nutrirse, esta capacidad solo la adquiere después de
mucho tiempo (Jolibert, 1993). Esto significa que
necesita por mayor tiempo la protección y guía de sus padres.
Esta cercanía y este cuidado que ejercen los
padres sobre el niñoproducen huellas en su historia individual, huellas
que lo acompañaran hasta el final de sus días como adulto (Jolibert, 1993). Este argumento
es una de las fuertes razones por las que se considera
la educación, y mas específicamente la educación
infantil, como
un aspecto de alta relevancia para la teoría psicoanalítica.
Para comprender el aporte del psicoanalisis al campo
educativo, principalmente es necesario definir ciertos conceptos.
El aparato psíquico
El aparato psíquico se divide en tres: ello, yo y súper yo. El
ello es la parte mas antigua del aparato psíquico. Representa todo lo heredado por constitución
biológica. En especial, se hace referencia a
las pulsiones. Según Freud, (1937). “El
poder del ello expresa el genuino
propósito vital del
individuo. Consiste en satisfacer sus necesidades
congénitas” (pp. 146). Es decir, se llaman pulsiones a esas
tensiones de necesidad del ello.
El yo es una forma de organización que media entre el
ello y el mundo exterior. Hacia afuera, toma y reconoce los
estímulos del
medio. Hacia adentro, hacia el ello, pretende dominar las
exigencias pulsionales (Freud, 1937). El aumento de las tensiones, tanto
ambientales, como
pulsionales, produce displacer, mientras que su reducción produce
placer. El yo, por lo general, tiende hacia el placer, y
pretende evitar el displacer.
Como se
mencionó anteriormente, el niño tiene un
largo periodo de infancia, es decir, un largo periodo de dependencia de sus
padres. Esteperiodo permite que los padres ejerzan sobre el
niño gran influencia (esta puede ser cultural, familiar, de raza entre
otras). Esto, ha recibido el nombre de súper yo
(Freud, 1937).
Como se puede ver, el ello representa una forma de influencia heredada
biológicamente, mientras que el superyó, representa mas
bien formas heredadas socialmente (Freud, 1937). La educación, se
encuentra justo en medio de estas dos fuerzas, pues esta entre la
instauración de la norma y el orden
biológico.
El papel del
psicoanalisis en el campo educativo.
El ello representa esos deseos que producen placer inmediato, mientras que el
súper yo representa los influjos de la sociedad para “reprimir”
dichos deseos y actuar en concordancia con sus propias normativas. Es por esto,
que la educación debe ser ese accionar adulto
que ayude al niño en ese paso del
placer hacia el de la realidad social. Esto es el principio
de la realidad (Jolibert, 1993).
La educación surge de la necesidad de conciliar la diferencia que hay
entre lo instintivo del
sujeto y las metas del
sistema social. “La educación comienza impidiendo que ciertas
tendencias impulsivas espontaneas se expresen libremente”
(Jolibert, 1993, pp. 4). La finalidad de la educación es instaurar ese
principio de la realidad como regulador de la conducta individual, pero dicha
instauración no significa la represión total de los instintos que
producen placer, sino la represión de su caracter inmediato
(Jolibert, 1993). Aunque Freud nodesmiente la necesidad de un
mínimo de represión de los instintos en la educación.
Es importante destacar, por ejemplo, el papel que tienen las diferentes
expresiones artísticas como
la música, estas como
formas de canalizar las pulsiones negativas. Esto se puede ver en la
película el violinista de Kaige (2002), en la que Chun Xiaochun, un joven de trece años de edad expresa y expulsa sus
sentimientos tocando el violín. Esto es claro hasta el final de la
película en el que toca con gran sentimiento el instrumento frente al
padre, su amiga y su primer profesor en el aeropuerto.
Es necesario aclarar que Freud no sugiere que el fin de la educación sea
el de substituir el deseo por la norma social, y mucho
menos reprimir las pulsiones. Por el contrario, lo que
propone es encontrar puntos de equilibrio entre la búsqueda de placer y
las limitaciones que impone la realidad social (Jolibert, 1993).
No se trata de una postura determinista -como la conductista- en que la
sociedad quiere algo y de acuerdo a sus requerimientos, moldea a sus
ciudadanos, reprimiendo los deseos de cada quien e imponiendo normas. De hecho,
Freud sugiere que la prohibición debe interiorizarse, “La
existencia de una moral individual demuestra que la regla impuesta por la
realidad no permanece en el exterior del sujeto, sino que éste
la asume en forma afectiva” (Jolibert, 1993, pp. 8). Y
para que dicha interiorización se dé, es necesario que el
individuo posea en sí mismo esa capacidadpara comprender la exigencia
social y la contrarreste con los impulsos internos. Esto se corresponde
con una capacidad de autorregulación.
Esto se ve en la película el violinista (Kaige, 2002) cuando Chun
Xiaochun, luego de vender el violín y ver a su padre enfadado y
preocupado, siente la culpa de haber cedido a sus
impulsos internos a costa de los ideales del
padre para su propio futuro. Pongo este ejemplo, pues
a pesar de que el padre lo regaña y le pega, es el joven quien
después de un tiempo interioriza el deseo de su padre y comprende que
había roto el equilibrio entre lo que se desea y lo que la sociedad (el
padre) espera.
Según Freud (1937), “una acción del yo es correcta cuando cumple al mismo
tiempo los requerimientos del ello, del superyó y de
la realidad objetiva, vale decir, cuando sabe reconciliar entre sí sus
exigencias” (pp. 144). Esto se puede relacionar con la educación
en el sentido de que ésta le puede brindar las herramientas al yo para
que pueda mediar entre las fuerzas del
placer (ello) y los requerimientos y normativas sociales impuestos
(súper yo), pero no como
la sustitución de la una por la otra.
Referencias
Freud, S. (1937). Obras Completas: Moisés y la religión
monoteísta Esquema del psicoanalisis y otras obras. Buenos Aires: Amorrortu.
Pp. 143-162.
Jolibert, B. (1993). “Sigmund Freud”. Perspectivas.
UNESCO. Vol. XXIII (87/88): 485-498.
Kaige, C. (2002). Película El violinista (Together).