-BENEVOLO-
“Int a la Arq. Capt I”
La dificultad principal, en el estudio de la arquitectura griega, depende del
hecho de que gran parte de nuestra cultura y de nuestro modo de ver los valores
artísticos depende precisamente de los griegos, por lo tanto contemplamos la
arquitectura griega bajo una luz particular, sin una actitud objetiva.
El valor determinante de la experiencia griega no depende solo de los
resultados alcanzados, sino principalmente del encuadramiento
conceptual que tal experiencia recibe la primera vez y que se mantiene estable
durante largo tiempo. Las actividades que se suelen llamar artísticas
–comprendiendo el conjunto de su aspecto manual que su significado ideal- se
consideraron la primera vez como funciones autónomas, que emergían de las
exigencias rituales, conmemorativas, iconográficas; además, la creación y la
ejecución, el valor utilitario y el valor contemplativo de los objetos
producidos se consideraban interdependientes que se nominaban con vocablos que
abarcaban globalmente cada sector (arquitectura, pintura, escultura, etc).
Estas funciones se referían a las capacidades naturales del hombre, fuera
de toda limitación social. La arquitectura y las otras artes son profesiones
liberales; los artistas son intelectuales, sus nombres nos han sido
transmitidos por su fama, y su capacidad aparece como una prerrogativa personal
que no tiene que ver con el lugar ni con su origende clase; en la valoración de
las causas de esta capacidad, los griegos tendían a valorar la educación y la
experiencia, poniendo el acento en los recursos naturales, en el temperamento
individual.
Pero los griegos fueron por la senda intelectual mucho mas allá, y
comprendieron la arquitectura, como las otras artes, casi en forma
de ciencia. Para cualquiera de las artes se
supone que existen reglas objetivas, análogas a las leyes de la naturaleza, y
que el valor de cada experiencia particular consiste en adecuarse a ellas. En la arquitectura se ha convenido llamar a estas reglas con el nombre de ORDENES:
-orden dórico
-orden jónico
-orden corintio
Los ordenes arquitectónicos no son reglas materiales, es decir, modelos
completamente determinantes, sino reglas ideales, que pueden traducirse
concretamente de modos muy distintos. Entre la forma intelectual y la
realización practica existe un margen que puede ser
colmado de muy diferentes maneras, y en la elección entre estas maneras está la
libertad de los diseñadores.
Los diseñadores griegos seleccionaron poco a poco la multiplicidad de las
soluciones arcaicas, y cada vez que encontraban una solución convincente la
consideraban como
una norma adquirida, hasta que cualquiera otro nuevo hallazgo contiene un campo
de elección, que admiten aplicaciones distintas y originales.
Los ordenes arquitectónicos derivan de una interpretación
particular delsistema constructivo trilítico, que llega a ser el sistema
obligado para la construcción de todos los edificios más importantes, aunque
los griegos conozcan también la bóveda.
Con respecto a los hábitos formales de los griegos, cada objeto debe ser
presentado del modo más directo, y su compresión debe reducirse lo más posible
a las percepciones sensibles inmediatas; y así como él limite de estas
percepciones es en primer lugar la superficie, la consistencia de cada cosa
está sobre todo relacionada con la conformación geométrica que involucra, que
debe ser presentada con la máxima claridad y precisión.
Las superficies asilan y distinguen entre si a los objetos.
Cada objeto debe ser reconocido en su individualidad antes de entrar en
composición con los otros objetos. Esto ayuda a comprender
las relaciones entre el orden y el edificio entero. Las reglas generales
conciernen casi siempre a los elementos y no a los organismos en conjunto;
existe siempre la posibilidad de aislar mentalmente el sistema
columna-arquitrabe del de un edificio y precisamente esta posibilidad permite
el control indirecto sobre la composición del conjunto, vinculando al diseñador
con el empleo de elementos previamente fijados.
En un templo dórico períptero las columnas están
situadas encima alrededor de la cella, a intervalos razonables; detrás de ellas
el muro lleno, a una distancia apropiada, hace de plano
de fondo que recibe las sombrasproducidas y asegura el máximo relieve de los
elementos en primer plano.
Las estrías todas iguales confirman que el tratamiento del fuste es uniforme en todo el contorno y
sirve como
representación percibida de toda la superficie cilíndrica en los límites de un
solo ángulo de visión. El modelado del
capitel y del
arquitrabe es tan fino que obliga al observador a contemplarlo de cerca,
contribuyendo a presentar cada parte con orden y evidencia. El
observador ve simultáneamente dos paredes, pero repetición uniforme que en las
otras dos paredes continuas el tratamiento. Con una sola mirada se hace
una idea adecuada del
organismo entero. Además, al ser la planta un
rectángulo, la igualdad entre interejes proporciona un medio para comparar el
largo con el ancho y permite relacionar ancho y largo con la altura real; así
el orden es un medio para obtener una evaluación inmediata de las proporciones
de todo el edificio.
Deformación halladas en los edificios griegos
 A partir de una cierta época las líneas rectas se sometieron a leves
curvaturas según los ejes de simetría principales.
 Los interejes próximos a los ángulos son más breves y las
columnas progresivamente mas gruesas.
 Los ejes de las columnas, mas que verticales, están levemente inclinados
hacia el interior del
edificio.
 Las columnas de los lados cortos son mas gruesas que aquellas de los lados
largos, de tal forma que la columna de ángulo resulta
de sección elíptica.
 Lospisos son levemente convexos
Estos detalles se interpretan como correcciones ópticas, es decir, soluciones
para compensar las diferencias de las condiciones visuales de los diferentes elementos
(por ejemplo, las columnas de esquina, mas expuestas a la luz, parecerían mas
delgadas, por lo tanto son ensanchadas), o bien para corregir ilusiones ópticas
(por ejemplo, una línea perfectamente horizontal aparecería un poco ahondada en
el centro, por lo que se ha levanta en la mitad, una vertical parecería salirse
de aplomo, por lo tanto se la inclina hacia atrás).
Estas deformaciones conducen al debilitamiento de la autonomía concedida a cada
elemento y refuerzan la unidad de conjunto, porque la forma de los elementos se
modifica de acuerdo con su posición en el conjunto, por tanto lo llevan en si
una marca de la situación que ocupan.
La composición por simetría, el empleo de las leyes geométricas y de los
sistemas de coordinación óptica se circunscriben al edificio, porque los
griegos limitaron el empeño de la composición arquitectónica, evitando aplicar
los mismo métodos en escala más extensa. De esta deliberada limitación proviene
el concepto mismo de edificio que es propio de la tradición clásica y europea,
es decir, la costumbre de sacar de la continuidad del ambiente urbano una
porción definida para someterla a una disciplina unitaria y reconocible.
Los griegos nunca consideraron el trazado de unaciudad en proporción con el
trazado de un templo. El diseño regular de algunos
elementos urbano es un hecho empírico y se contradice
por la irregularidad de muchos otros elementos más importantes tengan un
esplendor individual preciso.
El control racional de las experiencias no es nunca llevado mas
allá de un cierto limite, porque interviene un acusado sentido de la medida que
impide extenderlo a una escala donde resultaría forzado.
Los griegos no se esfuerzan en extender las características de los edificios al
ambiente circundante, sino más bien por acoger las sugerencias del
lugar en los edificios mismo, armonizándolos con todo el paisaje y resolviendo
cada conjunto parcial en el conjunto general, paisajista. Así se explica toda
la extraordinaria riqueza de la sensibilidad griega, pero el procedimiento no va mas allá de un sistema empírico e intuitivo irreducible a
reglas racionales.
Así, la eventual rigidez de la composición interior de los edificios halla su
corrección en la libertad de las relaciones exteriores, y los factores
racionales se compensan con los irracionales. Lo irracionales sienten como
limite exterior continuamente presente en la periferia de los hechos
racionales. Este débil equilibrio entre intelectualidad y empirismo, entre
planeamiento y espontaneidad, es él más precario de los caracteres de la
arquitectura griega y aparece inseparable del clima político
y social de la polis democrática.