Tras el glorioso triunfo del Ejército
Patriota en Chacabuco, nuestros hombres de armas iniciaron una agotadora
campaña militar para poner término en forma definitiva a la
ocupación española y consolidar la Independencia de Chile. Como
consecuencia de esa derrota, el Ejército Realista escapó con
parte de sus medios a Valparaíso, a fin de reembarcarse para el
Perú, mientras el resto de las tropas lo hacía en
dirección al sur del país a objeto de reorganizarse y enfrentar
nuevamente al triunfante Ejército de Los Andes.
Las fuerzas realistas al mando del
brigadier José Ordoñes, presentaron en Talcahuano
una sostenida resistencia
a la división Chilena que marchó tras ellos a combatirlos. A
fines de Diciembre de 1817, el Libertador General Bernardo O'Higgins
debió emprender la retirada hacia el norte, al frente de toda su
División, en atención a que una nueva fuerza expedicionaria
enemiga al mando del General don Mariano Osorio, se aprestaba a desembarcar en
la bahía.
Batalla de Maipú, 5 de abril de 1818.
Tras el glorioso triunfo del Ejército Patriota en
Chacabuco, nuestros hombres de armas iniciaron una agotadora campaña
militar para poner término en forma definitiva a la ocupación
española y consolidar la Independencia de Chile. Como consecuencia de
esa derrota, el Ejército Realista escapó con parte de sus medios
a Valparaíso, a fin dereembarcarse para el Perú, mientras el
resto de las tropas lo hacía en dirección sur del país a
objeto de reorganizarse y enfrentar nuevamente al triunfante Ejército de
Los Andes. Las fuerzas realistas al mando del brigadier José Ordoñes,
presentaron en Talcahuano una sostenida resistencia a la
división Chilena que marchó tras ellos a combatirlos. A fines de
Diciembre de 1817, el Libertador General Bernardo O'Higgins debió
emprender la retirada hacia el norte, al frente de toda su División, en
atención a que una nueva fuerza expedicionaria enemiga al mando del
General don Mariano Osorio, se aprestaba a desembarcar en la bahía. La
División O'Higgins se reunió con el grueso del
Ejército el 06 de Marzo de 1818 en la localidad de San Fernando.
Trece días mas tarde, esta fuerza era derrotada en Cancha Rayada
en las cercanías de la ciudad de Talca, produciéndose una
dispersión general de las tropas patriotas y quedando gravemente herido
el General O'Higgins en su brazo derecho, situación que lo obligó
volver a Santiago. Lo ocurrido en Cancha Rayada no fue motivo para que los
bravos hombres del Ejército Patriota, abandonaran la campaña
emprendida reagrupandose nuevamente en menos de dos días en una
cantidad cercana a los 4.000, logrando el General en Jefe, José de San
Martín, en los días siguientes, reconstituir las unidades en su
casi totalidad. Así, el 02 de Abril, elEjército Patriota al dejar
el campamento de Ochagavía para trasladarse a los cerrillos de Maipo,
aparecía organizado en tres divisiones con un total general de 396 Jefes
y Oficiales y un poco mas de cinco mil suboficiales clases y soldados
que eran sin lugar a dudas, el mas importante de todos los factores que
se encontraban enfrentando al enemigo, para derrotarlo definitivamente y
asegurar en forma definitiva, la Independencia Nacional.
Por su parte, el Ejército Realista, no había cesado en su
afan por consolidarse y derrotar a los patriotas, iniciando
después de Cancha Rayada, una insistente y agotadora persecución,
la que fue resistida en los campos y ciudades, situación que fue
retardando su avance hacia Santiago, dando algún tiempo a los patriotas
para reorganizarse y planificar la forma de detenerlos e impedir su llegada a
la capital. Previendo esta situación y ya en Santiago, el General
O'Higgins dispuso algunas medidas de importancia que ayudaran al fin propuesto,
como por ejemplo recoger los fusiles y sables que Manuel Rodríguez
había distribuido en el pueblo con anterioridad; apresurar el
envío de armas desde Los Andes; adquirir o requisar las armas de los
comerciantes y particulares de Santiago para rearmar el Ejército; reunir
combatientes, especialmente de línea, entre la población y
dispersos llegados desde el sur; dejar para los servicios auxiliareslas
milicias y organizar un campo de instrucción en Ochagavía al sur
de Santiago.
Entretanto el General Osorio, sólo después de pasar por San Fernando, a fines de Marzo, confirmó que no
había logrado derrotar en forma definitiva al Ejército Patriota
en Cancha Rayada, y mas aún, que éste se encontraba en
condiciones de presentar resistencia e incluso triunfar.
Frente a esta situación se hacía inminente un
nuevo y definitivo enfrentamiento entre las fuerzas patriotas y realistas en
las cercanías de Santiago.
En conocimiento ambos ejércitos de sus movimientos y
número aproximado de hombres, establecieron campamentos relativamente
cercanos al sur poniente de Santiago.
Allí las tropas respectivas descansaron y se
prepararon para el combate. Al anochecer del día 04 de abril el
Ejército Realista alcanzó la Hacienda de Lo Espejo quedando a
unos 7 kilómetros de las fuerzas patriotas. Al amanecer del 05 de abril
el Ejército patriota ocupaba una posición en los cerrillos de
Maipo, en el borde sur de una loma que corre de oeste a este, con la
División Las Heras a la derecha, la División Alvarado a la
izquierda y la División Quintana, atras. El
Regimiento Granaderos, a caballo, quedó en la extrema derecha y los
escuadrones de Cazadores de la Escolta Directorial, a la izquierda. La
artillería fue ubicada en el centro y las alas.
En cuanto al Ejército realista, cabe recordarque sintiéndose su
Comandante en Jefe (General Osorio) mas débil que el adversario,
resolvió ocupar una posición en el borde de una meseta triangular
que se extendía al norte de las casas de Lo Espejo. Ubicó
en el extremo de su ala izquierda (N. O.), en una pequeña altura, la
División Primo de Rivera. En el bajo, hacia su derecha, al
norponiente del
camino a Valparaíso, quedó instalado el Regimiento Dragones de la
Frontera. La División Morla ocupó la mitad poniente del borde de la loma triangular
y pasó a constituir el centro
de la línea. El ala derecha la formaba la
División Ordoñes. Dandose frente
los dos ejércitos, separados por una hondonada, permanecieron
inmóviles en sus respectivas posiciones, a la espera de los
acontecimientos. A las 11:30 de la mañana ordenó San
Martín que rompieran el fuego las 8 piezas de la artillería del
Comandante Blanco Encalada y las 4 de reserva. La artillería realista
respondió en el acto. Al cabo de media hora y ante la ninguna
efectividad de estos fuegos, San Martín impartió orden a las
Divisiones Las Heras y Alvarado de atacar al enemigo que tenían
enfrente. El Coronel Las Heras lanzó los cuerpos de su División
contra la División Primo de Rivera, con apoyo de la artillería de
Blanco Encalada. La División Alvarado, apoyada por la artillería
de Borgoño, avanzó contra el ala S.E. del adversario, donde se
encontraba el BrigadierOrdoñes. En un momento dado, cuando el desarrollo
de la lucha parecía confuso, se oyó a la espalda de la
línea patriota un toque de carga: era la reserva propia que entraba a
participar en la acción, contra las Divisiones Ordoñes y Moria.
En los mismos momentos, los escuadrones de Cazadores de la Escolta Directorial,
comandados por el Coronel Freire, cargaron contra la caballería enemiga
que se había situado en el flanco este, dispersandola en todas
direcciones. El Teniente Coronel D. Santiago Bueras
cayó al frente de su escuadrón, con el pecho atravesado por una
bala adversaria. La infantería patriota acometía con
singular bravura y la infantería realista resistía con una
tenacidad admirable. Formadas en cuadro, las Divisiones Moria y Primo de Rivera
resistieron ademas, entre 8 y 1 0 cargas de la caballería
patriota y, cuando mas tarde advirtieron el repliegue del centro y del
ala derecha sobre las casas de Lo Espejo, tomaron el mismo rumbo y se reunieron
al grueso, sin que los jinetes patriotas lograran desorganizar sus filas. En
los instantes en que las últimas tropas realistas alcanzaban las citadas
casas de Lo Espejo, llegaba al campo de batalla el Libertador O'Higgins,
seguido de un millar de milicianos y de algunos
cadetes de la Academia Militar. Se dirigió hacia el lugar en que se
encontraba el General San Martín y, echandole al cuello su brazo
izquierdo, le dijoemocionado: '¡Glorias al Salvador de Chile!'. EI General en Jefe
respondió: 'General: Chile
no olvidara jamas el nombre del ilustre invalido que el
día de hoy se presentó herido en el campo de batalla'.
Ordoñes había reunido en las casas de Lo Espejo las 6
compañías de infantería que comandaba Primo de Rivera y
cuya moral era muy alta, a pesar de haber perdido mas de un tercio de
sus efectivos y los restos de los 4 regimientos de infantería que se
habían retirado del centro y del ala derecha. Al
llegar al lugar, San Martín dispuso que Borgoño y Blanco batieran
con su artillería dichas casas. La infantería patriota
cargó con ímpetu irresistible y no daba ni
podía cuartel. Impresionado por la violencia de la
lucha, el Coronel Las Heras ordenó suspender el fuego a los suyos.
Los restos del Ejército Realista, refugiados en el huerto y la
viña, se vieron obligados a rendirse, mientras los milicianos y huasos
que habían llegado con O'Higgins perseguían a los dispersos y los
capturaban al lazo. De los 4.500 realistas que participaron en la batalla
fueron muertos 1.500; 2.289 fueron hechos prisioneros y unos 700 lograron
retirarse en orden bajo el mando del Coronel Rodil.
La Batalla de Maipú dejó de manifiesto una vez mas, la
brillante capacidad militar del General José de San
Martín, su talento organizador, su energía disciplinaria y el
conocimiento que tenía de sushombres. Así también,
trascendental fue la experiencia adquirida por los oficiales, suboficiales,
clases y soldados del Ejército Patriota en las
campañas anteriores, demostrando homogeneidad, fe y entusiasmo en sus
misiones.
En este hecho de armas quedó de manifiesto la
importancia del
mando y el conocimiento exacto de los hombres. La disciplina militar expresada
por las correctas maniobras estratégicas que precedieron la batalla, las
habiles maniobras en el campo de acción y la combinación del empleo oportuno de las
armas, fueron la manifestación mas clara de ello, haciendo de
Maipú la primera gran batalla americana,
histórica y científicamente comprobado. Allí,
la Nación y el Ejército eran una sola entidad, pues los otros
servicios públicos casi no existían y a la suerte de las armas
estaba ligado el porvenir de la naciente patria. Por esto, todos los
elementos aprovechables eran soldados y éstos, lo mejor del
país.
Maipú afianzó en forma definitiva los notables resultados de la
jornada de Chacabuco y llevó al convencimiento de los mandatarios y
jefes realistas del Perú, Alto Perú y Nueva Granada, que la
emancipación de la América Hispana era un hecho indiscutible e
irrevocable.
Gran participación tuvo en esta batalla la Caballería, razón
por la cual todos los años, en honor a esta
histórica fecha, se celebra el día del Arma de Caballería Blindada.