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AULLAGAS (la ciudad de los andes) - El esplendor de la plata



Ayllu-acas, Awlla-jasa, Awllagas denominativos aymara y quechua que con el tiempo han quedado como Aullagas. En quechua, awlla significa “grande” y jasa, “tierra blanda”. Mientras, en aymara, ayllu quiere decir “clan familiar” y acas significa “esta” o “este”.

Las dos interpretaciones identifican a un asentamiento en la región andina que perteneció a una cultura aymara conquistada por el inca Túpac Yupanqui (1475) y anexada al Kollasuyo. En la Colonia perteneció a la Audiencia de Charcas y de Buenos Aires. Y desde 1825, el territorio es parte del departamento de Potosí, provincia Chayanta, en la jurisdicción de Colquechaca, a una altitud de 4.685 metros sobre el nivel del mar.



Hoy, las imagenes son elocuentes. Queda un pueblo abandonado que en su esplendor fue el centro minero mas importante de la zona.

El cronista Garcilaso de la Vega cuenta que Diego de Almagro y su lugarteniente Juan de Saavedra descubrieron el mineral de Aullagas. El español tomó posesión del lugar y lo incorporó al centro real de Castilla el 9 septiembre de 1535 como Miguel de Avllagas: 20 leguas algo pobladas, abastecidas con pan de maíz. Se empezó a construir el templo de San Miguel de Aullagas el 5 deseptiembre de 1538. Allí, cada lunes se distribuía la mita.

Según los documentos de 1545 de las Arcas Reales de la Casa de Moneda, el mineral de Aullagas en el partimiento fue dado en encomienda a Hernan Núñez Vela.

Desde ese año las minas de Aullagas, con el repartimiento y la explotación de los metales, no fueron menos importantes que Potosí o Porco. En 1576 fueron declaradas como Patrimonio del Rey. Muchos mineros, azogueros, caballeros y hacendados asentados en estas minas hicieron grandes inversiones.

1660. Empieza el auge de los metales de plata. Se explota el rosicler, la huilmabarra y la takabarra; plata pura que se funde con una mecha en el azogue y las huarachinas (horno de barro para fundición).

En Aullagas se acuñaban monedas de plata para el trueque como la tumina o el pisu, que se cobraban sacando un pedazo a golpe de cincel y martillo, según el peso.

El esplendor de la plata

La bonanza de Aullagas duró de 1650 a 1780.
Como prueba queda la infraestructura de los socavones en piedra labrada o canteada. Muchos socavones tienen dentro infraestructura para los mitayos y para animales de carga que permitían el traslado de escombros y metales de plata para ser procesados en los ingenios por losmétodos de amalgamación con azogue o por fundición. Ambos sistemas eran los mas utilizados en función de la calidad y pureza del metal.

Los socavones contienen abrevaderos para animales, caballerizas, salas y otros ambientes en los que existen bancadas, respiraderos circulares, lumbreras y escalones que comunican galerías y socavones.

Aullagas movió ingentes cantidades de dinero, y atrajo gente de todos los lugares de España, de condes a buscadores de fortuna. Por ello se asentaron desde lúgubres bares hasta elegantes almacenes. Los dueños de las minas comprometían a los mitayos con mercaderías a precios muy altos, de tal forma que éstos no podían cubrir sus deudas, quedandose a trabajar por años en los socavones.

El diccionario geografico del Consejo de Indias de Antonio Alcedo define a Aullagas comoPueblo de la provincia y corregimiento de Chayanta en el Perú”. La actividad política de la Colonia centralizó sus oficinas públicas de corregimiento, alcalde minero, jueces, ejército realista, caciques y recaudadores en esta región. Joachin Alos, corregidor de la provincia, inauguró el primer Banco de rescate de minerales en su domicilio de la plaza principal de Aullagas con un cartel escrito a mano que decía: “Banco derescates de mineral de plata”.

El crecimiento poblacional, el progreso y el apogeo minero permitieron descubrir importantes socavones como la mina Collke-chaka en las faldas del cerro Jatun Orko.

La rebelión indígena de 1778, encabezada por Tomas Katari, fue reprimida por las autoridades reales de Aullagas. El ejército de Jankhonasa, las autoridades políticas y mineros de la Colonia son autores principales en la dispersión del movimiento y la muerte de Tomas Katari a manos del industrial minero Manuel Alvarez Villarroel.

La incursión indígena comandada por Tomasina Silvestre y María Teresa Kurusa provocó el saqueo y quema del templo y la repartija de los bienes de Villarroel y de los otros mineros de la región.

Decadencia en la República

Cuando nació la nueva República el 6 de agosto de 1825, se garantizaba la seguridad y la explotación minera a los dueños.
Sin embargo, el auge de Aullagas ya estaba en declive.

El año 1872 tuvo gran importancia económica para el país por la Cuestión de Aullagas, año en que se ventila un pleito en el Parlamento Nacional contra la casa Arteche por usurpación. Litigante el Estado se enfrentó a la casa Arteche, que involucró a muchas autoridades político-judiciales de Colquechaca,provocando una crisis parlamentaria que termina con la vida del presidente Morales. Este suceso es atribuido a Arteche de Colquechaca, según se manifiesta en el periódico La Estrella.

Pero fue el saqueo permanente de sus recursos minerales lo que causó la inminente caída de Aullagas.

Simón I. Patiño, con la esperanza de reactivar las minas, invirtió en proyectos a largo plazo. Las plantas hidroeléctricas, la construcción de oficinas, la gerencia, una casa de maquinas y la dotación de energía eléctrica formaron parte de su plan. Sin embargo, su participación se frenó por las pérdidas millonarias por la guerra mundial y con la baja de la plata. Patiño se retiró hacia sus minas productivas de estaño.

Entre 1960 y 1970, la baja de los minerales ocasionó la decadencia y despueble definitivo de Aullagas, junto a las bajas temperaturas y la altura; los automóviles permitían el traslado facil de mineros. Pero el golpe certero para su muerte lo dieron unos feligreses que fueron a orar y poner velas al Señor de Burgos, en la iglesia de San Miguel de Aullagas. Por un accidente se incendió la iglesia y los santos rescatados se trasladaron a la iglesia de Colquechaca. Hoy, de la vital Aullagas, sólo quedan ruinas y recuerdos.


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