INTRODUCCIÓN
La osteomielitis es una infección del hueso, tanto de la porción cortical
o medular, como
de ambas. Aunque las bacterias son los principales agentes causales, pueden
producirla otros microorganismos, como virus, hongos y
parasitos.
Las infecciones óseas son a menudo difíciles de
diagnosticar y complicadas en su manejo, ocasionando graves problemas de
morbilidad e incluso de mortalidad. En la actualidad disponemos de
modernos antimicrobianos, con potente acción bactericida y actividad
demostrada en el tejido infectado, así como nuevos
procedimientos quirúrgicos de gran interés y efectividad, que
utilizamos en infecciones confirmadas mediante numerosas técnicas
diagnósticas. Sin embargo, desgraciadamente no siempre se logra el
éxito clínico, siendo difícil superar tasas de curación
del 80% al
término del
tratamiento. Tras un período de seguimiento, puede reaparecer la
infección, con lo que esta cifra se reduce todavía mas 1 . La posibilidad de recidivas al cabo de mucho tiempo ha
llevado a autores tan prestigiosos como
Mader a no aceptar el término de 'curación' y preferir
el de 'detención o parada' Si el
paciente sufre un traumatismo en el area afectada, o disminuye la
respuesta del
huésped, los microorganismos pueden proliferar y desencadenar una
reaparición de la infección
En las últimas décadas ha aumentado el interés surgido en
torno a esta enfermedad, al ampliarse las posibles situaciones en que se
desencadenaría, que son tanto de índole epidemiológica
(edad, adicción a drogas, enfermedades crónicas), como
iatrogénica (farmacos, técnicas invasoras, procedimientosquirúrgicos).
La extraordinaria importancia actual de los traumatismos y el amplio desarrollo
de materiales de implante o protésicos &endash;con
riesgo de contaminación&endash; y la gran catastrofe que la
infección representa en estos casos, aún magnifican mas la
relevancia de esta enfermedad 4,5 .
No todas las osteomielitis son iguales. Cualquier area del esqueleto puede
verse lesionada: bóveda craneal, esternón, huesos de la cara,
falanges, vértebras, huesos largos, etc. Unas tienen su origen como
consecuencia de una diseminación hematógena, mientras que otras
se deben a un acceso directo a los huesos, bien sea por infección
contigua o a partir de una herida, diferenciando a su vez el estado previo de
la vascularización. Existen entidades clínicas propias del neonato, del ADVP, del
anciano, etc. Las de origen estafilocócico son las mas frecuentes
&endash;como agente individualizado&endash;, pero en la actualidad, y
en especial en las formas nosocomiales con tendencia a la cronificación
y de tipo contiguo, los bacilos gramnegativos, aerobios o facultativos han
incrementado su incidencia superando globalmente a los anteriores. Los
anaerobios se han recuperado en porcentajes que
oscilan aproximadamente en el 1-30%, lo que dependería de la preocupación
del médico por su
identificación, de las técnicas microbiológicas
desarrolladas, así como
de la calidad de la muestra. Las infecciones suelen ser monomicrobianas, aunque
en un 30% se demuestra la participación de
varios gérmenes. También hay formas específicas
(tuberculosis, brucelosis, equinococosis).
Ante la diversidad de localizaciones,mecanismos de
producción y agentes causales, es razonable esperar una variabilidad en
las manifestaciones clínicas, los pronósticos y tratamientos. La
evolución de la infección en el tiempo presenta, asimismo, una
extraordinaria significación, puesto que tras la colonización
&endash;y excepto en el paciente neutropénico&endash; se genera
inmediatamente una respuesta inflamatoria local, con la participación de
elementos celulares, liberación de enzimas, extravasación
líquida, congestión vascular, isquemia, osteopenia, etc. Estos
acontecimientos conducen a la aparición de tejidos desvitalizados,
fragmentos óseos sin vascularización (secuestros), respuesta
osteoblastica con formación de hueso nuevo (involucro) e intento
del area infectada de abrirse camino hacia el exterior, mediante la
producción de una fístula, por donde brotara material
purulento, acompañado &endash;en ocasiones&endash; de restos
óseos. El paso de la forma aguda (2 semanas) a la crónica (4
semanas o mas) condiciona también la elección
terapéutica, ya que en las primeras semanas, cuando tan sólo hay
una reacción inflamatoria, pueden tratarse con antimicrobianos, mientras
que en las últimas, con importantes alteraciones tisulares sera
necesario recurrir a la combinación con la cirugía. Con el tiempo
de evolución los microorganismos adheridos mediante su envoltura mucosa
(slime) a los tejidos desvitalizados, fibras, hematomas, materiales de
implante, etc., se multiplican constituyendo una biopelícula de muy
difícil erradicación, dado que su propia estructura impide la
actuación de los elementos celulares defensivos y de
losantibióticos, teniendo los gérmenes una capacidad de
supervivencia con escasos requerimientos y favoreciéndose una amplia
colaboración interbacteriana.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los síntomas incluyen calor, hinchazón y dolor en el area
afectada. La fiebre y las manifestaciones constitucionales pueden
presentarse o no. Algunos niños con osteomielitis hematógena
muestran fiebre de aparición brusca, irritabilidad, astenia y signos
inflamatorios locales, generalmente sin formación de fístula. Al comienzo predominan los signos de participación de los
tejidos blandos. En las osteomielitis vertebrales
hematógenas destaca el dolor, el espasmo muscular y la hipersensibilidad
a la presión. En las crónicas suelen
surgir trayectos fistulosos. En las asociadas a prótesis, el
dolor persistente debe ser un motivo de alarma. Entre
las pruebas de laboratorio siempre hay que incluir un hemograma con recuento y
fórmula leucocitarios, VSG, bioquímica urinaria y
sanguínea y detección de la proteína C reactiva
RADIOLOGÍA
En el estudio radiografico deben valorarse el hueso y las partes
blandas. El absceso intramedular originado tras una
diseminación hematógena no es visible en su inicio.
Durante la primera semana, cuando el pus y el edema se extiendan hacia el
exterior, podra apreciarse una pérdida de continuidad en la
cortical, obliteración y desplazamiento de los planos musculares
profundos, hinchazón muscular y edema subcutaneo. Las
imagenes óseas que la radiología puede aportar no se
perciben hasta la segunda o tercera semana, cuando la pérdida de masa
ósea ya supera un 30%. También se
observa la respuesta delperiostio y de la médula, produciendo un depósito de hueso nuevo (involucro). La presencia
de un area con densidad aumentada
indicaría hueso muerto, reactivo o ambos. En
niños, los cambios en tejidos blandos y la neoformación
perióstica son mas llamativos. En los
mas pequeños, la ausencia parcial de osificación de las
epífisis hace mas difícil identificar la
destrucción ósea. Al encontrar
reacción perióstica y destrucción cortical siempre hay que
descartar una neoplasia. Mientras que en esta entidad hay gran
desproporción entre ambos factores, en la infección la
formación perióstica es proporcional a la destrucción
cortical 7 .
En la osteomielitis subaguda han evolucionado tanto el
proceso destructivo como
el reparador. En el absceso de Brodie es característico un halo de densidad aumentada, debido a que la
formación perióstica rodea el
centro tenue donde se encuentra la infección.
En la osteomielitis crónica hay una gran regeneración ósea
y deformidades muy llamativas. Estos procesos evolutivos hacen
difícil apreciar la destrucción ósea mediante la
radiografía convencional. Los signos característicos del estado
crónico son el secuestro y el involucro 7 .
En la vecindad de una prótesis debemos sospechar una osteomielitis
incipiente si hay una progresiva reabsorción en su entorno. En cuanto a
las evidencias de infección vertebral, las buscaremos en la cara anterior del
cuerpo. Desde ahí se extiende al espacio intervertebral produciendo un estrechamiento, pérdida de definición de la
cortical y afectación de las vértebras adyacentes. Si bien es una
buena técnica diagnóstica para el seguimiento de laenfermedad
establecida su utilidad es limitada en la aguda 7 .
TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA (TC)
Hoy día ofrece una alta resolución. Es
muy útil para observar la cavidad medular, los secuestros, la presencia
de gas, la presentación de hueso reactivo, la alteración cortical
o la extensión de la destrucción ósea y su
expansión hacia los tejidos blandos 7,8 .
RESONANCIA MAGNÉTICA (RM)
Es la prueba diagnóstica de imagen que mejor definición presenta.
Por no usar radiaciones ionizantes, puede utilizarse
en embarazadas, pero no en portadores de prótesis o marcapasos. Son
perfectamente visibles, tanto las alteraciones aparecidas en la médula o
cortical óseas, como las de las partes blandas
circundantes. La RM es fiable para establecer un
diagnóstico diferencial con otros procesos óseos no infecciosos,
tales como
fracturas, metastasis, gota, linfoma o histiocitoma maligno. Con la RM
se podría distinguir la osteomielitis aguda como la pobre definición de planos en las
partes blandas, con ausencia de espesamiento en la corteza y tenue interfase
entre la médula infectada y la sana.
La crónica se presentaría con anormalidades mas precisas
en los tejidos blandos, espesamiento de la corteza y una relativamente buena
interfase entre la médula infectada y la sana. La RM es de
gran utilidad en la osteomielitis vertebral, al observarse con nitidez tanto el
cuerpo y el disco como
los posibles abscesos epidurales o paraspinales. También es improtante
en las infecciones en el pie del diabético
(diagnóstico entre celulitis y osteomielitis) y en la sacroilitis
infecciosa. La RM ofrece una sensibilidad que oscila en el90-100%,
especialmente si se utiliza como
contraste el gadolinio-DTPA 7 .
CONCLUSIÓN
No es necesaria la presentación de manifestaciones sistémicas
graves para pensar en una osteomielitis. Basta con unos antecedentes
sospechosos acompañados de dolor, tumefacción, enrojecimiento,
calor y/o una fístula. El mal olor o la formación de gas nos
orientarían hacia la presencia de anaerobios, aunque no necesariamente.
No siempre tienen un origen traumatico, ya que
la llegada de los microorganismos ha podido ser por vía
hematógena o a partir de una infección contigua. El recuento leucocitario suele ser normal. la velocidad de sedimentación no siempre se eleva,
pero cuando ocurre su descenso constituye un parametro de gran eficacia
para valorar la respuesta al tratamiento. Inicialmente ha de
realizarse una radiografía de la zona. Ante la sospecha
mas fundada de osteomielitis, las pruebas con isótopos y la TC
nos serviran para confirmarlo. La RM, si bien proporciona la imagen de
mejor calidad, es mas cara, laboriosa, no
esta disponible en todos los centros y no es valida en pacientes
portadores de prótesis. Por último deberemos identificar a los
microorganismos causales mediante muestras tomadas directamente del
foco o hemocultivos. La gravedad de la enfermedad aguda precisa de un tratamiento antibiótico urgente y empírico,
mientras que en la osteomielitis crónica esperaríamos a conocer
los agentes causales para instaurar el tratamiento antimicrobiano. La
indicación de la cirugía tiene que ser siempre meticulosamente
valorada
Osteomielitis
La osteomielitis es una infección súbita o de larga data delhueso
o médula ósea, normalmente causada por una bacteria
piógena o micobacteria[1] y hongos.[2] Los factores de riesgo son trauma
reciente, diabetes, hemodialisis y drogadicción intravenosa.
Contenido[ocultar] * 1 Etiología * 2 Patogenia
* 3 Cuadro clínico * 4 Tratamiento * 5 Referencias * 6 Enlaces externos
|
Etiología
El Staphylococcus aureus es el organismo comúnmente mas aislado de todas
las formas de osteomielitis. La osteomielitis iniciada hematogenamente es vista
con frecuencia en niños, y casi el 90% de los casos es causada por la
Staphylococcus aureus.
Causas mas frecuentes de osteomielitis
Grupo etareo | Organismos mas frecuentes |
Neonatos (menores de 4 meses) | S. aureus, Enterobacter sp, y Streptococcus
grupo A y grupo B |
Lactantes y preescolares (4 m a 4 años) | S. aureus, Streptococcus
pyogenes, Haemophilus influenzae, y especies de Enterobacter |
Escolares y adolescentes (de 4-19 años) | S. aureus (80%), S. pyogenes,
H. influenzae, y especies de Enterobacter |
Adultos | S. aureus y ocasionalmente Enterobacter o especies del Streptococcus
|
La osteomielitis aguda ocurre casi siempre en niños. Cuando aparece en
adultos, suele deberse a un compromiso en la resistencia del sujeto
debido a debilidad, drogodependencia, infecciones del canal de la raíz de un diente o
por el uso de medicamentos inmunosupresores.
La osteomielitis es también una complicación secundaria en 1-3%
de los pacientes con tuberculosis 3] En esos casos,
la bacteria suele esparcirse por la circulación sanguínea,
infectando la sinovial antes de llegar al hueso subyacente.[3] En la
osteomielitistubercular, los huesos largos y las vértebras son las que
suelen quedar afectadas.[3]
Patogenia
Generalmente los microorganismos han diseminado hasta el hueso por vía hematógena,
por ejemplo, a través del torrente sanguíneo. También se
esparcen contagiosamente al hueso desde areas locales de
infección, así como la celulitis o
bien por un trauma penetrante 2] incluyendo causas
iatrogénicas como
reemplazos articulares o la fijación interna de fracturas o de
canalizaciones (Endodoncias, Tratamientos de Conducto) de la raíz de los
dientes. Una vez que el hueso esta infectado, los
leucocitos entran en la zona infectada, y en su intento de eliminar los
organismos infecciosos, liberan enzimas que corroen el hueso. El pus se
extiende por los vasos sanguíneos del hueso, ocluyéndolos y formando
abscesos lo cual priva al hueso del flujo
sanguíneo, y se forman en la zona de la infección areas de
hueso infectado desvitalizado, conocido como
secuestro óseo, que forma la base de una infección
crónica. A menudo, el organismo tratara de
crear nuevo hueso alrededor de la zona de necrosis. El
nuevo hueso así resultante recibe el nombre de involucrum. En el
examen histológico, estas areas de necrosis de los huesos son la
base para distinguir entre la osteomielitis aguda y la osteomielitis
crónica. La osteomielitis es un proceso infeccioso que abarca la
totalidad de los huesos y sus componentes, incluida la médula
ósea y el periostio 3] Cuando es
crónica puede dar lugar a esclerosis ósea y deformidad.
En los niños, por lo general, se afectan usualmente
los huesos largos, mientras que en los adultos se afectan
mascomúnmente las vértebras y la pelvis.
Cuadro clínico
La osteomielitis se produce con frecuencia durante la
infancia, con una media de edad de 6 años. Es
excepcional en el período neonatal. Se encuentra preferentemente
en las metafisis mas fértiles: cerca de la rodilla, por
debajo del
codo. En 30 a 40% de los casos, se observa la aparición
de una lesión menor en los días anteriores a la aparición
de la infección. En el caso típico, es un
varón (preferencia 3/1) que se queja de dolor en el extremo de un hueso
largo. El dolor tiene un comienzo súbito,
ocasionalmente acompañado de fractura y una deficiencia funcional de la
extremidad afectada. La suave movilización de la articulación
adyacente es posible. El síndrome infeccioso esta marcado con una
fiebre superior a 38°, deterioro del estado general,
escalofríos y sudoración. En la fase inicial,
los signos locales son inespecíficos. Mas adelante en el
curso de la infección, hay un aumento del volumen e
inflamación localizada. Por lo general, no se palpan
linfadenopatías. Otros eventos que pueden ser hallados en una
osteomielitis en particular en un contexto febril
incluyen:
* un estado de agitación o postración;
* pseudoparalisis de un miembro de un bebé o recién nacido;
* convulsiones;
* cojera.
Tratamiento
Detalle del Óleo por Thomas Eakins, The Gross Clinic, ilustrando
el tratamiento de la osteomielitis del
siglo XIX.
La osteomielitis requiere de una terapia de antibióticos prolongada,
llevando de semanas a meses. Para este fin, a menudo se coloca una línea intravenosa
central. La osteomielitis también puede requerir el
desbridamientoquirúrgico. Los casos graves pueden conducir a la
pérdida de una extremidad. Los antibióticos de primera
línea de elección son determinados por la historia del
paciente y las diferencias regionales al respecto de los organismos
infecciosos.
En 1875, el artista norteamericano Thomas Eakins representó un procedimiento quirúrgico de la osteomielitis en el
Jefferson Medical College,
en un famoso óleo titulado The Gross Clinic.
Antes de la disponibilidad y la utilización de antibióticos, se
usaban larvas de mosca deliberadamente introducidas en las heridas para que se
alimentasen de los materiales infectados, siendo generalmente efectivas en la
limpieza de la herida 4] [5]
El tratamiento con oxígeno hiperbarico ha demostrado ser un
útil complemento para el tratamiento de la osteomielitis refractaria.[6]
[7] Un número de instituciones indican un tratamiento con una
duración de 42 días.
Referencias
1. ↑ Dr. Martin Etchart. Capítulo 12. Anatomía Patológica
Osteoarticular (artículo completo disponible en español).
Pontificia Universidad Católica de Chile. Escuela de Medicina. Último acceso 25 de junio de 2008.
2. ↑ a b [MedlinePlus] (agosto de 2006). «Osteomielitis»
(en español). Enciclopedia médica en
español. Consultado el 21 de abril de 2009.
3. ↑ a b c d Kumar, Vinay; Abbas, Abul K.; Fausto, Nelson; &
Mitchell, Richard N. (2007). Robbins Basic Pathology (8th ed.).
Saunders Elsevier. pp. 810-811 ISBN 978-1-4160-2973-1
4. ↑ Baer M.D., William S. (01 Jul 1931). «The Treatment of
Chronic Osteomyelitis with the Maggot (Larva of the Blow Fly)».
Journal of Bone and Joint Surgery 13 (3):
pp. 438–475.https://www.ejbjs.org/cgi/content/abstract/13/3/438.
5. ↑ McKeever, Duncan Clark (June 2008). «The
classic: maggots in treatment of osteomyelitis: a simple inexpensive method.
1933». Clin. Orthop. Relat. Res. 466 (6): pp. 1329–35. doi:10.1007/s11999-008-0240-5. PMID
18404291.
6. ↑ Mader JT, Adams KR, Sutton TE (1987). «Infectious diseases:
pathophysiology and mechanisms of hyperbaric oxygen». J. Hyperbaric Med 2
(3): pp. 133–140. https://archive.rubicon-foundation.org/4339.
7. ↑ Kawashima M, Tamura H, Nagayoshi I, Takao K, Yoshida K, Yamaguchi T
(2004). «Hyperbaric oxygen therapy in orthopedic
conditions». Undersea Hyperb Med 31 (1):
pp. 155–62. PMID
TIPOS DE OSTEOMIELITIS
Según las formas clínicas puede ser:
a) Agudas
b) Subagudas
c) Crónicas
d) Formas especiales
Según su patogenia, puede ser:
a) Hematógena
b) Exógena
c) Yatrogénica
Osteomielitis Aguda Hematógena
Es la infección bacteriana piógena localizada en huesos a partir
de un area previamente infectada del organismo que se denomina foco
primario. Después del estafilococo, el estreptococo es responsable de un 3 a 5% de los casos; el foco primario puede estar en
intestino, oído medio o a partir de piel: forúnculo, antrax,
celulitis, etc.
Patogenia
El hueso es un tejido muy vulnerable a la
infección; los gérmenes llegan por vía sanguínea o
linfatica; la lesión infecciosa depende de la virulencia del germen y de la resistencia
del sujeto.
El germen invade la metafisis sobre todo de huesos largos
(próximas a rodilla y alejadas del codo, que son las mas
fértiles), mas en niños y adolescentes; el germen, al
invadir el hueso,produce inflamación, la cual condiciona
reabsorción ósea, y las enzimas proteolíticas y
tóxicas rompen el tejido óseo y se forma el pus; el pus retenido
a tensión se evacúa al canal medular o a la zona
perióstica formando el absceso subperióstico, el cual llega a la
piel formando una fístula; en semanas o meses hay hueso neoformado
rodeando el hueso infectado, es el llamado involucro; el hueso infectado se
descalcifica en forma irregular, y por trombosis algunos segmentos se necrosan
formandose el secuestro que es de aspecto denso en las imagenes
radiograficas porque no participa en el metabolismo calcico.
En los niños rara vez llega la infección a la
articulación, por el freno que es el cartílago metafisiario; en
cadera y rodilla el compromiso articular es mas frecuente, pues el
cartílago metafisiario es intraarticular. Pueden
existir focos osteomie-líticos múltiples; la osteomielitis
ocasionada por una fractura abierta suele ser localizada mas
frecuentemente en niños que niñas (proporción 4:2).
Clínica
Los síntomas varían con la edad, virulencia del germen, localización de la
infección, intensidad, extensión, resistencia
del
huésped, duración de la enfermedad y tratamiento previo.
Los síntomas generales son como los de toda infección
aguda: malestar general, escalofríos, fiebre, sudoración,
decaimiento, nauseas, cefalea, etc.
Los síntomas locales estan dominados por el
dolor exquisito, bien localizado, que causa espasmos musculares y
limitación de la movilidad de las articulaciones vecinas al foco.
En la practica es difícil que llegue de inicio, mas
común es que llegue en etapa de abscesosubperióstico; hay
leucocitosis con neutrofilia, VSG muy alta, anemia de
tipo secundario.
La aspiración de pus de los abscesos se debe analizar y cultivar; los
hemocultivos pueden ser psotivos en 48% de casos. Hasta los 10 ó 15
días de enfermedad, la radiografía es negativa, la
aparición de absceso es anterior a la imagen de RX positivo.
Osteomielitis Crónica Hematógena
Son los enfermos que una vez pasado el período agudo, con tratamiento o
sin él, presentan supuración piógena crónica del
hueso, siendo característica la presencia de secuestro, cavidades y
fístulas.
Clínica
Los síntomas locales inflamatorios son reemplazados por deformidad y
supuración crónica; el dolor disminuye, excepto en caso de
fractura patológica o reactivación de la infección; se
hacen evidentes las atrofias y retardos en el crecimiento por
destrucción o alargamiento por estimulación, o angulaciones en
varo o valgo, sobre todo en rodilla; hay limitaciones de la movilidad,
fístulas, ulceraciones y raramente los epiteliomas.
En la radiografía encontramos deformación del contorno
óseo, con esclerosis del mismo, cavidades o geodas, presencia de
secuestros, que son areas de huesos mas densos y de contornos
nítidos separados del resto del hueso o en su interior.
Osteomielitis Crónica Primitiva – Formas Especiales
Son casos sin sintomatología aguda aparente, con estado general bueno en
adolescentes o personas jóvenes, en metafisis de fémur y
tibia.
Tres formas principales
Absceso de Brodie
Forma crónica primaria localizada, da imagen ovoide con bordes netos y
esclerosis; sus dolores suelen ser nocturnos; localización metafisiaria;
lacavidad ósea esta llena de pus, tejido de granulación o
tejido fibroso, a veces secuestros. Curan bien con el curetaje óseo.
Osteomielitis Esclerosante de Garre
Forma crónica de baja virulencia y difusa; se caracteriza por
condensación ósea difusa de un hueso
largo y dolor neuralgico rebelde mas nocturno debido a
tensión intraósea. El tratamiento consiste en resecar la cortical
esclerosada y descomprimir la médula; no suele encontrarse pus ni nido. Tiene diagnóstico diferencial con el tumor
de Ewing.
Osteoperiostitis Albuminosa de Ollier
Absceso subperióstico de paredes engrosadas, de contenido amarillo
filante; poca sintomatología; tratamiento quirúrgico, drenar.
Infecciones tíficas del aparato locomotor
A nivel de huesos largos o columna; hay periostitis, es rara y ocurre en menos
de 1% de los casos tíficos. Clínica y RX
similar a la osteomielitis piógena; se puede aislar el bacilo
tífico en sangre, orina y heces; las aglutinaciones son
específicas y positivas. El tratamiento es el
de cualquier osteomielitis y el antibiótico indicado es la
cloromicetina.
Infecciones brucellósicas del aparato locomotor
En la evolución de la Fiebre Malta se presenta dolor en la zona
sacroiliaca, columna o coxofemoral; impotencia funcional y posición
antalgica; hay fenómenos óseos productivos y a la
radiografía aumento de densidad de zona afectada. El
diagnóstico se apoya en el antecedente y laboratorio. El tratamiento es a base de antibióticos adecuados y reposo.
En columna se recurre a la artrodesis, sólo en casos
rebeldes a la terapia médica.
Lues ósea
Tiene dos formas clínicas
1. Sífilis congénita: Infecciónhematológica del
feto a través de madre luética; el treponema invade todos los
tejidos, las lesiones óseas son: Osteocondritis, periostitis y
osteítis; tríada de Hutchinson.
2. Sífilis adquirida: Manifestación osteoarticular de una lues
secundaria y terciaria; en la secundaria en forma de periostitis y en la
terciaria como
gomas óseas, raros en la clínica diaria; el diagnóstico lo
da el laboratorio y el tratamiento antisifilítico es efectivo.
Otra manifestación es la artropatía
neutrófica (articulación de CHARCOT) por distubio trófico
por falta de sensibilidad.
METODOS DIAGNOSTICOS
Diagnostico por Laboratorio – Reactantes de Fase Aguda
* Útiles para el diagnóstico, seguimiento y respuesta al
tratamiento: leucocitosis, VSG (Velocidad de Sedimentación Globular) y
PCR (Proteína C Reactiva).
* En un 60% no existe leucocitosis al
diagnóstico. Una fórmula leucocitaria normal no
excluye en absoluto el diagnóstico.
* La VSG, muy sensible pero poco específica.
* Se normaliza a las 3-4 semanas en casos de osteomielitis no complicada; en un 25% de pacientes no existe elevación de la VSG en
fases iniciales.
* La PCR se eleva en las primeras 8 horas, alcanza el valor maximo a los
2 días y se normaliza a la semana de haber
iniciado el tratamiento. Muy útil para el seguimiento
y para diferenciar formas complicadas.
* Monitorización de títulos bactericidas del suero (TBS): No
se realiza de forma habitual en la practica diaria por su complejidad y
escasa reproductibilidad. No esta indicado en todos los pacientes, no se
correlaciona con el pronóstico pronóstico clínico y no
esimprescindible para el seguimiento clínico adecuado de los pacientes.
Diagnostico por Imagenes
* El diagnóstico clínico debe ser precoz para evitar el paso a la
cronicidad, lo cual es determinante desde el punto de vista pronóstico
de la infección.
* Las manifestaciones clínicas (dolor, fiebre, etc.) y las alteraciones
biológicas (leucocitosis, aumento de VSG y PCR) carecen de especificidad
en las formas agudas.
* La radiografía simple es de poca ayuda en los primeros días ya
que las alteraciones óseas iniciales no aparecen, al menos, antes de una
semana.
* Las técnicas gammagraficas detectan en los primeros días
la infección con una elevada sensibilidad (90%), pero sólo una
aceptable especificidad (73%) por la posibilidad de falsos positivos y
negativos. El 99mTc MDP es el radiotrazador mas empleado y en las fases
3 y 4 permite diferenciar las lesiones óseas de las de partes blandas.La
asociación con citrato de 67Ga mejora la especificidad y es útil
en el control del
tratamiento.
* Otras técnicas,como
los leucocitos marcados con 111In o 99mTc HMPAO, parecen ser mas
específicas.
* La TAC y la RM superan a las anteriores pruebas en todos los aspectos, ya que
tienen una excelente resolución y revelan edema, daño medular,
reacción periostal, destrucción cortical y afectación de
las partes blandas, aun cuando la radiografía simple y la
gammagrafía son todavía normales. No obstante, en la TAC es
común la degradación de la imagen por artefactos debidos al hueso
o al metal, y la RM esta contraindicada cuando el paciente porta cuerpos
extraños de tipo ferromagnético. A pesar de la disponibilidad
detodo este conjunto de técnicas
diagnósticas, a veces es necesaria la confirmación
histopatológica mediante fragmentos óseos obtenidos durante la
cirugía o por biopsia.
* En el diagnóstico microbiológico, las únicas muestras
fiables para el aislamiento del agente causal son el tejido
óseo obtenido por biopsia o en el acto quirúrgico, el material
extraído por punción de abscesos cerrados y los hemocultivos.
* Las tomas de úlceras o fístulas son a menudo engañosas,
ya que pueden corresponder a una infección superficial o a una
contaminación. El valor predictivo positivo del exudado de la fístula es
aproximadamente del
50% y algo superior para S. aureus. La determinación del verdadero
agente causal y su sensibilidad es esencial para hacer un correcto tratamiento
antimicrobiano.
ALGORITMO DIAGNOSTICO
ALGORITMO DIAGNOSTICO
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial de un niño
con dolor óseo localizado y manifestaciones sistémicas incluye:
* Osteomielitis.
* Artritis séptica o tóxica.
* Celulitis.
* Tromboflebitis.
* Fiebre reumatica aguda.
* Infarto óseo (drepanocitosis).
* Neoplasias. Al igual que en la OAH el dolor es constante y
puede existir cojera por el propio tumor o las metastasis. Debe
hacerse diagnóstico diferencial con los siguientes tumores:
osteosarcoma, tumor de Ewing, leucemia,
neuroblastoma metastatico y tumor de Wilms.
* Histiocitosis X.
* Enfermedad de Perthes.
El diagnóstico se basa en las manifestaciones
clínicas, métodos de imagen y hallazgos de laboratorio. El
diagnóstico de osteomielitis aguda se confirma por la presencia de dos
delos siguientes cuatro criterios
1. Obtención de material purulento por aspiración del hueso y/o cultivos
de hueso positivos.
2. Hemocultivos, positivos en el 50-60%.
3. Presencia de signos/síntomas clasicos de osteomielitis.
Cambios por gammagrafía ósea, RMN o
radiografía, típicos de osteomielitis.
TRATAMIENTO
A pesar de los importantes avances logrados en el conocimiento y manejo de la
osteomielitis, aún nos enfrentamos a un proceso
con problemas de tratamiento y una elevada morbilidad, en particular en su
forma crónica. Las tasas de curación obtenidas son inferiores a
las de otras infecciones y no se logra esterilizar el hueso en mas del
70% de las ocasiones. El éxito terapéutico se relación con
la precocidad en el diagnóstico, el tipo evolutivo -aguda o
crónica-, el agente causal, las características del foco de
infección, la presencia de material de implante y el acierto en las
medidas tomadas. El tratamiento de la osteomielitis comprende el uso de antimicrobianos, cirugía y
rehabilitación física, psíquica y social.
En el hueso normal, no existe ninguna barrera
anatómica o funcional que impida la penetración de los
antibióticos. Incluso se ha visto una estrecha relación
entre la concentración sérica y la ósea, de tal manera que los hallazgos en el suero en la fase de
meseta pueden predecir la cantidad de antibiótico en el hueso. Sin
embargo, en la osteomielitis hay que considerar las peculiaridades del foco de
infección -acidez, isquemia y bajo potencial 'redox'- que
pueden hacer fracasar la acción beneficiosa del antibiótico.
Tampoco ha de olvidarse que estamos ante una infecciónpor bacterias
adherentes, donde los microorganismos producen exopolímeros altamente
hidratados -glucocalix- unidos a la membrana externa en los bacilos
gramnegativos y a los acidos teicoicos en los cocos grampositivos, que
les permite fijarse con firmeza a los receptores glucoproteicos de las
superficies inertes -tejidos desvitalizados, material de implante-. Los
exopolímeros forman una red o biopelícula que preserva a las
bacterias de la acción de los fagocitos y antibióticos, y
facilita su interrelación y multiplicación, siendo en definitiva
una garantía de supervivencia.
El antibiótico seleccionado debe ser activo frente al microorganismo
causal, alcanzar concentraciones superiores a la CMI en el foco de
infección, mantenerlas en los intervalos entre dosis y permanecer
estable en el medio.
Ademas, por la larga duración del tratamiento y las dosis elevadas que se
emplean hay que tener en mente la tolerancia y la vía de
administración del
propio antimicrobiano. En situaciones de refractariedad o recurrencia ha tenido
utilidad la medición del
poder bactericida del suero en el pico y en el
valle, como
dato indirecto de las cifras en el suero y para poder predecir la respuesta al
tratamiento.
Títulos ≥ a 1/16 en las formas agudas y ≥
a 1/8 en las crónicas se relacionan con buenos resultados. El
seguimiento de estas normas puede ser suficiente para
alcanzar la curación de las formas agudas, pero no así en las
crónicas que generalmente precisan cirugía.
En el tratamiento antimicrobiano, es conocido que la
osteomielitis aguda requiere una actuación empírica inmediata,
previa recogida de muestrasadecuadas, mientras que en la crónica es
preferible aguardar a conocer el diagnóstico etiológico.
Las pautas y duración de la antibioticoterapia no estan bien
establecidas, pues no hay ensayos clínicos definitorios, aunque se
acepta la necesidad de dosis altas durante periodos prolongados
- al menos seis semanas-. Los cambios en la etiología de la
osteomielitis, el desarrollo de resistencias y la aparición de nuevos
antibióticos, sobre todo orales con excelente biodisponibilidad, hacen
necesario la revisión periódica de la idoneidad del tratamiento.
En la actualidad, existe un gran número de antibióticos para el
tratamiento de la osteomielitis, algunos de los cuales han demostrado su
eficacia en ensayos clínicos poco valorables y de escaso rigor
científico, por lo que la Infectious Disease Society of America y la
Food and Drug Administration en 1992 establecieron una serie de condiciones que
los investigadores deben seguir en el diseño de trabajos en este campo.
En las infecciones por S. aureus productores de penicilinasa -90% de los
aislados-, los betalactamicos han confirmado su
eficacia. Son útiles las penicilinas isoxazólicas o asociadas a inhibidores de betalactamasas y las cefalosporinas de
1ª y 2ª generación.
Otras alternativas son los glucopéptidos -vancomicina y teicoplanina-,
cotrimoxazol, clindamicina -con actividad antiadherente-, fosfomicina,
acido fusídico, rifampicina y las fluorquinolonas -los tres
últimos nunca en monoterapia-. En S. aureus y otros estafilococos -la
mayor parte de los coagulasa negativos- resistentes a la meticilina,
recurriremos a glucopéptidos, cotrimoxazol o a combinacionesde
fluorquinolonas y rifampicina.
La terapia secuencial iv/po es posible realizarla en la mayoría de las
ocasiones, excepto con los glucopéptidos, aunque la presentación
intramuscular de teicoplanina y su dosis única diaria han
permitido mantener tratamientos ambulatorios prolongados con escasos efectos
adversos. La progresiva insensibilidad de los estafilococos a los
antibióticos esta llevando a la búsqueda de nuevas
moléculas activas como quinolonas -moxifloxacino, gatifloxacino,
gemifloxacino, etc.-, sinergistinas -dalfopristina/quinupristina- y
oxazolidinonas –-linezolid- entre otras, de las que no hay experiencia en
osteomielitis en la actualidad.
En el caso de los bacilos gramnegativos aerobios o facultativos y en la formas
polimicrobianas, son muy útiles las cefalosporinas de 3ª
-cefotaxima, ceftriaxona y ceftazidima- o 4ª generación -cefepima-,
las fluorquinolonas -ciprofloxacino, ofloxacino y pefloxacino-, las penicilinas
asociadas a inhibidores de betalactamasas - amoxicilina/clavulanico,
ampicilina/sulbactam y piperacilina/ tazobactam-, los carbapenémicos
-imipenem/cilastatina y meropenem- y aztreonam -activo sólo frente a
bacilos gramnegativos-. Piperacilina/tazobactam, ceftazidima y cefepima tienen
actividad sobre P. aeruginosa por lo que estarían indicadas en los
usuarios de drogas por vía parenteral, inmunodeprimidos y en las
infecciones localizadas en los pies de los diabéticos.
Los carbapenémicos también tendrían esta indicación
pero el alto coste y la corta semivida limitan su uso.
Las fluorquinolonas, sin duda alguna, han supuesto la
revolución mas importante en el tratamiento de laosteomielitis.
Sus excelentes características farmacocinéticas por vía
oral han posibilitado hacer tratamientos ambulatorios,
total o parcialmente, con buenas tasas de curación y pocos efectos
adversos.
Sin embargo, las nada despreciables tasas de resistencia surgidas
en algunos microorganismos obligan a la cautela en su uso. Frente
a S. aureus no son la primera opción y se desaconseja la monoterapia.
En el caso de E. coli sensible se pueden emplear con seguridad, aunque con P.
aeruginosa, donde habra que vigilar la selección de cepas
resistentes, sería aconsejable asociar inicialmente al menos otro
antimicrobiano y cuando la concentración de microorganismos se estime
que se ha reducido pasar a monoterapia.
Los aminoglucósidos no son recomendables en esta situación si
tenemos en cuenta que el foco de infección tiene un
pH acido, un potencial redox bajo y una tensión de oxígeno
reducida, condiciones que inactivan a estos antibióticos.
ELECCION DEL TRATAMIENTO ANTIMICROBIANO
Ciertos microorganismos requieren pautas concretas. Frente a
Enterococcus una penicilina -ampicilina o piperacilina- o un
glucopéptido junto a un aminoglucósido es el tratamiento de
elección. En las infecciones por anaerobios, la producción de
betalactamasas por algunos Bacteroides aconseja el empleo de penicilinas
asociadas a inhibidores de betalactamasas, carbapenémicos o metronidazol,
aunque clindamicina o las cefamicinas -cefoxitina, cefmetazol- continúan
siendo útiles.
La camara hiperbarica, también empleada en infecciones
estafilocócicas, tendría aquí su principal
indicación. Con ella se intenta estimular la
fagocitosisdeteriorada por el ambiente hipóxico y se ha mostrado tan
eficaz como las
cefalosporinas.
El tratamiento de infecciones óseas específicas como la tuberculosa, brucelar o micótica
en nada se diferencia del
suyo habitual de otras localizaciones.
La cirugía, fundamental en las formas crónicas, va encaminada a eliminar los tejidos desvitalizados,
obliterar los espacios muertos y lograr la estabilidad funcional. Una vez indicada, es importante saber el momento adecuado de
efectuarla y el tipo de intervención mas correcta. La
rehabilitación física es necesaria con el fin de potenciar la
funcionalidad de la parte afectada. Lo mismo ocurre con el apoyo
psicológico que persigue la prevención o curación del componente
ansiosodepresivo generado por
1.
2. La larga hospitalización y el desarraigo familiar, profesional y
social que conlleva
3. La prolongada inmovilización con complejos sistemas de
fijación y
4. El pronóstico incierto de la lesión.
El futuro pasa por las medidas antiadherentes e impedir la
creación de los biofilms o dañarlos una vez creados.
Ciertos antibióticos como las fluorquinolonas,
rifampicina y clindamicina ya han demostrado su eficacia en estos aspectos.
La acción inmunomoduladora y deletérea sobre el biofilm de los
macrólidos, podría tener alguna implicación
terapéutica en la osteomielitis.
BIBLIOGRAFIA
1. Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos.
Lima 2002.
2. 'Cirugía Ortopédica y Traumatología'
Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología
Clínica.
3. 'Infecciones Osteoarticulares y de Partes Blandas'