CODEINA
Efectos secundarios.
Los efectos adversos más comunes son: mareos, sedación, náuseas y vómitos. La
codeína puede causar en el nivel del SNC:
somnolencia, embotamiento, letargia, disminución del rendimiento físico y mental, ansiedad,
temor, disforia, cambio de carácter y dependencia física (menor poder adictivo
que la morfina); en el tracto gastrointestinal: náuseas y vómitos que pueden
requerir tratamiento con antieméticos.
En caso de ser necesario, aumentar la dosis para lograr un importante efecto
analgésico.
El uso crónico puede producir constipación.
En el aparato respiratorio puede producir una depresión respiratoria
dosis-dependiente al actuar directamente sobre el centro respiratorio. En el aparato
genitourinario: espasmo ureteral, espasmo del esfínter vesical y retención urinaria
(raramente). La codeína es una droga inductora de abuso.
La dependencia física y psíquica, y la tolerancia se desarrollan luego de dosis
repetidas. La dependencia psíquica, condición en la cual se requiere continuar
la administración para prevenir la aparición del síndrome de abstinencia, asume
significación clínica sólo después de varias semanas de dosis orales
continuadas. La tolerancia (son requeridas altas dosis para producir el mismo
grado de analgesia), se manifiesta por una duración de acción acortada y una
disminución de la efectividad analgésica.
El tiempo en que se desarrolla esta tolerancia varía según cada paciente. El
cuadro de sobredosis es grave y se caracteriza por depresión del sensorio (coma),respiratoria y
cardiovascular (hipotensión marcada); miosis, flaccidez o convulsiones. El
tratamiento puede realizarse con antagonistas de los receptores opioides (ej.:
naloxona).
Precauciones y advertencias.
Depresión respiratoria en pacientes susceptibles. Aumento de la presión
intracraneana y lesión cerebral, por los efectos depresores respiratorios y su
capacidad de elevar la presión del líquido cefalorraquídeo. El uso de
narcóticos puede oscurecer el diagnóstico o el curso clínico de pacientes con
dolor abdominal agudo.
Tratándose de un analgésico narcótico debe ser usado con suma precaución en
pacientes ancianos o debilitados y en aquellos con insuficiencia renal o
hepática, enfermedad vesicular, daño respiratorio, arritmias cardíacas,
trastornos en el tracto gastrointestinal, hipotiroidismo.