Sinopsis: En un contexto inmediato de crisis
económicas, medioambientales y sociales en el que las manifestaciones
populares por la actual situación se han sucedido en diversos
países es importante preguntarse: ¿Hacia dónde nos conduce
la vía que estamos siguiendo? ¿Cuales son las medidas
políticas, económicas, ecológicas y sociales que hay que
tomar para cambiar el rumbo?
Edgar Morin traza las diferentes vías reformadoras que se podrían
adoptar para conducirnos a una metamorfosis de la sociedad tan asombrosa como
la que engendraron la sociedad que pasó de cazadora a recolectora.
Opinión personal del libro
Estamos ante una crisis general de la humanidad apoyada por una crisis
económica propiciada por la globalización. La importancia que
damos a la crisis económica enmascara la crisis social y el cambio de
esquemas que estamos sufriendo.
Hemos perdido la confianza en el sistema, en sus cargos, en
la democracia, la sensación es que estamos retrocediendo en el tiempo.
El avance tecnológico esta degradandola atmósfera y la
sociedad ha cambiado la forma de relacionarse con sus semejantes. Cada vez nos
sentimos mas solos, el trato cara a cara se
esta eliminando. Da la sensación que las relaciones que
establecemos a través de las redes sociales nos
dan la valentía que no tenemos en el trato directo.
Morin nos propone una reflexión sobre los principales
problemas a los que se enfrenta nuestras sociedades sometidas a la
globalización, occidentalización y desarrollo. Todos los
problemas que expone el autor tienen un denominador
común: la superficialidad y la pérdida de la esencia humana.
Recuerdo cuando era pequeña y vivía en el barrio de Sants, las
vecinas salían por la tarde a la calle con una silla, se contaban sus penas y si alguna estaba enferma o tenía un problema
el resto acudía en su ayuda, quizas con un simple tazón de
caldo pero estaban ahí, al alcance de tu mano.
He encontrado muy interesante algunas propuestas que hace el autor, en especial
la idea de una sanidad con una unidad ambulante con el fin de descentralizar la
sanidad, de esta forma se podría dar cobertura a pueblos donde no hay
una atención primaria y donde sus habitantes son sobre todo gente mayor.
La idea de dar un sentido político a lacalidad
de vida permitiría que los objetivos de los políticos se
centraran en el bienestar de sus ciudadanos y con ello abandonar una
política neoliberal que propugna la reducción del Estado al
mínimo.
El estado tendría que garantizar y apoyar a las empresas con un claro
interés público y social, aprovechar la diversidad cultural que
se encuentra en el día a día para que fuera un punto de
aproximación y no de desencuentro.
En la educación se les tendría que enseñar a los
estudiantes a pensar, han de generar ilusión
por el conocimiento, que como tal es una riqueza
y no fomentar el estudio como meta para
conseguir una nota sino como
una fuente inagotable de conocimiento.
La educación ha de tener un papel central en la
transformación personal y social, la reforma del pensamiento inspirara las
políticas de humanidad, modificara el propio pensamiento
político, dara protagonismo activo a la nueva sociedad. Es
necesario gestionar los recursos de que disponemos en un
momento donde estamos agotando los recursos naturales.
En estos momentos nuestra sociedad no reacciona o mejor dicho somos tan
individualistas que no nos importa en exceso lo que le pasa al vecino. Si todos nos uniéramos para erradicar las lacras sociales
quenos estan amenazando seguramente podríamos cambiar muchas
cosas, pero creo que muchas veces perdemos el tiempo en la forma y no en el
fondo de las cosas.
En general este libro me ha parecido utópico,
no creo que lleguemos a ver un cambio tan radical como el que propone Morin. Aunque estamos en
una época de cambios, nuestra generación no llegara a vivir
esta metamorfosis y personalmente pienso que hay demasiados intereses como
para que la sociedad cambie radicalmente, maxime cuando los menos
interesados en este cambio son los dirigentes.
Para salir de esta crisis necesitamos reformar
el pensamiento y hacer las reformas necesarias para un
cambio de vía radical. Esperemos que la salida de esta crisis provoque
un New Deal, leyes de reforma de los bancos, programas de asistencia social,
programas de ayuda para el trabajo, o programas agrícolas, pero no un
nuevo orden dictatorial como el nazismo, ni una tercera guerra mundial y mucho
menos una nueva guerra civil entre españoles y catalanes (por citar un
caso muy próximo a nuestra realidad).
Pero como
dice Morín “si un sistema no es capaz de resolver sus problemas
fundamentales, o bien se precipita en la barbarie, o bien se transforma para
encontrar respuestas nuevas”.