LOS SIETE SABERES, UN RETO EDUCATIVO
Una de las inquietudes que siempre he tenido como educador en zonas de la
sierra es saber si los conocimientos impartidos a través de la
educación que se imparte en las distintas regiones del Perú es
igual o existen enormes diferencias sociales, psicológicas,
étnicas y culturales. Edgar Morín es uno de los
pensadores franceses mas importantes de su época. Director
emérito de investigaciones en el Centro Nacional de Investigación
Científica, tiene una obra múltiple que esta guiada por la
preocupación de un conocimiento que no
esté mutilado ni dividido, capaz de abarcar la complejidad de lo real,
respetando lo singular a la vez que lo integra en su conjunto. Considera al
cerebro como el
epicentro organizativo de las diversas esferas constitutivas del universo antropológico y
establece una relación entre la hipercomplejidad cerebral y la demencia
constitutiva de lo humano. Morín no es un
“moralista”, un predicador de normas y de “buenas
costumbres”. No nos presenta una lista de cosas
que deben hacerse y otra de cosas prohibidas. El seguimiento de morales
normativas puede llegar a resultar humanamente muy doloroso y destructivo en
ciertas circunstancias, pero intelectualmente y éticamente resulta una
“vía facil”, en la que desaparece el cuestionamiento
de lo que hacemos y la perplejidad ante lo real. La ética que nos
propone Morín es ética de resistencia a la crueldad. Pero también esética creadora de realización
de la vida humana. Morín enfatiza que tanto el “todo”
como la “parte” tienen elementos comunicantes que le son afines,
pero sin que esto corrompa la autonomía de la parte: “somos
singulares, puesto que el principio el todo esta en la parte no
significa que la parte sea un reflejo puro y simple del todo. Cada parte conserva su singularidad y su individualidad pero, de
algún modo, contiene el todo”. Un
ejemplo palpable de esto es el ser humano, el cual pertenece a un todo que es
la sociedad humana, pero a su vez es independiente en su parte como ser humano individual, con personalidad
e intereses relativos. Ahora bien: ¿qué somos como seres humanos
en la actualidad según Morín? Somos portadores de un pensamiento
disyuntivo, reductor; en el cual buscamos la explicación de un todo a
través de la constitución de sus partes y aspiramos a eliminar el
problema de la complejidad, la cual vemos como un obstaculo, pues
“obedece al arraigamiento de una forma de pensamiento que se impone en
nuestra mente desde la infancia, que se desarrolla en la escuela, en la
universidad y se incrusta en la especialización; y el mundo de los
expertos y especialistas maneja cada vez mas nuestras sociedades”.
Si una frase resume la posición de Morín ante la idea de un pensamiento complejo es: “Con nuestros ojos somos
capaces de ver de manera compleja. Pero no somos capaces de
pensar de manera compleja”.
Los nuevos saberes a ser explorados
Esto me lleva apreguntar: ¿Cuales seran los pasos que nos
permitiran transitar la Sociedad del
Conocimiento en nuestra serranía piurana? ¿Se tratara de
una lenta construcción social como
la experimentada por las sociedades modernas en lo que a sus territorios e
identidad se refiere, o una ruptura epistemológica abrupta como la que le
permitió al hombre desarrollar, por primera vez, un artefacto para
volar? Si resumimos, de manera apretada, el contexto teórico del aporte
de Morín, tendríamos que partir de cada uno de estos saberes:
saber 1, “La ceguera del conocimiento: el error y la
ilusión” donde inicia sus reflexiones cuestionando la
educación en razón de que no ha proyectado sus instrumentos
persuasivos en motivar a las personas a conocer “qué es
conocer”, es decir, la persona va comprendiendo la vida y sus relaciones
como producto de ideas vagas y superficiales, no atendiendo a interpretar la
realidad por sí misma. Es necesario desarrollar un estudio de las
características biológicas y humanas de los procesos mentales del
hombre para ver el entorno y sus relaciones con certeza y no con ilusiones; el
saber 2, “Los principios de un conocimiento pertinente”, en donde
se destaca que el papel del conocimiento es apreciar el entorno y sus
relaciones de forma integral y global, en el que el ser humano sea no sólo
capaz de identificar los objetos, sino aprehender de ellos y de su lugar en el
marco de la naturaleza. Morín motiva a los educadores a desarrollar la
aptitud natural de lainteligencia humana, la cual no es otra que la
ubicación de las informaciones en un sistema de interrelaciones que le
dé sentido de pertenencia con el todo, pero que a la vez devele la
profundidad y razón de ser de las partes. El saber 3,
“Enseñar la condición humana”, es una
reflexión acerca de lo que es el hombre en su total dimensión: El
ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico,
cultural, social e histórico”, y en toda esa composición
del hombre esta dispersa en la educación a través de las
disciplinas, impidiendo una verdadera unidad que permita reunir y organizar los
conocimientos dispersos en las ciencias de la naturaleza, las ciencias humanas,
la literatura, la filosofía, entre otras. Lo que se destaca en este saber, y al cual me suscribo totalmente, es que la
unión entre la unidad y la diversidad de todo, es lo que se traduce en
la condición humana. El saber 4, “Enseñar la identidad
terrenal”, responde a la necesidad de que el hombre conozca su lugar en
el universo. El ser humano del
siglo XXI no podra entender su realidad sólo comprendiendo su
condición humana, sino interpretando, e internalizando la
condición del
mundo que hoy se muestra en una era planetaria, cuya fase actual es la
mundialización o globalización. Un
pensamiento que siendo alimentado por las culturas humanas respete sus
límites individuales y profundice sus lazos comunicantes. El saber 5,
“Enfrentar la incertidumbre”, es un llamado a la educación,
como sistema, a que se preocupe mas porcomprender el campo de las
incertidumbres pero desde la óptica de la certeza; es decir, que el
educador asuma la responsabilidad de generar estrategias alternativas ante los
acontecimientos o hechos inesperados, muy a la par de poner en practica
el liderazgo transformacional para enfrentar con plenitud los cambios. El saber
6, “Enseñar a comprender”, es la respuesta a la necesidad de
que el ser humano aprecie con sus sentidos el conocimiento y no se quede en
superficialidades. El dialogo es una vía
expedita para que el hombre cultive su intelecto y comprenda la heterogeneidad
y complejidad de su mundo. A pesar de existir, hoy mas que nunca,
una profunda amplitud en el ambito de la información y la
comunicación, hay debilidad en la comprensión de los mensajes,
por ello es preciso enseñar a comprender, a eliminar el egoísmo
propio de los hombres y transmitir eficientemente el conocimiento, de ese modo
se eleva la moral en las relaciones humanas y se superan los obstaculos
propios de la condición de imperfección de los hombres. Y el
saber 7, “La ética del género humano”, tiene
explícita relación con el cumplimiento del deber de
enseñar a comprender: la educación debe conducir a un proceso
constante de interacción y comunicación entre el individuo-la
sociedad-y la especie; cada ser humano, lleva en sí mismo esa triple
realidad de la que debe ser consciente: una, el establecimiento de una
relación de control mutuo entre la sociedad y los individuos, teniendo
comoestructura expedita el sistema democratico; y otra, concebir la
condición humana como comunidad planetaria, en la cual ya no sólo
es importante lo terrestre como influencia en el hombre, sino el universo como
potencialidad compleja e incierta de nuevos escenarios humanos.
Necesitamos reformar la educación para motivar el surgimiento de un
pensamiento que se dé cuenta de que el conocimiento de las partes
depende del conocimiento del todo, y que el conocimiento del todo depende del
conocimiento de las partes; así mismo, que reconozca y analice los
fenómenos multidimensionales en lugar de aislar, mutilando, cada una de
sus dimensiones y analice las realidades que son al mismo tiempo solidarias y
conflictivas. Ello sin obviar el respete a lo diverso,
en donde al mismo tiempo se reconozca la unidad. A todo esto, Morín se
pregunta: ¿quién educara a los educadores? Y se responde:
una minoría de educadores, animados por la fe en la necesidad de
reformar el pensamiento y en re-generar la enseñanza, los cuales
proporcionaran una cultura para contextualizar, distinguir, globalizar,
preparar las mentes para que respondan a los desafíos complejos, para
enfrentar las incertidumbres y educar para la comprensión humana. Pues
la decisión esta tomada, nosotros, los del
Pronafcap, Profesores Asesores, tenemos esa enorme responsabilidad, la palabra
“enseñanza” no basta, y la palabra
“educación” implica algo de mas y una carencia. Por esta razón, se piensa en una enseñanza educativa.
Lamisión de esta enseñanza es trasmitir, no
saber puro, sino una cultura que permita comprender nuestra condición y
ayudarnos a vivir. Al mismo tiempo, debe favorecer una
manera de pensar abierta y libre. Se busca favorecer la autonomía
del
pensamiento, un pensamiento capaz de no estar encerrado en lo local y lo
particular, que pueda concebir los conjuntos, favorecer el sentido de la
responsabilidad y de la ciudadanía.
La educación peruana no ha sido ajena a este
pensamiento simplificador. Frente a realidades cada vez mas complejas,
costa, sierra y selva, que ponen en evidencia la necesidad de un conocimiento multidisciplinario, la educación,
tradicionalmente, ha formado al ser humano con esquemas disyuntores, que buscan
la comprensión a través de la separación de las partes: del DCN a la
diversificación. Una verdadera reforma educativa requiere un profundo cambio en los esquemas tradicionales de
enseñanza. Una postura abierta a la realidad en sus
múltiples facetas, desde sus distintas aristas, enmarcada en una
dialógica de aspectos que pueden ser, al mismo tiempo,
antagónicos y complementarios. En este sentido, la reforma que
plantea Morín trasciende a la reforma curricular, porque entraña
el concepto de un hombre que entrelaza una vertiente biofísica y otra
psico-socio-cultural, ambas en permanente interacción. La misión
espiritual de la educación es enseñar a comprender al ser humano,
y luchar por una ética de la comprensión humana, para lograr una paz planetaria.