LA ECONOMÍA
DEL AGUA: UNA APROXIMACIÓN PARA
SU GESTIÓN RESPONSABLE
INTRODUCCIÓN
Uno de los tantos problemas que enfrenta México es el abastecimiento de agua
potable para el conjunto de la población, y la Ciudad de Parral no es la
excepción. Podemos señalar que los elementos centrales del origen del problema
en la Ciudad de Parral son: el rezago de la inversión hidráulica que, al no ir
a la par del crecimiento poblacional, ha generado un déficit galopante del
agua; y, por otro lado, el modo de gestión del servicio y la preferencia dada a
los usos industriales han impedido el control y la racionalización tanto en la
explotación de este recurso, como en su distribución.
Al respecto, y considerando que el agua es una necesidad primaria esencial, y
que el derecho del agua ha sido reconocido por todos, es como se tienen algunos
cuestionamientos sobre esta problemática: spor qué en la gestión del agua no se
incluyen dimensiones sociales y ambientales, sino únicamente la dimensión
económica, y muchas veces sólo es derivado del ámbito político?, sa qué se debe
la insuficiencia en el abasto de agua en las ciudades –sin olvidar también que
no es solo en el sector urbano sino en el sector agrícola donde hace falta este
vital líquido-: a una mala distribución, que tenga que ver con cuestiones
técnicas y decisiones políticas; a una gestión inadecuada de este recurso; o a
una política de agua, que tiene que ver más con el aspecto gubernamental que
con el interés público y social?
En el presente articulo hacemos un análisis de la gestión para elabastecimiento
de este líquido, de la relación que debe existir entre la sociedad y medio
ambiente y la perspectiva económica, reflejado en un sistema de tarifas, y su
análisis a partir de concebirlo como un sistema de agua (y en este caso, en
espacios urbanos) en donde interactúan diversos elementos.
En términos generales, el objetivo es: proponer un modelo alternativo sobre
fijación de tarifas en el uso del agua potable que tomé en consideración
elementos tanto de la oferta como de la demanda de agua, así como otros
aspectos importantes como lo es la cultura acerca de que el agua es un bien de
medio ambiente –no tratando de privilegiar únicamente el enfoque económico, al
considerarlo un recurso que debe poseer un precio (bien económico)-, y por lo
tanto, escaso; la gestión de los servicios de agua a nivel local; los cambios
institucionales ocurridos a nivel urbano, en lo referente a agua; etc.
Para el establecimiento de un
sistema de tarifas es necesario tomar en cuenta para su estudio no sólo una
visión económica, sino de medio ambiente, en particular en el uso de recursos
naturales renovables. Asimismo, resulta interesante proponer una perspectiva de
esta dimensión, la cual significaría no sólo unir la visión económica con lo
ambiental, pero de una manera más adecuada, eficiente y efectiva; sino también
proponer la inmersión del estudio del agua como prioridad en los problemas del
futuro, en los niveles local, regional y global; así, como de los cambios
institucionales que se estás suscitando actualmente.
Por otro lado, a manera de exponer los problemas que seobservan acerca de la
gestión del
agua en la Ciudad de Parral, se expone un resumen que permite dar una primera
perspectiva de su gestión.
PROBLEMÁTICA ACTUAL
El continuo aumento en los volúmenes de agua que demandan las actividades
productivas y la creciente población mayoritariamente urbana, aunados a la
escasez de nuevas fuentes de abastecimiento han originado una situación en la
que optimizar la extracción, distribución, aprovechamiento y disposición del
agua se constituye en premisa indispensable para lograr el desarrollo sostenido
en la Ciudad de Parral, por lo que se requieren acciones a corto plazo. La
sobreexplotación de los pozos es uno de los principales problemas, ya que
provoca un agotamiento prematuro de los mismos, además
se deteriora su calidad, aumenta la dureza y se filtran las aguas azufrosas en
ellos, en contra parte, se cuenta en el subsuelo con manantiales termales
subutilizados, los cuales serán una fuente de abastecimiento futura.
La cobertura del
servicio de agua y de drenaje, se encuentra en un 95% en la Ciudad de Parral,
no obstante el constante crecimiento demográfico requerirá de la ampliación y
mantenimiento de coberturas, con acciones de corto plazo.
Las prácticas comerciales son inadecuadas, e impiden la existencia de
mecanismos que incentiven el uso racional del agua provocando una
situación financiera delicada en los organismos operadores, -Junta Municipal de
Agua y Saneamiento JMAS- ya que existe un alto índice de adeudos y
condonaciones, y la estructura tarifaria es insuficiente para cubrir los
costos. Eneste contexto se tiene la finalidad de que cada usuario pague lo que
consume, para crear una nueva cultura en el uso
racional del
agua. Es decir, los principales problemas que enfrentan
dichos organismos reguladores están referidos al suministro de agua,
recaudación de ingresos y servicio de su deuda pública. Asimismo, ante
tal problemática, la Ciudad de Parral se encuentra en la mitad del camino entre
el agua como un recurso público hasta una visión del agua como un bien con
precio; por consiguiente, un sistema de administración en donde el agua tendría
un precio por unidad es fundamental.
Sin embargo, aquí cabe mencionar también que el problema en el abastecimiento
del agua para la población enfrenta, tanto el agotamiento de los mantos
freáticos, como la pugna entre los actores sociales, palpable en los diferentes
modos de gestión que se han adoptado para proporcionar este servicio. Los
actores en pugna están directamente relacionados con la gestión del servicio y los usos del agua. En
consecuencia, los cambios abruptos en los modos de gestión del servicio son producto de la correlación de
fuerzas en la producción y la distribución del
servicio del
agua.
EL AGUA COMO BIEN ECONÓMICO, DE MEDIO AMBIENTE Y SOCIAL
El agua es una necesidad primordial esencial, y el derecho al agua potable ha
sido reconocido por todos. Un derecho que pasa
por la repartición más justa de la distribución de este recurso escaso, de las
inversiones y de su financiamiento (Mesa redonda: 1994).
Asimismo, el agua es un activo social que da carácter básico puesto que
lascaracterísticas físicas y químicas del agua son las que permiten que se
lleven a cabo los procesos biológicos pero, al mismo tiempo, es la mayor o
menor disponibilidad de agua, así como su gestión, la que posibilita la
consecución de un determinado estilo de vida o de desarrollo (Aguilera, 1995:
360)
El valor del agua, los atentados al medio ambiente, a la salud y a las
aspiraciones humanas no son considerados de manera adecuada en los procesos de
toma de decisión: Los valores que resultan difíciles de medir están
frecuentemente implícitos en los procesos de decisión, pero las decisiones no
son muy reflexionadas. Existe una clara necesidad de
explicitar al máximo tales costos y beneficios, para que los responsables
políticos y los ciudadanos mejoren estos compromisos. Esto no significa que sea
posible ni deseable traducir en valor monetario cualquier recurso ambiental,
pero se debería saber qué calidad de medio ambiente se está abandonando en
nombre del desarrollo y qué desarrollo se abandona en nombre de la protección
ambiental (Rietveld: 1994)
Tratar los medios financieros destinados al agua conduce a preguntarse
previamente sobre la naturaleza y el lugar de este recurso en los circuitos
económicos y financieros. El agua es concebida, según las circunstancias, como
un bien público, social o económico:
• El incremento de las deudas públicas y la constatación de que la mayoría de
las instituciones responsables de los servicios de aprovisionamiento de agua no
pueden cubrir sus costos, han conducido a la mayor parte de los gobiernos y de
las agenciasexteriores de apoyo a concluir que los servicios de agua y
saneamiento deberían ser considerados como un bien económico que conviene pagar
(Wash: 1993)
• Este acercamiento, sin embargo, puede chocar con tradicionales concepciones
culturales sobre el agua, como lo demuestra este ejemplo colombiano: Es
evidente la importancia de los factores culturales en relación al agua. Las
mujeres originarias de las zonas rurales próximas a Bogotá experimentan una
gran nostalgia de su infancia, durante la cual tenían
una relación directa con el agua, su manejo y su abundancia. Ellas no se
refieren a la dificultades de transporte ni a su
carencia, excepto cuando mencionan su situación actual en el medio urbano. Esto
puede explicar la supuesta actitud de desperdicio del agua, así como el no pago de su valor económico
(Suremain: 1994). Cabe mencionar, que esto no solo es un panorama que pudiera
estar lejos de nuestra visión, ya que aquí en México, resulta de igual
importancia percatarse de que existe tal arraigo cultural, tales son en Oaxaca,
Chiapas y Veracruz, por mencionar algunos, en los que la mayoría de la
población, se encuentran tan cercanos del agua desde que nacen que no logran
desprenderse de ella, y aún cuando en comunidades exista ya un sistema de agua
potable – el agua potable es abastecido a sus hogares-, continúan yendo a los
ríos. Es decir, como no
se tiene un control sobre lo que es el agua de los ríos, consideran que al
haber abundancia en ellos, de la misma manera pueden utilizarla en el seno del hogar, sin tener un uso racional del mismo.
• Así, un concepto queha sido desplazado, el del agua gratuita, todavía es utilizado en muchos países,
donde los políticos hablan de equidad y los filósofos hacen saber que los
derechos del
hombre ya estaban reconocidos en las culturas más antiguas. Sin embargo, los
países que han tratado de poner a disposición de todos, gratuitamente y sin
limitación, estos bienes y recursos de volúmenes limitados, han evidenciado la
imposibilidad de asegurar perennemente el funcionamiento de esos servicios
(Marchandise: 1993).
• Parece entonces apropiado adoptar un acercamiento
múltiple al tema del agua, como
lo proponen diversos participantes: un gran consenso se ha alcanzado sobre el
principio de que el agua es un bien tanto económico como
social y que debería ser tratada como
tal.
• El agua es una necesidad primaria cuya disponibilidad y calidad están en
relación directa con la salud de la población. El agua es también un bien económico que tiene un valor y un costo para su
movilización, tratamiento y evacuación. Mecanismos de perecuación financiera
entre las diferentes poblaciones urbanas pueden armonizar el valor económico
del agua con su valor social (Jaujay: 1994)
La perennidad de las inversiones del sector agua requiere que los beneficiarios
se responsabilicen de todos los costos correspondientes o de su mayor parte:
explotación, mantenimiento y renovación y, simultáneamente, que los
beneficiarios participen en la concepción y puesta en marcha de los proyectos. Para los
barrios desfavorecidos – que no cuentan con el servicio de agua potable- puede
ser necesario subvencionar unaparte, siempre a condición de que ello no altere
los grandes equilibrios presupuestarios.
Antes de establecer o modificar un sistema de tarifas
–entendiéndose por tarifa la relación económica o de precios, correspondiente a
las prestaciones en dinero que ha de abonar quien solicite la prestación
individual de un servicio (Fernández, 1972: 378)-, conviene analizar los gastos
destinados por las familias al agua y al saneamiento, así como la eficacia de los servicios. Los más
necesitados pagan más caro por un servicio de agua más precario (Etienne: 1994)
Esto es frecuentemente en los barrios desfavorecidos. Diversos participantes han analizado, en ese marco, el rol de los empleados que
reparten el agua. Ellos desempeñan una función costosa, que
no desaparece cuando el abastecimiento es efectiva y sensiblemente mejorado.
Pero también existen casos en que el agua, que puede ser de muy mala calidad,
es gratuita, así como
el saneamiento. En este caso, los costos para la
población no son directamente financieros pero la situación, más difícil de
caracterizar, debe ser tomada en cuenta.
Para medir las capacidades contributivas de la población, es necesario conocer
la situación social y económica y los mecanismos específicos del sector informal
(estructuras de ingreso, nivel de empleo, alternativas de ahorro y de crédito).
Por otra parte, son diversas las posturas que se tienen acerca de por qué el
establecimiento de tarifas, por ejemplo, una visión de la gestión o
administración pública, se observa, así como el paso de considerar al agua como
un recursoindispensable a considerarla como una mercancía o servicio (con
precio)
En tal virtud se observa que el agua pasa a ser una propiedad y un hecho
impositivo a una mercancía y un servicio, trasladando la fijación de tarifas de
servicios públicos al agua. Visto de esta manera, tenemos la concepción del
servicio público a partir de dos visiones: 1) la que ve al servicio público
como una actividad estatal –o local-, que debe ser financiado con el sistema
fiscal, aunque estos ingresos se perciban en ocasión del establecimiento o la
utilización del servicios (contribuciones especiales o tasas fiscales); y 2) el
enfoque propio de una economía de mercado, según el cual el servicio público es
una empresa, que genera un producto de acuerdo con unos costes, los cuales
deben ser cubiertos mediante tarifas reales (Matés, 1998: 60).
En tal sentido –y en el mismo panorama-, tenemos que
el problema tarifario se ha intentado afrontar con la imposición de distintos
tipos de tarifas y de instrumentos para aplicarlas, que solvente la
multiplicidad de situaciones que se plantean en la prestación del servicio. Por ejemplo, se han llegado a establecer tarifas de tipo económico, como son las constituidas
por conexión y a tanto alzado, por aproximación a un consumo fijo y por consumo
efectivo, entre otras. También existían las tarifas de tipo social, político o
fiscal, como las que se establecían en función de la renta del inmueble o del
nivel de ingreso de sus habitantes (Ibid: 64).
Al respecto, tenemos la percepción de que, si bien es importante considerar la
visión de la administraciónpública, ésta solo retoma una parte para la fijación
de tarifas como lo es la
de considerar el agua como
una mercancía, máxime un servicio público, entonces es necesario considerar
otros factores.
Por otra parte, se tiene que antes de establecer un
sistema de tarifas sobre el agua debe igualmente conocerse la eficacia de los
servicios existentes. En el peor de los casos, este
conocimiento permitirá corregir la gestión y disminuir las pérdidas, bajando
los costos y mejorando el servicio.
En tal sentido, reza una frase “agua para todos” lo
que no significa necesariamente una acometida particular para cada quien
(estándar difícilmente accesible en las actuales condiciones), sino la
generalización de un servicio de calidad “aceptable”. Hacer frente al reto
social y económico del
acceso al agua y al saneamiento supone implementar sistemas técnicos y de
gestión diversificados. Estos propondrán a cada uno niveles de servicio
financieramente abordables (incluso si son parcialmente subvencionados mediante
mecanismos de perecuación y de solidaridad) y no servicios que, aunque
correspondan a normas generales de higiene, hábitat o
urbanismo, son frecuentemente muy elevados para ser generalizadas en el corto
plazo. Estos niveles de servicio serán progresivamente mejorados en función de
la demanda social y de las exigencias ambientales; los servicios se adaptarán a
las capacidades financieras de los usuarios, pero las tarifas se establecerán
de tal manera que permitan perennizar financieramente el conjunto del sistema técnico, de gestión y del medio ambiente (Jaujay:1994).
El costo del agua
debe incluir los costos (corrientes
y periódicos) de mantenimiento de la fuente, la amortización de los equipos,
los gastos de funcionamiento y los costos de saneamiento (restitución de
afluentes limpios al medio natural). Según el país, para las poblaciones, este
costo se traduce directamente en las facturas de agua o indirectamente en los
impuestos:
“Los consumidores de la mayor parte de los países industrializados pagan el
conjunto de costos recurrentes de los servicios de agua y saneamiento
(funcionamiento, mantenimiento y servicio de la deuda). Ellos pagan así la
mayor parte de los costos de inversión del
agua y una parte importante y creciente (generalmente, más de la mitad) de los
costos de inversión del
saneamiento. Comparativamente, en los países en desarrollo
los consumidores pagan mucho menos. Un reciente estudio del Banco
Mundial sobre el financiamiento de proyectos en materia de servicios muestra
que sus aportes cubren solamente el 8% de los costos de los proyectos en Asia,
el 9% en África Subsahariana, el 21% en América Latina y el Caribe y el 35% en
el Medio oriente y África del Norte” (Rietveld: 1994)
Diferentes elementos pueden incidir en el costo:
- las opciones tecnológicas,
- las opciones en materia de gestión,
- la eficacia de la gestión: “el agua perdida” puede representar hasta el 60%
del total, como en Manila, el número de asalariados por cada mil acometidas
varía considerablemente, la recuperación de las deudas es también muy desigual,
- la participación de la población en elmantenimiento, importante, por ejemplo,
en el sistema de saneamiento en condominio
La justificación de estos costos y la opción de circuitos financieros cortos
(proximidad entre el pago del servicio y su realización) son necesarios para
que los usuarios acepten este costo global, especialmente en el saneamiento.
El financiamiento de un servicio de aprovisionamiento
de agua de calidad para los barrios desfavorecidos supone solidaridades, ya sea
de tipo técnica y financiera. Pero como se puede uno imaginar no
siempre es efectivo, luego entonces, hay que considerar el factor cultural en
toda decisión de fijación de tarifas. Asimismo, establecer
tarifas supone definir las modalidades de pago y recuperación. Se pueden imaginar distintas fórmulas para adaptar esas modalidades
a las condiciones específicas de los diferentes entes sociales que habitan todo
país, región, o localidad.
En tal sentido, también es necesario considerar que el
estudio del
servicio de agua enfatiza la necesidad de analizar los factores y problemas de la
ordenación de los recursos hídricos a partir de dos grandes áreas de interés:
1) los problemas de gestión y, 2) las tendencias de la oferta y la demanda. De igual forma, es necesario también conocer cuáles son las
variables comprendidas dentro de lo que es la demanda y la oferta de agua
potable. Sin embargo, es evidente resaltar que para el caso de recursos
naturales o de medio ambiente, como lo es el agua, no es tan sencilla la
determinación de su precio –si se le considera como bien económico- a través
del mercado (oferta y demanda), comosugiere la teoría neoclásica dominante (y
que está inmersa en la noción y estudio de la naturaleza, a través de la
economía ambiental): El análisis de las determinantes de (la) tasa de
regeneración (del agua) no se reduce a precios y tasas de descuento, ni tampoco
a una eficiente asignación a través del mercado. El asunto es
más complejo. La tasa de regeneración del agua se ve determinada por
cuando menos: a) las relaciones a través del flujo del agua o ciclo hidrológico,
entre componentes y procesos del ecosistema, tales como vegetación, suelos,
traspiración y precipitación; b) el lugar y papel de componentes y procesos en
las escalas temporales y espaciales del ciclo del agua; y c) los efectos de
diversas actividades en el ciclo hidrológico (Romero, 2000: 44).
Entonces, a manera de mostrar cuáles serían las variables que comprende la
oferta y la demanda de agua, se tiene lo siguiente:
A. Variables asociadas a la oferta del servicio de agua
La provisión de agua para las zonas urbanas comprende todo un sistema diseñado
para obtener agua de una fuente natural o artificial y suministrarla a
diferentes tipos de usuarios. Sus variables son:
a–S Un sistema regulatorio en la fuente, por ejemplo, un sistema de represas
para el almacenamiento con o sin compuertas para la recaudación de caudales;
a–S Un sistema de tomas, por ejemplo, represas de tomas, bombas, canales y un
sistema de conducción que lleva el agua a la planta de tratamiento;
a–S Un sistema de tratamiento, por ejemplo, tratamiento de filtrado,
sedimentación o por procedimientos químicos;
a–SUn sistema de conducción desde la planta de tratamiento a las áreas de
consumo;
a–S Un sistema de estructuras de almacenamiento próximas a los lugares de
consumo, y
a–S Un sistema de distribución, por ejemplo, una red de tubos y canales, bombas
y conexiones con los usuarios.
El factor de provisión –u oferta- del servicio de agua influye sobre
los niveles de consumo, ya que la cantidad de recursos que proveen las empresas
encargadas de la gestión hidráulica determinará el consumo. Es
decir, puede indicarse que a mayores volúmenes suministrados mayor será el
consumo debido a que los habitantes suelen adecuarse a la cantidad de agua
disponible (Antón, 1995).
B. Variables asociadas a la demanda del servicio de agua
El estudio de las variables de la demanda que determinan el consumo de agua es
un aspecto que adquiere cada vez mayor relevancia debido a que la gestión de
los servicios públicos ha experimentado un cambio de objetivo donde se pone
menor énfasis en el manejo del suministro –la oferta-, otorgando mayor
importancia al manejo de la demanda. Sus variables son:
a–S Población con servicio racionado. Da cuenta de la demanda efectiva del servicio de agua
pues la existencia de importantes sectores sin acceso al servicio provocará
disminuciones en el nivel de consumo;
a–S Micromedición. Se espera que su presencia influya sobre un
menor o mayor consumo de agua. Aquí, es posible cuestionar el hecho de si la
disminución de aparatos medidores o más bien por el conocimiento en la
población de que esto implicará un costo económico al tener que pagar unprecio
por el consumo del agua; así, el efecto vendría dado por las tarifas;
Nota: Sólo se puede fijar una tarifa a partir de la medición del consumo de
agua
a–S Sistema tarifario. Un sistema tarifario de cobro incremental por cada
unidad de consumo debería incentivar el ahorro en el uso del recurso;
a–S Densidad de redes de trabajo hidrológicas;
a–S Tecnología de bajo consumo;
a–S Crecimiento de la población.
En cuanto al estado de la relación agua y ciudad, se puede decir que los
principales problemas de abastecimiento que afrontan las ciudades son el
agotamiento de las fuentes locales, la contaminación
de las mismas, los altos costos de captación y
conducción del
agua y los conflictos generados por los intereses de diferentes usuarios sobre
las fuentes. Paradójicamente, ante esta difícil situación, en las ciudades
ocurren grandes porcentajes de fugas, se utilizan tecnologías derrochadoras de
agua, no se re-usa este recurso, los sistemas de facturación y cobranza son
deficientes, las tarifas por el servicio frecuentemente no cubren los costos
del suministro y existe poca conciencia ciudadana (Arreguín, 1990: 3).
Lo anterior tiene que ver con la escasez de agua existente no solo a nivel
local, sino también a nivel mundial, ya que es un problema que evidencia el uso
irracional que de este recurso se ha hecho y la falta de conciencia sobre el
medio ambiente. Y en ello tiene que ver también, el cómo se ha dado la
producción de agua: el país no cuenta con métodos para confrontar la
severidad de los problemas ocasionados por la escasez deagua; los
procedimientos existentes continuarán agotando los suministros y favoreciendo
los mecanismos de recolección y almacenamiento sin aumentar la disponibilidad,
contribuyendo con esto a intensificar los conflictos respecto al agua en el
futuro (Barkin, 1999: 7).
Finalmente, cabe destacar también la relación entre el Estado y los servicios
que requiere la ciudad, ello a partir de estudios sociológicos realizados
acerca del sistema hidráulico, es decir, el Estado y el sentido de sus
transformaciones en los últimos años. El paso
de un Estado benefactor que producía y regulaba los servicios urbanos a un
Estado neoliberal que disminuye sus responsabilidades delegándolas a las
instancias locales del
mismo Estado y a la iniciativa privada. Estamos frente a una transformación
paulatina y cualitativa del Estado y su relación con
la sociedad civil. Esta mutación tiene una incidencia de primera magnitud en la
concepción de los procedimientos de estructuración y operación de los sistemas
hidráulicos de las distintas ciudades del país. Tres son los aspectos en
la transformación del
estado que juzgamos fundamentales en cuanto a los sistemas de abastecimiento de
agua potable y de saneamiento de las ciudades: la descentralización; la
privatización y la apertura a la participación ciudadana (González, 1995: 25).
Ante la razón del cambio institucional, una gestión más razonable exigiría
favorecer prioritariamente las transferencias de agua entre usuarios próximos y
no entre territorios lejanos (porque como se habrá observado, el espacio es un
factor determinante en elabastecimiento del agua) así como promover las
transferencias voluntarias y no las forzadas, propiciando el marco jurídico y
las infraestructuras para que tal cosa ocurra (Aguilar, 1999:14).
Una conceptualización en régimen de escasez e irregularidad del recurso agua,
apoyado tanto en limitaciones físicas como en costos económicos, incluyendo las
dimensiones tecnológicas, sociales y ecológicas, daría como resultado un uso
racional y la posibilidad de hablar de un manejo “sustentable” del agua y, por
extensión, de otros recursos naturales (Ibid: 14)
Consideraciones finales
a. En la Ciudad de Parral se observa un descontrol en el uso del agua potable
debido a la insuficiencia de las políticas empleadas para el suministro y
distribución del líquido para toda la comunidad.
b. La desigualdad existente en la Ciudad de Parral en cuanto al suministro del
agua potable se debe en gran parte a la falta de medidas eficaces por parte del
JMAS y a la carencia de un sistema de fijación de tarifas eficiente para el
cobro de agua que posibilite, a parte de cubrir los costos de operación del
propio abastecimiento, la generación de proyectos vinculados al tratamiento de
aguas residuales, mejora en la infraestructura hidráulica, aprovechamiento de
otras fuentes de obtención de agua –por ejemplo, la lluvia-, etc.
c. El establecimiento de tarifas sobre el servicio de agua potable constituye
aún el talón de Aquiles en cuanto a la problemática actual que sobre el agua se
tiene –con respecto tanto de su uso como de la distribución del mismo- debido
a: la selección noidónea del método de fijación de tarifas; la ineficiencia del
propio establecimiento de tarifas por cuanto no toma en consideración otros
elementos; el contexto donde se ha llevado a cabo; entre otros.
d. Ante la problemática sobre la escasez del agua en la ciudad, se tiene que es
debido a la inadecuada gestión sobre el recurso que se ha estado dando no
recientemente, sino de antaño, al no considerar elementos que inciden
directamente en el uso del agua, y a la visión que se tiene sobre este recurso,
de considerarlo solo como bien económico, cuando se ha demostrado que es un
bien de medio ambiente y un activo social.
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