Bajo las ruidosas calles bañadas por el sol de la Roma actual existe otra
ciudad entera, tras sus puertas se oculta un misterioso laberinto frio,
silencioso y eternamente oscuro dentro de las catacumbas hay pinturas y objetos
que adornan unas paredes que estaban llenas de restos humanos, los restos de
las personas que creían que estos estrechos pasadizos conducían a la vida tras
la muerte durante tres siglos los primeros cristianos fueron perseguidos por un
imperio romano opresor. Su culto era ilegal, durante esta época los primeros cristianos
de Roma enterraban a sus seres queridos en pasadizos subterráneos con la
creencia de que como
la historia bíblica de Jesucristo que fue sepultado en una cueva ellos también
podrían resucitar y volver a vivir. Cuando estas antiguas catacumbas fueron
finalmente descubiertas se encontraron más de 40 cámaras que formaban parte de
un elaborado laberinto de túneles entrecruzados en el subsuelo Romano y que
contenían casi 5 millones de cadáveres al observar esta colección de ciudades
ocultas resulta evidente que los esfuerzos y las esperanzas de sus
constructores eran de tal magnitud que convirtieron estos laberintos en una de
las grandes maravillas de la humanidad.
Las catacumbas son los antiguos cementerios subterráneos usados durante algún
tiempo por las comunidades cristianas y hebreas, sobre todo en Roma. Las
catacumbas cristianas, que son las más numerosas, tuvieron sus comienzos en el
siglo segundo y sus ampliaciones continuaron hasta la primera mitad del quinto. Ensu origen
fueron sólo lugar de sepultura. Los cristianos se reunían en ellas para
practicar su culto, celebrar los ritos de los funerales y los aniversarios de
los mártires y de los difuntos.
Las catacumbas están formadas por galerías subterráneas, que parecen verdaderos
laberintos y que en conjunto alcanzan a medir muchos kilómetros. En las paredes
de toba de este intrincado sistema de galerías se excavaron filas de nichos
rectangulares, llamados lóculos, de diferentes dimensiones, capaces de albergar
un solo cadáver, aunque no era raro que contuviesen dos o más. En Roma, los
cristianos celebraban sus ritos en condiciones de clandestinidad. Su condición
de religión monoteísta, que no reconocía los dioses tradicionales romanos ni
aceptaba el culto al emperador, le supuso la hostilidad tanto del pueblo como
de las autoridades políticas. La sencillez de sus ritos y ceremonias, a su vez,
fue vista con desdén por los sectores intelectuales romanos.
Las catacumbas fueron primeros lugares de culto, y en la antigüedad el
principal lugar de culto de un santo era su tumba. Los creyentes se esmeraban
en recoger sus restos huesos, cenizas calcinadas, cadáver, objetos, elementos
de su tortura, ropa e incluso sangre que había caído y se mezclaba con tierra,
los guardaban en recipientes sellados y los depositaban en las catacumbas o en
tumbas secretas. Se habían construido complicados laberintos bajo el suelo de
Roma de la misma forma que en mejor escala se construyeron en Paris y fueron
conocidos con el nombre de catacumbas.
Así, las catacumbas, fueronconstruidas presuntamente por los primeros
cristianos para depositar sus muertos, celebrar su culto y procurarse un asilo
temporal en los tiempos de persecución.
Cuando fallecía un santo o mártir no sólo se recogía y guardaban los
restos y su sangre, sino también toda una serie de objetos que
pertenecían a él y se convertían en reliquias, como podían ser los mismos
instrumentos que habían servido para torturarle. También fueron reliquias la
cruz en la que murió Jesucristo, los clavos con los que se le clavó, la corona
de espinos que se le impuso, etc.
En Roma existen algo más que sesenta, con los nombres de los santos enterrados
en ellas. Otras han adquirido su nombre de las localidades donde se ubican o de
los poseedores de los terrenos o de los fundadores de ellas, por lo que algunos
nombres son completamente desconocidos.
Para descender a las catacumbas se utilizaban escaleras que, en algunos casos
se podían retirar. Sus entradas estaban cerca de templos o en lugares de
difícil acceso. Incluso había algunas que se entraba por cementerios a través
de falsas tumbas. Algunas de estas catacumbas tenían varios pisos con largos
pasillos angostos. Los nichos estaban instalados a lo largo de las paredes, y
en algunos casos los pasillos se ensanchaban para albergar cámaras sepulcrales.
Algunas llegaban a disponer de pozos y cisternas. En realidad, las catacumbas
se convertían en auténticos laberintos y aún hoy se considera peligroso
adentrarse en ellas sin la compañía de un guía experimentado. Es de suponer que
las tropas romanas no tenían mucho interésen realizar incursiones en estos
laberintos, donde se exponían a perderse, moverse con dificultad y atravesar
muchos riesgos por la detención de unos cuantos cristianos.
Durante las persecuciones sirvieron, en casos excepcionales, como lugar de
refugio momentáneo para la celebración de la Eucaristía. Los cristianos no las
usaron como lugar para esconderse; esto es pura leyenda y una ficción en
novelas y películas.
En las catacumbas existían criptas en las que se reunían los fieles. En algunos
casos no lo hacían sólo por motivos religiosos, sino que también realizaban
asambleas en las que discutían otros temas. Todo ello se realizaba iluminándose
con lámparas de arcillas colocadas sobre repisas.a€¨Los amigos y los familiares
de los fallecidos celebraban reuniones en el aniversario de la muerte del
mártir o el santo en torno a sus restos, ya depositados en la catacumba.
Incluso se realizaban inscripciones en la tumba para precisar el lugar donde se
encontraban los restos del martirizado o santo.
Cuando terminó la persecución los santos empezaron a ser enterrados en
iglesias, ermitas u otros lugares, muchos fueron sacados de las catacumbas y
llevados a lugares de más fácil acceso para permitir la peregrinación. En
muchas tumbas de santos construidas en descampados se producían importantes
peregrinaciones, especialmente, en la fecha de su muerte. En esas fechas se
celebraban fiestas y poco a poco se fueron construyendo iglesias sobre las
tumbas para albergar las reliquias y asegurar una celebración más digna de los
santos patrones de la localidad.