ANTECEDENTES
El término se relaciona directamente con las academias y con el arte que allí se produce. Presentes en Europa desde 1562, con la creación de la Academia de Dibujo
de Florencia, y diseminadas
por diversos países durante el siglo XVIII, las academias de arte son responsables
del establecimiento de una formación artística tipificada, anclada en una enseñanza práctica
- sobre todo en clases de dibujo de observación y copias de moldes - y teórica, en la que se articulan las ciencias (geometría,
anatomía y perspectiva) y las humanidades (historia y filosofía). Al
defender la posibilidad de enseñanza
de todo y cualquier aspecto de la creación artística por medio
de reglas comunicables, esas instituciones desechan la idea de genio, movido por la inspiración
divina o por la intuición y talento individuales. Rompen con la visión de arte como artesanía, y eso acarrea un cambio radical en el estatus de los artistas: dejan de ser artesanos de las guildas y pasan a ser considerados teóricos e intelectuales. Además de la enseñanza, las academias son responsables de la organización de exposiciones, concursos, premios, pinacotecas y colecciones, lo que significa el control de la actividad artística y la fijación rígida de normas de gusto.
La asociación más nítida de la academia con una doctrina estética específica se verifica en la creación, en París, de la Real
Academia de Pintura y Escultura,
en 1648. Dirigida por el estadistaJean-Baptiste Colbert (1619-1683) y por el pintor y teórico del arte Charles Lebrun
(1619-1690), la academia francesa impone
una ortodoxia estética sobre la base, principalmente, de la obra del pintor francés Nicolas Poussin (1594-1665), actuante en
Roma. Su pasión por la Antigüedad, revelada en temas alegóricos con una derivación mitológica o histórica - y asociada a la claridad expresiva y la obediencia a las reglas -, define el estilo de Poussin, que se convierte en el eje de la doctrina académica, sobre todo a partir de 1663, cuando Lebrun asume
la dirección de la academia. Con Colbert y Lebrun, se incorporan al orden del día los términos bellas
artes y arte académico, acentuando la distinción entre artes mayores
y menores, arte puro y aplicado.
El sentimiento revolucionario
que se disemina en Francia intensifica las críticas a los privilegios de la academia de
entonces, lo que conduce a su disolución, en 1793 (se reconstruye la Academia de Bellas
Artes 1816). Durante el periodo revolucionario y, en seguida, bajo el imperio de Napoleón, la pintura neoclásica se alza al primer plano, y tiene entre sus
principales exponentes al pintor Jacques-Louis David (1748-1825). David lidera el movimiento por el fin de la academia, así como se
pone al frente del
proceso de su refundación. A partir de eso, el neoclasicismo aparece directamente relacionado con la producción académica, en la dirección contraria de la exhuberancia barroca y de la frivolidad rococó