Buenos días
honorable jurado calificador, respetados profesores, compañeros alumnos
y público en general.
Mi nombre es _________________________ curso actualmente el
tercer grado de secundaria en el colegio Cristóbal Colón de
Cuautla, estoy aquí para disertar sobre la figura de uno de los hombres
que cambió el rumbo de la historia en México, me refiero al
General Emiliano Zapata Salazar.
Emiliano Zapata es ya un símbolo.
En el paisaje violento de la revolución, se levanta su figura de indio
suriano y adquiere proporciones justas de grandeza.
Su intuición y su perfecto conocimiento de las necesidades del
país, fueron elementos suficientes para elevarlo a la categoría
de líder, y mas tarde, a la de apóstol.
Y en nueve años de lucha, en nueve años de triunfos y de
derrotas, de hambre, de miserias y de traiciones en sus propias filas, el
enorme sacrificado de Chinameca plasmó con su existencia de guerrillero
visionario, una lección viva de heroísmo cuyo valor
histórico y humano logró sintetizarse para los indios en el
evangelio de su palabra: 'TIERRA LIBRE PARA TODOS, TIÉRRA SIN
CAPATACES Y SIN AMOS'.
Tiempo de transición, tiempo de crisis de valores, tiempo de muy hondas y de muy graves rectificaciones sociales fue el de
Zapata. Y en el vértice de aquella horaque le tocó vivir,
él fue guía generoso, él fue caudillo inmaculado,
él fue un apóstol de la reivindicación campesina con el
mismo desinterés y el mismo amplio gesto de afirmación que le
hizo supeditar todo, la comodidad y el patrimonio, la tranquilidad y el amor en
la vida sobria del campo.
Hoy, a noventa y cuatro años de su muerte, que dejó un hueco
insustituible entre las filas revolucionarias, comprendemos todos los que hemos
crecido en su devoción, que era Zapata, nuestro grande, nuestro
íntegro General Zapata, uno de esos tipos que, como dijo José
Martí, 'saben que en la cruz murió el hombre un día,
pero saben también que hay que aprender a morir en la cruz todos los
días'.
Él tuvo tal vez como nadie todo el oro y toda la plata acuñables
de mi país en aquella época, y sin embargo cumplió su
destino de maciza contextura moral y pudo hacer de su conducta un ejemplo:
vivió y murió pobre, con la misma sencillez, con la misma
austeridad con que vio siempre los valores materiales que pudieron ser suyos.
Así crece y se agiganta en la historia de mi pueblo cuando lo vemos
despreciar el halago y la tentación de los poderosos, de los
latifundistas y de los soldados enriquecidos, y cuando presenciamos el hecho
insólito de que por las tierras de los indios persistiera estehombre en
la revolución, no obstante la propuesta que le hiciera el mismo Madero
en Cuautla:
'General Zapata, deje usted esto del agrarismo por lo pronto, pues el
Gobierno no puede atender por ahora a estas cuestiones; desarme su gente y yo
le ofrezco en cambio una o dos haciendas de las mejores del Estado de Veracruz
y un viaje a Europa para que se vaya a descansar durante algún tiempo'.
A lo que Zapata contestó manteniéndose incorruptible:
'Yo no he venido a la revolución por dinero, ni
por poder, ni por mando; yo he venido a luchar por las tierras de los
Indios'.
Jamas se había visto en México, desde la época, de
José María Morelos y Pavón, que un caudillo recién
salido de la oscuridad de su pueblo, pudiese con su sola presencia levantar
miles y miles de hombres y empujarlos con su voz, hacia el triunfo de las armas
revolucionarias.
Este era el admirable genio heroico de Emiliano Zapata.
Prefería la lealtad a cualesquier otras virtudes
morales. Y en esto superó a los demas caudillos de su
tiempo, pues exigió siempre la lealtad al credo agrarista diciendo:
“Perdono al que roba y al que mata, pero al que traiciona, nunca”
Frente a ellos, entero e inflexible, el General Zapata ordenó los
Consejos de Guerra y soportó la amargura de hacer cumplir los
veredictoscondenatorios.
Este era el caracter vertical de Zapata.
El fue la primera voz autorizada que se levantó en favor
de los indios en la primera, época revolucionaria.
El fue quien primero peleó por la restitución y
por la dotación de las tierras.
El fue quien se resistió en todo tiempo a los halagos del poder por el poder mismo y sostuvo su
divisa: 'Tierras y Libertad', como
la única bandera posible de la revolución.
Y a él se debe, por su conducta intachable de luchador social, de
líder auténtico, nada menos que el cuerpo de doctrina de la
revolución mexicana.
El hombre, ya no es el hombre: Emiliano Zapata es ya un
símbolo.
Símbolo de pureza en su vida privada y en su
ejecutoria de hombre público.
Símbolo de la mas antigua hidalguía indígena de
fuerte vertebración moral, puesto que por la terquedad moral del ideal
agrario soportó toda la ira, toda la incomprensión y toda la
injusticia de quienes lo detractaron por no conocerlo, de quienes lo
calumniaron y lo vejaron en todos los rumbos de la palabra, porque veían
en él al único hombre fuerte que acabaría por alcanzar la
reforma social.
Y como
si todo esto fuera poco, Zapata fue símbolo de sencillez, de
ponderación y de justeza.
Fue su vida tan sencilla, tan sin adorno, tan sin oropeles como es siempre la vida del
indio.