El peronismo y la clase trabajadora argentina
1946-1976-Daniel James
Con la recesión mundial de 1930, la economía argentina
comenzó un periodo de industrialización para la producción
de los bienes que antes eran importados. Este proceso de
industrialización se reflejó en la estructura social, sus nuevos
integrantes ahora provenían de migraciones internas. Sin embargo
esta expansión económica no beneficio desde un
principio a la nueva clase obrera. Los salarios eran
mínimos frente a la creciente inflación, había escasa
legislación laboral y social y mucha represión a los obreros por
parte de los empleadores y el estado. Hacia el golpe de 1943, la
organización sindical era escasa y débil, y la mayoría del
proletariado industrial estaba al margen de ella. Perón desde su
posición como
secretario de Trabajo se consagro a comenzar a atender algunas de estas
preocupaciones, y poder también a su vez socavar las influencias de las
fuerzas de la izquierda.
Durante la década de gobierno peronista de 1946-1955, aumentó
notablemente el peso social de la clase trabajadora junto con su capacidad de
organización, y hubo una gran expansión del sindicalismo. La
estructura sindical estaba fuertemente regulada por el estado. El ministerio de
trabajo era la autoridad que otorgaba reconocimiento a los sindicatos, y los
empleados solo podían negociar con estos.Ademas toda la red
sindical ascendía hacia una única central, la
Confederación Nacional del Trabajo (CGT). Esto
aseguraba muchos beneficios a los sindicatos, pero también al mismo
Estado.
Durante el periodo peronista, la nueva fuerza social de la clase trabajadora
también comenzó un proceso de
integración a una coalición política emergente. De esto se
trataba principalmente el rol del
movimiento sindical: de integrar a la clase trabajadora a la política del estado.
El peronismo dio respuesta material a las necesidades de la clase trabajadora,
pero por algún motivo fue el peronismo el elegido, y no otras fuerzas como
el comunismo o el socialismo que también se habían preocupado por
esas problematicas. Para comprender
esta elección hay que considerar el atractivo político e
ideológico de Perón y examinar su retórica.
La retórica peronista.
El atractivo político fundamental del peronismo consiste en su
redefinición del
concepto de ciudadanía en un nuevo contexto social. La ciudadanía
y el acceso a sus derechos políticos son constantes en sus discursos.
Algunos de esos conceptos del lenguaje peronista, ya
venían forjandose desde el gobierno radical de Yrigoyen con una
retórica donde prevalecían los símbolos de una lucha
contra la oligarquía. Ademas la corrupción de la
década infame del 30, había generado en
el pueblo un cinismo público y un malestarpolítico y moral. La
propaganda peronista comenzó a denunciar todos estos fraudes al
régimen conservador, ganandose así progresivamente la
confianza de la gente en la lucha por la restauración de la democracia.
El peronismo también reconoció a la clase trabajadora como
fuerza social autónoma. El discurso de Perón no
se dirigió a trabajadores individuales, Perón le hablaba a una
fuerza social cuya cohesión era vital para que él pudiera afirmar
sus derechos en el Estado. Se presentaba como vocero, o mediador,
entre el Estado y las clases sociales.
La retórica peronista contenía algunos elementos del caudillismo personalista,
asociados a las figuras del
mismo Perón y Evita. A su vez sus discursos creaban nuevas esferas
públicas de interés y actividades para la clase obrera: la
economía de la nación, las cuestiones de la
industrialización. Perón lograba absorber los
pensamientos nacionalistas existentes. Palabras como
“cipayo” o “vende-patria” eran recurrentes en sus
discursos. La justicia social y la soberanía nacional eran temas que
iban de la mano en lugar de ser consignas abstractas. La imagen del
peronismo fue poco a poco asociandose con el progreso social, industrial
y con la modernidad.
El lenguaje peronista era a la vez visionario y resultaba creíble,
porque las consignas políticas se limitaban a
aspectos materiales concretos. “El bien yel mal”
ahora se concretaban en pobres y ricos, en trabajadores y capitalistas, etc.
La doctrina peronista no requería de cambios de premisas, como las ideas
de la izquierda, sino que aceptaba la conciencia, los habitos, las
costumbres y los valores de la clase trabajadora como validos.
Glorificaba lo cotidiano y lo común, apelando a las sensibilidades
populares, como
bases suficientes para los cambios necesarios para una sociedad mas
justa, siempre y cuando se alcanzaran ciertas metas faciles de lograr.
La primera de ellas era apoyar a Perón como líder y
mantener un fuerte movimiento sindical.
Había un cierto tinte “tanguero” en
el vocabulario peronista. Perón no les hablaba a los obreros en tonos
didacticos ni de inferioridad como lo hacían otras fuerzas, por el
contrario los reconocía e incluso los glorificaba. Incluía
también dentro de su retórica, una idea de resignación
frente a la desigualdad social. Esto suponía una visión
política limitada, que no descartaba resonancias utópicas, sino
que la esperanza iba de la mano con el logro de
pequeñas metas alcanzables. Ademas de los factores materiales, la
presencia social y política de la clase trabajadora conseguida por
Perón se manifestó en factores como el orgullo, el
respeto propio y la dignidad.
Perón también resignificó términos que antes
simbolizaban la humillación de la clase obrera y sufalta de status
dentro de la sociedad. Por ejemplo el término “descamisados”
que anteriormente tenía una connotación de inferioridad social, a
partir de su adhesión con la figura de Eva Perón su significado
fue invertido. Otros términos que siguieron ese
camino inverso fueron “negrada”, “negro”,
“cabecitas negras”.
Durante la manifestación del 17 de Octubre, algunos medios opositores
hablaban de una manifestación con espíritu de
“murga”, connotando una subversión simbólica de los
códigos de conducta aceptados. Esta imagen de subversión que
representaba la manifestación, dejaba ver un
espíritu de insulto y burla contra la autoridad simbólica de la
elite argentina.
También represento una recuperación del orgullo y la autoestima de la clase
trabajadora argentina,
a la vez q desinflaba la seguridad que la elite tenia de sí misma.
Luego de este episodio, el peronismo experimento con
una desmovilización pasiva. En su retórica oficial, intentaba
proponer la movilización controlada y limitada de los trabajadores bajo
tutela del Estado. La consigna que reflejo esta nueva
actitud del peronismo
era “de la casa al trabajo y del
trabajo a la casa”. La ideología peronista buscaba armonizar los
intereses del
capital y el trabajo en nombre de la nación y su desarrollo
económico. Distinguía entre el capital
explotador e inhumano, y el capital progresista. Deeste
ultimo los trabajadores no tenían nada que temer, era el capital
nacional.
El triunfo del
peronismo se debió a la capacidad del
pueblo en satisfacer sus necesidades con lo que el estado le brindaba, y en el
prestigio personal de Perón. La retórica peronista se basó
en decirle al pueblo lo que este quería
escuchar, y en la capacidad de Perón de apropiarse de símbolos
anteriores y hasta rivales y resignificarlos. Como
por ejemplo la celebración del
1ero de Mayo, donde los sucesos originales de la fecha se mostraron como violentos y tragicos, en comparación
con la celebración peronista, que se mostraba como alegre.
Debe destacarse que la clase trabajadora no llego ya formada al peronismo, sino
que fue el mismo Perón el que constituyo con su discurso a esta nueva fuerza social. Esto fue un
proceso complejo que implico una reconstitución en la identidad
política de algunos trabajadores. Otro legado del peronismo es la
actividad sindical controlada por el Estado, lo que permitió frenar el
surgimiento de un gremialismo activo y autónomo. El
peronismo aspiraba a lograr una alternativa hegemónica viable para el
capitalismo argentino y para la reproducción de dichas relaciones de
producción. Analogamente también representaba las esperanzas de los oprimidos y simbolizaba una
negación y un desafío ante el poder de la elite dominante hasta
el momento.