Bicentenario: cruceñidad e historia
En 2010, año del Bicentenario del grito libertario de independencia del
dominio colonial, caben algunas preguntas y reflexiones
–¿quiénes engendraron las ideas emancipadoras y cual
la coyuntura histórica en la que se produjeron los hechos?–, a fin
de rectificar algunos equívocos cargados de dogmatismo peninsular,
reacios a los cambios, a las innovaciones, a la ruptura con un pasado
apócrifo y deleznable.
La Junta Gubernamental creada en 1810 estaba integrada por el Cnl. Antonio
Suarez, cuya carrera militar correspondía a los españoles
o criollos distinguidos: Antonio Vicente Seoane, descendiente de un gobernador
español en Santa Cruz, y el cura José Andrés Salvatierra,
que como propietario de tierras en Cordillera puso la impronta de los movimientos
libertarios a partir de la clase de los terratenientes, llamados a sustituir el
viejo armazón burocratico peninsular.
En cuanto a la coyuntura, el movimiento subversivo del 24 de septiembre de
dicho año es ‘coetaneo’ de la ocupación de
España por las fuerzas de Napoleón Bonaparte, la prisión
de Fernando VII, el vacío de poder en las colonias de América y
los movimientos libertarios que comenzaron a darse desde 1806 con el inicial
desembargo bélico del general Francisco de Miranda en la Capitanía
General de Venezuela.
Esta oprobioso dominio y persecución de los patriotas cruceños
duró hasta febrero de 1825, cuando los patriotas Antonio Vicente Seoane,
José Manuel Mercado,el ‘Colorao’; José Manuel Baca,
‘Cañoto’, y otros viejos soldados de la patria, al grito de:
“¡Cruceños, libres por la patria!”, retoman la plaza
de La Concordia, hoy 24 de Septiembre. Todo, al enterarse de la presencia del
Mariscal Antonio José de Sucre, que se encontraba en La Paz y
había lanzado el decreto del 9 de febrero de 1825, convocando a estas
provincias a una Asamblea General para que definan su porvenir político.
Claro esta que también se pronunciaron por la independencia los
miembros del Cabildo Municipal y los efectivos de la
Guarnición de la ciudad.
Pero el cambio tardó en llegar a Santa Cruz, después de los 264
años de la Colonia y los 134 años de la República. Santa Cruz, aislada de los centros de poder, convertida en
frontera de los vecinos que avanzaban sobre su territorio; en fin, como
lugar de confinamiento de los adversarios políticos en cada época
de convulsión, no olvida el sentido de su brújula. Con el
transito de la economía minera del sur hacia el norte, o sea, de la
minería de la plata al estaño, Santa Cruz pierde su mercado
histórico. Los cruceños, mediante la Sociedad de Estudios Geograficos
e Históricos, en 1904, se pronunciaron con energía frente a esa oprobiosa desigualdad de trato, pero todo fue
inútil.
En la región del oriente se inicia una acumulación originaria de
capital, desde antes y después de la Guerra del Chaco, se comienza a
crear una conciencia colectiva que sigue hasta hoy: un alcalde convoca
elecciones para designar a las autoridades municipales; el Comité
Cívicoreclama con valentía el pago de las regalías
petroleras del 11% a favor de los departamentos productores; mas tarde
se plantea el problema de la descentralización administrativa y de los
recursos mediante las autonomías departamentales. En
fin, propuestas todas que cambiaron el ordenamiento político de Bolivia,
beneficiaron al conjunto de la nacionalidad y fueron convertidas en banderas
políticas de aquí y de alla.
A esta altura del tiempo, y alejado de la vida política, abordando el
conflicto región-Estado, no me explico cómo los promotores de las
regalías petroleras tuvieron que salir al exilio, así como los
defensores de las autonomías, como nueva forma de organización
del Estado, estan cayendo en el abismo de las desgracias
políticas, cuando toda Bolivia aceptó estas reformas con
beneplacito.
Un 24 de septiembre, Santa Cruz inició la lucha por su libertad
(Bolivia.com)
El 24 de Septiembre de 1810 Santa Cruz da el primer paso hacia su
liberación del yugo español. Aquel día se produjo el
primer aporte de los cruceños al proceso de emancipación americana,
pues se llevó a cabo un Cabildo donde se nombró la Junta Gubernamental
y se destituyó al entonces gobernador Pedro José Pimentel.
El plan de Gobierno a establecerse era el mismo de
Chuquisaca y La Paz.
Es así que después de los sucesos de Chuquisaca llegaron a Santa
Cruz, con el propósito de expandir las ideas revolucionarias, el
cruceño Dr. Antonio Vicente Seoane y el Dr. Juan Manuel Lemoine y
formaron un partido que integraron también el padreJosé
Andrés Salvatierra, el coronel Antonio Suarez y otros luchadores.
Cuando ya todo estaba listo, arribaron el emisario Eustaquio Moldes de la Junta
de Gobierno de Buenos Aires y D. Melchor Pinto de Cochabamba,
estallandose de esta forma el primer pronunciamiento cruceño por
la independencia.
“El movimiento estalló la tarde del 24 de septiembre de 1910, con
el amotinamiento de las milicias, la destitución del gobernador, Pedro
José Toledo Pimentel y el llamado al pueblo para concurrir al Cabildo
Abierto. Constituyéndose la Junta Gubernamental, así relata
Hernando Sanabria lo sucedido ese día.
Ese 24 de Septiembre Santa
Cruz celebraba el día de “Nuestra
Señora de las Mercedes”, por lo que la mayor parte de los ocho mil
habitantes que vivían en el pueblo estaba reunida en la Plaza de Armas
celebrando esa festividad. La concentración de los
cruceños fue aprovechada para convocar al Cabildo Abierto donde se
determinaron las primeras acciones por la independencia.
Se conformó la Junta Gubernamental, compuesta por tres
cruceños, el abogado Antonio Vicente Seoane, el sacerdote José
Salvatierra y el coronel Antonio Suarez. También se
acordó deponer a las autoridades despóticas del
Rey de España y sustituirlas por criollos que traten con igualdad y
justicia a todos los pobladores; ademas de dar libertad a las
autoridades realistas depuestas, siempre y cuando no atenten contra la nueva
junta de gobierno, pudiendo éstas radicar y trabajar en el pueblo o
regresar a España.
La primera medida de la JuntaGubernamental fue liberar a los esclavos negros del TAO y después redactar el Acta de
Pronunciamiento del
Cabildo Abierto.
Esta Junta Revolucionaria detentó el mando
político de la Intendencia de Santa
Cruz hasta octubre de 1811, fecha en que retorna a
manos de los realistas.
EL PUEBLO TRANQUILO Y HOSPITALARIO QUE DECIDIÓ BUSCAR SU LIBERTAD
Hasta 1810 Santa Cruz de la Sierra no mostraba gran desarrollo, pues era un pueblo pequeño que tenía 11 calles y no
mas de diez mil habitantes entre españoles, mestizos, indios y
negros. Las calles eran completamente de tierra y llena de curichis y espesos
montes, tanto que hasta el arroyo Pari atravesaba la ciudad, tenía su
cauce por donde hoy es la avenida Cañoto sobre el primer anillo de
circunvalación. La gente no contaba con agua potable y utilizaba el agua
de este arroyo, por lo tanto era normal ver a las
aguateritas llevar sus cantaros en la cabeza.
Algunos optaban por tener sus propios paúros para
poder beber agua limpia y fresca.
Las viviendas eran edificadas con paredes de barro, techos de palmas de
motacú. Sin embargo, algunas eran levantadas con adobes, cubiertas de
tejas y con corredores de alas anchas sostenidas por pilares gruesos, es decir
la arquitectura maciza con galería deljkiantera y también en el
interior.
La ciudad estaba organizada en cuadrantes, por manzanos, pues esa era una ley
de España. La plaza estaba en el centro y era espaciosa, al frente
estaba la Catedral que tenía una construcción rústica,
también existía una pequeña capilla quellevaba por nombre
Misericordia, donde ahora es la parroquia Jesús Nazareno. El convento de
La Merced estaba ubicado frente a la plaza, donde actualmente tiene sus
oficinas el rectorado de la Universidad Autónoma Gabriel René
Moreno.
Los pobladores eran muy hospitalarios y confiados, por lo tanto se sentaban en
los corredores y los niños jugaban en las calles
sin temor. Era un pueblo alegre, todos se
conocían. En el siglo XIII habían alrededor de
diez mil habitantes. 4.303 españoles -se llamaba a todos los
blancos-, 1.376 mestizos, 2.638 cholos, 2.111 indios y 150 negros.
Entre los productos que cultivaban estaba la caña,
maíz, arroz, café, urucú y yuca. Tenían
una gran producción de azúcar negra y miel de abeja.
Las disposiciones reales de ese entonces
disponían la adjudicación con título legal a cualquiera
que lo solicitase; pero los hacendados cruceños jamas se
preocuparon de obtener dicho título.
El cabildo funcionaba con dos alcaldes ordinarios, y cuatro regidores. Ellos eran elegidos por el vecindario mediante voto emitido
públicamente, el primer día de cada mes. Sin embargo,
había un gobernador que era impuesto por el
Virrey. Dependía directamente de la corona
española, a quien se le rendía cuentas de todos los movimientos.
Había un comandante de armas encargado del reclutamiento,
instrucción y mando de las tres o cuatro compañías de
milicianos que guardaban la ciudad. Los ciudadanos vivían así
hasta que el 24 de Septiembre de 1810 se da el primer paso hacia la
liberación del yugo español.