ASÍ VIVIERON EN AL-ANDALUS
Mucho es lo que se ha escrito sobre la historia de España en
general, y concretamente sobre
al-Andalus, período
comprendido entre los siglos VIII y XV, que abarca no sólo
un periodo de concepción
religiosa y política
dentro de un area delimitada ,
sino, un Norte y referente
cultural para los demas pueblos coetaneos.
Al-Andalus nos remite de forma inmediata a una arquitectura suntuosa y detallista, a la media
luna y la cruz, a parrafos y parrafos de gestas y lamentos, a los populosos arenes y a jardines orgullos de sus fuentes. La realidad es que
también había
otras cosas. Se hace difícil encontrar una obra,
con esas “otras cosas”, como lo presenta Greus, capaz de sintetizar los aspectos mas
concretos y usuales de la vida diaria de sus gentes, acompañados
en todo momento de diversas ilustraciones e imagenes. Tras una muy breve
introducción histórica,
el autor nos abre las puertas
y armarios andalusíes,
nos muestra los ambientes callejeros
y sus casas; como fue la vida
familiar; sus vestidos y
perfumes; sus maquinas
e inventos; los artesanos; qué se compraba en los mercados; sus instituciones
y funcionarios; sus jueces; sus guerreros
y esclavos; sus fiestas; sus libros bibliotecas
y universidades.
Debemos matizar que, al Andalus fue una sociedad
en constante cambio, ya bien, por
el contacto con los cristianos de la marca superior como con los pueblos del Norte de
Africa, y a pesar de
ladistancia y las disidencias religiosas y políticas con Oriente, siempre tuvo a Bagdad y su esplendor
como referente cultural. Muestra de ello es la llegada a Córdoba en el siglo IX de
Abu l-Hasan Ali Ibn Nafi, mas conocido como Ziryab “el mirlo”. Este poeta bagdadí, cultivó la poesía,
la música y la gastronomía
entre otras artes. Su llegada produce
la primera oleada de esplendor cultural andalusí,
suponiendo una revolución social, que, en
cuanto a las costumbres, salpicaría a todos los estratos.
Una nueva concepción de la estética,
con nuevos peinados, vestimenta y un refinamiento en la corte y la mesa hasta entonces inexistente.
Estas nuevas aportaciones orientales seran muy bien recibidas en la corte Omeya de Abderraman II, que como
conocido amante de las artes, contribuira
afianzar. Estas innovaciones perfilan, aún mas, las diferencias con el resto de la sociedad peninsular.
Se comenzaron a adornar los platos
que comían. Los cristianos disponían sus platos
en desorden y carentes de toda decoración sobre la mesa
desnuda, o en el mejor de los casos, sobre
un grueso lienzo. En las casas de los
nobles y los poderosos de Córdoba se comía ahora sobre manteles
del
mas fino cuero, se dormía en camas
de jergón de cuero y
se bebía en copas de
vidrio transparente. Al
placer de beber vino se había sumado el de poder contemplarlo a través del translucido
cristal de copa.
La llegada de Ziryab a al-Andalus supone un antes y un después
entodos estos ambitos ya mencionados, y como no, la música
también sufrira
su influencia. Ziryab fundó un conservatorio en Córdoba creando una nueva metodología
en la enseñanza musical, reformo
el laúd arabe
y fundó la escuela
musical arabigo-andaluza.
Uno de los temas que
mas controversia ha causado y causa entre los arabistas
e historiadores es la concepción idílica
de la sociedad andalusí
en cuanto a convivencia y tolerancia religiosa y cultural.
Debemos matizar que a partir del siglo XI, con los almoravides y posteriormente
con los almohades, la supuesta convivencia queda mellada. Pero durante
el reinado Omeya, al margen de controversias podemos destacar la existencia de varios dialectos en la sociedad andalusí como consecuencia
inequívoca de un contacto
y una asimilación.
La lengua oficial de al-Andalus era el arabe
clasico, aunque en diferentes ambitos sociales, como la vida cotidiana, se pueden encontrar otros dialectos, un dialecto arabe con impronta latina y romance, y el mozarabe, este mas extendido, usado incluso en la corte. Pero sobre
todo, el mozarabe, por su amplia
difusión, fue elegido como vehículo en la enseñanza,
dado que encontramos alumnos de diferentes etnias (judíos, mozarabes) pertenecientes
en muchos casos a la población autóctona
hispanorromana. Este detalle de usar
un idioma capaz de llegar a todos, puede ser una muestra
de coexistencia en relativa
armonía.
Uno de los temas tratados
por Greus enla obra es
la enseñanza, estos
son algunos de los aspectos que definen
y caracterizan la enseñanza
en al-Andalus.
Una de las características de este periodo, es la baja tasa
de analfabetismo entre la sociedad andalusí, incluso las mujeres
musulmanas podían realizar sus estudios.
Debemos tener en cuenta que, en el resto de Europa, la cultura, estaba en manos de unos pocos,
tan sólo los clérigos tenían acceso a esta.
Con los Omeyas, la cultura y la enseñanza se difundieron notablemente. Era
habitual que los emires o califas trajeran algún sabio o maestro de occidente para dar lecciones
magistrales a las
que asistían cientos de personas. A pesar
de esta difusión
cultural, los libros resultaban un bien
escaso de los que pocos se podían
permitir el lujo y los alumnos debían
de aprender los libros de memoria. La duración del curso
era variable y eran los alumnos quienes elegían aquellas asignaturas que querían cursas, y cuando el profesor consideraba el momento, se le hacía entrega al alumnos de su licencia
que le autorizaba, ya bien a practicar
una profesión o enseñarla a otros.
Las asignaturas mas estudiadas en las mezquitas eran las religiosas aunque existían estudios de literatura con asignaturas como poesía clasica, historia, prosa rimada y tradición de cuentos. También se estudiaba gramatica,
lengua arabe, filología, geografía,
medicina y astronomía
entre otras.
La forma de dar clases era
la siguiente, cada maestroextendía su alfombra en un rincón
o columna, y entorno a él se formaba un corro de alumnos, que tomaban apuntes
en tablillas o pergaminos.
Hasta el siglo XIV que se fundó por Yusuf I la universidad islamica de Granada,
la enseñanza se impartía
en las escuelas coranicas y mezquitas.
En cuanto a las diversiones del pueblo, no se hace muy difíciles
de imaginar, ya que, a pesar de la riqueza de la nobleza andalusí, el nivel de vida de las clases
humildes era muy bajo, muy inferior al de Oriente medio. Un jornal oscilaba entre 1,5 y 3 piezas
de plata al día. En
el siglo X, un trabajador humilde podía ganar hasta 6 dinares al año cuando una vivienda modesta
podía llegar a las 10 piezas de oro. Esta precaria situación
de la clase menos privilegiada fue caldo de cultivo para los prestamistas
que prosperaron.
Así, entre las aficiones del pueblo encontramos la revista de tropas que los
sultanes hacían
antes de las aceifas estivales; los jóvenes, en la calle, maquinaban sus corredurías entre zocos y arrabales. También los espectaculos callejeros de juglares y encantadores de serpientes.
Aunque no podemos olvidar las tertulias en la tabernas acompañadas de una taza de té.
Estos y otros temas han
sido abordados en la obra de Greus Así
vivieron en al-Andalus,
el autor, no olvida incluir una tabla
cronológica y un glosario
para aquellos que no estan familiarizados con la terminología
andalusí, con fin de hacer
mas facil este acercamiento.