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Antecedentes la segunda guerra mundial 1939 - 1945, objetivos de guerra y estrategias de las grandes potencias



Libro escrito por Andreas Hillgruber y editado en su quinta edición por Alianza Editorial en Madrid en 1995, nos presenta una perspectiva de la Segunda Guerra Mundial un poco diferente al resto de la numerosa bibliografía que sobre dicho tema se encuentra, pues el autor en vez de desplegar la historia bélica y militar de la guerra, como podría pensar el lector de primer momento por el título sugerente de la obra, ó los procesos y cambios políticos, económicos y sociales durante y después de la misma, se centra fundamentalmente en los objetivos de guerra y las estrategias militares y políticas empleadas por las potencias involucradas en dicho conflicto al que no aborda principalmente como una guerra civil mundial, sino como un conflicto entre las grandes potencias por diferentes intereses: expansionistas, imperialistas, económicos, políticos e ideológicos. El texto no esta centrado primordialmente en la narración tanto como en el analisis y la interpretación de dichos acontecimientos, por lo cual entre muchos elementos que se pueden resaltar es que ofrece una visión clara de las relaciones de la política mundial del momento y un perfil general de las decisiones que a raíz de la guerra se tomaron para la posteridad.




Estructuralmente, el libro se encuentra dividido en nueve capítulos que abordan los diferentes escenarios y tematicas de la guerra por periodos cronológicos, iniciando con losantecedentes del conflicto, pasando luego a una primera fase ubicada entre septiembre de 1939 a junio de 1940; después al desplazamiento de la guerra del oeste al este entre junio de 1940 a junio de 1941; en el cuarto capítulo se exponen las decisiones en la política mundial entre el 22 de junio de 1941 al 11 de diciembre de 1941; de allí se ubica la guerra mundial partiendo de Pearl Harbor hasta Stalingrado en el periodo de diciembre de 1941 a febrero de 1943; posteriormente en el sexto capítulo se analiza la Europa de Hitler y la “Gran Esfera de Bienestar Asiatica” de Japón; a continuación en el séptimo aparte se toca la guerra mundial entre febrero de 1943 a agosto de 1944; en el octavo se mira la política y estrategias en la fase final de la guerra la cual se ubica entre septiembre de 1944 y septiembre de 1945, quedando así afrontada y dividida la tematica en los seis años que duró la guerra y que facilita desde un punto de vista personal, la comprensión y claridad de los complejos acontecimientos, aunque cabe aclarar y resaltar que cada aparte no es aislado del otro, sino que es una secuencia elaborada oportunamente. Por último, se encuentra en el capítulo nueve un balance general de la guerra que termina por suministrar aún mas claridad sobre el tema.


En este orden de ideas, el autor expone como uno de los antecedentes principales, sino el mas importante de la Segunda Guerra Mundial, las derivaciones de la Gran Guerra, empezando por el ordenamiento de paz que se firmó al finalizar y que no condujoa la implantación de un orden estable en el mundo y en Europa, pues debido a que fue un arreglo de intereses entre las potencias vencedoras (Gran Bretaña, Francia y EEUU), se presentaba una debilidad y un desequilibrio que fue aprovechado por las potencias vencidas o también llamadas “revisionistas” para saltar nuevamente al escenario de la política mundial y “contraatacar”[1], las represiones económicas y territoriales que les fueron impuestas. Contiguo a este aspecto, ubica la significativa contribución de la gran depresión económica para que Alemania desplegara sus ambiciones expansionistas
























RESUMEN ANTECEDENTES

La primera guerra mundial no había conducido a la implantación de un orden estable en Europa y el mundo. El compromiso de paz de 1919-1920 se basó exclusivamente en una componenda entre los intereses de Gran Bretaña, Francia y EEUU. En Europa el punto de partida consistió en una parte, en imponer a Alemania una larga represión que no estaba satisfactoriamente garantizada y por otra, en debilitar en forma duradera el poder de la Rusia soviética. Este ordenamiento se caracterizaba por un equilibrio inestable entre las potencias instituidas, las llamadas haves (pudientes): Gran Bretaña, Francia, EEUU y las vencidas o las haves-nots (desposeídas): Alemania, Italia y Japón. El paria o outcast era la Unión Soviética.
Era, pues, muy problabe que los have-nots aprovechasen cualquier trastorno del fundamento relativamente débil yeconómicamente descompensado en que se basaba la política de fuerza de este ordenamiento con el fin de lograr una revisión del mismo en provecho propio. Un paso así podía intentarse por la vía de un arreglo acordado, pero también podía emprenderse la vía de la expansión por la fuerza, atribuyendo a las potencias establecidas un endurecimiento en sus posiciones políticas, atribución que algunas potencias revisionistas podían realizar en solitario o de forma coincidente, aprovechando las oportunidades reales o supuestas ofrecidas por el conjunto de circunstancias internacionales.

Durante la crisis económica mundial, los dirigentes políticos alemanes vieron la gran oportunidad de acabar con las fuertes “ataduras de Versalles” , las reparaciones y el desarme unilateral, ademas, lograron imponerse entre ellos ciertas tendencias vinculadas a ideas surgidas durante la primera guerra mundial que tenían por objetivo una Centroeuropa regida por los intereses económicos y de politica de poder de Alemania.
Las condiciones internacionales que constituían el marco de una política de expansión de los vencidos, fueron esencialmente mas favorables a partir de los primeros años de la década de 1930 que en la de 1919-1920 a consecuencia de la crisis económica mundial.

EEUU volvió al “aislacionismo” como potencia política frente al “viejo mundo”, pero no en sus planteamientos comerciales. Francia se retrajo hacia una política de seguridad. Las alianzas militares con Polonia y Checoslovaquia perdieron importancia en susignificado para la política de seguridad francesa.

En Gran Bretaña, dentro de la línea directriz del balance of power en el continente europeo como soporte para su propia posición imperial, creció a la vez la tendencia a transigir con las exigencias alemanas de revisión en la medida en que se considerasen justas en cuanto pretensiones étnicas y armonizaran con el principio de equilibrio. La profunda oposición entre la política europea britanica y soviética hacia recomendable esa actitud.

El retraimiento de EEUU y de las potencias occidentales en Extremo Oriente frente a la expansión de Japón en Manchuria y el norte de China a partir del otoño de 1931, confirmó entre los dirigentes soviéticos una idea traumatica: durante el mandato de Stalin, se consideró que la Unión Soviética “cercada” por las potencias “imperialistas” podía convertirse en objeto de agresión de aquellas que habían quedado postergadas en la nueva repartición de las posesiones mundiales tras la guerra de 1914/1918. Para reducir el peligro de una guerra en dos frentes: el oriente asiatico y Centroeuropa, la Unión Soviética concluyó en 1931/32 pactos de no agresión con sus vecinos centroeuropeos, aceptando así un debilitamiento de la cooperación mantenida hasta entonces con el Reich aleman. Se pretendía así impedir la formación de un bloque de todas las potencias “imperialistas” contra la Unión Soviética.
La política nacional de revisión proclamada por Hitler, que ocultaba tanto los objetivos expansionistas de mucho mayoralcance, como los racistas, parecía poder compaginarse con la concepción britanica de la política europea. La incompatibilidad se hallaba en el objetivo “irrenunciable” de Hitler de irrumpir una transformación total del orden vital de Europa según principios de ideología racial cuyo núcleo era un antisemitismo radical y universal.

El programa de Hitler apuntaba a la Rusia europea como objeto de conquista (espacio vital en el este), tras conseguir tener las espaldas libres en el continente mediante la eliminación de Francia como potencia militar, a Gran Bretaña como “socio menor” de un imperio continental aleman en Europa(con un espacio complementario colonial en Africa) y a EEUU, como competidor principal en un futuro lejano en la lucha por el domino del mundo. El rearme iniciado en 1932/33 iba destinado a proporcionar al Reich aleman una ventaja cualitativa sobre los adversarios que deberían ser eliminados unos tras otros en campañas sucesivas. Esta línea directriz, junto con la concentración del poder interno en el “Füher” Adolfo Hitler, pasó a ser cada vez mas y de manera exclusiva a partir de 1938/39, la “ley del movimiento” del Reich nacionalsocialista y determinante de todas las cuestiones esenciales y también de la agudización de la crisis en las relaciones internacionales europeas.

La política expansionista de las otras dos potencias vencidas, favorecía la política de presión alemana en Centroeuropa. El ejemplo de Japón de 1931 actuó como estímulo sobre la política alemana. Suretirada de la Sociedad de Naciones en marzo de 1933, fue seguida por la de Alemania en octubre del 33. Ademas, la escapada de Japón del ordenamiento de 1919/20 distrajo la atención de EEUU y las potencias occidentales europeas hacia la zona de tensión de Asia Oriental, apartandola así de Europa. El ataque de Italia a Abisinia en 1935/36 y la crisis internacional en la región del Mediterraneo, precisamente en el momento en el que rearme aleman atravesaba una fase peligrosa, dirigieron la atención internacional a esta segunda zona de tensión. La política alemana apoyó a Italia y Abisinia, a fin de mantener vivo el conflicto el mayor tiempo posible. De ese modo, Hitler pudo acometer la aventurada entrada de tropas alemanas en la zona desmilitarizada de Renania, quebrantando no sólo el pacto de Versalles sino también el de Locarno y desafiando a las dos potencias garantes: Gran Bretaña implicada en el conflicto abisinio e Italia.

La Guerra Civil española demostró una vez mas la profunda contraposición entre Gran Bretaña y la Unión Soviética. Hitler no tenía ningún interés en una pronta resolución del conflicto que se prolongó hasta la victoria de Franco en 1939. La política britanica que favorecía la intervención alemana, fue interpretada por Hitler como un “test” de la deficiente capacidad de acción de Gran Bretaña en caso de un conflicto en Centroeuropa.

El inicio de la guerra chino-japonesa en julio de 1937 agravó de nuevo los problemas en el foco de crisis del este asiatico. Eltriangulo Berlín-Roma-Tokio fue desarrollado a finales de 1937 como alternativa por el embajador Von Ribbentrop, enviado por Hitler a Londres en 1936 con el fin de concluir una alianza germano-britanica sobre la base de una cesión del continente europeo a la Alemania nacionalsocialista. Como sustitutivo de la alianza con Gran Bretaña inalcanzable, propuso una “constelación de alianzas” mundial contra ella, cuyo núcleo debería estar constituido por un pacto militar entre Alemania, Italia y Japón. El sentido de todo ello era el de amenazar la posición imperial britanica en el mayor número posible de zonas, a fin de que Alemania emprendiera la campaña de conquista hacia el este si no con las espaldas cubiertas mediante un pacto con Gran Bretaña, si, al menos, con la seguridad de mantenerla a margen. Sin embargo, en las negociaciones mantenidas con Japón desde 1938 no se llegó a establecer con esta nación un pacto militar contra Inglaterra. En mayo de 1939, Alemania firmó el pacto de “acero” con Italia.

Gran Bretaña cobijó la política del “apaciguamiento” (appeasement), mantenida desde mayo de 1937 por Chamberlain y que no nacía de una debilidad moral frente a la actitud amedrentadora de los dictadores, sino que era consecuencia de una política realista según la cual Gran Bretaña necesitaba urgentemente la paz para que no se disgregara al menos durante algún tiempo su imperio mundial cuyos puntos neuralgicos eran la india que reclamaba su independencia y el mundo arabe. Por otra parte, la posición deGran Bretaña en el mundo se veía amenazada no sólo por la política revisionista y expansionista de los tres have-nots, sino también por la agitación a favor de la “revolución mundial” fomentada por la Unión Soviética en las colonias britanicas, especialmente en Asia. Finalmente, en una nueva guerra mundial, el peso económico y las potencialidades de EEUU tendrían mas peso que en la guerra de 1914 y menoscabarían directa o indirectamente la posición britanica en el mundo, si es que no la anulaban por completo. Ante el acelerado ascenso de la Alemania de Hitler como potencia política desde 1938, Gran Bretaña pretendió poner en practica una política propia que preveía ceder en parte a las exigencias de revisión justificadas con criterios étnicos de acuerdo con la instauración de un nuevo orden europeo que dejara tras de sí el ordenamiento de Versalles, con tal de que el Reich aleman se ajustase a un sistema basado en la colaboración de las cuatro grandes potencias europeas y no irrumpiera de forma violenta en el Este y en solitario, pues ello supondría el requebrajamiento del balance of power en Europa. Dado que Hitler ponía constantemente en cuestión cualquier resultado alcanzado, el gobierno de Chamberlaín consideró la necesidad de una guerra en el caso de un fracaso total del appeasement iniciando así una intensa actividad de rearme en 1936.

Gran Bretaña perseguía, por decirlo así, una “estrategia doble”: se mostraba bien dispuesta hacia las soluciones pactadas en el marco de su concepciónde las cuatro potencias destinadas a “inmovilizar” a Alemania, y decidida a la defensa de sus intereses vitales nacionale y globales. El rearme britanico era de caracter defensivo. En esa “estrategia doble” de Gran Bretaña, mantenida por encima de todas las crisis, se produjo un desplazamiento del centro de gravedad: de la “disponibiidad para hacer concesiones” se pasó a acentuar la actitud de “resistencia”. El motivo fue la impresión causada por el “zrpazo”a Praga de Hitler y la instauración del protectorado de Bohemia y Moravia en marzo de 1939, con el que por primera vez se llevaba la expansión de su Reich mas alla de los límites étnicos.

Gran Bretaña dio garantías de mantener la independencia de Polonia que suponía el fracaso de una importante condición para la construcción de un imperio continental aleman y cerraba el paso a Hitler hacia el campo libre del este. Si Hitler se mantenía firme en su objetivo de incorporar a Polonia a su ambito de poder, factible sólo por la fuerza, el resultado inmediato sería una guerra contra Gran Bretaña y Francia. En razón de sus propios intereses Francia se había adherido cada vez mas estrechamente a Gran Bretaña y a su política de apaciguamiento, pues su debilidad por política interior, le aconsejaba evitar una guerra en la medida de lo posible.

La decisión del gobierno britanico de comprometerse con Polonia y no con la Unión Soviética como contrafuerte frente a la política expansionista de Hitler, tenía motivos políticos y militares, pues temíaque la conclusión de un pacto con la Unión Soviética podría encontrarse con la respuesta de una alianza militar entre Alemania, Italia y Japón, lo cual pondría a Gran Bretaña en la situación mas peligrosa por la confluencia de las zonas de tensión de Extremo oriente, el Mediterraneo y Europa contra las tres potencias vencidas, mientras que el apoyo a Polonia limitaría el conflicto a Europa, pues los lazos de Gran Bretaña con este país no afectaban a Italia y Japón.

Esta política practicada por los britanicos confirmó la desconfianza con que Stalin había observado la actitud de Gran Bretaña ante la Alemania Hitleriana a partir de 1938, pues este había interpretado erróneamente la política de appeasement como un intento por desviar a Hitler hacia el este. La alarma para la Unión Soviética se prendió con la decisión que se tomó en la Conferencia de Munich en 1938 de quitar la función de barrera asignada a Checoslovaquia y que no había contado con la participación de la Unión Soviética, a partir de ese momento habría que desmontar el frente ideológico contra la Alemania fascista a fin de poder tomar decisiones pragmaticas en un sistema europeo que se modificaba aceleradamente. Stalin tenia la impresión de que podía verse arrastrado a una trampa en las negociaciones con las delegaciones britanica y francesa, iniciadas en Moscú a mediados de agosto del 39. Si fallaba la disuasión pretendida por Occidente mediante la conclusión de una Gran Alianza, Stalin tenía la seguridad de que la Unión Soviéticacargaría con el peso principal de una gran guerra de la Alemania de Hitler contra dicha gran Alianza.

La firma en Moscú en 1939 del pacto de no agresión germano-soviético, aseguraba la neutralidad benevolente de la Unión Soviética ante el inminente ataque Aleman a Polonia y preveía en un protocolo adicional secreto, la división de toda Centroeuropa oriental en una esfera de intereses alemana y otra soviética y esto concidía con los intereses del momento de Hitler y con los de Stalin a largo plazo. Según Hitler, el sorprendente nuevo orden debía retraer a Gran Bretaña y Francia de intervenir en la guerra contra Polonia, pero si a pesar de todo se declaraba la guerra, este nuevo orden ofrecería al Reich aleman, luego de la eliminación de Polonia, libertad en la retaguardia ante las actividades bélicas que se habrían de emprender en el oeste, todo ello eran ventajas esperadas por Hitler para el Reich.

El pacto con Hitler colocaba a Stalin en la posición de potencia al margen de la guerra imperialista, pero en la guerra europea que era altamente probable, la potencia que debería recibir su apoyo era la mas débil desde su punto de vista: la Alemania hitleriana, de ese modo no perecería ante la agrupación de potencias occidentales europeas y de obtener la victoria extendería su esfera de poder mas alla de Alemania, hacia el este. En interés de la Unión Soviética la guerra debería prolongarse y llevar a un mutuo agotamiento de las dos agrupaciones imperialistas y sólo en ese caso la UniónSoviética se encontraría en condiciones de intervenir con fuerza en la fase final de la guerra, como pretendía Stalin, y poner todo su peso en la balanza.

Lo que impulsó a Hitler a lanzarse tan prematuramente a la guerra fue mas que todo un aspecto subjetivo del factor temporal, pues estaba convencido que no llegaría a viejo y que sólo él era el único capaz de emprender decisiones realmente grandes. En el aspecto objetivo lo movió el rearme armamentista de las potencias adversarias y no quería perder la ventaja que él les llevaba en rearme desde 1933.

En cuestiones militares Alemania no tenía nada preparado, sólo un plan de campaña para la conquista de Polonia, no se disponía de un plan global estratégico para una guerra europea. En cambio, Gran Bretaña se había preparado para una eventual guerra contra Alemania elaborando un plan estratégico basico, el cual era de caracter defensivo y hacia énfasis en proteger las comunicaciones por mar.
Tras el zarpazo a Praga de Hitler, los Estados mayores britanico y francés mantuvieron conversaciones que el 4 de abril del 39 desembocaron en un acuerdo marco para una dirección común de la guerra. La duración de la guerra estaba calculada por Francia e Inglaterra en unos siete años que debería evolucionar en su favor en tres fases: la primera sería puramente defensiva, en la segunda se pasaría a una ofensiva contra Italia y en la tercera se procedería a atacar a Alemania.

En EEUU el congreso impuso la ley de neutralidad, favorable a los agresores. Lavoluntad de la gran mayoría de la población y del Congreso de permanecer absolutamente ajenos a una nueva guerra a pesar de sus simpatías por la causa de las democracias europeas occidentales, constituía para Roosevelt un obstaculo difícil de superar si quería sacar las consecuencias de política de poder e incluso militares. El objetivo de Roosevelt era preparar a EEUU para un enfrentamiento mundial con Alemania y Japón, que según él iba a afectar inevitablemente a América. Con la victoria sobre estas dos potencias, Roosevelt aspiraba a obtener a largo plazo para EEUU un papel de guía indirecto basado en su superioridad económica, una fuerte posición de poder en el mundo (como potencia marítima y aérea en los mares y costas de Europa-Africa y Asia).

En balance, la crisis de la economía puso en cuestión el fundamento del orden global de 1919/20 y esto desató una crisis y conflictos en la política mundial. Fueron graves conflictos regionales en el ambito del mediterraneo y en Asia oriental provocados por las pretensiones de expansión de la Italia fascista y Japón, no obstante, al afectar intereses importantes sin duda, pero no vitales de las grandes potencias establecidas, todas esas tensiones no fueron de suficiente envergadura como para llegar a desencadenar una guerra entre grandes potencias comparable al conflicto mundial de 1914/18. Esa guerra, sin embargo, estalló a consecuencia del ataque de la Alemania hitleriana a Polonia, que afectaba intereses vitales para Gran Bretaña y a principiosfundamentales de su política. El desarrollo de la guerra supuso en primer momento un éxito para Alemania y desbordó desde el principio los límites de Europa, ofreciendo a Japón y a Italia hipotéticas oportunidades de intentar alcanzar por su parte por la vía de la violencia, objetivos imperialista a los que aspiraban desde tiempo atras.

RESUMEN CAPÍTULO II: PRIMERA FASE DE LA GUERRA EUROPEA

La guerra europea inició con el ataque aleman a Polonia el 01 de septiembre de 1939 y fue progresando con rapidez, pero Alemania se encontró con un conjunto de realidades que no esperaba y contradecían sus ideas programaticas, como por ejemplo que Gran Bretaña le declarara la guerra y no hubiese aceptado sus cortejos para ser socio menor y que Francia se adhiriera. En estas circunstancias la guerra lo llevó a depender de la Unión Soviética y sin el apoyo económico de esta y la seguridad que le brindaba no habría sido posible para Alemania dominar la situación , pues su dependencia del extranjero en materias primas de importancia vital seguía siendo extraordinariamente grande y mientras la Unión Soviética mantuviera su actitud política benevolente hacia Alemania, Hitler se liberaba de la presión de un doble frente bélico y podía imponerse a las potencias occidentales.

El giro político contra Polonia en un primer momento había tenido consecuencias integradoras y favorables para el régimen, pues parecía que ahora se reanudaba en el este la política nacional-popular antipolaca que había hallado entre losalemanes la mas decidida aceptación, al fundarse en una ideología cultural. Por otro lado, Hitler estaba convencido que sólo podía llegar a la victoria por medio de una guerra relampago con la cual se derrotaría a un enemigo tras otro en un solo frente cada vez mediante una sucesión de campañas individuales resueltas con rapidez.
El 17 de septiembre del 39, Stalin ordenó que el ejército rojo penetrara en Polonia desde el este, alegando que el Estado polaco se había derrumbado y había dejado de existir y aduciendo ademas que debía proteger a los ucranianos y rusos blancos del este de Polonia. La política practicada por Alemania sobre Polonia, resultó mas destructiva que la soviética.

El 30 de noviembre del 39, al negarse Finlandia a aceptar limitaciones para su soberanía y un retroceso de sus fronteras, fue atacada por la Unión Soviética, pero Finlandia apoyó a su ejército que detuvo la ofensiva soviética y asestó graves derrotas al Ejército Rojo. Esta guerra entre Finlandia y la Unión Soviética se prolongó. Los dirigentes alemanes observaron una neutralidad favorable a la Unión Soviética. El 14 de diciembre del 39, la Unión Soviética es expulsada de la “Sociedad de Naciones” como “agresora” a petición de las potencias occidentales. Por esas fechas, reinaba entre las potencias occidentales la impresión de una complicidad entre Hitler y Stalin. El 28 de septiembre la Unión Soviética emitió una declaración conjunta con el Reich en la que decían que si los esfuerzos comunes por un rapidorestablecimiento de la paz no lograban tener éxito, estaría probada la responsabilidad de Inglaterra y Francia en la continuación de la guerra. La concentración de la masa del ejército de tierra y de las fuerzas aéreas marítimas (Lufwaffe) en la frontera oeste, llevó a los dirigentes políticos y militares occidentales a considerar cómo podría conseguirse que volviera a remitir la presión de esa presencia masiva de tropas.

Churchill, ministro de marina del gabinete britanico, fue el primero que para el 9 de septiembre de 1939 desarrolló un plan que preveía introducir fuerzas navales britanicas en el mar baltico a fin de cortar el acceso de Alemania a las fuentes de materias primas escandinavas, principalmente el hierro sueco y así tomar medidas decisivas de defensa económica. El 8 de septiembre, cuando se perfilaba el rapido éxito de la campaña sobre Polonia, Hitler manifestó su intención de conseguir una victoria sobre Francia y en un memorial del 9 de octubre, fundó su decisión, pero fue aplazada 29 veces hasta mayo del 40 por razones atmosféricas y dificultades de transporte, mas que por las constantes oposiciones militares. Estos aplazamientos contribuyeron a fortalecer el ejército aleman que pudo pasar a la ofensiva en condiciones mas favorables. Ademas, se consiguió una mejor planificación de las operaciones.

Durante el invierno de 1939/40 se tendieron por parte de la oposición alemana, hacia Gran Bretaña múltiples cables de manera directa o a través de mediadores neutrales como elVaticano, el propósito era conocer las condiciones britanicas para una paz y por lo que respecta a los grupos de resistencia, conseguir de Gran Bretaña y Francia una tregua militar inmediata a cambio del golpe de estado y el apartamiento por la fuerza de Hitler y Ribbentrop de la dirección de Alemania. Pero el problema de esto radicaba en que si no se llegaba finalmente a un acuerdo, sino que mas bien concluyera la tranquilidad en el oeste debido a la acción por la sorpresa de la ocupación alemana de Dinamarca y Noruega el 9 de abril de 1940, fue una profunda desconfianza mutua entre el gobierno britanico y la oposición alemana, porque en vez del esperado golpe de estado, se había producido un asalto a dos países neutrales y, por tanto, la primera gran ampliación de la guerra, y en el caso de los grupos de resistencia alemana, porque el gobierno britanico no estaba dispuesto a aceptar en firme negociaciones inmediatas con un gobierno sucesor de Hitler para una paz acordada.

Es difícil evaluar la importancia de las repercusiones y consecuencias de esta mutua decepción para la historia posterior de la resistencia interna contra Hitler en Alemania y para los inútiles esfuerzos realizados a partir de entonces a favor de un restablecimiento de los contactos con el gobierno britanico.
La actitud política y las medidas estratégicas de EEUU tuvieron desde el principio una importancia fundamental para la guerra en el oeste europeo. Según la estrategia marítima norteamericana, el flanco atlantico delpaís podía quedar cubierto por las flotas de Gran Bretaña y Francia y EEUU se limitaría a concentrar su flota en el Pacífico, mantener en jaque a Japón y proteger las colonias britanicas, francesas y holandesas del sur de Asia frente al ataque japonés. Sin embargo, en éste momento por razones de política interior, el presidente no podía apoyar a Gran Bretaña y Francia con algo que fuera mas alla de una neutralidad formalmente correcta aunque, en realidad, extraordinariamente favorable a los aliados. Los sondeos de paz estaban destinados antes que nada a demostrar a la opinión pública americana el papel dirigente de EEUU en la política mundial y prepararla para la necesidad de una implicación norteamericana mas vigorosa contra los agresores no dispuestos a la paz.

La impenetrabilidad de la postura de la Unión Soviética, las vacilaciones de Italia y el apoyo de EEUU, constituían elementos de gran peso en todas las consideraciones y decisiones de los gobiernos britanico y francés. A consecuencia del ataque soviético a Finlandia, el problema de la Unión Soviética ocupó durante algunas semanas el foco de la atención. La concesión de ayuda a Finlandia, se combinaba con una ocupación de las zonas mineras suecas y por lo tanto con la interrupción de los suministros de mineral de hierro, vitales para Alemania.

Los planes alemanes estaban dirigidos a la ocupación de Noruega y Dinamarca y a finales de marzo del 40, se concretaron para Hitler en una intención firme. Los planes de los aliados para elNorte consistentes en hacer llegar a Finlandia ayuda militar y ocupar la zona minera sueca se habían precisado ya.

En Francia con la elección de un nuevo ministro, Paul Reynaud, se emprendió una estrategia de distracción y acciones periférica a gran escala. Se diseñó una estrategia de apertura de un frente en los Balcanes que habría retenido o hecho retirar del frente occidental un gran número gran de fuerzas alemanas que una ocupación aliada de Noruega, pero la apertura de este frente amenazaba con sacar a la palestra a Italia cuyas fuerzas militares estaban sobrevaloradas por los aliados y por este motivo tomaron una actitud de reserva.

Este plan “sur” contemplaba actividades como acciones aliadas submarinas en el Mar Negro, ataques aéreos contra los centros petrolíferos del Caucaso y un avance del “Ejército de Oriente” desde Siria hasta la región Soviética del Caucaso. El trasfondo de estos planes estaba constituido por experiencias de la primera guerra, pues se pensaba derribar al sistema bolchevique asestando una serie de golpes contra zonas marginales de la Unión
Soviética, para integrar luego a los aliados una Rusia democratica que luchara contra Alemania.

Los britanicos no estuvieron desde un primer momento de acuerdo con estos planes de bombardeos, pues estaban convencidos que estos ataques hundirían militar y económicamente a la Unión Soviética, pero no acelerarían la derrota de Alemania, que era el verdadero objetivo de guerra. Esta estrategia político-militar para la faseinicial de la Segunda Guerra, provocó una disposición totalmente distinta de los frentes con Gran Bretaña y Francia contra Alemania y la Unión Soviética y unas consecuencias imprevisibles para el curso y resultado de la contienda en general. Sin embargo, esta estrategia fue abandonada provisionalmente por la ofensiva alemana en el oeste y el rapido hundimiento militar de
Francia. La ocupación de Dinamarca y Noruega el 9 de abril del 40 fue un éxito a pesar de la tenaz e inesperada resistencia Noruega, Dinamarca aceptó la ocupación sin lucha. El golpe no fue sólo militar sino también estratégico y a largo plazo, pues con él se impedían las acciones britanicas por sorpresa en Escandinavia y Suecia se veía obligada a girar hacia una neutralidad provechosa para la economía de guerra alemana. Desde un punto de vista geoestratégico, la ocupación de Noruega permitía a Alemania incrustarse entre las zonas de interés britanica y soviética.

No habían concluido las luchas en Noruega, cuando se produjo el desenlace en Francia. La ofensiva alemana a Francia, tenía tres objetivos:
1. Dejar fuera de combate a Francia en el aspecto militar
2. Tender cuanto antes “cables” hacia Gran Bretaña y bajo la impresión de la derrota de Francia, llegar definitivamente a una gran solución a escala global con el compromiso de parte de Hitler de dejar intactos el imperio y las fuerzas navales britanicas.
3. En función del caracter de triunfo aleman y el armisticio con Francia, gracias al compromiso alcanzadocon Gran Bretaña, conseguir que se impusiera en EEUU fuerzas favorables para que la implicación del país en política exterior y militar se limitara sólo al doble continente americano.

La combinación de estos tres objetivos estaba destinada a crear en Europa la situación política y estratégica de partida que Hitler había considerado condición previa para su campaña de conquista en el este y para la culminación de su imperio continental.

El éxito de la campaña en el oeste superó todas las expectativas o temores. El 14 de mayo habían capitulado ya las fuerzas holandesas y los gobiernos belga y holandes marcharon al exilio. En junio se iniciaba ya la segunda fase de la ofensiva occidental alemana: avanzó a lo largo del Mosa hacia el sur hasta la frontera suiza con el fin de cortar las comunicaciones del ejército francés. También otras fuerzas alemanas avanzaron hacia el suroeste y el sur cruzando el Sena y el Loira.

El 10 de junio cuando ya se perfilaba el hundimiento de Francia, Mussolini declaró la entrada de Italia en la guerra contra Gran Bretaña y Francia, en contra de las intenciones de Hitler que de ello sólo esperaba complicaciones, pues el ejército italiano no estaba en condiciones de emprender una acción por sorpresa ni de llevar a cabo con éxito una ofensiva contra el frente francés en los Alpes. España por su parte, adoptó en ese momento una postura proalemana comparable a la de Italia en los meses anteriores.

Francia acudió a EEUU ante su desesperada situación militar, peroEEUU solo podía prometerle ayuda material y no la inmediata entrada en guerra. Churchill, que había sucedido a Chamberlain cuando se inició el ataque aleman el 01 de mayo, ahora era el nuevo jefe de gobierno y le propuso a Francia una unión entre Gran Bretaña y Francia con ciudadanía única, un solo gobierno y unas fuerzas armadas para britanicos y franceses, pero esta unión fue rechazada por la mayoría del gobierno francés. Reynaud renunció al cargo de jefe de gobierno y lo reemplazó el mariscal Pétain quien de inmediato se dirigió a Hitler con la petición de un armisticio el cual se firmó el 22 de junio y preveía la ocupación del norte de Francia, incluido París, las costas francesas del Canal y el Atlantico hasta la frontera con España. El imperio colonial francés se mantuvo al margen de la guerra y la flota francesa que sería desarmada, no tuvo que ser entregada.

El armisticio italo-francés del 24 de junio sólo preveía la ocupación italiana de la pequeña franja limítrofe conquistada por Italia en los Alpes, pues Hitler había advertido a Mussolini en contra de cualquier exigencia de mayor alcance. El 25 de junio comenzó la suspensión de hostilidades en Francia. La parte ocupada de Francia igual que la de Bélgica, se sometieron a la administración militar alemana.
A finales de junio del 40, la situación en Europa puso al descubierto la relación real de fuerzas en el continente tal como la había concebido Hitler, pero también mostró la relación mundial de fuerzas contra Hitler.
El primerobjetivo de Hitler que era el de ocupar Francia, se había alcanzado plenamente, el logro del segundo y tercero que se referían a Gran Bretaña y EEUU se mantuvo durante algunas semanas en el terreno de lo posible. Tanto en Gran Bretaña como en EEUU se hicieron sentir fuerzas importantes que abogaban porque se aceptase la situación creada en Europa continental, es decir, en las Islas britanicas se propugnaba un acuerdo britanico con Hitler y en el caso de EEUU, se propugnaba que este país se concentraran en la defensa del hemisferio occidental. Sin embargo, las fuerzas lideradas por Roosevelt y Churchill, resultaron ser mas poderosas. Gran Bretaña continúo la guerra y el 3 de julio proclamó su voluntad de ir por todas asestando un golpe a lo que quedaba de la flota francesa, para demostrar a EEUU que el mando britanico estaba decidido a impedir que dicha flota cayera en manos alemanas. El gobierno de Francia rompió relaciones con Gran Bretaña y en el plano político se acercó un paso mas al vencedor, Hitler quien aún se mantenía firme en su idea de un “compromiso” con Gran Bretaña.

El triunfo sobre Francia tuvo para Hitler una importancia difícil de sobreestimar desde el punto de vista psicológico y de política interior. Ahora podía verse claramente que frente a todos los escépticos y críticos altos militares, había tenido razón sobre la debilidad de Francia y su desunión política. Este triunfo sobre Francia representaba la victoria sobre la potencia que era considerada la mas superior detodas las potencias adversarias del Reich. Hitler se vió ahora a si mismo como “mariscal de campo” e hizo que se le celebrara como tal. La estima de muchos militares hacia Hitler se convirtió ahora en convicción de que les era muy superior y podían confiar en su guía aún cuando vieran mas de un problema con una visión diferente.

Una vez destruido definitivamente el triangulo estratégico Francia-Polonia-Checoslovaquia, el camino hacia una concepción estratégica de gran amplitud, e incluso global, pareció quedar súbitamente despejado. Lo mismo podía decirse de las fuerzas dirigentes de la economía y la diplomacia.

Desde la victoria sobre Francia, resultaría decisivo que Hitler fuera considerado “Füher” no sólo en el sentido de la política del partido, sino también entre los conservadores del aparato del Estado y de los círculos militares, que hasta entonces se habían mostrado reservados. En consecuencia, sus intenciones fueron el único factor determinante de la política y las actividades bélicas alemanas en el año decisivo de la guerra de junio de 1940 a julio de 1941.
En los meses siguientes Hitler estableció con mayor libertad de lo que nunca se había hecho antes ni se haría en lo sucesivo, el gran marco dentro del cual se ejecutaron los planes y proyectos de las organizaciones económicas, la dirección militar y la diplomacia. Ahora la nación aclamaba la dirección de Hitler con mayor unanimidad que nunca.
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[1] Criterio personal y no explícitamente del autor.


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