Libro escrito por Andreas Hillgruber y editado
en su quinta edición por Alianza Editorial en Madrid en 1995, nos
presenta una perspectiva de la Segunda Guerra Mundial un poco diferente al
resto de la numerosa bibliografía que sobre dicho tema se encuentra,
pues el autor en vez de desplegar la historia bélica y militar de la
guerra, como podría pensar el lector de primer momento por el
título sugerente de la obra, ó los procesos y cambios
políticos, económicos y sociales durante y después de la
misma, se centra fundamentalmente en los objetivos de guerra y las estrategias
militares y políticas empleadas por las potencias involucradas en dicho
conflicto al que no aborda principalmente como una guerra civil mundial, sino
como un conflicto entre las grandes potencias por diferentes intereses:
expansionistas, imperialistas, económicos, políticos e
ideológicos. El texto no esta centrado primordialmente en la
narración tanto como en el analisis y la interpretación de
dichos acontecimientos, por lo cual entre muchos elementos que se pueden
resaltar es que ofrece una visión clara de las relaciones de la
política mundial del momento y un perfil general de las decisiones que a
raíz de la guerra se tomaron para la posteridad.
Estructuralmente, el libro se encuentra dividido en nueve capítulos que
abordan los diferentes escenarios y tematicas de la guerra por periodos
cronológicos, iniciando con losantecedentes del conflicto, pasando luego
a una primera fase ubicada entre septiembre de 1939 a junio de 1940;
después al desplazamiento de la guerra del oeste al este entre junio de
1940 a junio de 1941; en el cuarto capítulo se exponen las decisiones en
la política mundial entre el 22 de junio de 1941 al 11 de diciembre de
1941; de allí se ubica la guerra mundial partiendo de Pearl Harbor hasta
Stalingrado en el periodo de diciembre de 1941 a febrero de 1943;
posteriormente en el sexto capítulo se analiza la Europa de Hitler y la
“Gran Esfera de Bienestar Asiatica” de Japón; a
continuación en el séptimo aparte se toca la guerra mundial entre
febrero de 1943 a agosto de 1944; en el octavo se mira la política y
estrategias en la fase final de la guerra la cual se ubica entre septiembre de
1944 y septiembre de 1945, quedando así afrontada y dividida la
tematica en los seis años que duró la guerra y que
facilita desde un punto de vista personal, la comprensión y claridad de
los complejos acontecimientos, aunque cabe aclarar y resaltar que cada aparte
no es aislado del otro, sino que es una secuencia elaborada oportunamente. Por
último, se encuentra en el capítulo nueve un balance general de
la guerra que termina por suministrar aún mas claridad sobre el
tema.
En este orden de ideas, el autor expone como uno de los antecedentes
principales, sino el mas importante de la Segunda Guerra Mundial, las
derivaciones de la Gran Guerra, empezando por el ordenamiento de paz que se
firmó al finalizar y que no condujoa la implantación de un orden
estable en el mundo y en Europa, pues debido a que fue un arreglo de intereses
entre las potencias vencedoras (Gran Bretaña, Francia y EEUU), se
presentaba una debilidad y un desequilibrio que fue aprovechado por las
potencias vencidas o también llamadas “revisionistas” para
saltar nuevamente al escenario de la política mundial y
“contraatacar”[1], las represiones económicas y
territoriales que les fueron impuestas. Contiguo a este aspecto, ubica la
significativa contribución de la gran depresión económica
para que Alemania desplegara sus ambiciones expansionistas
RESUMEN ANTECEDENTES
La primera guerra mundial no había conducido a la implantación de
un orden estable en Europa y el mundo. El compromiso de paz de 1919-1920 se
basó exclusivamente en una componenda entre los intereses de Gran
Bretaña, Francia y EEUU. En Europa el punto de partida consistió
en una parte, en imponer a Alemania una larga represión que no estaba
satisfactoriamente garantizada y por otra, en debilitar en forma duradera el
poder de la Rusia soviética. Este ordenamiento se caracterizaba por un
equilibrio inestable entre las potencias instituidas, las llamadas haves
(pudientes): Gran Bretaña, Francia, EEUU y las vencidas o las haves-nots
(desposeídas): Alemania, Italia y Japón. El paria o outcast era
la Unión Soviética.
Era, pues, muy problabe que los have-nots aprovechasen cualquier trastorno del fundamento relativamente débil
yeconómicamente descompensado en que se basaba la política de
fuerza de este ordenamiento con el fin de lograr una revisión del mismo en provecho
propio. Un paso así podía intentarse por la vía de un
arreglo acordado, pero también podía emprenderse la vía de
la expansión por la fuerza, atribuyendo a las potencias establecidas un
endurecimiento en sus posiciones políticas, atribución que algunas
potencias revisionistas podían realizar en solitario o de forma
coincidente, aprovechando las oportunidades reales o supuestas ofrecidas por el
conjunto de circunstancias internacionales.
Durante la crisis económica mundial, los dirigentes políticos
alemanes vieron la gran oportunidad de acabar con las fuertes “ataduras
de Versalles” , las reparaciones y el desarme unilateral, ademas,
lograron imponerse entre ellos ciertas tendencias vinculadas a ideas surgidas
durante la primera guerra mundial que tenían por objetivo una Centroeuropa
regida por los intereses económicos y de politica de poder de Alemania.
Las condiciones internacionales que constituían el marco de una
política de expansión de los vencidos, fueron esencialmente mas
favorables a partir de los primeros años de la década de 1930 que
en la de 1919-1920 a consecuencia de la crisis económica mundial.
EEUU volvió al “aislacionismo” como potencia política frente al
“viejo mundo”, pero no en sus planteamientos comerciales. Francia
se retrajo hacia una política de seguridad. Las alianzas militares con
Polonia y Checoslovaquia perdieron importancia en susignificado para la
política de seguridad francesa.
En Gran Bretaña, dentro de la línea directriz del
balance of power en el continente europeo como
soporte para su propia posición imperial, creció a la vez la
tendencia a transigir con las exigencias alemanas de revisión en la
medida en que se considerasen justas en cuanto pretensiones étnicas y
armonizaran con el principio de equilibrio. La profunda oposición entre
la política europea britanica y soviética hacia
recomendable esa actitud.
El retraimiento de EEUU y de las potencias occidentales en Extremo Oriente
frente a la expansión de Japón en Manchuria y el norte de China a
partir del otoño de 1931, confirmó entre los dirigentes
soviéticos una idea traumatica: durante el mandato de Stalin, se
consideró que la Unión Soviética “cercada” por
las potencias “imperialistas” podía convertirse en objeto de
agresión de aquellas que habían quedado postergadas en la nueva
repartición de las posesiones mundiales tras la guerra de 1914/1918.
Para reducir el peligro de una guerra en dos frentes: el oriente
asiatico y Centroeuropa, la Unión Soviética
concluyó en 1931/32 pactos de no agresión con sus vecinos
centroeuropeos, aceptando así un debilitamiento de la cooperación
mantenida hasta entonces con el Reich aleman. Se pretendía
así impedir la formación de un bloque de todas las potencias
“imperialistas” contra la Unión Soviética.
La política nacional de revisión proclamada por Hitler, que
ocultaba tanto los objetivos expansionistas de mucho mayoralcance, como los racistas,
parecía poder compaginarse con la concepción britanica de
la política europea. La incompatibilidad se hallaba en el objetivo
“irrenunciable” de Hitler de irrumpir una transformación
total del
orden vital de Europa según principios de ideología racial cuyo
núcleo era un antisemitismo radical y universal.
El programa de Hitler apuntaba a la Rusia europea como objeto de conquista
(espacio vital en el este), tras conseguir tener las espaldas libres en el
continente mediante la eliminación de Francia como potencia militar, a
Gran Bretaña como “socio menor” de un imperio continental
aleman en Europa(con un espacio complementario colonial en
Africa) y a EEUU, como competidor principal en un futuro lejano en la
lucha por el domino del mundo. El rearme iniciado en 1932/33 iba destinado a
proporcionar al Reich aleman una ventaja cualitativa sobre los
adversarios que deberían ser eliminados unos tras otros en
campañas sucesivas. Esta línea directriz, junto con la
concentración del poder interno en el
“Füher” Adolfo Hitler, pasó a ser cada vez mas y
de manera exclusiva a partir de 1938/39, la “ley del movimiento” del Reich
nacionalsocialista y determinante de todas las cuestiones esenciales y
también de la agudización de la crisis en las relaciones
internacionales europeas.
La política expansionista de las otras dos potencias vencidas,
favorecía la política de presión alemana en Centroeuropa.
El ejemplo de Japón de 1931 actuó como estímulo sobre la política
alemana. Suretirada de la Sociedad de Naciones en marzo de 1933, fue seguida
por la de Alemania en octubre del
33. Ademas, la escapada de Japón del ordenamiento de 1919/20
distrajo la atención de EEUU y las potencias occidentales europeas hacia
la zona de tensión de Asia Oriental, apartandola así de
Europa. El ataque de Italia a Abisinia en 1935/36 y la crisis internacional en
la región del Mediterraneo, precisamente en el momento en el que
rearme aleman atravesaba una fase peligrosa, dirigieron la
atención internacional a esta segunda zona de tensión. La
política alemana apoyó a Italia y Abisinia, a fin de mantener
vivo el conflicto el mayor tiempo posible. De ese modo, Hitler pudo acometer la
aventurada entrada de tropas alemanas en la zona desmilitarizada de Renania,
quebrantando no sólo el pacto de Versalles sino también el de Locarno y desafiando a
las dos potencias garantes: Gran Bretaña implicada en el conflicto
abisinio e Italia.
La Guerra Civil española demostró una vez mas la profunda
contraposición entre Gran Bretaña y la Unión
Soviética. Hitler no tenía ningún interés en una
pronta resolución del
conflicto que se prolongó hasta la victoria de Franco en 1939. La
política britanica que favorecía la intervención
alemana, fue interpretada por Hitler como
un “test” de la deficiente capacidad de acción de Gran
Bretaña en caso de un conflicto en Centroeuropa.
El inicio de la guerra chino-japonesa en julio de 1937 agravó de nuevo
los problemas en el foco de crisis del este asiatico. Eltriangulo
Berlín-Roma-Tokio fue desarrollado a finales de 1937 como alternativa
por el embajador Von Ribbentrop, enviado por Hitler a Londres en 1936 con el
fin de concluir una alianza germano-britanica sobre la base de una
cesión del continente europeo a la Alemania nacionalsocialista. Como sustitutivo de la
alianza con Gran Bretaña inalcanzable, propuso una
“constelación de alianzas” mundial contra ella, cuyo
núcleo debería estar constituido por un pacto militar entre
Alemania, Italia y Japón. El sentido de todo ello era el de amenazar la
posición imperial britanica en el mayor número posible de
zonas, a fin de que Alemania emprendiera la campaña de conquista hacia
el este si no con las espaldas cubiertas mediante un pacto con Gran
Bretaña, si, al menos, con la seguridad de mantenerla a margen. Sin
embargo, en las negociaciones mantenidas con Japón desde 1938 no se
llegó a establecer con esta nación un pacto militar contra
Inglaterra. En mayo de 1939, Alemania firmó el pacto de
“acero” con Italia.
Gran Bretaña cobijó la política del
“apaciguamiento” (appeasement), mantenida desde mayo de 1937 por
Chamberlain y que no nacía de una debilidad moral frente a la actitud
amedrentadora de los dictadores, sino que era consecuencia de una
política realista según la cual Gran Bretaña necesitaba
urgentemente la paz para que no se disgregara al menos durante algún
tiempo su imperio mundial cuyos puntos neuralgicos eran la india que
reclamaba su independencia y el mundo arabe. Por otra parte, la
posición deGran Bretaña en el mundo se veía amenazada no
sólo por la política revisionista y expansionista de los tres
have-nots, sino también por la agitación a favor de la
“revolución mundial” fomentada por la Unión
Soviética en las colonias britanicas, especialmente en Asia.
Finalmente, en una nueva guerra mundial, el peso económico y las
potencialidades de EEUU tendrían mas peso que en la guerra de
1914 y menoscabarían directa o indirectamente la posición
britanica en el mundo, si es que no la anulaban por completo. Ante el
acelerado ascenso de la Alemania de Hitler como potencia política desde
1938, Gran Bretaña pretendió poner en practica una
política propia que preveía ceder en parte a las exigencias de
revisión justificadas con criterios étnicos de acuerdo con la
instauración de un nuevo orden europeo que dejara tras de sí el
ordenamiento de Versalles, con tal de que el Reich aleman se ajustase a
un sistema basado en la colaboración de las cuatro grandes potencias
europeas y no irrumpiera de forma violenta en el Este y en solitario, pues ello
supondría el requebrajamiento del balance of power en Europa. Dado que
Hitler ponía constantemente en cuestión cualquier resultado
alcanzado, el gobierno de Chamberlaín consideró la necesidad de
una guerra en el caso de un fracaso total del appeasement iniciando así una
intensa actividad de rearme en 1936.
Gran Bretaña perseguía, por decirlo así, una
“estrategia doble”: se mostraba bien dispuesta hacia las soluciones
pactadas en el marco de su concepciónde las cuatro potencias destinadas
a “inmovilizar” a Alemania, y decidida a la defensa de sus
intereses vitales nacionale y globales. El rearme britanico era de
caracter defensivo. En esa “estrategia doble” de Gran
Bretaña, mantenida por encima de todas las crisis, se produjo un desplazamiento
del centro de gravedad: de la
“disponibiidad para hacer concesiones” se pasó a acentuar la
actitud de “resistencia”.
El motivo fue la impresión causada por el “zrpazo”a Praga de
Hitler y la instauración del protectorado de Bohemia y Moravia en marzo
de 1939, con el que por primera vez se llevaba la expansión de su Reich
mas alla de los límites étnicos.
Gran Bretaña dio garantías de mantener la independencia de
Polonia que suponía el fracaso de una importante condición para
la construcción de un imperio continental aleman y cerraba el
paso a Hitler hacia el campo libre del este. Si Hitler se mantenía firme
en su objetivo de incorporar a Polonia a su ambito de poder, factible
sólo por la fuerza, el resultado inmediato sería una guerra
contra Gran Bretaña y Francia. En razón de sus propios intereses
Francia se había adherido cada vez mas estrechamente a Gran
Bretaña y a su política de apaciguamiento, pues su debilidad por
política interior, le aconsejaba evitar una guerra en la medida de lo
posible.
La decisión del gobierno britanico de comprometerse con Polonia y
no con la Unión Soviética como contrafuerte frente a la
política expansionista de Hitler, tenía motivos políticos
y militares, pues temíaque la conclusión de un pacto con la
Unión Soviética podría encontrarse con la respuesta de una
alianza militar entre Alemania, Italia y Japón, lo cual pondría a
Gran Bretaña en la situación mas peligrosa por la
confluencia de las zonas de tensión de Extremo oriente, el
Mediterraneo y Europa contra las tres potencias vencidas, mientras que
el apoyo a Polonia limitaría el conflicto a Europa, pues los lazos de
Gran Bretaña con este país no afectaban a Italia y Japón.
Esta política practicada por los britanicos confirmó la
desconfianza con que Stalin había observado la actitud de Gran Bretaña
ante la Alemania Hitleriana a partir de 1938, pues este había
interpretado erróneamente la política de appeasement como un intento por
desviar a Hitler hacia el este. La alarma para la Unión Soviética
se prendió con la decisión que se tomó en la Conferencia
de Munich en 1938 de quitar la función de barrera asignada a
Checoslovaquia y que no había contado con la participación de la
Unión Soviética, a partir de ese momento habría que
desmontar el frente ideológico contra la Alemania fascista a fin de
poder tomar decisiones pragmaticas en un sistema europeo que se
modificaba aceleradamente. Stalin tenia la impresión de que podía
verse arrastrado a una trampa en las negociaciones con las delegaciones
britanica y francesa, iniciadas en Moscú a mediados de agosto del 39. Si fallaba la
disuasión pretendida por Occidente mediante la conclusión de una
Gran Alianza, Stalin tenía la seguridad de que la Unión
Soviéticacargaría con el peso principal de una gran guerra de la
Alemania de Hitler contra dicha gran Alianza.
La firma en Moscú en 1939 del pacto de no agresión
germano-soviético, aseguraba la neutralidad benevolente de la
Unión Soviética ante el inminente ataque Aleman a Polonia
y preveía en un protocolo adicional secreto, la división de toda
Centroeuropa oriental en una esfera de intereses alemana y otra
soviética y esto concidía con los intereses del momento de Hitler
y con los de Stalin a largo plazo. Según Hitler, el sorprendente nuevo
orden debía retraer a Gran Bretaña y Francia de intervenir en la
guerra contra Polonia, pero si a pesar de todo se declaraba la guerra, este
nuevo orden ofrecería al Reich aleman, luego de la
eliminación de Polonia, libertad en la retaguardia ante las actividades
bélicas que se habrían de emprender en el oeste, todo ello eran ventajas
esperadas por Hitler para el Reich.
El pacto con Hitler colocaba a Stalin en la posición de potencia al
margen de la guerra imperialista, pero en la guerra europea que era altamente
probable, la potencia que debería recibir su apoyo era la mas
débil desde su punto de vista: la Alemania hitleriana, de ese modo no
perecería ante la agrupación de potencias occidentales europeas y
de obtener la victoria extendería su esfera de poder mas
alla de Alemania, hacia el este. En interés de la Unión
Soviética la guerra debería prolongarse y llevar a un mutuo
agotamiento de las dos agrupaciones imperialistas y sólo en ese caso la
UniónSoviética se encontraría en condiciones de intervenir
con fuerza en la fase final de la guerra, como pretendía Stalin, y poner
todo su peso en la balanza.
Lo que impulsó a Hitler a lanzarse tan prematuramente a la guerra fue
mas que todo un aspecto subjetivo del factor temporal, pues estaba
convencido que no llegaría a viejo y que sólo él era el
único capaz de emprender decisiones realmente grandes. En el aspecto
objetivo lo movió el rearme armamentista de las potencias adversarias y
no quería perder la ventaja que él les llevaba en rearme desde
1933.
En cuestiones militares Alemania no tenía nada preparado, sólo un
plan de campaña para la conquista de Polonia, no se disponía de
un plan global estratégico para una guerra europea. En cambio, Gran
Bretaña se había preparado para una eventual guerra contra
Alemania elaborando un plan estratégico basico, el cual era de
caracter defensivo y hacia énfasis en proteger las comunicaciones
por mar.
Tras el zarpazo a Praga de Hitler, los Estados mayores britanico y
francés mantuvieron conversaciones que el 4 de abril del 39 desembocaron en un acuerdo marco para
una dirección común de la guerra. La duración de la guerra
estaba calculada por Francia e Inglaterra en unos siete años que
debería evolucionar en su favor en tres fases: la primera sería
puramente defensiva, en la segunda se pasaría a una ofensiva contra
Italia y en la tercera se procedería a atacar a Alemania.
En EEUU el congreso impuso la ley de neutralidad, favorable a los agresores.
Lavoluntad de la gran mayoría de la población y del Congreso de
permanecer absolutamente ajenos a una nueva guerra a pesar de sus
simpatías por la causa de las democracias europeas occidentales,
constituía para Roosevelt un
obstaculo difícil de superar si quería sacar las
consecuencias de política de poder e incluso militares. El objetivo de
Roosevelt era preparar a EEUU para un enfrentamiento mundial con Alemania y
Japón, que según él iba a afectar inevitablemente a
América. Con la victoria sobre estas dos potencias, Roosevelt aspiraba a
obtener a largo plazo para EEUU un papel de guía indirecto basado en su
superioridad económica, una fuerte posición de poder en el mundo
(como potencia marítima y aérea en los mares y costas de
Europa-Africa y Asia).
En balance, la crisis de la economía puso en cuestión el
fundamento del
orden global de 1919/20 y esto desató una crisis y conflictos en la
política mundial. Fueron graves conflictos regionales en el
ambito del mediterraneo y en Asia oriental provocados por las
pretensiones de expansión de la Italia fascista y Japón, no
obstante, al afectar intereses importantes sin duda, pero no vitales de las
grandes potencias establecidas, todas esas tensiones no fueron de suficiente
envergadura como para llegar a desencadenar una guerra entre grandes potencias
comparable al conflicto mundial de 1914/18. Esa guerra, sin embargo,
estalló a consecuencia del ataque de la Alemania hitleriana a Polonia,
que afectaba intereses vitales para Gran Bretaña y a
principiosfundamentales de su política. El desarrollo de la guerra
supuso en primer momento un éxito para Alemania y desbordó desde
el principio los límites de Europa, ofreciendo a Japón y a Italia
hipotéticas oportunidades de intentar alcanzar por su parte por la
vía de la violencia, objetivos imperialista a los que aspiraban desde
tiempo atras.
RESUMEN CAPÍTULO II: PRIMERA FASE DE LA GUERRA EUROPEA
La guerra europea inició con el ataque aleman a Polonia el 01 de
septiembre de 1939 y fue progresando con rapidez, pero Alemania se
encontró con un conjunto de realidades que no esperaba y
contradecían sus ideas programaticas, como por ejemplo que Gran
Bretaña le declarara la guerra y no hubiese aceptado sus cortejos para
ser socio menor y que Francia se adhiriera. En estas circunstancias la guerra
lo llevó a depender de la Unión Soviética y sin el apoyo
económico de esta y la seguridad que le brindaba no habría sido
posible para Alemania dominar la situación , pues su dependencia del
extranjero en materias primas de importancia vital seguía siendo
extraordinariamente grande y mientras la Unión Soviética
mantuviera su actitud política benevolente hacia Alemania, Hitler se
liberaba de la presión de un doble frente bélico y podía
imponerse a las potencias occidentales.
El giro político contra Polonia en un primer momento había tenido
consecuencias integradoras y favorables para el régimen, pues
parecía que ahora se reanudaba en el este la política
nacional-popular antipolaca que había hallado entre losalemanes la
mas decidida aceptación, al fundarse en una ideología
cultural. Por otro lado, Hitler estaba convencido que sólo podía
llegar a la victoria por medio de una guerra relampago con la cual se
derrotaría a un enemigo tras otro en un solo frente cada vez mediante
una sucesión de campañas individuales resueltas con rapidez.
El 17 de septiembre del
39, Stalin ordenó que el ejército rojo penetrara en Polonia desde
el este, alegando que el Estado polaco se había derrumbado y
había dejado de existir y aduciendo ademas que debía
proteger a los ucranianos y rusos blancos del este de Polonia. La
política practicada por Alemania sobre Polonia, resultó mas
destructiva que la soviética.
El 30 de noviembre del 39, al negarse Finlandia a aceptar limitaciones para su
soberanía y un retroceso de sus fronteras, fue atacada por la
Unión Soviética, pero Finlandia apoyó a su ejército
que detuvo la ofensiva soviética y asestó graves derrotas al
Ejército Rojo. Esta guerra entre Finlandia y la Unión
Soviética se prolongó. Los dirigentes alemanes observaron una
neutralidad favorable a la Unión Soviética. El 14 de diciembre
del 39, la Unión Soviética es expulsada de la “Sociedad de
Naciones” como “agresora” a petición de las potencias
occidentales. Por esas fechas, reinaba entre las potencias occidentales la
impresión de una complicidad entre Hitler y Stalin. El 28 de septiembre
la Unión Soviética emitió una declaración conjunta
con el Reich en la que decían que si los esfuerzos comunes por un
rapidorestablecimiento de la paz no lograban tener éxito,
estaría probada la responsabilidad de Inglaterra y Francia en la
continuación de la guerra. La concentración de la masa del ejército de
tierra y de las fuerzas aéreas marítimas (Lufwaffe) en la
frontera oeste, llevó a los dirigentes políticos y militares
occidentales a considerar cómo podría conseguirse que volviera a
remitir la presión de esa presencia masiva de tropas.
Churchill, ministro de marina del gabinete britanico, fue el primero que
para el 9 de septiembre de 1939 desarrolló un plan que preveía
introducir fuerzas navales britanicas en el mar baltico a fin de
cortar el acceso de Alemania a las fuentes de materias primas escandinavas,
principalmente el hierro sueco y así tomar medidas decisivas de defensa
económica. El 8 de septiembre, cuando se perfilaba el rapido
éxito de la campaña sobre Polonia, Hitler manifestó su
intención de conseguir una victoria sobre Francia y en un memorial del 9
de octubre, fundó su decisión, pero fue aplazada 29 veces hasta
mayo del 40 por razones atmosféricas y dificultades de transporte,
mas que por las constantes oposiciones militares. Estos aplazamientos
contribuyeron a fortalecer el ejército aleman que pudo pasar a la
ofensiva en condiciones mas favorables. Ademas, se
consiguió una mejor planificación de las operaciones.
Durante el invierno de 1939/40 se tendieron por parte de la oposición
alemana, hacia Gran Bretaña múltiples cables de manera directa o
a través de mediadores neutrales como elVaticano, el propósito
era conocer las condiciones britanicas para una paz y por lo que
respecta a los grupos de resistencia, conseguir de Gran Bretaña y
Francia una tregua militar inmediata a cambio del golpe de estado y el
apartamiento por la fuerza de Hitler y Ribbentrop de la dirección de
Alemania. Pero el problema de esto radicaba en que si no se llegaba finalmente
a un acuerdo, sino que mas bien concluyera la tranquilidad en el oeste
debido a la acción por la sorpresa de la ocupación alemana de
Dinamarca y Noruega el 9 de abril de 1940, fue una profunda desconfianza mutua
entre el gobierno britanico y la oposición alemana, porque en vez
del esperado golpe de estado, se había producido un asalto a dos
países neutrales y, por tanto, la primera gran ampliación de la
guerra, y en el caso de los grupos de resistencia alemana, porque el gobierno
britanico no estaba dispuesto a aceptar en firme negociaciones
inmediatas con un gobierno sucesor de Hitler para una paz acordada.
Es difícil evaluar la importancia de las repercusiones y consecuencias
de esta mutua decepción para la historia posterior de la resistencia interna
contra Hitler en Alemania y para los inútiles esfuerzos realizados a
partir de entonces a favor de un restablecimiento de los contactos con el
gobierno britanico.
La actitud política y las medidas estratégicas de EEUU tuvieron
desde el principio una importancia fundamental para la guerra en el oeste
europeo. Según la estrategia marítima norteamericana, el flanco
atlantico delpaís podía quedar cubierto por las flotas de
Gran Bretaña y Francia y EEUU se limitaría a concentrar su flota
en el Pacífico, mantener en jaque a Japón y proteger las colonias
britanicas, francesas y holandesas del sur de Asia frente al ataque
japonés. Sin embargo, en éste momento por razones de
política interior, el presidente no podía apoyar a Gran
Bretaña y Francia con algo que fuera mas alla de una
neutralidad formalmente correcta aunque, en realidad, extraordinariamente
favorable a los aliados. Los sondeos de paz estaban destinados antes que nada a
demostrar a la opinión pública americana el papel dirigente de
EEUU en la política mundial y prepararla para la necesidad de una
implicación norteamericana mas vigorosa contra los agresores no
dispuestos a la paz.
La impenetrabilidad de la postura de la Unión Soviética, las
vacilaciones de Italia y el apoyo de EEUU, constituían elementos de gran
peso en todas las consideraciones y decisiones de los gobiernos
britanico y francés. A consecuencia del ataque soviético a Finlandia, el
problema de la Unión Soviética ocupó durante algunas
semanas el foco de la atención. La concesión de ayuda a
Finlandia, se combinaba con una ocupación de las zonas mineras suecas y
por lo tanto con la interrupción de los suministros de mineral de
hierro, vitales para Alemania.
Los planes alemanes estaban dirigidos a la ocupación de Noruega y
Dinamarca y a finales de marzo del 40, se concretaron para Hitler en una
intención firme. Los planes de los aliados para elNorte consistentes en
hacer llegar a Finlandia ayuda militar y ocupar la zona minera sueca se
habían precisado ya.
En Francia con la elección de un nuevo ministro, Paul Reynaud, se
emprendió una estrategia de distracción y acciones
periférica a gran escala. Se diseñó una estrategia de
apertura de un frente en los Balcanes que habría retenido o hecho
retirar del frente occidental un gran número gran de fuerzas alemanas
que una ocupación aliada de Noruega, pero la apertura de este frente
amenazaba con sacar a la palestra a Italia cuyas fuerzas militares estaban
sobrevaloradas por los aliados y por este motivo tomaron una actitud de
reserva.
Este plan “sur” contemplaba actividades como acciones aliadas
submarinas en el Mar Negro, ataques aéreos contra los centros
petrolíferos del Caucaso y un avance del “Ejército
de Oriente” desde Siria hasta la región Soviética del
Caucaso. El trasfondo de estos planes estaba constituido por
experiencias de la primera guerra, pues se pensaba derribar al sistema
bolchevique asestando una serie de golpes contra zonas marginales de la
Unión
Soviética, para integrar luego a los aliados una Rusia
democratica que luchara contra Alemania.
Los britanicos no estuvieron desde un primer momento de acuerdo con
estos planes de bombardeos, pues estaban convencidos que estos ataques
hundirían militar y económicamente a la Unión
Soviética, pero no acelerarían la derrota de Alemania, que era el
verdadero objetivo de guerra. Esta estrategia político-militar para la
faseinicial de la Segunda Guerra, provocó una disposición
totalmente distinta de los frentes con Gran Bretaña y Francia contra
Alemania y la Unión Soviética y unas consecuencias imprevisibles
para el curso y resultado de la contienda en general. Sin embargo, esta
estrategia fue abandonada provisionalmente por la ofensiva alemana en el oeste
y el rapido hundimiento militar de
Francia. La ocupación de Dinamarca y Noruega el 9 de abril del 40 fue un
éxito a pesar de la tenaz e inesperada resistencia Noruega, Dinamarca
aceptó la ocupación sin lucha. El golpe no fue sólo
militar sino también estratégico y a largo plazo, pues con
él se impedían las acciones britanicas por sorpresa en
Escandinavia y Suecia se veía obligada a girar hacia una neutralidad
provechosa para la economía de guerra alemana. Desde un punto de vista
geoestratégico, la ocupación de Noruega permitía a
Alemania incrustarse entre las zonas de interés britanica y
soviética.
No habían concluido las luchas en Noruega, cuando se produjo el
desenlace en Francia. La ofensiva alemana a Francia, tenía tres objetivos:
1. Dejar fuera de combate a Francia en el aspecto militar
2. Tender cuanto antes “cables” hacia Gran Bretaña y bajo la
impresión de la derrota de Francia, llegar definitivamente a una gran
solución a escala global con el compromiso de parte de Hitler de dejar
intactos el imperio y las fuerzas navales britanicas.
3. En función del caracter de triunfo aleman y el
armisticio con Francia, gracias al compromiso alcanzadocon Gran Bretaña,
conseguir que se impusiera en EEUU fuerzas favorables para que la implicación
del país en política exterior y militar se limitara sólo
al doble continente americano.
La combinación de estos tres objetivos estaba destinada a crear en
Europa la situación política y estratégica de partida que
Hitler había considerado condición previa para su campaña
de conquista en el este y para la culminación de su imperio continental.
El éxito de la campaña en el oeste superó todas las
expectativas o temores. El 14 de mayo habían capitulado ya las fuerzas
holandesas y los gobiernos belga y holandes marcharon al exilio. En junio se
iniciaba ya la segunda fase de la ofensiva occidental alemana: avanzó a
lo largo del Mosa hacia el sur hasta la frontera suiza con el fin de cortar las
comunicaciones del ejército francés. También otras fuerzas
alemanas avanzaron hacia el suroeste y el sur cruzando el Sena y el Loira.
El 10 de junio cuando ya se perfilaba el hundimiento de Francia, Mussolini
declaró la entrada de Italia en la guerra contra Gran Bretaña y
Francia, en contra de las intenciones de Hitler que de ello sólo
esperaba complicaciones, pues el ejército italiano no estaba en
condiciones de emprender una acción por sorpresa ni de llevar a cabo con
éxito una ofensiva contra el frente francés en los Alpes.
España por su parte, adoptó en ese momento una postura proalemana
comparable a la de Italia en los meses anteriores.
Francia acudió a EEUU ante su desesperada situación militar,
peroEEUU solo podía prometerle ayuda material y no la inmediata entrada
en guerra. Churchill, que había sucedido a Chamberlain cuando se
inició el ataque aleman el 01 de mayo, ahora era el nuevo jefe de
gobierno y le propuso a Francia una unión entre Gran Bretaña y
Francia con ciudadanía única, un solo gobierno y unas fuerzas
armadas para britanicos y franceses, pero esta unión fue
rechazada por la mayoría del gobierno francés. Reynaud
renunció al cargo de jefe de gobierno y lo reemplazó el mariscal
Pétain quien de inmediato se dirigió a Hitler con la
petición de un armisticio el cual se firmó el 22 de junio y
preveía la ocupación del norte de Francia, incluido París,
las costas francesas del Canal y el Atlantico hasta la frontera con
España. El imperio colonial francés se mantuvo al margen de la
guerra y la flota francesa que sería desarmada, no tuvo que ser
entregada.
El armisticio italo-francés del 24 de junio sólo preveía
la ocupación italiana de la pequeña franja limítrofe
conquistada por Italia en los Alpes, pues Hitler había advertido a
Mussolini en contra de cualquier exigencia de mayor alcance. El 25 de junio comenzó
la suspensión de hostilidades en Francia. La parte ocupada de Francia
igual que la de Bélgica, se sometieron a la administración
militar alemana.
A finales de junio del 40, la situación en Europa puso al descubierto la
relación real de fuerzas en el continente tal como la había
concebido Hitler, pero también mostró la relación mundial
de fuerzas contra Hitler.
El primerobjetivo de Hitler que era el de ocupar Francia, se había
alcanzado plenamente, el logro del segundo y tercero que se referían a
Gran Bretaña y EEUU se mantuvo durante algunas semanas en el terreno de
lo posible. Tanto en Gran Bretaña como en EEUU se hicieron sentir
fuerzas importantes que abogaban porque se aceptase la situación creada
en Europa continental, es decir, en las Islas britanicas se propugnaba
un acuerdo britanico con Hitler y en el caso de EEUU, se propugnaba que
este país se concentraran en la defensa del hemisferio occidental. Sin
embargo, las fuerzas lideradas por Roosevelt y Churchill, resultaron ser
mas poderosas. Gran Bretaña continúo la guerra y el 3 de
julio proclamó su voluntad de ir por todas asestando un golpe a lo que
quedaba de la flota francesa, para demostrar a EEUU que el mando
britanico estaba decidido a impedir que dicha flota cayera en manos
alemanas. El gobierno de Francia rompió relaciones con Gran
Bretaña y en el plano político se acercó un paso
mas al vencedor, Hitler quien aún se mantenía firme en su
idea de un “compromiso” con Gran Bretaña.
El triunfo sobre Francia tuvo para Hitler una importancia difícil de
sobreestimar desde el punto de vista psicológico y de política
interior. Ahora podía verse claramente que frente a todos los
escépticos y críticos altos militares, había tenido
razón sobre la debilidad de Francia y su desunión
política. Este triunfo sobre Francia representaba la victoria sobre la
potencia que era considerada la mas superior detodas las potencias
adversarias del Reich. Hitler se vió ahora a si mismo como
“mariscal de campo” e hizo que se le celebrara como tal. La estima
de muchos militares hacia Hitler se convirtió ahora en convicción
de que les era muy superior y podían confiar en su guía
aún cuando vieran mas de un problema con una visión
diferente.
Una vez destruido definitivamente el triangulo estratégico
Francia-Polonia-Checoslovaquia, el camino hacia una concepción
estratégica de gran amplitud, e incluso global, pareció quedar
súbitamente despejado. Lo mismo podía decirse de las fuerzas
dirigentes de la economía y la diplomacia.
Desde la victoria sobre Francia, resultaría decisivo que Hitler fuera
considerado “Füher” no sólo en el sentido de la
política del partido, sino también entre los conservadores del
aparato del Estado y de los círculos militares, que hasta entonces se
habían mostrado reservados. En consecuencia, sus intenciones fueron el
único factor determinante de la política y las actividades
bélicas alemanas en el año decisivo de la guerra de junio de 1940
a julio de 1941.
En los meses siguientes Hitler estableció con mayor libertad de lo que
nunca se había hecho antes ni se haría en lo sucesivo, el gran
marco dentro del cual se ejecutaron los planes y proyectos de las
organizaciones económicas, la dirección militar y la diplomacia.
Ahora la nación aclamaba la dirección de Hitler con mayor
unanimidad que nunca.
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[1] Criterio personal y no explícitamente del autor.