El Acuerdo Humanitario ¡continúa
en desacuerdo!
El llamado Acuerdo Humanitario o Intercambio Humanitario como lo
identifican así algunos sectores, haciendo énfasis en que se
diferencian, consiste en la posibilidad de cambiar de parte del Gobierno
Nacional de Colombia, presos recluidos en las carceles y que han sido
integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, por los
secuestrados que se encuentran en poder de este grupo desde hace mas de
una década muchos de ellos. En épocas anteriores han sido posibles Acuerdos Humanitarios a pesar de haber
tenido fundamentos de controversia, pero los hechos y las acciones así
lo han demostrado.
En el año de 1.997 se realizó un Acuerdo
Humanitario en Remolinos del Cagüan, corregimiento del municipio de
Cartagena del Chaira en el departamento del Caqueta. Esto se dio entre el grupo de las FARC y el entonces presidente
Ernesto Samper, alcanzando la libertad de sesenta soldados y diez infantes de
marina.
Igualmente durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana, fue
posible un acuerdo de esta clase, liberando un número grande de
secuestrados entre militares y policías, en donde fue evidente la
prioridad por la perseverancia en razón a la vida y la dignidad humana. Como resultado: se
recuperó la libertad mediante un acuerdo
suscrito por motivos de caracter humanitario, de cientos de miembros de
la Fuerza Pública secuestrados en diferentes circunstancias.
Pero las cifras ylas condiciones deben pasar a un
segundo plano, si se tiene en cuenta que un
Acuerdo Humanitario es practicamente la única alternativa de
solución al tema del
secuestro de quienes sirvieron constructivamente a sus fuerzas y a la
protección de un país entero. Pero esto parece perder en
ocasiones su rumbo y su perspectiva al anteponerse intereses de otra
índole frente al aspecto humanitario y aunque pareciera casualidad,
siempre que un acercamiento de caracter humano esta por llegar,
un evento condiciona la añorada y posible búsqueda de la
confianza entre las partes para poder avanzar en la libertad de quienes
estan privados, secuestrados en las selvas inhóspitas lejanas.
Entonces cabe la incertidumbre para muchos: ¿En qué etapa se
encuentra el Acuerdo Humanitario en Colombia?,
¿es realidad o utopía la visibilidad de un acuerdo de
caracter humanitario?
Decirlo y saberlo en un país como
Colombia
en donde la vulnerabilidad hacia los Derechos Humanos tiende a no disminuir, en
donde el conflicto armado arrincona a las personas, en donde la
protección y la garantía de estos derechos y libertades
estan totalmente sometidas, es difícil. La conquista de la
libertad de los secuestrados es un tema de
años, no de meses y ademas de muchos años, no de pocos. Su negativa ha perdido la visión de lo trascendental, de lo
verdaderamente valioso que es el ser humano.
A pesar de las dificultades que rodean este tema tan polémico y de
los diferentesfactores que impiden después de tantos años y
tantos intentos un acercamiento entre el gobierno y las FARC, el Acuerdo
Humanitario sí es posible por motivos muy validos: por el bien y
para el bien de los derechos fundamentales tan atropellados para las personas
privadas de la libertad; sí es posible, para ofrecer una oportunidad de
paz, de desarrollo a un país visiblemente golpeado por la violencia y
sí es posible porque las acciones humanitarias que llevaron a la
consecuente liberación de personas secuestradas mediante Acuerdos
Humanitarios en los anteriores gobiernos, demuestra una vez mas que con
voluntad, con sentido humano y con capacidad de dialogo se podra
convertir el Acuerdo Humanitario en una realidad y en un instrumento demasiado
útil si se quiere continuar trabajando en la elaboración de una
salida negociada.
Historia del Secuestro en Colombia
Fue en la mitad de la década de los 60, al tiempo que se conformaban y
consolidaban las guerrillas de las Farc, el Eln y el Epl, cuando el secuestro
empieza a multiplicarse vertiginosamente pues, este método despiadado
termina convirtiéndose en un camino eficaz y rentable, capaz de
financiar las actividades de los grupos armados ilegales.
La década del 70, y mas aún la del 80, se
caracterizara por esta practica violatoria de los derechos
humanos fundamentales donde los grupos armados ilegales y la delincuencia
exigen millonarias sumas de dinero por la libertad de ejecutivos
demultinacionales, ganaderos, hombres de familia de tradición en la
región, diplomaticos, líderes religiosos y políticos.
En 1985, hubo una atroz toma de civiles que quedara para siempre grabada
en la historia de Colombia, sus daños, secuelas y macabras huellas
avivan aún en la nación, El M-19 se toma el Palacio de Justicia,
murieron mas rehenes que combatientes y once continúan
desaparecidos. A partir de entonces el M-19 quedó
liquidado.
Luego vino el uso del secuestro para lograr cambiar el curso
de leyes penales y políticas nacionales. Pablo Escobar Gaviria, capo de
la mafia para entonces fue el encargado de poner en practica estos tipos
de secuestro.
La cifra del secuestro llegaba entonces a mas de 7000 víctimas
denunciadas desde 1964 y se reportan mas de mil secuestros por
año, y lamentablemente con el tiempo esta cifra llegó a
triplicarse. A través de un proceso de recolección de firmas
Francisco Santos, ocho meses después de obtener la libertad y a
través de la Fundación País Libre (creada por él)
desarrolló un proyecto de iniciativa popular para combatir el secuestro,
que mas tarde se convirtió en la Ley 40 de 1993 o mas
conocida como el Estatuto Nacional contra el Secuestro.
Pero el secuestro no se detuvo. En
1996 se denunciaron 1038 secuestros. El país recuerda el
secuestro del
hermano de César Gaviria para entonces
presidente de la república, quien dos meses después obtuvo la
libertad.
En el país desde el año 2000y hasta septiembre de 2007 se
perpetraron 14.676 secuestros, de los cuales 1933 personas aparecen en la
estadística aún en cautiverio. De ellos, 454 seguiría en
poder de las Farc, 253 del Eln, 202 de los paramilitares y 171 de la delincuencia
común, un gran número de casos (803) siguen sin establecer su
autor.
Sin embargo, la complejidad estadística del delito es lamentable, hoy en día no
existe verdadera claridad sobre el número de secuestrado en Colombia.
Después de que Colombia
reconocía una realidad estadística de 1933 personas en
cautiverio, y otras fuentes hablaban de incluso
mas de 3000, incluyendo el no registro por la ausencia de denuncia, en
abril de 2009 el panorama: cambió. Según el director de
Fondelibertad, Harlan Henao, tras un año de analisis de cada uno
de los 3307 casos registrados en el Centro Nacional de Datos como secuestrados
en cautiverio hasta abril de 2009, 507 se encuentran libres o fallecieron.
De los 2800 casos restantes, el proceso de verificación adelantado por
Fondelibertad en coordinación con las Fuerzas Militares, la
Policía Nacional, el DAS, la Fiscalía General y el CTI,
permitió establecer que 1173 no estan en cautiverio.
SECUESTRO
Etimológicamente hablando, la palabra secuestro tiene su origen en el vocablo latino sequestrare, que significa
'apoderarse de una persona para exigir rescate, o encerrar a una persona
ilegalmente'.
Ademas se conoció en la antigüedad con la
denominación de'plagio', término que se refiere a una
'red de pescar'.
El secuestro constituye una violación a los derechos humanos, que atenta
contra la libertad, integridad y tranquilidad de las familias víctimas del
delito.
Igualmente, es una violación a los artículos 1, 3, 5 y 9,
hallados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada y
proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su
resolución 217ª (III) del 10 de diciembre de 1948 que rige
actualmente.
Por lo tanto, el secuestro no solo afecta a la víctima sino a la familia
en general; ya que éstos son sometidos a lo que los psicólogos,
que trabajan el duelo, conocen como el proceso de la 'muerte
suspendida', que es la angustia que caracteriza al secuestro, y que se
suma a lo que los juristas llaman la pérdida de libertad.
Ahora bien, el enfoque del secuestro desde la perspectiva
psicológica tiene un valor de denuncia de la violación de la
integridad de los afectados.
Muestra que el secuestro no se reduce a la mera pérdida arbitraria de la
libertad por un sector de la sociedad civil, o un resultado mas de la
lucha política que vive el país; sino que es uno de los
componentes preponderantes de la guerra.
Este enfoque resalta la parte psicológica del enfrentamiento
armado, mostrando que el secuestro produce terror en los secuestrados y en
quienes lo rodean; desorienta y tiende a provocar inacción y un
sentimiento de impotencia en la población civil.