sCUÁLES
SON LAS MEDIDAS DE
ESTILO DE VIDA
PARA LA PREVENCIÓN DE UN ACCIDENTE CEREBROVASCULAR?
DietaFrutas y verduras. Las dietas ricas en frutas (especialmente los
cítricos) y verduras (especialmente aquellas de hoja verde o crucífera, como el brócoli y la col
rizada) están resultando disminuir significativamente el riesgo de embolia
isquémica y posiblemente hemorrágica.
Los alimentos como
las manzanas y el té, que son ricos en unas sustancias químicas llamadas
flavonoides pueden servir también de protección. Los alimentos ricos en potasio
(plátanos, naranjas y patatas) también pueden proteger, especialmente en
personas con presión arterial alta.
Cereales integrales. Un estudio realizado en el 2000 indicó que había una
incidencia más baja de accidente vascularcerebral en mujeres que tomaban una
cantidad de comidas con cereales integrales.
Calcio, potasio y magnesio. El calcio, el magnesio y el potasio sirven como electrolitos en el
cuerpo y pueden tener importancia en el accidente vascularcerebral:
Un importante estudio de 1999 mostró que el consumo de calcio está asociado con
un riesgo inferior de ACV en mujeres, lo que apoya un estudio precoz que
indicaba un riesgo inferior en hombres que consumían más leche.
Existen algunos indicios que sugieren que las dietas ricas en potasio pueden
proteger contra el accidente vascularcerebral, especialmente al reducir la
presión arterial, pero también gracias a otros mecanismos. Los niveles bajos de
potasio pueden aumentar también el riesgo de el accidente vascularcerebral, en
determinadas personas. En un estudio llevado a cabo en el 2000, las dietas
pobres en potasio fueron asociadas con un riesgo mayor de ACV sólo en hombres
hipertensos.
El déficit demagnesio pueden aumentar el riesgo de fibrilación auricular. No
existen pruebas, sin embargo, que tomar suplementos de magnesio sirva como protección.
Grasas y aceites. Un estudio ha indicado que los hombres de mediana edad y
sin padecer una enfermedad cardiaca y que consumían una cantidad mayor de
grasas monoinsaturadas o saturadas (no aceites poliinsaturados) tenían también
el menor riesgo del
accidente vascularcerebral,. Los estudios en hombres asiáticos han mostrado
resultados similares. Las dietas bajas en grasas se han asociado, en realidad,
con un mayor riesgo de ACV.
Cabe destacar que las grasas saturadas, que contienen los productos animales y
los aceites tropicales, son factores de riesgo conocidos de enfermedad
cardiaca. Los aceites monoinsaturados, obtenidos del aceite de oliva y de colza, pueden tener
beneficios protectores contra la enfermedad cardiaca y los ACV.
Un ácido graso llamado ácido alfa linolénico que contiene el aceite de colza,
las judías de soja y nueces, pueden tener ciertas ventajas contra la apoplejía,
al ayudar al corazón y reducir el riesgo de embolias.
Vitaminas. Los efectos de las vitaminas en los ACV, la demencia o ambas
están siendo estudiados. Un estudio del
2000 realizado en personas con diabetes de tipo 2 ha sugerido que los
suplementos de dosis alta de vitamina E podría proteger el cerebro.
Por otro lado, un estudio del 2000 indicó que no existe una asociación entre
tomar suplementos y una mayor protección en personas con un consumo elevado de
alimentos ricos en vitamina E. Sin embargo, otro estudio del 2000 ofrecía
información adicional. Los hombres que tomaronvitamina E o C , o bien tomaron
ambas durante menos de 3-4 años no experimentaron protección contra la demencia
asociada con el ACV. Sin embargo, los hombres que tomaron ambas vitaminas
durante los ocho años enteros del estudio
mostraron un descenso del
88% de riesgo de demencia por embolia u obstrucción de los vasos sanguíneos.
(No tuvieron efecto en el Alzheimer). No se indicaron la dosificación de los
suplementos.
Las dosis elevadas de vitamina pueden aumentar el riesgo de sangrado y por
tanto, de embolia hemorrágica. Los estudios han sugerido que las personas con
niveles mayores de ácido fólico en sangre corren un riesgo inferior al de la
media de ACV.
Alcohol. El consumo moderado de alcohol (una o dos copas al día) sirve como protección. Beber
mucho, sin embargo, aumenta el riesgo de ACV y de otras muchas enfermedades.
Ejercicio
No están claros las ventajas del
ejercicio en los ACV. Un estudio del
2000 indicó que cuanto más se anda, menor es el riesgo de embolia isquémica
(pero no de la hemorrágica). Según un análisis de un grupo de 11.000 hombres,
aquellos que quemaban entre 2000 y 3000 calorías por semana (cerca de una hora
de andar rápido cinco días a la semana) reducía a la mitad el riesgo de
embolia. Los grupos que quemaban entre 1.000 y 2.000 calorías o más de 3000 a
la semana también lograba cierta protección contra la embolia, pero en menor
grado. En el mismo estudio, el ejercicio que conllevaba diversión protegía más
que las rutinas de ejercicio que consistían simplemente en andar o escalar.