Paraguay
La literatura de Paraguay
tiene dos grandes producciones lingüísticas: en castellano y en guaraní (sin
desmerecer la literatura en otras lenguas nativas). Con todo, debe decirse que
la primera ha tenido mayor desarrollo y difusión que la segunda.
La literatura paraguaya es una de las más desconocidas deHispanoamérica. Sus
escritores conocidos fuera de sus fronteras son escasos: Josefina Pla, Gabriel
Casaccia, Elvio Romero, Rubén Bareiro Saguier y Augusto Roa Bastos. Incluso las
historias de la literatura hispanoamericana no incluyen a
autores nacidos con posterioridad a 1940. Su desconocimiento no implica, sin
embargo, que no exista un corpus de obras que, por
distintos motivos, no han trascendido fuera de las fronteras del país guaraní.
El siglo XIX es un campo yermo en la creación
literaria paraguaya. La férrea censura de la dictadura de Francia eliminó la
práctica literaria. Solo se conocen hasta la fecha algunos autores dedicados
fundamentalmente a la poesía, como
Natalicio Talavera, y algunos hitos literarios aislados, como la creación de la revista La Aurora. La
agravante de la Guerra de la Triple Alianza supuso la interrupción de esas
incipientes actividades literarias. Así, con el país dedicado a su reconstrucción
durante el último cuarto del siglo decimonoveno, las primeras
producciones paraguayas importantes aparecerían en pleno siglo XX.
Durante este siglo, la práctica de la literatura se
incrementa paulatinamente hasta el punto de lograr su máximo exponente en los
poetas de la Generación del 40. Entre ellos se encuentra Augusto Roa Bastos, el
escritor más universal del país. Con él, a partir de
1960, aparecen progresivamente más obras, y en la década de los ochenta, por
primera vez, un conjunto de editoriales estabilizadas
que favorecerán la publicación de nuevos autores. Desde finales de los ochenta,
se aprecia el aumento notable de la producción narrativa, frente alescasísimo
número de obras de este género publicadas hasta
entonces.
La literatura paraguaya es una de las más desconocidas de Hispanoamérica.
Sus escritores conocidos fuera de sus fronteras son escasos: Josefina Pla,
Gabriel Casaccia, Elvio Romero, Rubén Bareiro Saguier y Augusto Roa Bastos.
Incluso las historias de la literatura hispanoamericana no incluyen a autores nacidos con posterioridad a 1940. Su
desconocimiento no implica, sin embargo, que no exista un
corpus de obras que, por distintos motivos, no han trascendido fuera de las
fronteras del
país guaraní. El siglo XIX es un campo yermo en la
creación literaria paraguaya. La férrea censura de la dictadura de Francia
eliminó la práctica literaria. De las décadas posteriores, sólo se conocen
hasta la fecha algunos autores dedicados fundamentalmente a la poesía, como
Natalicio Talavera, y algunos hitos literarios aislados, como la creación de la
revista La Aurora. El agravante de la Guerra de la Triple
Alianza supuso la interrupción de esas incipientes actividades literarias.
Así, con el país dedicado a su reconstrucción durante
el último cuarto del
siglo, las primeras producciones paraguayas importantes aparecerían en pleno
siglo XX.
Durante este siglo, la práctica de la
literatura se incrementa paulatinamente hasta el punto de lograr su máximo
exponente en los poetas de la Generación del 40. Entre ellos se encuentra
Augusto Roa Bastos, el escritor más universal del país. Con él, a
partir de 1960, aparecen más obras cada día, y en la década de los ochenta, por
primera vez, un conjunto de editorialesestabilizadas
que favorecerán la publicación de nuevos autores. Desde finales de los ochenta,
se aprecia el aumento notable de la producción narrativa, frente al escasísimo
número de obras de este género publicadas hasta
entonces.
La Biblioteca Miguel de Cervantes pretende ofrecer un conjunto de las obras más relevantes de la literatura
paraguaya. Con ello, ofrecemos tanto los autores más divulgados y considerados
clásicos de esta literatura, como otros actuales en plena
vigencia. José Vicente Peiró Barco
La literatura ecuatoriana se ha caracterizado por ser esencialmente
costumbrista y, en general, muy ligada a los sucesos exclusivamente nacionales,
con narraciones que permiten inferir cómo es y se desarrolla la vida diaria del
ciudadano común y corriente. De manera muy certera e inequívoca,
podría aseverarse que Ecuador
no ha producido literatos cuyos libros se distribuyan masivamente a nivel
mundial.
Pese a lo anterior, algunos escritores ecuatorianos han
logrado ser medianamente conocidos en los escenarios internacionales, especialmente
en los países hispanohablantes o iberoamericanos. Entre éstos tenemos a Jorge
Icaza, Juan Montalvo, José de la Cuadra, Pedro Jorge Vera, Pablo Palacio,
Demetrio Aguilera Malta, Alfredo Pareja Diez Canseco, Adalberto Ortiz, Nelson
Estupiñán Bass, Francisco Tobar García, Alfonso Rumazo González, Alicia Yánez
Cossío, José Martínez Queirolo, Javier Vásconez, Miguel Donoso Pareja, Jorge
Enrique Adoum, Carlos Carrión, Agustín Cueva, Jorge Queirolo Bravo, Eliécer
Cárdenas, Edna Iturralde, etcétera.
Narrativa
Uno de losaspectos más interesantes de las letras ecuatorianas, es que éstas
abarcan una cantidad notable de buena narrativa, con autores que lograron
fotografiar mentalmente la idiosincrasia criolla y plasmarla extensamente en
sus relatos. Nadie podría decir, pese a la crudeza de su contenido que, por
ejemplo, las novelas de Jorge Icaza no son un retrato
muy hábilmente fabricado de las horribles penurias del indígena de la sierra ecuatoriana.
Icaza traslada a sus lectores al escenario que describe e incluso utiliza el
mismo lenguaje que tienen los protagonistas en la vida real.
Pero la literatura ecuatoriana no se limita únicamente a
Icaza y el indigenismo. También existen otros grandes expositores de la misma, como Alfredo Pareja Diez Canseco,
quien destacó más que nada como
novelista. Éste, en contraposición a Jorge Icaza, creó
novelas esencialmente urbanas, en las que constantemente aflora la denuncia
social. Pareja también fue un prolífico
historiador, cuyos textos se siguen utilizando, varios años después de su
muerte, como
material de estudio en la enseñanza media ecuatoriana. Si seguimos en la senda
de la novela dedicada a la denuncia social, es imprescindible nombrar a Joaquín
Gallegos Lara, cuya obra, aunque breve, es magistral al aludir a los problemas
que agobian a la clase obrera y la brutal explotación que ésta sufre a manos de
empresarios inescrupulosos. En 'Las
cruces sobre el agua' narra la peor masacre
obrera ocurrida en la historia del Ecuador (1922).
Gallegos Lara, al morir, dejó una novela inconclusa, Los Guandos, que fue
posteriormente completada ypóstumamente editada por Nela Martínez.
Demetrio Aguilera Malta,
en cambio, fue más que nada un novelista costumbrista
aunque también muy multifacético. En sus escritos describió
magníficamente al 'montubio', el típico campesino mestizo de la costa
ecuatoriana. Entre las mujeres que escriben está Alicia Yánez Cossío,
dueña de una considerable y entretenida cosecha narrativa, en la que se incluye
la novela 'Sé que vienen a matarme', una excelente e imperdible
biografía del tirano Gabriel García Moreno y sus crueles e inhumanos excesos
mientras era presidente de Ecuador. Dicha novela permite conocer la magnitud de
las barbaridades perpetradas por García Moreno, un
tirano fanático de la religión católica, que no vacilaba en mandar a matar a
sus enemigos.
Dramaturgia
En el campo de la dramaturgia casi no ha habido exponentes relevantes o que
hayan alcanzado un alto grado de difusión,
especialmente a nivel internacional. Sin duda el mejor, más prolífico y
conocido es el guayaquileño José Martínez Queirolo, cuyas obras se han representado en Estados Unidos y Europa, a la vez que
han sido traducidas a otros idiomas. También se lo conoce como autor de
numerosos cuentos, entre los que también hay algunos creados para niños. Además
es un destacado actor y dirige su propia compañía de
teatro. Ganó el Premio Nacional de Cultura 'Eugenio
Espejo' en 2001.
Poesía
En el Ecuador
hay un buen número de poetas. Desgraciadamente, la
poesía nacional y sus cultores son muy poco, si no totalmente desconocidos
fuera de las fronteras del país (y a menudo dentro de
ellas). Excepción de esta regla sonJorge Carrera Andrade, César Dávila Andrade,
y quizá un poco menos Jorge Enrique Adoum. Sin
embargo, la poesía ecuatoriana, por su calidad, merece un
espacio propio y destacado en el mundo literario.
Una de las causas para este notorio anonimato es la
falta de difusión de la literatura ecuatoriana. Las
antologías son escasas en las bibliotecas y en las librerías. Existe la
posibilidad de encontrar estudios críticos en revistas y en algunos periódicos,
pero no son de fácil acceso para el lector interesado, ya sea dentro o fuera del Ecuador.
Ensayo
La literatura hispanoamericana se ha destacado en este
género, y la de Ecuador
cuenta, entre otros, con Juan Montalvo, el ensayista más famoso del siglo XIX en lengua
castellana.
De los numerosos ensayistas ecuatorianos del siglo XX, por la valía literaria
aunque no por la abundancia de la obra, el mayor en cuanto al ensayo de crónica
y crítica literaria, junto a Benjamín Carrión y Gonzalo Zaldumbide, es, sin
duda, Raúl Andrade.
Otro de los ensayistas más representativos del Ecuador
es Agustín Cueva. Sus obras han sido traducidas a
varias lenguas, incluso el japonés. Su libro 'Entre la ira y la esperanza' es una imagen extraordinaria de la realidad
ecuatoriana. Esta obra sintetiza en sólo 200 páginas toda la evolución
histórico cultural del Ecuador, haciéndolo desde un planteamiento extraoficial
e incursionando en campos tan diversos como la literatura, la pintura, la
arquitectura, las relaciones interétnicas, la vida cotidiana, etcétera.