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Historia económica y desarrollo económico - crecimiento de la población, producción



2.Índice
1.1. Población y energía disponible: una visión de muy largo plazo
1.2. Nociones de demografía: la dinámica población-recursos
1.2.1. Crecimiento de la población
1.2.2. Crecimiento de la producción
1.2.3. La trampa maltusiana
1.2.4. Regímenes demográficos y transición demográfica
1.3. Crecimiento económico y otras nociones básicas
1.4. Los factores del desarrollo: el papel de la innovación y las instituciones
1.5. Sociedades humanas y sistemas económicos
4. Contenidos del tema
1.1 Población y energía disponible: una visión de muy largo plazo
Como vimos, el crecimiento del número de humanos representa un primer indicador, aunque sea muy general, de éxito ecológico y también económico. Sólo a partir del siglo XIX contamos con estadísticas modernas, y sólo desde mediados del siglo XX disponemos de cálculos fiables de PIB. Por tanto, para la mayor parte de la historia humana nuestro principal indicador económico es la población: crecía cuando las cosas iban bien, y disminuía, a veces brutalmente, en tiempos de crisis.


Como también vimos ya, cuando examinamos la evolución la población humana a muy largo plazo observamos un salto formidable ydefinitivo en torno al año 1800, a partir del cual se multiplicó la población de forma espectacular en 200 años. Pero el gráfico 0.1 enmascara un gran salto muy anterior, que tuvo precisamente en torno al año 10000 adE y que permitió iniciar un largo proceso de crecimiento, menos espectacular que el de 1800, lento y con oscilaciones, pero igualmente fundamental. Por eso debemos ampliar el rango temporal del gráfico hasta hace unos 70.000 años.
Este primer salto, en torno al 10000 adE viene marcado por el “descubrimiento” de la agricultura y la domesticación de animales, que permitieron a muchas poblaciones humanas pasar de una vida basada en la caza-recolección de los alimentos que ofrecía la naturaleza a la producción de esos mismos alimentos. El proceso —que se estudiará en el tema siguiente— comenzó en fechas muy distintas en cinco focos diferentes, pero con un factor común: la domesticación de una combinación de especies animales y vegetales, normalmente un cereal como fuente de hidratos de carbono, una o varias legumbres que proporcionan más minerales y proteínas y uno o varios animales que ofrecen proteínas y fuerza de trabajo.
Como cazador recolector, homo sapiens mostraba ya rasgos que le distinguían mucho de otros animales, pero aún seguía moviéndose en el ámbito de la ecología; era una parte de un medio ambiente sobre el que no ejercía control. Con el 'descubrimiento” de la agricultura-ganadería, comenzó la era de la economía, la capacidad de producir recursos en cantidades mucho mayores de lo que ofrecía la naturaleza, y por tanto la necesidad de resolver los problemasasociados a la producción de bienes y su distribución. La agricultura y la ganadería desencadenaron una serie de cambios fundamentales en las sociedades humanas, —sedentarización, crecimiento de la población, división social del trabajo, aparición de ciudades— que irían posibilitando a su vez nuevos cambios —la invención de la escritura, de la tecnología de los metales, la navegación a vela, la moneda, etc.—, alterando finalmente, de modo radical, el modo de vida de homo sapiens. No en todo para mejor (los primitivos agricultores vivían menos años y estaban peor nutridos que sus antepasados cazadores-recolectores) pero sí en la dirección del 'éxito”: más individuos y más extendidos por la tierra. Por la importancia de las transformaciones, se ha bautizado este cambio como revolución; será la Revolución Neolítica o del Neolítico (por el período en que se produjo).
Casi 12.000 años después, otra serie de transformaciones, éstas mucho mejor conocidas y basadas en una serie de inventos entre los que destaca la máquina de vapor, más concentradas en el tiempo y en el espacio (Europa, entre mediados del siglo XVIII y mediados del siglo XIX), desencadenaron un proceso similar de crecimiento de la capacidad de producción de homo sapiens, que multiplicó de forma espectacular los recursos disponibles para organizar su existencia: alimentos, por descontado, pero también máquinas, telas, puentes de hierro, productos químicos Como resultado, se produce ese segundo gran salto en el crecimiento de la población en torno a 1800. De nuevo, la magnitud y profundidad de los cambios nos lleva ahablar de una Revolución, esta vez bautizada como Revolución Industrial (por el sector principalmente afectado, aunque las transformaciones afectaron al conjunto de la economía).
sQué tienen en común esas dos revoluciones? Obviamente, sus efectos: el gran salto demográfico. Pero squé hay detrás de esos saltos? Un historiador económico italiano, Carlo M. Cipolla, llamó la atención hace cincuenta años sobre el factor común: la energía. Tanto la Revolución Neolítica como la Revolución Industrial significaron un salto en la cantidad de energía disponible para los seres humanos, como consecuencia en ambos casos de innovaciones derivadas del ingenio humano. Veámoslo con más detalle.
'El hombre —escribe Cipolla— tiene necesidades de diverso tipo: unas, las básicas, son de carácter fisiológico: comer y beber. Otras son elementales: vestirse y calentarse. Finalmente, tiene unas necesidades 'de alto nivel”, por decirlo así: leer, escuchar música, viajar, divertirse. No hay un límite superior para las necesidades humanas, pero sí hay uno inferior, a saber, los alimentos mínimos que el hombre necesita para sobrevivir”. Pues bien, esas necesidades básicas —comer y beber—, las elementales —vestirse y calentarse— e incluso las 'de alto nivel” pueden reducirse a flujos de energía. Las necesidades básicas del hombre varían según diversos factores —el clima en el que habite, tamaño, sexo o actividad de la persona, etc.— pero se mueven entre un mínimo de 2.000 y un máximo de 4.000 kcal/día (para un minero de carbón, por ejemplo). Esto en lo que se refiere a las necesidades básicas, para garantizar lasubsistencia. Esa energía se emplea en diversas formas: calor desprendido, trabajo realizado, expulsión en forma de detritus, proceso químico de los alimentos y actividad nerviosa y motora interna. sDe dónde obtiene esa energía?
Casi toda la energía disponible en la Tierra se origina en el Sol, que funciona como una especie de gigantesca central nuclear natural que libera energía que llega a nuestro planeta en forma de radiación (luz/calor). Esa energía radiante se convierte en energía química que hace que crezcan las plantas mediante fotosíntesis, y esas plantas son consumidas por animales que la convierten a su vez en energía térmica (calor corporal), mecánica (movimiento) y nuevamente química (proteínas). Es decir, los alimentos son depósitos de energía. Lo mismo cabe decir de los vestidos (resultado del crecimiento de fibras animales y vegetales, a las que se aplica además trabajo humano), y los combustibles. También de los combustibles fósiles (que en origen fueron vegetales y animales), y las corrientes de aire que movían veleros o molinos en las sociedades antiguas, o las del agua que permiten navegar los ríos. El motor de un coche convierte la energía del combustible fósil (gasolina) en movimiento y calor; y a su vez el alternador del coche convierte el movimiento en electricidad.
Los procesos de conversión de la energía son fundamentales, y los organismos o mecanismos que los realizan —las plantas verdes, el motor, el alternador— se denominan convertidores. El problema es que cada proceso de conversión supone pérdidas de energía [en realidad, la energía no se pierdeporque como es bien sabido ni se crea ni se destruye (primera ley de la termodinámica), pero en cada conversión la energía pierde la capacidad de realizar trabajo útil (segunda ley de la termodinámica). Así, hablamos de pérdidas cuando nosotros queremos generar movimiento y obtenemos calor que no podemos aprovechar, que es el problema de casi todos los motores, o buscamos electricidad y sólo conseguimos una parte mínima de la energía del combustible empleado]. La forma de medir estas pérdidas es la eficiencia técnica, que es la proporción entre la producción útil (es decir, en la forma deseada) y la energía consumida por el convertidor; la tabla 1.1 muestra la eficiencia técnica de los convertidores más comunes.
Si además hay varios procesos sucesivos de conversión, la eficiencia técnica final viene dada por la de cada uno de los convertidores empleados, lo que genera 'pérdidas” sucesivas. Con todo, el problema principal desde el punto de vista de la historia económica es que —como muestra la tabla 1.1 — los convertidores que ofrece la naturaleza (fotosíntesis, animales de labor o trabajo humano, quemar leña o paja) son poco eficientes. Las plantas apenas convierten en alimento entre el 1-5% de la radiación solar; a su vez, los animales herbívoros convierten en biomasa animal sólo en torno al 10% de la energía consumida (y los músculos de los mamíferos convierten en movimiento el 20% de la energía química). Cada eslabón de una cadena alimentaria supone, por término medio, unas “pérdidas” de energía de en torno al 90%, lo que explica por qué el grueso de la alimentación humana se basaen los hidratos de carbono procedentes de los vegetales (cereales sobre todo), y en mucha menor medida en proteínas animales, y también que éstas provengan en su gran mayoría de animales herbívoros (u omnívoros, como el cerdo), y no de carnívoros.
En estas condiciones, el incremento de la energía disponible en el Neolítico (y en la seguridad del suministro) generada por el 'descubrimiento” de un nuevo tipo de convertidores más eficientes —animales domesticados y plantas cultivadas— puede parecer pequeño, pero fue de una importancia capital. Las especies domesticadas, tanto plantas como animales herbívoros, son mucho más eficientes energéticamente que las especies silvestres a disposición de los cazadores-recolectores, lo que permitió que un mismo territorio alimentase a un número mucho mayor de individuos.
Del mismo modo, la eficiencia de los primeros convertidores de carbón mineral de la revolución industrial — las primeras máquinas de vapor— puede parecer pobre: menos de un 0,5% la bomba de Newcomen de 1711, y menos del 5% las varias máquinas de James Watt. Pero resultó fundamental porque permitió acceder a una fuente de energía (carbón mineral) que hasta entonces se utilizaba sólo como fuente de calor (y con usos limitados) para generar movimiento, es decir, trabajo. Y las innovaciones sucesivas multiplicaron casi por 100 la eficiencia técnica entre 1700 y 1930 (aunque las mejores turbinas de vapor no superaban el 45%). Igualmente, el motor de explosión y las centrales térmicas permitieron convertir desde fines del siglo XIX otras fuentes de energía fósil —el petróleo y el gasnatural— en movimiento, electricidad, calor o iluminación. La energía a disposición de los seres humanos, especialmente en los países desarrollados, se multiplicó de forma exponencial sin un encarecimiento proporcional al aumento de la demanda (gráfico 1.2).
Para resaltar la importancia del empleo de los combustibles fósiles, el historiador E.A. Wrigley ha hablado de dos grandes fases de la historia económica de la humanidad:
la de la economía orgánica, basada en fuentes de energía y convertidores biológicos (animales, plantas, hombres) cuyas posibilidades de crecimiento quedaban limitadas por la productividad de la tierra;
la de la economía basada en energía de origen mineral (para abreviar, inorgánica), que arranca del empleo masivo de carbón y otros combustibles fósiles en el siglo XVIII.
También habla de una economía orgánica avanzada, que corresponde al periodo previo a la industrialización, caracterizado por la aparición de importantes cambios técnicos y organizativos que, aun sin romper el marco energético de las economías agrarias, promovieron las transformaciones que llevaron a la Revolución Industrial.
Es una terminología distinta para referirse a una distinción que ya era tradicional en historia económica:
sociedades de base agraria (a menudo llamadas preindustriales, aunque esto incluiría también a cazadores-recolectores), caracterizadas por el predominio (70-80%) de la agricultura en el PIB y la población activa.
sociedades industriales o industrializadas: con escaso peso (inferior al 10-20%) de la agricultura en la estructura económica (aunque nonecesariamente por el peso de la industria: por el contrario, el sector dominante suele ser el terciario).
en ocasiones se habla de las economías contemporáneas como post­industriales, debido al peso de los servicios, especialmente de nueva generación, como los de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTICs) y los financieros.
Obviamente, los datos que tenemos sobre energía disponible en el pasado son en buena parte conjeturas (también llamadas estimaciones). Sin embargo, nos permiten hacernos una idea aproximada de la magnitud de los dos grandes saltos de los que hablamos.
sPor qué estas diferencias? Fundamentalmente porque hasta el segundo gran salto, la Revolución Industrial, los incrementos de la energía disponible (alimentos, sobre todo) se habían dirigido a aumentar el número de hombres o animales (más fuertes, pero también muy costosos en términos de alimentos), como forma de incrementar el trabajo. En cambio, con el inicio de la era de los motores, una buena parte de la nueva energía disponible se dedicó a generar trabajo mecánico: a sustituir hombres por máquinas. Hasta la revolución industrial no existen realmente motores, salvo en sus versiones más ineficientes: músculo humano, animales de tiro, velas, molinos hidráulicos o de viento. De hecho, todavía a fines del siglo XIX el 94% del trabajo empleado en la industria en EE.UU. era trabajo humano, mientras que un siglo después era sólo el 8 %. Una vez que se pudo convertir la energía fósil en trabajo creció de forma espectacular la capacidad de producción, reduciendo además los costes, lo que aumentó y diversificóla gama de bienes y servicios disponibles, todos ellos fabricados mediante insumos (inputs) energéticos y muchos necesitados de alguna forma de energía para su funcionamiento.
De ahí que las diferencias entre países en el consumo de energía per cápita sean un indicador más que aproximado de los desequilibrios de desarrollo.
Antes y después de los dos grandes saltos, una multitud de cambios tecnológicos u organizativos incrementaron bien el volumen de energía disponible, bien la eficiencia de los convertidores. Por ejemplo: el control del fuego en el Paleolítico (quizá 300.000 años antes del Neolítico) permitió aumentar la energía disponible de tres maneras: quemando leña o excrementos para obtener calor, cocinando plantas o animales que de otro modo no hubieran sido comestibles y auxiliando a la caza. Del mismo modo, la fabricación de armas en piedra y la caza en grupo permitió añadir a la dieta animales de mayor tamaño o fiereza. Otro ejemplo: la invención de la navegación a vela, con velas cuadradas —o latinas— documentadas antes de 3000 adE en Egipto, mejoró enormemente la capacidad de transportar mercancías pesadas, aprovechando una energía hasta entonces inútil; pero es que hasta el siglo XV dE la vela fue en muchos casos un complemento para la fuerza humana o animal en la navegación (remos o tiro mediante caminos de sirga en los ríos), y de ahí hasta el siglo XIX la historia de la navegación a vela recoge un sinfín de sucesivas innovaciones técnicas que incrementaron enormemente la eficiencia técnica de los navíos. Mejoras en la agricultura — difusión de especies ocombinaciones de cultivos más productivas—, en la ganadería —selección de especies—, en la fabricación de herramientas — arados de metal o cañones—, nuevos convertidores —molinos de viento y de agua—, en el rendimiento del trabajo animal —sillas de montar, herraduras, yunques, colleras— y otras muchas aumentaron, aunque fuera en pequeñas dosis, la disponibilidad de energía útil. Otras transformaciones organizativas — especialización laboral, aparición de formas de dirección o liderazgo— o culturales —la escritura, las religiones, el dinero, el cálculo y la geometría— también influyeron en el modo en que se aprovechaba la energía disponible, mejorando su eficiencia económica.
Sin embargo, antes del comienzo de la era de los combustibles fósiles (o era industrial, o de la economía inorgánica), los incrementos de la energía disponible eran casi en su totalidad absorbidos, y en cierto modo anulados, por el crecimiento de la población. Es hora de que prestemos atención al segundo término de la ecuación.

1.2. Nociones de demografía: la dinámica población-recursos
Volvamos a las cifras de población global. La representación de una magnitud sobre una escala lineal (como en el gráfico 0.1) minimiza visualmente la importancia de las primeras etapas cuando el crecimiento es mucho mayor en las últimas etapas, como ocurre en cualquier crecimiento acumulativo. Una forma de evitar ese enmascaramiento es calcular y comparar las tasas de crecimiento anual acumulado (ver tabla aneja al gráfico 0.1). Éstas permiten apreciar el salto, desde unas tasas en torno al 0,04% anual en las sociedadesagro-ganaderas hasta tasas cercanas al 1% en el gran salto industrial. La población mundial creció a un 0,8% anual entre 1900 y 1949; pueden parecer una cifra pequeña, pero no lo es en absoluto: a 1% de crecimiento anual cualquier variable se duplica en 70 años (recordemos que es acumulado), pero al 2% lo hace en la mitad de tiempo. Cuando en la segunda mitad del siglo XX la población de algunos de los países más poblados del mundo —India, China, — comenzó a crecer a tasas cercanas al 2%, y la media mundial se situó en un 1,8% (1950-1989, con un pico de 2 en 1989), dio en hablarse con alarma de una 'explosión demográfica”. Esta explosión que empezó a desactivarse con la caída de las tasas a un 1,5% entre 1990 y 1999 y en torno al 1,14 en 2000. En 2006 la ONU declaró que las tasas comenzaban a disminuir, como resultado de la transición demográfica.
Otra forma de evitar ese enmascaramiento de las tasas de crecimiento iniciales es representar la magnitud sobre una escala logarítmica o exponencial, donde cada intervalo representa un orden de magnitud (x10) más que el intervalo anterior del mismo tamaño. Es lo que hemos hecho en el gráfico 1.3.
Se mejora así la visión, aunque la lectura básica sigue siendo la misma: a lo largo de su existencia, a la humanidad le ha costado bastante crecer en número, aunque nunca ha parado de hacerlo. A un ritmo muy moderado durante buena parte de su historia, bastante más rápido (en torno al 0,04 por ciento) tras el descubrimiento de la agricultura y la ganadería y mucho más (cerca del 1% anual) tras la Revolución Industrial. Hay otros cambios de ritmo yepisodios importantes a escala regional, y de ellos se hablará más adelante, pero la tendencia mayor de la historia es ésta.
sPor qué esa diferencia de los ritmos de crecimiento de la población? Como hemos señalado, tiene que ver con la energía disponible. Antes de la era de los combustibles fósiles, ésta dependía fundamentalmente de la superficie y calidad de la tierra disponible (el suelo, sobre todo el suelo capaz de producir plantas) el clima (insolación y precipitaciones) y la tecnología disponible para aprovechar los recursos.
La población humana, como cualquier otra animal, tiende a crecer hasta alcanzar los límites que le imponen los recursos disponibles. El primero en formular este principio con precisión fue uno de los economistas clásicos, Thomas R. Malthus (1766-1834), en su Ensayo sobre el principio de la población de 1798. Malthus afirmaba que la población crece en proporción geométrica (o exponencial), a falta de factores que lo impidan ('si no está controlada”). Los alimentos, en cambio, que dependen de la tierra disponible, sólo pueden crecer en proporción aritmética (o lineal). La razón es sencilla: la población humana crece en forma de pirámide invertida, ya que cada nueva generación incrementará la población una vez que el número de nacimientos supere la tasa de reemplazo (2 hijos por pareja, o un poco más para compensar los individuos sin hijos) y este incremento se reproducirá ampliado en cada nueva generación. La combinación de estos dos ritmos de crecimiento distintos ('la desigualdad natural de las dos fuerzas de la población y de la producción de la tierra”)forma lo que se ha dado en llamar 'la trampa maltusiana”: el mecanismo que hacía que cualquier incremento de productividad de la tierra quedara absorbido por un incremento aun mayor de la población. También se habla en ocasiones del “techo maltusiano”, el tope máximo de habitantes que una economía, dadas sus disponibilidades de factores productivos y tecnología, puede alimentar.
Siguiendo el argumento de Malthus, Gregory Clark ha considerado que la historia de la humanidad puede resumirse en un único gráfico (gráfico 1.4) que trata de esquematizar, con datos estimados, la evolución de la renta per cápita en los últimos tres mil años. En las economías de base agraria la renta per cápita habría oscilado sin una tendencia de mejora, moviéndose en dientes de sierra en torno al techo maltusiano, hasta la revolución industrial. En cambio, los gráficos de población sí muestran una tendencia de crecimiento, aunque sea modesta. Para Clark, esto demuestra que los sucesivos crecimientos de la productividad derivados de mejoras técnicas u organizativas (representadas en este gráfico por los tramos de pendiente ascendente de la curva) quedaron antes o después absorbidos por el crecimiento de la población (tramos descendentes), en un ciclo que sólo se rompió con el comienzo de la era de los combustibles fósiles.
Este desequilibrio en el ritmo del crecimiento de la población y el de los recursos (sobre todo alimentos) constituye la gran aportación de Malthus. sCómo funciona?
1.2.3. Crecimiento de la población

Examinemos con más detalle los dos mecanismos. Comenzando por el del crecimiento dela población. Aunque es evidente que hay una tendencia creciente, hay una serie de límites biológicos y sociales. Lo más sencillo es descomponer los dos componentes del crecimiento de la población:
Natalidad: medida mediante la tasa de natalidad, el número de nacidos por cada 1.000 habitantes (en un territorio, un país, un grupo humano) Mortalidad: su tasa expresa el número de muertes por 1.000 habitantes Crecimiento natural (o vegetativo): diferencia entre natalidad y mortalidad (en %).
Crecimiento total = Natalidad-mortalidad-Emigración+Inmigración.
La natalidad, por su parte, tiene dos tipos de límites: unos biológicos y otros sociales y culturales. Los límites biológicos vienen dados por el hecho de que sólo la mitad de la especie (mujeres) pueden tener hijos y sólo pueden hacerlo durante un periodo de su vida (periodo fértil) y a un ritmo determinado por la duración de la gestación (nueve meses) y del periodo entre nacimientos, y además hay que descontar los embarazos malogrados. El máximo teórico de descendientes que podría tener una mujer, en las condiciones óptimas, es de 16,7 hijos, y en condiciones más restrictivas en torno a 4,3. Así pues, como observó Malthus, el potencial biológico para el crecimiento es grande.
Por ello, tienen más importancia los límites sociales y culturales, mucho más complejos y variados. Tienen que ver con la cantidad de alimentos, la frecuencia y edad de los matrimonios, el tipo de trabajo desempeñado, la exposición a determinadas enfermedades, las prácticas anticonceptivas y un muy largo etcétera; todos ellos actúan recortando ese máximoteórico de
16,7 hijos por matrimonio. En sociedades agrarias tradicionales (aunque esta es una categoría demasiado amplia) el número de hijos podía variar entre 5-8 hijos por mujer, mientras que en las sociedades industriales avanzadas con diversos mecanismos de control de natalidad puede situarse en torno a 1.
Los principales determinantes de la natalidad conocidos históricamente son:
a–  la tasa de fecundidad: el número de nacimientos en un lapso de tiempo dividido por el número de mujeres en edad fértil (entre 15 y 49 años).
a–  la edad al matrimonio: el matrimonio es una institución sumamente extendida, y la edad de las mujeres al casarse marca el número de años fértiles y por tanto el número posible de hijos.
a–  la tasa de celibato: el porcentaje de mujeres (el de los hombres interesa menos) que no llega a casarse nunca.
a–  la anticoncepción: aunque la difusión de métodos anticonceptivos eficaces es reciente (esterilización quirúrgica o la difusión de la 'píldora” a partir de 1960), éstos existieron siempre, aunque son mal conocidos.
La mortalidad es también resultado de la programación biológica (envejecimiento y enfermedades), pero también se ve muy afectada por factores sociales. En este sentido, se distinguen dos tipos básicos:
a–  Mortalidad ordinaria. Los fallecimientos individuales debidos a causas habituales: envejecimiento, enfermedades ordinarias, accidentes, etc. Incluye como subtipo la mortalidad infantil (número de niños menores de un año fallecidos/número de nacimientos en ese periodo), que es en casi todas las sociedades de base agraria responsable de una parteimportante de la mortalidad. Los recién nacidos, sobre todo, pero los niños en general, eran muy sensibles a las enfermedades y la mala alimentación. De hecho, era frecuente hasta el siglo XIX que la mitad de los nacidos no vivieran para cumplir 10 años.
a–  Mortalidad extraordinaria o catastrófica. Fallecimientos masivos como resultado de episodios aislados (aunque repetidos) de epidemias, hambrunas, guerras, catástrofes naturales. Básicamente, si representamos las tasas de mortalidad (o simplemente las cifras de fallecidos, sacadas por ejemplo de registros parroquiales), son los grandes picos de defunciones que se salen de la tendencia. La mayoría de estos episodios tienen alcance local o regional, pero algunos otros — como la Peste Negra del 1348 en Europa, o la casi extinción de las poblaciones indígenas de América en los años posteriores a la conquista española— alcanzan a todo un continente.
Una de las formas de medir la mortalidad es la esperanza de vida al nacer E0, definida como la media aritmética de las edades a la que mueren los nacidos en un determinado período (normalmente se toma la media de la edad de los fallecidos en ese año suponiendo que permanecerá constante) . No obstante, el hecho de que la esperanza de vida ha ido aumentando en el curso de la historia no quiere decir que biológicamente las personas seamos más longevas. De hecho, se cree que la esperanza de vida de los agricultores neolíticos era inferior a la de sus antepasados cazadores-recolectores. Lo que ocurre es que E0 es una medida estadística, una media de lo que puede esperar vivir una persona en elmomento de nacer; lo que nos viene a decir, por ejemplo, es que de cada 1.000 nacidos antes de la industrialización, 250 morían antes de cumplir un año, otros 250 antes de llegar a 20, otros 250 antes de los 45 y otros 240 antes de los 60: sólo diez de cada mil llegaban a esa edad (pero había gente, pocos, que podían llegar a vivir 80 o 90 años). Si uno superaba la infancia —una etapa de la vida muy poco saludable, sobre todo en la antigüedad— su esperanza de vida mejoraba notablemente.
1.2.2. Crecimiento de la producción.
Lo que Malthus señala es que en las condiciones de la economía de su tiempo, el límite físico de la producción venía dado por la cantidad de tierra (sobre todo agraria) disponible. La agricultura sólo podría mejorar su producción de dos formas:
*crecimiento extensivo: más aportes de tierra, trabajo o capital: poniendo en cultivo tierras incultas (roturación), o añadiendo más brazos o herramientas a las tareas agrarias. Malthus consideraba que la tierra agraria estaba aprovechada en su totalidad en su época, tras muchos siglos dedicados a la agricultura, y que los aportes de más trabajo o capital se encontrarían con el límite de la propia riqueza mineral de la tierra.
*crecimiento intensivo: cambios tecnológicos, en la organización del trabajo o los cultivos que permitieran incrementos de la productividad total. Este tipo de mejoras, generarían los aumentos en la cantidad de alimentos, pero sólo linealmente, es decir, a un ritmo muy inferior al del crecimiento de la población.
En cualquiera de ambos casos, al final las limitaciones del propio factor tierragenerarían la aparición de rendimientos decrecientes: la productividad (producción/unidad de factor de producción) marginal tendería a disminuir, lo que reduciría la productividad media, y por tanto haría aparición el techo maltusiano. Tanto Malthus como otro importante economista clásico, David Ricardo encontraban en las limitaciones de disponibilidad y productividad del suelo la causa que limitaría cualquier crecimiento económico futuro: es la denominada ley de los rendimientos decrecientes. Ley que se cumpliría inexorablemente mientras el crecimiento dependiera de los aportes energéticos de las plantas y los animales (pero no contaban con los combustibles fósiles).
1.2.3. La trampa maltusiana.
En estas condiciones (crecimiento lineal de la producción de alimentos+ crecimiento exponencial de la población), se alcanzará antes o después el techo maltusiano. Sin embargo, el propio Malthus, que no veía que la ecuación pudiera resolverse por el lado de los alimentos, entendía que se resolvería por el lado de la población. Y esto podía ocurrir de dos maneras: por las buenas o por las malas.
Por las malas actuaban lo que Malthus llamó frenos positivos (positive checks) o represivos: hambres, epidemias (que actúan sobre una población debilitada o simplemente más densa) o guerras que diezman la población y reestablecen el equilibrio con los recursos, lo que da inicio a un nuevo ciclo de crecimiento lento, que acabará en nuevos episodios de mortandad catastrófica.
Por las buenas, en cambio, funcionan los frenos preventivos (preventative checks), que limitan los nacimientos y por tanto elcrecimiento de la población. En este sentido, Malthus (clérigo del siglo XVIII) descartaba cualquier tipo de control de natalidad, salvo la limitación en el número de los matrimonios y el retraso de la edad al casarse. Pero consideraba ambos poco compatibles con la naturaleza humana y por tanto ineficaces.
La ley de los rendimientos decrecientes
'Considérese una población, aislada en un valle profundo, que viva de la agricultura. La diferencia entre nacimientos y defunciones provoca un crecimiento lento que, hipotéticamente, provoca la duplicación de la población cada dos siglos. En una primera fase se cultivan los mejores terrenos de la llanura del fondo del valle, cercanos al río, más fértiles, fácilmente irrigables y más accesibles. A medida que la población aumenta, aumentando a su vez la necesidad de comida, las mejores tierras se pondrán en cultivo hasta que sea necesario cultivar las tierras más alejadas, situadas en las laderas menos escarpadas del valle, difícilmente irrigables y menos fértiles. Con el aumento continuo de la población se hará necesario cultivar terrenos situados aun más desfavorablemente, más elevados, más fácilmente erosionables y aún menos productivos. Cuando se agote toda la tierra disponible, se podrán obtener nuevos aumentos de producción intensificando el trabajo en los campos, aunque también estos logros tendrán un límite, porque llegará fatalmente el momento en que la producción adicional de un par de brazos adicionales se aproximará a cero. Se da la circunstancia de que el proceso de crecimiento demográfico en un ambiente fijo (y, es precisoespecificar, con tecnología fija) que induzca al cultivo de tierras progresivamente menos fértiles y con inputs de trabajo progresivamente mayores, se acompaña de rendimientos decrecientes por unidad de trabajo o por unidad de tierra.” Massimo Livi-Bacci (1990:81-82)

La explicación de Malthus ha sufrido muchas críticas, fundamentalmente de dos tipos:
*sociales: la capacidad de producción de alimentos, en un nivel tecnológico dado, depende también de cómo se organice la producción — régimen de propiedad, distribución del producto, incentivos a la mejora de la producción—de tal forma que el techo maltusiano no es sólo técnico sino
sobre todo social/económico. Del mismo modo, con una distribución de la renta menos desigual, el número de hijos por pareja disminuye, al dejar de ser considerados una fuente de trabajo/ingresos para la familia y como resultado de mejoras en la educación.
*históricas: Malthus no consideró la posibilidad de romper la trampa de los rendimientos decrecientes mediante incrementos en la disponibilidad de energía en forma de combustibles fósiles, pese a vivir en plena revolución industrial inglesa.
1.2.4. Regímenes demográficos y transición demográfica
Llamamos demografía a la ciencia que estudia la población. Las diversas combinaciones de las variables demográficas (tasas de mortalidad, fecundidad, nupcialidad, celibato, etc.) constituyen un régimen o sistema demográfico. Básicamente se distinguen dos:
Régimen demográfico antiguo: propio de las sociedades de base agraria, o economías orgánicas, antes de la industrialización. Se caracteriza por:
• Tasas denatalidad elevadas: en torno a 35-40 por 1.000, como resultado de matrimonios frecuentes, a edad joven (18 años o menos para las mujeres), y de la consideración de los hijos como un recurso potencial para la familia y el grupo.
• Tasas de mortalidad también altas: 30-35 por 1.000 de mortalidad ordinaria, pero con frecuentes episodios de mortandad catastrófica.
• Tasas de crecimiento muy modestas (un 5 por mil como máximo, un 0,5% al año), que además pueden quedar anuladas por una o más catástrofes demográficas (lo que hace que el crecimiento demográfico presente una forma característica de dientes de sierra). La esperanza de vida al nacer es baja (inferior a 40 años).
Régimen demográfico moderno: propio de las sociedades industriales, aunque algunas economías importantes prácticamente acaban de llegar a él. Sus rasgos fundamentales son:
• Tasas de mortalidad bajas: en torno al 8-10 por 1.000 de mortalidad ordinaria, con una gran reducción de la mortalidad infantil, sin apenas incidencia de la mortandad catastrófica. Todo ello fruto de mejoras ligadas al crecimiento económico: nutrición, higiene, vivienda y sanidad.
• Tasas de natalidad bajas, hasta llegar a un 10-15 por 1.000, resultado de prácticas deliberadas de control de natalidad, ligadas también a cambios culturales que llevan a tener menos hijos a los que se dispensan mayores cuidados.
• Tasas de crecimiento muy modestas (incluso negativas en algunos países). La esperanza de vida, en cambio, aumenta espectacularmente.
Transición demográfica: el proceso de paso de un régimen demográfico antiguo a uno de tipo moderno. Latransición se inició en los países más industrializados de Europa en el siglo XIX, pero su segunda fase se ha completado a menudo tras la Segunda Guerra Mundial. La duración del proceso oscila entre los 185 años de Francia o los 70 de China o Rusia. Mientras dura, la población total puede multiplicarse entre 2 y 7 veces.
• 1a fase: reducción paulatina de la mortalidad, sobre todo por minoración de la mortalidad catastrófica y la infantil. La natalidad se mantiene alta, por lo que el crecimiento vegetativo es muy alto.
• 2a fase: reducción paulatina de la natalidad, ligada a restricciones en el número de hijos por pareja. El crecimiento natural va disminuyendo.
• 3a fase: final de la transición: bajas tasas de natalidad y mortalidad, baja tasa de crecimiento, aumento de la esperanza de vida.
1.3. Crecimiento económico y otras nociones básicas
Queda claro por tanto, que el crecimiento de la población es un primer indicador, especialmente para épocas en las que no contamos con estadísticas modernas pero que el crecimiento económico debe definirse con mas precisión. Y resulta sumamente importante cómo definimos y medimos el crecimiento, ya que precisamente la explicación del crecimiento económico a largo plazo —sus ritmos, sus mecanismos, sus causas— es el tema central de la historia económica. Muchos de los conceptos que se explican a continuación son nociones básicas desarrolladas en cualquier curso de introducción a la economía: para quien las tenga dominadas, las explicaciones que siguen estarán de más. Para quien no tenga las nociones claras, en cambio, es importante que secerciore de haberlas entendido debidamente, pues aparecerán a menudo en el desarrollo del temario.
El crecimiento económico se define en economía como el incremento de los bienes y servicios producidos, lo que se llama el producto (y que equivale a la renta o ingreso de la población). Lo malo es que no tenemos cálculos fiables de producto o renta nacional hasta después de la Segunda Guerra Mundial: los datos anteriores se basan en estimaciones, o sea, en conjeturas más o menos razonables. El producto puede medirse en unidades físicas (toneladas de hierro, número de vacas o comidas servidas en un restaurante), pero para poder sumarlo y compararlo es más práctico medirlo en unidades monetarias (dólares, liras o rupias, por ejemplo).
Estas unidades de valor pueden medirse de varias formas:
*valores o precios nominales o corrientes: reflejan lo que cuestan las cosas en un momento histórico concreto (un periódico en 1976: 100 pesetas)
*valores o precios reales o constantes: son los precios nominales ajustados al coste de la vida de cada momento, es decir, la capacidad de compra de la unidad monetaria; suelen calcularse como ratio de precios/Índice de Precios al Consumo (u otro deflactor). Para series históricas, resulta sumamente importante usar precios reales.
*valores o precios a PPA (paridad de poder adquisitivo): para tener en cuenta los diferentes costes de la vida en distintos lugares, se hacen IPCs equivalentes, no iguales (la de un país pobre, el peso de los alimentos en el IPC será mucho mayor, mientras que el coste de la telefonía móvil pesará mucho más en el IPC a PPAde un país rico).
La magnitud utilizada habitualmente para medir el producto es el PIB (Producto Interior Bruto o GDP en inglés,), que es levemente diferente del PNB (Producto Nacional Bruto), que incluye el valor de bienes y servicios producidos por empresas nacionales en países extranjeros, o de la Renta Nacional, o el PIN, Producto Interior Neto. El problema de medir el crecimiento a largo plazo sólo en términos de PIB es —aparte de algunos problemas del indicador mismo, como el hecho de no incluir el trabajo doméstico no remunerado o los costes de los daños medioambientales— que los incrementos de producción pueden quedar absorbidos, anulados, por crecimientos paralelos de la población, como señalaba Malthus. Para los economistas el PIB puede ser suficiente, ya que comparan periodos más o menos cortos, pero para el historiador económico el indicador básico de crecimiento económico es el PIB per cápita, una ratio que combina y compara el los crecimientos del producto y de la población.
PIBpc= PIB/n° de habitantes
Así pues, el crecimiento económico se define como el incremento sostenido (en el tiempo) de la producción total de bienes y servicios en una sociedad determinada, formulado en tasas de crecimiento anual en % del PIB per cápita.
El crecimiento económico es acumulativo, de tal modo que un 1% anual significa que el PIB/pc se duplicará en 70 años, al 2% en 35 años, etc. De ahí que tasas aparentemente modestas —el 3% de la economía española en los años anteriores a la crisis de 2008— reflejen procesos de enriquecimiento notables. Al mismo tiempo, al tratarse de un valorrelativo (un porcentaje) no refleja expresamente los niveles de partida y los incrementos en términos absolutos: un 0,5% del PIB de EE.UU. de 2008 serían unos 71.000 millones de dólares internacionales, que equivale a casi una cuarta parte del PIB de Nigeria (datos de PIB a PPP, del Banco Mundial). En este sentido, las tasas de crecimiento son potencial e históricamente mayores en economías atrasadas, con márgenes mayores de aumentos de productividad, que en las más avanzadas, donde los aumentos de productividad son mucho más costosos. Así pues, no hay que olvidar que una tasa es siempre un dato relativo, que se refiere a un total absoluto que puede ser muy distinto.
sQué factores explican el crecimiento económico? Ya mencionamos antes que hay dos tipos distintos de crecimiento (intensivo y extensivo). En ambos intervienen distintas combinaciones (volúmenes y tipos) de factores de producción, que determinan el producto total. Los factores de producción, tal como los definieron los economistas clásicos del siglo XVIII son:
a–  Tierra: entendida ahora en un sentido amplio, incluye los recursos naturales empleados en la producción de bienes y servicios. Se remunera a sus propietarios con la renta de la tierra.
a–  Trabajo: se refiere exclusivamente a la labor desempeñada por la mano de obra humana (las máquinas, o animales, aunque realicen trabajo por sí solas son consideradas capital), y remunerada con los salarios.
a–  Capital: son bienes producidos por el hombre que contribuyen a la producción: herramientas, máquinas, instalaciones, infraestructuras, dinero, etc. Se remunera con elbeneficio o el interés. Una parte del capital, no invertido directamente en la producción pero igualmente importante, es el llamado Capital Social Fijo, básicamente fruto de inversiones anteriores en educación, infraestructuras públicas (vías, drenaje de tierras, regadíos, aeropuertos) que facilitan una mayor productividad de las inversiones empresariales.
Una rama de la economía habla de capital humano para referirse a las capacidades añadidas a la fuerza de trabajo del hombre como resultado de la educación o la pericia adquirida. Se considera que éstas son fruto de inversiones anteriores (de tiempo y recursos) en formación, y que por tanto constituyen un factor que tiene más de capital que de trabajo.
A estos tres factores básicos, algunos economistas añaden un cuarto:
a–  Capacidad empresarial: entendida como la aportación que realiza el empresario que organiza la producción, obteniendo así una producción mayor de la que existiría sin este factor.
Así, la ecuación habitual para definir el Producto sería,
PIB= f (Tierra+Trabajo+Capital)
que equivale a
Renta Nacional= Renta de la Tierra+Salarios+Beneficios+Intereses
No obstante, las funciones de producción que manejan los economistas actuales incluyen, además de los incrementos en el volumen de los factores (crecimiento extensivo), otros que se derivan de mejoras técnicas o de organización de la producción, y que son difíciles de calcular directamente, pero se estiman mediante la llamada Productividad Total de los Factores (PTF).
El crecimiento de la producción de tipo extensivo está limitado siempre por los rendimientosdecrecientes: se pueden poner más tierras en cultivo, pero estarán más alejadas o serán de peor calidad. Puede aumentarse el número de albañiles en una obra, pero a partir de cierto punto cada par de brazos acabará estorbando casi tanto como la ayuda que presta; el típico problema escolar de matemáticas (Si 10 obreros tardan 300 días en construir una casa scuánto tardarán 100 obreros?) es un sinsentido económico. Incluso el capital, y los costes de organización darán rendimientos decrecientes., salvo que se produzca una innovación o un cambio tecnológico que permitan otra forma de organización de la producción.
Por eso, los saltos de producción importantes nacen de innovaciones (tecnológicas u organizativas) que dan como resultado ganancias de productividad. He aquí otro concepto importante: la productividad es la relación entre el valor del producto resultante y el de los factores de producción empleados. Rendimiento es otra forma de referirse a la productividad, aunque normalmente suele usarse sobre todo para la de la tierra.
Productividad= Producción/recursos
La productividad, puede medirse en unidades físicas y/o en unidades monetarias. Para épocas remotas, en que no tenemos estadísticas, empleamos medidas físicas (toneladas de grano/hectárea), pero las unidades monetarias facilitan la comparación (valor del producto/valor de la hora trabajada). Aunque la productividad puede calcularse para los tres factores productivos, suele considerarse que la fundamental es la del trabajo, y de hecho cuando no se especifica debemos entender nos referimos a ésta.
No obstante, comodecíamos antes hay otros factores que contribuyen a la productividad total, que es siempre superior a la suma de las productividades parciales de cada factor: es esa otra parte que se estima mediante cálculos y recibe el nombre de Productividad Total de los Factores. La PTF mide así la incidencia de los cambios tecnológicos, el capital humano, las economías de escala (ahorros derivados de la producción a gran escala) o el capital social fijo.
Las cuatro fuentes del crecimiento económico
El crecimiento económico, puede darse como resultado de ganancias de productividad que nacen de cuatro tipos distintos de procesos:
1. Inversión (crecimiento soloviano, en honor a Robert Solow): la productividad del trabajo depende de la cantidad y calidad de los equipos con que cuenta el trabajador (lo que los economistas llaman relación capital-trabajo). Si mejora ésta, es decir, si cada trabajador cuenta con más o mejores equipos, aumenta la producción per cápita. Los equipos significan inversión (capital), que nace del ahorro, es decir, de la abstención del consumo presente para poder consumir más en el futuro.
2. Expansión comercial (crecimiento smithiano, por Adam Smith): el aumento de la productividad nace en este caso de las mejoras derivadas de la división del trabajo (más especialización en las tareas y más capacitación de los trabajadores) vinculadas al aumento de los intercambios: son las ganancias del comercio desarrolladas por los clásicos. Para que los obreros de la fábrica de alfileres retratada por Adam Smith puedan especializarse, es necesario que otros obreros se especialicen en otrosproductos, los agricultores produzcan alimentos (y demanden alfileres en cantidad suficiente) y que haya comerciantes y transportistas encargados de agilizar los tráficos.
3. Efectos de escala (o tamaño): se deriva de la reducción de costes unitarios cuando se produce a mayor escala. Está obviamente relacionado con el anterior —el incremento de escala suele ir unido a la especialización y división del trabajo— aunque es distinto en su naturaleza.
4. Conocimientos (crecimiento schumpeteriano, por J. A. Schumpeter): el aumento del caudal de conocimientos (lo que incluye progreso tecnológico pero también cambios institucionales) es la última y más conocida de las fuentes de aumentos de productividad.
'Los cuatro tipos de crecimiento se refuerzan unos a otros de muchas y variadas formas. Por ejemplo, una opinión ampliamente aceptada sostiene que gran parte del cambio tecnológico se manifiesta como nuevos bienes de capital; por tanto, si no hubiera acumulación de capital el crecimiento económico sería lento. En la medida en que esta opinión sea correcta, el crecimiento soloviano y el schumpeteriano van de la mano. El crecimiento schumpeteriano puede compaginarse también con el crecimiento smithiano, como ocurrió, por ejemplo, cuando los avances técnicos de la navegación llevaron a incrementar las ganancias comerciales, como consecuencia del abaratamiento del transporte”

Con todo, el crecimiento económico no agota el análisis a largo plazo, fundamentalmente porque no nos dice casi nada sobre qué procesos subyacen a los incrementos del producto. De ahí que, al concepto decrecimiento, se añada el de desarrollo económico.
Hablamos de desarrollo económico cuando en una sociedad determinada el proceso de crecimiento va acompañado de cambios importantes en la estructura de la economía. Definimos la estructura económica como el componente estable de la organización de una economía, con especial referencia a la pauta de distribución de la actividad y la renta en una sociedad entre los tres sectores económicos:
a–  Sector primario: actividades que extraen productos de la naturaleza: agricultura, ganadería, pesca y explotación forestal. En algunos casos incluye también la minería (como actividad extractiva) que en otras clasificaciones se considera, por su fuerte capitalización, industrial.
a–  Sector secundario o industrial: actividades que transforman o elaboran los productos de la naturaleza u otros bienes intermedios: la industria y la construcción, fundamentalmente.
a–  Sector terciario o servicios: actividades que no producen bienes materiales sino servicios de muy diverso tipo: desde servicios personales o profesionales (camareros, abogadas), al transporte, el sector financiero o el ocio.
Las diferencias de estructura caracterizan las grandes etapas de la evolución de la economía.
*economías agrarias: las más comunes a lo largo de la historia, caracterizadas por un sector primario dominante (emplea más del 70% de la población y genera una cuota análoga del PIB), un secundario pequeño y un terciario algo mayor, pero integrado sobre todo por servicios personales (criados).
*economías industriales: tras la Revolución Industrial, reducción paulatina del sectorprimario hasta niveles inferiores al 20%, crecimiento del secundario en torno al 30-40%, y un sector servicios que crece en capítulos ligados al efecto de arrastre de la industria y crecimiento del mercado (comercio).
*economías postindustriales: el primario reduce su peso, casi debajo del 5%, la industria se mantiene y es el sector servicios el que crece, pero cambia además su naturaleza.
Los diferentes equilibrios entre los sectores económicos reflejan formas de organización de la economía y niveles tecnológicos muy distintos: la reducción del peso del primario en el PIB y la población activa exige un incremento de la productividad de la agricultura que sólo fue posible en vísperas de la Revolución Industrial. A su vez, el crecimiento de la industria es un factor muy relevante en las primeras etapas del crecimiento económico moderno, pero según mejora la tecnología y la organización de la producción a lo largo del siglo XX, también el secundario experimenta unas mejoras de productividad que —como antes la agricultura— permitirán reducir su peso en el conjunto de la economía aunque siga produciendo un volumen incluso mayor de bienes. Por último, el crecimiento, diversificación y modernización del sector servicios (incluyendo los de información y comunicación en nuestros días), especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, caracteriza unas economías industriales avanzadas, o incluso postindustriales.
De ahí que el cambio estructural —del equilibrio entre los distintos sectores— sea un componente básico de los procesos de desarrollo.
La constatación de que el concepto decrecimiento económico es un indicador demasiado pobre de las transformaciones profundas de la economía ha llevado a crear otro tipo de indicadores que recojan estos cambios de forma más precisa. Algunos incluyen costes medioambientales del desarrollo, o aspectos no recogidos en el PIB como el trabajo doméstico de las amas de casa. El más usado de estos indicadores ha sido promovido por la ONU con el nombre de Índice de Desarrollo Humano (IDH) y recoge una serie de datos de distinto tipo que se creen más precisos: de salud (medida por la esperanza de vida al nacer,E0), de educación y de riqueza (PIBpc a PPA). Con parecidos criterios se han hecho algunas estimaciones históricas del IDH, que confirman la necesidad de seguir trabajando en el diseño y mejora de índices de desarrollo.
Frente al concepto de estructura, que alude a las partes sólidas, estables en el tiempo de una economía, la coyuntura económica se refiere las variaciones a más corto plazo (unos meses, unos años) de las principales variables de actividad: empleo, inversión, precios, importaciones, ahorro, gasto público o privado, etc. Aunque los historiadores suele considerar coyunturas más largas, de años o décadas, frente a trimestres o incluso semanas para los economistas, la idea de coyuntura es la misma.
La actividad económica parece moverse, por razones en parte desconocidas y complicadas de examinar aquí, en ciclos, caracterizados por fases de expansión seguidas de otras de recesión o depresión. Algunos de los ciclos propuestos abarcan periodos de 50 años (Kondratiev) y otros duran meses (ver figura 1.2). Más que analizarlos ciclos, interesa definir los términos utilizados para describir las coyunturas, porque se emplean mucho.
a–  Expansión: periodo caracterizado por el incremento de los principales indicadores: producción, empleo, productividad, inversión, etc. No todos tienen por qué evolucionar a la vez, así que suele considerase fundamental el crecimiento del PIBpc. Ocasionalmente, sin embargo, una fase de crecimiento de la población puede ocultar caídas de productividad que comprometen el crecimiento futuro.
a–  Depresión o recesión: periodo de caída de los indicadores de actividad o
renta, sobre todo el PIBpc. En términos actuales, los economistas hablan de una recesión sólo cuando se ha producido un descenso de la tasa de crecimiento del PIB en dos trimestres seguidos. En historia económica se usa en sentido amplio como sinónimo de depresión.
a–  Crisis: en sentido estricto, la crisis no se refiere a un periodo de depresión o estancamiento, sino al momento concreto del cambio de tendencia (tanto en un sentido como en otro). No obstante, es cierto que normalmente se utiliza como sinónimo de depresión, así que hay que aceptarlo y entenderlo de ese modo.


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