Los principales
afectados por el desempleo en México son los jóvenes. Las
cifras oficiales muestran que la mayoría de quienes no encuentran
trabajo son personas de entre 14 y 29 años de edad. A pesar del
problema, el país no cuenta con políticas públicas
efectivas para incorporar a la juventud al ambito laboral formal. Especialistas explican que el Estado mexicano desaprovecha social y
económicamente la cuarta parte de su población
En México, la décima parte de los jóvenes no cuenta con
empleo. El problema se mira mas grave cuando una de cada cuatro
personas del país es joven y un tercio de la población
económicamente activa (PEA, calculada en 47 millones 131 mil 536
individuos) también lo es.
Y es que de los mas de 112 millones de mexicanos, 30
millones son jóvenes. De éstos, al menos
1 millón 512 mil no encuentran empleo.
De acuerdo con la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), durante la crisis económica de 2009 los jóvenes
fueron los mas afectados por la desocupación. La Encuesta
nacional de ocupación y empleo (ENOE) da cuenta de que en México
mas de la mitad de los desempleados actuales tiene entre 14 y 29
años de edad, y que donde mas se presenta este problema es en el
grupo de edad de los 20 a los 24 años.
Aunque el desempleo juvenil no es un fenómeno nuevo –pues se
asocia confactores como la falta de preparación y de experiencia laboral
de los jóvenes–, la OIT advirtió, en agosto del año
pasado, que, de continuar esta tendencia, los jóvenes que sigan
incorporandose al ambito laboral encontraran como
única opción el desempleo.
El organismo internacional en materia laboral prevé que esta
situación continúe al menos los próximos cuatro
años, e incluso alerta sobre la posibilidad de que ello derive en una
“generación perdida” de jóvenes, sin esperanza de encontrar un trabajo decente.
En el caso mexicano, el bajo crecimiento económico y un mercado laboral
insuficiente han traído como consecuencia la imposibilidad de integrar a
los jóvenes al empleo formal, explica el doctor Eduardo Loría
Díaz de Guzman, coordinador del Centro de Modelística y
Pronósticos Económicos, de la Facultad de Economía de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con ello, el bono demografico del país –que se da cuando la
población en edad de trabajar es mayor que la población
dependiente y, por tanto, aumenta el potencial productivo–, en lugar de
aprovecharse, se esta diluyendo en fenómenos como la
migración de los jóvenes, su incorporación a la informalidad
o al crimen organizado, o su total improductividad, a decir de Loría
Díaz de Guzman.
Oportunidad desperdiciada
De acuerdo con elConsejo Nacional de Población (Conapo), a mediados de
este año el grupo de personas de entre 15 y 24 años de edad alcanzara
su maximo histórico para luego comenzar a reducir gradualmente su
participación de la población total.
Ello significa una paulatina pérdida de
población joven, lo que trae aparejado el envejecimiento gradual de la
población y que implica “grandes retos para el país en
todos los ambitos de la vida social” a largo plazo.
Pero en lo inmediato, esta transición demografica supone que, durante las primeras tres décadas de este siglo, la
población en edad productiva practicamente esta duplicando
a la población dependiente (menores de 14 años y mayores de 65
años de edad), lo que el Conapo califica como una “oportunidad
demografica inigualable”.
En su informe Situación actual de los jóvenes en México,
publicado en agosto de 2010, la dependencia advierte que el bono
demografico del país es una oportunidad inédita que
presenta “una intensidad irrepetible”, ya que si bien el excedente
de población en edad laboral podría presentarse nuevamente en el
futuro, jamas volvera a hacerlo en la misma magnitud como la actual.
Sin embargo, el Conapo advierte que para que el bono demografico sea
fructífero deben existir condiciones como “un intenso proceso de
acumulación de capital humano”, así comola
generación de empleos en un mercado de trabajo dinamico y estable
y la posibilidad de acceder a sistemas de seguridad social que favorezcan el
ahorro y la inversión.
El doctor en sociología Héctor Castillo
Berthier sostiene que el bono demografico “esta siendo
desperdiciado ante la ausencia de una estrategia de país de largo plazo”.
El investigador del Instituto de Investigaciones
Sociales (IIS) de la UNAM apunta que el bono demografico solamente
habría podido aprovecharse si se hubieran desarrollado políticas
públicas para jóvenes, lo que no se hizo a pesar de que esta
proyección demografica se conocía por lo menos desde hace
30 años.
Castillo Berthier, cuya línea de investigación es la juventud y
las bandas juveniles, considera que en lugar de una estrategia de largo plazo,
lo que el gobierno mexicano ha ofrecido a los jóvenes son programas
aislados, que al no estar vinculados entre sí, no pueden considerarse
una verdadera política pública para este
sector.
Para el coordinador de la Unidad de Estudios sobre la Juventud del IIS, el que
los jóvenes se encuentren fuera de la agenda pública es una
situación “casi histórica”, así como
también lo es el que dicho sector de la población aparezca en la
agenda política sólo en momentos críticos o electorales.
Panorama del desempleo juvenil
Parafinales de 2009, 81 millones de jóvenes en todo el mundo se
encontraban sin trabajo, lo que equivalía al 40 por ciento del
número total de desempleados y al 13 por ciento de los jóvenes a
nivel mundial, de acuerdo con el informe Tendencias mundiales del empleo 2010
de la OIT. De esta cifra –considerada “el
número mas alto en la historia”–, sólo 6
millones 700 mil jóvenes estaban desempleados a causa de la crisis
económica de 2008.
En el caso de México, las cifras mas recientes de la ENOE
(correspondientes al tercer trimestre de 2010) muestran que los adolescentes y
jóvenes sin empleo suman 1 millón 512 mil 268. Eso significa que del
total de desempleados a nivel nacional, los jóvenes representan el 57
por ciento.
Ademas, sólo uno de cada tres jóvenes ha podido encontrar
empleo en el sector formal durante este sexenio, amén de que 1
millón 36 mil 928 puestos de trabajo creados en los últimos
cuatro años cubrieron menos de una tercera parte de los trabajos
requeridos para incorporar a 3 millones 200 mil jóvenes, de acuerdo con
datos dados a conocer por la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social el 5 de enero pasado, que fueron consignados por Juan Antonio
Zúñiga en el diario La Jornada.
Para los jóvenes que se encuentran ocupados, el panorama tampoco
es muy alentador. De acuerdo con datos de laEncuesta nacional de
juventud 2005 (Enjuve), el 60 por ciento de ellos gana entre uno y tres
salarios mínimos, mientras que apenas el 1.6 por ciento de los varones
llega a percibir mas de 10 salarios mínimos por su trabajo; en el
caso de las mujeres, la proporción de las que ganan mas de 10
salarios mínimos es de una por cada 100.
La Enjuve 2005, que realiza cada lustro el Instituto Mexicano de la Juventud
(Imjuve), refiere que para ese momento sólo el 28.8 por ciento de los
jóvenes trabajaba. Del
resto, un 43.8 por ciento se dedicaba
únicamente a los estudios, mientras que un 22 por ciento de
jóvenes no estudiaba ni tenía un empleo.
De aquéllos que tenían trabajo, el 58.3 por ciento no contaba con
un contrato, a pesar de que la mayoría cumplía con jornadas
laborales de 40 horas a la semana o mas, “lo que sin lugar a dudas
tiene consecuencias importantes sobre las condiciones reales de trabajo y
prestaciones sociales a las cuales no tiene acceso el joven”, refiere la
Enjuve 2005.
Educación, herramienta insuficiente
El año pasado, declarado Año Internacional de la Juventud, el
Imjuve publicó en su gaceta institucional, Poder Joven, un número
dedicado al tema del empleo juvenil.
En éste refiere que los jóvenes enfrentan limitaciones para la
inserción laboral debido a su falta de experiencia, susexpectativas
sobre las exigencias del mercado laboral, sus bajos niveles de
instrucción y capacitación para el desarrollo de habilidades y
capacidades laborales.
Los datos de la Enjuve 2005 registran que el 42 por ciento de los jóvenes
dejó de estudiar entre los 15 y 17 años, la mayoría de
ellos porque tenía que trabajar. De este modo,
el maximo nivel de estudios entre los jóvenes es la escuela
secundaria, concluida (20 por ciento) o inconclusa (17 por ciento).
En contraste, el porcentaje de hombres jóvenes que termina una carrera
universitaria es de 8.2 por ciento, mientras que en el caso de las mujeres,
sólo lo logra un 4.8 por ciento.
Esa falta de preparación académica se traduce en la imposibilidad
de acceder a un empleo o a tener que aceptar un
trabajo precario, sin condiciones laborales decentes, pero que a cambio exigen
poca capacitación, señala Loría Díaz de
Guzman.
Para el doctor Castillo Berthier, los altos niveles de deserción escolar
se explican porque la escuela dejó de ser atractiva para los
jóvenes, pues los aprendizajes que se tienen en la escuela no les
estan dando las herramientas necesarias para poder integrarse a la vida
cotidiana, sobre todo en los contextos urbanos.
El sociólogo critica los sistemas de educación informal que
promueven tanto el gobierno federal como los gobiernoslocales, a
través de los cuales los jóvenes toman cursos cortos para
adquirir habilidades en distintas areas, pero que son insuficientes
“para dar una profesión valida en un esquema de trabajo”.
Castillo Berthier estima que las condiciones del mercado laboral
actual no dan a los jóvenes una visión de crecimiento, ni
siquiera de satisfacción de elementos basicos.
La oferta laboral, dice el investigador, no es atractiva para los
jóvenes, pues se trata mayormente de trabajos mal pagados, sin
posibilidades de desarrollo y en condiciones precarias. “De
ahí viene el desencanto de los jóvenes”, expresa.
Sin embargo, para la mayoría, la principal causa de su desempleo no es
su falta de experiencia o de instrucción, sino la falta de ofertas
laborales, de acuerdo con la Enjuve 2005. De hecho, quienes
piensan que su desempleo se debe a una insuficiente preparación
representan apenas el 17.8 por ciento.
Cifras de la ENOE muestran que, contrario a la apreciación del Imjuve, la desocupación esta afectando
mas a las personas con mayor preparación escolar.
De acuerdo con datos preliminares que consignan la situación del
empleo de 2010, el 70.1 por ciento de las personas desocupadas tenía una
instrucción escolar superior a la secundaria. De
éstas, la mitad se encontraba, ademas, en una situación de
subocupación.