Hacia finales del siglo VI , durante el reinado de
Alyaittes (610-560 a.C.), el templo de Artemis en Éfeso deja constancia de las
primeras piezas de metal que se pueden denominar monedas, en cuanto que
responden a un patrón metrológico y están selladas con el nombre de quienes las
había emitido garantizando su ley. De hecho, Heródoto (I, 94)
entendía que los lidios fueron los primeros en acuñar 'para el uso
público”. La leyenda remonta su creación al reinado de Giges (687-653),
pero su uso no comenzaría a extenderse de forma clara
entre los griegos hasta el segundo cuarto del siglo siguiente, sobre todo entre 560 y
480, sustituyendo al uso de pesar la plataen cada operación. Hay que pensar que
el uso de estas piezas marcadas por una sola cara, que como vemos no era sino
un paso más en una larga tradición, se habría de ver favorecido tanto por las
intensas relaciones de los griegos con una corte muy prestigiosa por su oro y
plata, como por la peculiar manera de actuar de los intrépidos guerreros y
comerciantes griegos, que eran impulsados por el hambre ajena y la codicia
propia.
Imperios territoriales: Son la forma más conocida de organización política en
la Antigüedad, entre otras cosas porque son los que han
dejado un mayor número de testimonios escritos y restos arqueológicos. Aunque
florecieron desde el tercer milenio adE (Babilonia,
Egipto, Asiria, Persia),
en los siglos más próximos a nuestra Era coincidieron dos grandes imperios al
Este y Oeste de Eurasia: el Imperio Romano en el Mediterráneo y el Han en China.
Ambos alcanzaron cifras similares de habitantes (entre 40 y 60 millones); en
ambos casos la base económica era la agricultura, y ambos desplegaron una
importante potencia militar para dominar territorios muy amplios, aunque
presentan también diferencias en cuanto al tipo de expansión y de organización
social. En el caso del
imperio Romano, su expansión se articula en torno a un eje marítimo, el Mare
Nostrum (Mediterráneo). La expansión del
imperio Han es principalmente continental, si bien cuenta con los principales
centros económicos en el curso del río Amarillo, al norte, donde
se situarán las capitales de la dinastía.
2.4.1 Roma
El imperio romano se expandió por un extenso
territorio que se configuró a fines delsiglo I dE, tras las conquistas de
Trajano y la posterior estabilización de la frontera en Oriente. Se organizaba
a través de una administración descentralizada del territorio en ciudades y municipios, que
funcionaban como
centros de recaudación de tributos y residencia de los grandes terratenientes.
Las bases de la economía del imperio se asentaban en las
actividades agrarias. El territorio se hallaba repartido entre pequeñas
propiedades campesinas, orientadas principalmente al autoabastecimiento, y
grandes explotaciones territoriales o latifundios, trabajadas por esclavos,
donde se desarrollaba una agricultura más orientada al mercado, con productos como
cereales, la vid o el olivo.
La Pax Romana o fase de estabilidad durante los dos
primeros siglos dE propició la expansión demográfica y garantizó la seguridad
de los intercambios, apoyados en una gran circulación monetaria. La población
llegó en el siglo I a unos 60 millones. La densidad demográfica era mayor en
los territorios orientales, donde se encontraban las regiones agrarias más
productivas, así como
los centros comerciales más prósperos (Alejandría). Sin embargo, por todas las
regiones, el aumento demográfico estimuló la roturación de nuevas tierras a
través del
asentamiento de colonos - muchos de los cuales eran soldados licenciados- y
permitió el crecimiento de los ingresos fiscales, si bien la mayor parte de los
cultivadores vivían al borde de la subsistencia. Las ciudades se abastecían
sobre todo con el producto de las grandes propiedades y concentraban los
excedentes para comercializar. El montante de los impuestosrecaudados servía en
parte para sostener los gastos municipales y también para contribuir al
mantenimiento del
ejército. El Estado romano diseñó un aparato fiscal
centralizado para hacer frente a los gastos originados por la defensa del imperio, el gasto suntuario de los patricios y el
consumo del
aparato imperial. Eso incluía la captal, Roma, que con casi un
millón de habitantes, era la principal receptora de rentas y foco del comercio
mediterráneo. Allí llegaban productos básicos subvencionados, como el trigo y el
aceite. La Pax Romana permitió la especialización regional de la producción:
cereales en Egipto, el norte de África y Sicilia, aceite y salazones en el sur
de España, ganado en las regiones interiores del
Imperio, y manufacturas en las zonas orientales. El comercio mediterráneo hacia
posible esta especialización, al tiempo que enlazaba con Oriente, a través de
la afamada ruta de la Seda, que por vía terrestre alcanzaba hasta China, con el
Índico o con el África subsahariana. Este comercio era para el imperio una
fuente de salida de metal precioso, que empobrecía las arcas del
Estado.
La esclavitud era el otro pilar de la economía del imperio romano,
presente en todos los sectores productivos, desde la agricultura a las
manufacturas o el servicio doméstico. El mercado de esclavos se nutría con las
guerras y el comercio, pero también de la reproducción de la población esclava.
Aunque el imperio romano gozaba de un alto nivel
tecnológico, visible por ejemplo en las obras públicas, apenas se destinaron
inversiones a tecnologías productivas, puesto que la mano de obraesclava
proporcionaba un input abundante y barato, lo que eliminaba incentivos para la
sustitución de trabajo por tecnología. El fin de la expansión territorial y las
tendencias hacia la manumisión, junto con la expansión del cristianismo
provocaron que hacia el siglo II dE el número de esclavos descendiera
significativamente. En consecuencia, el modelo de crecimiento se debilitó ante
los gastos crecientes (extensas fronteras con un
aparato militar permanente) que exigían mayores impuestos y contraían la
demanda de los grupos productivos, debilitando las posibilidades de incrementar
el producto.
El siglo III dE marca una época de crisis profunda, en la que la inestabilidad
política se unió a las consecuencias de una gran epidemia de peste, las
dificultades económicas que mermaron la capacidad recaudatoria del Imperio. Para hacer frente a estas dificultades los
emperadores romanos optaron por incrementar la
intervención y el control del
estado sobre la actividad económica. Se dictaron medidas que intentaban
mantener los niveles de producción como por ejemplo, la adscripción de los
campesinos a la tierra (no podían abandonar la tierra que cultivaban); el
encuadramiento de la mano de obra artesanal en “collegia” o agrupaciones de
artesanos; la obligatoriedad de los hijos de los artesanos de suceder a sus
padres en el oficio; el control del transporte y de los abastecimientos;
finalmente, el control de precios para luchar contra la inflación. Al tiempo se reforzó la presión fiscal y se recurrió a la
manipulación de la moneda (devaluaciones) para aumentar los recursos menguantes
delEstado. El deterioro de la seguridad y en consecuencia del comercio y
de las economías urbanas originó un repliegue de la actividad económica a las
'villas', grandes explotaciones económicas que se convierten en
unidades económicas autosuficientes.
Muchos campesinos libres, agobiados por la creciente presión de los
recaudadores fiscales, optaron por ceder sus tierras a grandes propietarios y
verse así libres de las obligaciones fiscales que tenían como propietarios.
Esta cesión de tierras se hizo mediante el establecimiento de una relación de
“patronazgo” entre campesinos libres propietarios y grandes propietarios o
'dominum'. Tal práctica se generalizó en los siglos IV y V dE y
contribuyó a la disolución del Imperio. Como veremos, algo muy
parecido y en las mismas fechas, ocurrió en el Imperio
Han chino.
En el siguiente esquema explicamos en qué consistía.
El primer paso era la cesión o donación de sus tierras que hacía un campesino libre a un gran propietario. A
continuación, el gran propietario cedía al campesino el usufructo (es decir, el
campesino seguía cultivando la que había sido su tierra). A cambio de ese usufructo el campesino pagaba una renta al gran
propietario “dominum” o señor. Finalmente, el “dominum”
ofrecía protección al campesino que le había cedido sus tierras y para ello
contaba con pequeños ejércitos privados. Es decir, había dejado de pagar
impuestos a un Estado incapaz de garantizarle su seguridad y a cambio pagaba
una renta a un “dominum” que si se la garantizaba, aún cuando esto suponía “de
facto” entrar en una relación de dependencia y renunciar a laciudadanía y los
derechos que esta comportaba.
Para finalizar resumimos mediante el siguiente esquema los cambios económicos,
sociales y políticos producidos durante la llamada crisis del siglo III, que condujeron a la
desaparición del Imperio Romano y al inicio de la época feudal
. Los grandes latifundios trabajados por esclavos, característicos de la
época de apogeo del Imperio -Pax Romana (ss. I-II)- se habían transformado en
“villas”, es decir, grandes unidades de producción agraria autosuficientes
trabajadas por colonos que no eran esclavos, pero que mantenían relaciones de
dependencia personal con el gran propietario. Las ciudades y
sus economías urbanas se habían visto desarticuladas por la decadencia de la
actividad comercial provocada por la inseguridad. Situación ante la cual
muchos de sus habitantes se habían refugiado en el ámbito rural integrándose en
alguna “villa”
El Imperio como estado que ejercía su poder en todo el territorio con una
administración que garantizaba la seguridad del transporte y del comercio había
sido reemplazado por una serie de pequeños poderes locales en manos de los
grandes propietarios, que contaban con ejércitos privados para ofrecer
seguridad a aquellos campesinos que dependían de ellos.
El derecho romano y la ciudadanía que garantizaba a los ciudadanos su seguridad
personal y la de sus bienes había sido reemplazado por una situación en la que
cada “dominum” o señor local imponía sus propias leyes y administraba justicia.
El vínculo político de ciudadanía que unía a cada persona con el Estado había
sido reemplazado por relaciones personales dedependencia.
Además, la presión de los pueblos bárbaros de las fronteras del imperio, sobre
todo godos y germanos de Centroeuropa, antes aliados pagados con las arcas
imperiales, empezó a hacerse cada vez más insistente. El
comercio se vio sometido a crecientes dificultades, por la falta de seguridad y
el encarecimiento de los productos. La llegada de pueblos
desde el Norte y el Este en sucesivas oleadas, acaban en el siglo V
definitivamente con el Imperio Romano de Occidente.
2.4.2 El imperio Han en China
El Imperio de la dinastía Han (206 adE-220 dE) en China se extendió por un área de tamaño similar al de Europa y se mantuvo durante
más de cuatro siglos. La base del imperio se hallaba en las regiones del norte,
en los cursos de los ríos Amarillo (Huang-ho) y Wei donde se encuentran sus
capitales (Changan y Luoyang); la agricultura constituía como en Roma la base
económica del Imperio, con el desarrollo de un sistema fiscal que extrae
ingresos de los campesinos a través de impuestos en especie sobre la propiedad,
contribuciones personales en dinero, y prestaciones obligatorias de trabajo en
distintas tareas colectivas. El Estado entregaba a los pequeños campesinos
lotes de tierra de diferente extensión, dependiendo de la calidad del suelo, así como ganado y aperos de labranza. Al mismo tiempo, existían grandes explotaciones propiedad de
terratenientes, cedidas en arrendamiento a los cultivadores.
La agricultura conoció en este periodo un notable
desarrollo técnico, que impulsó la producción y el crecimiento demográfico
(unos 58 millones de habitantes según un censo del 2 dE). Laextensión de arados,
sembradoras y otros aperos, así como el uso de ganado de labor,
bueyes principalmente, fue estimulada por el Estado, que controlaba la
producción y los precios de los útiles de hierro para hacerlos asequibles.
También se desarrollaron grandes obras de irrigación con la construcción de
canales en los ríos Wei y Huai, así como
la reconstrucción de la Gran Muralla (220-210 adE), que servía de protección
frente a los pueblos nómadas del
norte, a base de los servicios en trabajo de los campesinos. El asno,
procedente del Oeste e introducido por los hunos, se
expandió como
animal de carga. Los sistemas de cultivo en tierras de baja calidad hacían
obligado el barbecho dos años de cada tres; en las de media calidad uno de cada
dos, pero las mejores daban una cosecha anual, fundamentalmente de mijo, como
principal cereal, y en menor medida de trigo y cebada. Como
fibra textil destacaba el cáñamo, aunque la seda se fue extendiendo como producto comercial de gran
valor, utilizado también como
dinero, materia prima de una manufactura destinada a las clases superiores. Sólo más al sur, aunque aun sin mucha importancia, el cultivo de
arroz era el cereal dominante.
La expansión demográfica y territorial del
nuevo imperio también se complementó con el desarrollo de actividades
artesanales y comerciales, así como
una urbanización creciente. La economía monetaria, fomentada por la acuñación
en manos privadas, se introdujo entre los campesinos y también las operaciones
de crédito. China había
comenzado a tejer relaciones con sus vecinos a través de la venta de productos
muyvaliosos como
la seda, que ya ha cobrado importancia desde siglos anteriores. Este artículo fomentó los intercambios exteriores habilitando una
ruta que el gobierno chino intentó controlar mediante la expansión militar
hacia el Oeste, estableciendo la primacía Han en territorios de Asia Central.
La seda permitía la compra de productos más escasos, como cabezas de ganado a los pueblos de las
estepas del
norte, o el abastecimiento de metales preciosos.
La inestabilidad en el norte por la amenaza de los pueblos Xiong-nu y
posteriormente el exceso de población en las provincias del norte estimuló el
éxodo de campesinos hacia el Sur, sobre todo durante los siglos I y II dE por
las provincias situadas en la zona del Yang-tzé, e incluso más al sur,
fomentando la colonización y la expansión del imperio, con lo que se ampliaba
su base fiscal. Pero el aumento de la población y el sistema de herencia hizo
que la tierra fuera progresivamente más escasa, por tanto aumentó el
minifundismo e impulsó la intensificación mediante el uso
de fertilizantes, en particular estiércol humano y de cerdo. El Estado ante los
gastos crecientes intervino en distintos sectores para obtener ingresos, como el control del
comercio en productos como
la sal y los cereales o haciéndose con el monopolio de la acuñación monetaria.
El Estado también trató de limitar la creciente concentración de la propiedad
en manos de los grandes propietarios, pero las dificultades de los campesinos
en mantener sus explotaciones les obligaba al endeudamiento ante la voracidad
fiscal de los recaudadores y en consecuencia se ponían bajola protección de los
terratenientes, a quienes vendían las tierras, pasando a convertirse en
arrendatarios de los grandes señores. Esta tendencia se produjo a partir de
mediados del
siglo II dE, coincidiendo con la inestabilidad creciente en todo el territorio.
A ello se añadieron los efectos de malas cosechas provocados por las plagas de
langostas o el desbordamiento del
río Amarillo
(153 dE), en medio de una situación donde se extendieron las rebeliones
sociales y fases de desgobierno. Esta situación agravó la crisis que terminaría
por acabar con la dinastía a comienzos del siglo III, dando paso a una
larga fase de fragmentación política en el territorio chino.
2.5 Civilización y barbarie en el mundo antiguo
Hemos tratado de sintetizar en unas cuantas páginas las grandes líneas de la
historia de la Humanidad desde la 'invención” de la agricultura hasta la
'invención” de la civilización. Obviamente, no hay modo de hacerle
justicia a esos 10 000 años de evolución en tan breve
espacio. El gran salto que supuso la agricultura resulta
difícil de exagerar, aunque la población nos da una primera pista. Se
calcula que el número de habitantes del planeta pasó de unos 8
millones a cerca de 170 en el comienzo de la era cristiana.
Al mismo tiempo, resulta difícil exagerar la importancia de
las civilizaciones de la Antigüedad en la historia humana. Buena parte
de los rasgos que dominarían la economía y la sociedad hasta al menos el siglo
XVIII dE se daban ya en las grandes civilizaciones del primer milenio
adE basten los siguientes ejemplos para mostrarlo.
a– Desarrollo de la agriculturacomo base de
todas las economías, con un arsenal tecnológico casi completo: arados, sistemas
de barbecho y rotación de cultivos en las tierras de secano, combinación con la
ganadería como fuente de proteínas, tiro y transporte y abonado, casi todos los
cultivos principales (trigo, cebada, arroz, maíz, legumbres, vid y olivo,
frutales injertados) y buena parte de las técnicas de regadío.
a– El desarrollo de las tecnologías básicas en la manufactura textil: el
hilado y tejido de fibras animales o vegetales (cáñamo, seda, lana, lino,
algodón), la cerámica y el curtido de los cueros, formas básicas de
conservación de alimentos (salazones y ahumados), la extracción minera y la
metalurgia, especialmente del hierro, a través de la fragua, la construcción en
diversos materiales (piedra, adobe, ladrillo, mortero y cemento, cal por un
lado, pero también madera y bambú) y con soluciones arquitectónicas básicas (la
construcción de arcos y cúpulas) que permiten levantar grandes edificios singulares,
murallas, puentes o calzadas empedradas.
a– La división del trabajo, con la aparición trabajadores especializados
en el comercio y la manufactura, pero también una notable diferenciación entre
las zonas rurales y las ciudades, centros de poder político y religioso y focos
de actividad comercial, manufacturera y financiera.
a– Las bases del comercio: las formas básicas
del transporte terrestre (carros tirados por bueyes, caballos y mulas, recuas
de asnos o camellos) y acuático (embarcaciones a vela o a remo), que servirán
de instrumentos tanto al comercio como a la guerra y el desarrollo de la
moneda(especialmente de oro y plata) como medida de valor, medio de cambio y
depósito de riqueza.
a– Los marcos institucionales y sociales: derechos de propiedad y
sistemas de herencia bien definidos, las leyes como forma de regulación de
conflictos, sistemas políticos complejos (del Imperio a la democracia),
burocracias especializadas y ejércitos organizados, los tributos e impuestos
como modo de financiar los Estados, todo ello ligado a formas de diferenciación
y jerarquización social, con clases o estamentos diferenciados: nobles-
guerreros, sacerdotes, burócratas, agricultores y artesanos, soldados,
comerciantes, esclavos o extranjeros carentes de derechos.
a– En el campo de las ideas, el desarrollo es
también espectacular; la difusión de religiones complejas (del animismo al
politeísmo o el monoteísmo), prácticamente todas las formas literarias que
conocemos (empezando por las epopeyas y mitologías, y pasando por el teatro, la
lírica o la poesía satírica hasta el ensayo o la retórica), el desarrollo de
las ciencias (agronomía, astrología, química, medicina, matemáticas) o el
pensamiento político. Estos diez mil años de historia antigua
sientan las bases de las economías y sociedades que conocemos actualmente.
La ley de Engel y la manufactura
Ernst Engel (no confundir con Friedrich Engels, el colaborador de Karl Marx)
era un estadístico alemán que estudió en el siglo XIX una serie de presupuestos
familiares de gasto, y llegó a la conclusión de que a medida que aumenta el
nivel de renta de las familias, menor es el porcentaje del gasto dedicado a
alimentación (o en general a losproductos de primera necesidad) y mayor el
porcentaje dedicado a otros bienes y servicios. Dicho de otro
modo, que la elasticidad-renta de la demanda de alimentos es inferior a 1.
Es lo que se conoce como la ley de
Engel.
Una de sus aplicaciones a la historia nos lleva a
entender mejor el desarrollo de las manufacturas. En
principio, dado que los excedentes agrarios eran escasos (y las rentas
disponibles de los campesinos también), la mayor parte de los ingresos de la
mayoría de las familias se destinaba a pagar alimentos básicos. Son las
llamadas subsistencias: cereal (trigo, arroz, maíz según las distintas
culturas) y sus derivados (pan, tortitas), legumbres, alguna forma de bebida
alcohólica (vino en las culturas mediterráneas) que proporcionan calorías
suplementarias especialmente necesarias en regiones frías y la fuente más
barata de proteínas (carne de cerdo o cordero, pescado en zonas costeras,
etc.). Una vez cubierta la alimentación, el vestido era la siguiente necesidad
básica, por lo que la industria textil era tradicionalmente el principal sector
de las manufacturas en la mayoría de las sociedades agrarias (junto con la
cerámica para menaje de cocina y almacenamiento de alimentos, y el cuero para
el calzado y arreos de los animales). También la vivienda era una necesidad
básica, aunque en la mayoría de las sociedades buena parte de los trabajadores
construían sus propias casas, con los materiales más abundantes en la zona. Por
último, la metalurgia proporcionaba útiles de trabajo (arados, azadas,
cuchillos) y armas, además de bienes suntuarios como joyas o
vajillas: de ahíel peso de la minería y la metalurgia.
Estos tres sectores -textil, construcción y metalurgia-- constituían el grueso
de las manufacturas en las sociedades agrarias, junto
con alguna industria de transformación de alimentos. Del mismo modo, subsistencias, tejidos y objetos metálicos sumaban la
mayor parte de los bienes objetos de comercio, especialmente a corta distancia.
Luego está la otra conclusión de la Ley de Engel, y es que a
los ricos les quedaba mucha renta disponible para gastar en consumo de bienes
suntuarios y servicios personales (criados, peluqueros, secretarios, etc.).
Y dado que su demanda se dirigía a bienes de lujo, también habrá en las
sociedades agrarias comerciantes y artesanos especializados en este tipo de
productos, que constituirán durante mucho tiempo el grueso de los intercambios
internacionales a larga distancia, puesto que eran sobre todo los bienes más
caros (y de más valor en relación con su peso o volumen) los que permitían
afrontar el sobrecoste que el transporte, especialmente por tierra, y el pago
de los márgenes comerciales (muy elevados, como lo eran los riesgos de la
actividad) añadían a cualquier producto.