El capitalismo actual: las
crisis cíclicas
Los eventos económicos internacionales de los últimos años
han devuelto la actualidad a la economía
política marxista, y han puesto una vez mas de relieve la
vigencia de sus postulados fundamentales.
En este y los próximos artículos
examinaremos algunos de esos postulados a la luz del
comportamiento que ha tenido la economía mundial en épocas
recientes; comenzamos hoy hablando de la tendencia inherente del capitalismo a sufrir crisis
cíclicas, tendencia que la economía política marxista ha
estudiado, descrito y explicado desde hace ya mas de siglo y medio.
A medida que la clase obrera organizada, los partidos comunistas y hasta el
llamado «socialismo real», se debilitaban en todo el mundo a lo
largo de las décadas de 1980 y 1990, y especialmente a partir del final
del experimento socialista en la Unión Soviética, los defensores
del capitalismo comenzaron a celebrar el «triunfo definitivo» del
sistema de explotación del humano por el humano. Unos cuantos, como el
tristemente célebre Francis Fukuyama (autor de la peregrina idea del
«fin de la historia») o el hoy parcialmente arrepentido Alan
Greenspan (ejecutor oficial del programa neoliberal en los Estados Unidos desde
los años de Ronald Reagan), hasta llegaron a afirmar que la «nueva
economía post-moderna» había dejado atras
latendencia intrínseca del viejo capitalismo a las crisis. La ciencia
económica marxista, por lo tanto, había pasado a ser una reliquia
histórica irrelevante.
Pero los hechos son testarudos, y se niegan a
ajustarse a los dictados de los expertos de moda. Las economías de los
Estados Unidos y las principales potencias del planeta ya han vivido dos ciclos completos
y dos crisis desde el presunto triunfo definitivo del capitalismo, la primera en 2001-2002 y
la segunda en 2007-2008. Y si los pretextos y justificaciones de los defensores
del
sistema lograron calmar a medias las inquietudes de quienes se preguntaban por
las razones profundas de la primera de esas crisis, las explicaciones ofrecidas
cuando ocurrió la segunda ya no resultaron tan convincentes.
La supuesta nueva economía a prueba de crisis que Greenspan había
promovido desde su posición de presidente de la autoridad monetaria de
los Estados Unidos (la Junta de la Reserva Federal), resultó ser el
mismo viejo capitalismo de antes, con sus crisis cíclicas,
contradicciones internas y limitaciones, que obligan a la humanidad a
plantearse la tarea de reemplazar este sistema económico por otro
mas avanzado, eficiente y sostenible, y por cierto también
mas equitativo.
Como resultado,
cada vez mas gente comienza a buscar explicaciones alternativas a las
oficiales, y va redescubriendo lospostulados de la
ciencia revolucionaria. Así, los hace poco felices enterradores del
marxismo, tienen ahora que presenciar horrorizados que éste se levanta
de la tumba tan fresco y vigoroso como en su mejor época.
LAS CRISIS Y LAS FORTUNE 500
El grafico anexo representa la variación en las ganancias de las
Fortune 500 (las 500 mayores corporaciones de los Estados Unidos) de año
a año desde 1986 a 2009, según datos compilados de fuentes
periodísticas especializadas en la materia económica (las
revistas Fortune y Forbes, y el diario The Wall Street Journal). En ese lapso, la economía de los Estados Unidos ha
pasado por tres ciclos completos de auge, estabilización y crisis,
claramente visibles en el grafico: de 1987 a 1992, de 1993 a 2002, y de
2003 a 2008.
Obsérvese la relativa regularidad de los ciclos y la similitud entre sus
fases correspondientes, que sugieren que hay en efecto una tendencia
cíclica intrínseca del
sistema económico, como
lo advirtió hace mas de ciento cincuenta años la ciencia
marxista. Cada ciclo se inicia con una brusca aceleración del
crecimiento de las ganancias, en contraste con las cifras negativas del
año anterior; luego viene una fase de varios años de relativa
estabilidad, con tasas promedio de variación de las ganancias
generalmente positivas pero no exorbitantes; y finalmente viene una fase de dos
atres años de decrecimiento cada vez mas acentuado de esas tasas
de variación de las ganancias. Y vuelta a
empezar.
Es cierto que algunos ciclos son mas o menos largos que otros, y algunas
crisis mas o menos profundas y prolongadas, lo cual nos lleva a concluir
que, ademas de las tendencias propias del sistema económico, hay
otros factores coyunturales (decisiones políticas, acontecimientos
internacionales, imprevistos diversos) que inciden en esta dinamica y le
imprimen a cada ciclo características particulares. Así por
ejemplo, tal vez debido a la rapida y sostenida expansión
experimentada por el capitalismo mundial aprovechando los años
inmediatamente posteriores a la disolución del bloque socialista europeo
y la Unión Soviética, el pico que inicia el segundo ciclo del
grafico es particularmente alto, y este ciclo en su conjunto es
mas prolongado que los otros. Pero aún así, pese a esa variabilidad relativa, el patrón cíclico
es todavía claramente visible.
Las dos últimas crisis han coincidido con momentos de severa
depresión de los mercados financieros y bursatiles: las
explosiones de las llamadas «burbuja de las dot.com» en 2001 y
«burbuja de las hipotecas basura» en 2007. Debido a tal coincidencia, estas crisis han sido explicadas por los
defensores del capitalismo como resultado de los excesos imprudentes de
algunosoperadores de esos mercados financieros y bursatiles. Dicen los
teóricos capitalistas: la causa de las crisis no esta en la
naturaleza del
sistema sino en la avaricia irracional de esos «chicos malos», y de
no ser por ellos y su irresponsabilidad, el sistema podría continuar su
crecimiento ininterrumpido por siempre.
¿Las carretas delante de los bueyes?
Pero esa clase de explicaciones mistifica y oculta la verdadera naturaleza del
sistema. Al fin y al cabo, los mercados financieros y bursatiles, debajo
de toda la especulación que les es propia y pese a su relativa
autonomía, estan vinculados a la economía real (o sea, la producción efectiva de bienes y servicios),
y su salud esta condicionada, en el último analisis, por
la de ésta. Si una burbuja especulativa deja de ser
sostenible, ello se debe en definitiva a que ha llegado a hacerse insalvable la
brecha entre los mercados financieros y bursatiles y su contraparte en
la economía real, comúnmente porque esta última ha entrado
en fase recesiva. En otras palabras, en general no es
el desplome de las bolsas el que causa la crisis económica, sino al
revés.
Es cierto, por ejemplo, que la crisis de 2007 se inició con un colapso financiero
como consecuencia directa o indirecta de procedimientos
«imprudentes» por parte de algunos operadores (otorgamiento de
hipotecas «basura» o de alto riesgoa personas sin capacidad de
pago). Pero estas supuestas imprudencias fueron causadas a su vez por la
necesidad de resolver un desarreglo de la
economía real que había venido acumulandose desde el final
del anterior
ciclo (un exceso en la producción de inmuebles que no encontraban
compradores solventes).
Este punto es especialmente importante porque, en el razonamiento de Greenspan
y otros teóricos neoliberales, los mercados financieros y
bursatiles supuestamente cumplen el papel de absorber y redistribuir
entre sus inversionistas los altibajos y riesgos ocasionales de la economía,
con lo cual se debería lograr la auto-regulación y la estabilidad
general del sistema. Pero la evidencia de las últimas décadas
demuestra que, por el contrario, la tendencia del capitalismo a
las crisis es tan fuerte que ningún mecanismo es capaz de contenerla
indefinidamente.
No podemos entrar aquí en profundidades, pero sugerimos a los lectores
que revisen en el tercer tomo de El Capital y en el cuarto cuaderno de los
Manuscritos Económicos (Grundrisse), ambos de Carlos Marx, los conceptos
de «tendencia decreciente de la tasa de ganancias» y «crisis
de sobreproducción». Quienes así lo hagan,
comprenderan mucho mejor las limitaciones inherentes del capitalismo y
las razones por las que su superación histórica es necesaria para
el futuro de la humanidad.