Para muchas personas la
conservación de la Naturaleza se define por conceptos negativos, que le
restan posiblidades de acción efectiva y simpatía en ciertos
círculos.
Así, los conservacionistas pasan por ser 'los que se oponen
a' infinidad de cosas, entre las que suelen incluirse algunas
'esenciales' para el desarrollo. Suele creerse que
presentan trabas para la industria y para todo aquello que signifique actividad
humana en ambientes naturales.
Ocurre que el conservacionismo ha pasado por distintas etapas, algunas
mas visibles que otras, hasta convertirse en una actividad solidaria con
el desarrollo tecnológico y tendiente al mejoramiento integral del
hombre. Esta concepción todavía no ha tenido
suficiente difusión.
La historia del
conservacionismo puede dividirse en tres períodos. Primeramente
apareció la preocupación de algunos grupos por proteger la
Naturaleza, con mas apasionamiento que bases técnicas. La
acción de estos primeros 'proteccionistas' fue en general de
oposición abierta al desarrollo tecnológico. En
lugar de intentar soluciones para los problemas y preverlos, se
pretendió evitar de raíz el crecimiento. Hoy nos parece
obvio que la calidad de vida del hombre depende en gran medida
de los progresos de la técnica y que es la misma tecnología la
que debe esforzarse por producir soluciones (filtros, reciclo de desechos,
aislaciónsonora, aumento de eficiencia).
Muchas veces el impulso primario de personas sensibles se ubica en este nivel y cada tanto aparecen grupos que gastan
energía en campañas alejadas de la realidad. 'Si una
fabrica echa humo: ¡que cierre la fabrica! Por motivos sociales y económicos esto no es
posible ni deseable. El esfuerzo que se requiere es el
de ver la forma de que ese establecimiento aumente su
producción mejorando su tecnología, de manera que con mayor
eficiencia su actividad no provoque consecuencias negativas. Poco favor hacen
al conservacionismo estos apasionados proteccionistas, pese a sus muy buenas
intenciones.
En una segunda etapa se fueron incorporando conocimientos científicos
sobre problemas ambientales, que sufrieron una evolución drastica
en este siglo. En principio se
mantuvo el criterio divisionista de las ciencias exactas y morfológicas
clasicas, aportando mucha información parcial, que resultó
poco practica y dificil de integrar. La acción de los
proteccionistas no se modificó demasiado.
Entre los tecnócratas y los defensores de la
Naturaleza se crearon hostilidades y prevenciones cuyas consecuencias
aún sufrimos. Ambos grupos coinciden en que el humo es
consecuencia inevitable del desarrollo y, a partir de
ahí, adoptan posiciones antagónicas. La experiencia indica que en
los países con mayor desarrollo es donde la legislación sobre
contaminación es mas severay donde las fabricas liberan
menos desechos. El humo no es un símbolo de
desarrollo, sino un síntoma del
subdesarrollo.
A partir de la Segunda Guerra Mundial se produjo una
renovación muy grande en las ciencias, particularmente en la
Ecología. Se incorporaron conceptos derivados de la Teoría
General de Sistemas y, a través de los medios de la Informatica,
se llegó a una concepción holística: la suma de las partes
no es igual al todo. Cada estructura natural es un
conjunto organizado, un sistema complejo, cuya comprensión no se logra
fraccionandolo, sino estudiandolo como una totalidad. El
nuevo enfoque de la Ecología (que ya cuenta con unos 40 años de
evolución), incluye al hombre y sus obras dentro de esos sistemas
complejos. La actividad del
hombre participa en la dinamica de los ecosistemas como un factor poderoso que debemos aprender
a regular para que incida sobre los ambientes naturales en la forma menos
agresiva posible. Ya no se trata de proteger una Naturaleza ajena al hombre,
desde una posición superior, sino de mantener la habitabilidad de
nuestro medio, como forma de sobrevivir y lograr al mismo tiempo el rendimiento
sostenido de los recursos naturales.
Aquel altruismo de los proteccionistas pasa a convertirse en
una actividad practica, en contacto con la realidad. La causa es
la misma: conservar la naturaleza. La metodología cambia porque ahora se
ve mas que nunca lanecesidad de una tecnología de avanzada como
inversión para un futuro digno.
A veces escuchamos a personas que, por sus actividades, creen
estar muy alejadas de los principios conservacionistas y temen ser rechazados o
atacados por ser, por ejemplo, cazadores, industriales, leñadores, etc.
Tal vez sólo conocen la etapa romantica, de proteccionismo
emocional.
El conservacionismo no busca oponerse, por principio, a la
tecnología y el progreso, sino al derroche y la irracionalidad.
Requiere que se lo defina a través de conceptos positivos; es una forma
de vida que tiende al desarrollo armónico del hombre;
pretende que las generaciones venideras dispongan de las indispensables
riquezas naturales, que deben ser utilizadas racionalmente; procura aportar
soluciones a problemas ambientales y elevar la calidad de vida de las personas.
A través de la investigación científica y la
educación persigue un objetivo fundamental:
lograr una ética del
desarrollo.
El cazador y la preservación
Al terminar una de las sesiones de cine organizadas por Tellus en el
salón que nos facilita la Alianza Francesa, escuchamos al pasar el
comentario de un señor que se retiraba
diciendo: ¿Qué estoy haciendo aca? ¡Si yo soy
cazador!
La anécdota viene al caso ahora que estamos tratando las ideas positivas
del conservacionismo,
como ejemplo
aclaratorio de lo dicho hasta el momento.
Un cazador puede ser un excelenteconservacionista, y
debe serlo si pretende poder seguir cazando por mucho tiempo.
Veamos esto. En general, los adeptos a la caza saben
disfrutar del
contacto con el ambiente natural y son muy buenos observadores de las
costumbres de los animales. Un cazador inteligente no
mata a una hembra preñada y respeta las épocas de cría
para poder disponer después de mas ejemplares. Eso es
conservacionismo: cuidar el recurso que nos interesa, para aprovecharlo sin que
se agote.
Por otra parte, la caza racional puede responder a una
planificación para regular poblaciones animales que lo requieran.
En algunos Parques Nacionales de Africa, la
protección a los elefantes derivó en superpoblación.
Comenzaron a destruir la vegetación hasta el punto de poner en peligro
el futuro del
parque y hubo que cazar al excedente. Se dejó sólo un número de ejemplares, determinado por
científicos, con los que se aseguró el mantenimiento de una
población acorde con las posiblidades de la reserva.
Ademas, en poblaciones protegidas y cuidadas suele
prolongarse la vida de los animales. Esto determina que los mas
viejos sigan reproduciéndose, pese a los procesos degenerativos de la
edad, impidiendo que se reproduzcan los jóvenes, mas vigorosos,
pero menos expertos en conseguir parejas. Así la población puede
debilitarse progresivamente y sería útil ir eliminando
racionalmente a aquellos individuos que ya cumplieron
su ciclo yque en condiciones normales serían consumidos por los
depredadores.
En nuestro país la actividad cinegética puede resultar de sumo
interés, ya que tenemos un número
considerable de especies introducidas que resultan perjudiciales.
Mientras que el jabalí y los ciervos europeos (colorado, axis,
dama) son cada vez mas abundantes, e incluso se los cría con
apoyo oficial, nuestros ciervos telúricos (taruca, huemul, pudu, de los
pantanos, de las pampas, corzuelas) se van extinguiendo.
Una solución sería reducir al mínimo
posible las poblaciones de especies exóticas y fomentar el desarrollo de
las autóctonas. En otras palabras, hacer una intensa caza
racional del ciervo colorado y evitar por
todos los medios que se maten venados de las pampas. Esto es proteccionismo:
una fase del
conservacionismo en la que se prohibe absolutamente explotar un recurso que
esta en peligro, hasta tanto no se recupere.
No es una cuestión de xenofobia, sino que las especies europeas son
mas agresivas en la competencia, toleran mejor la presencia de actividad
humana y desplazan a las americanas, que se refugian en zonas cada vez
mas alejadas e inhóspitas.
Extinguir una especie es un pésimo negocio, ya
que se pierde toda oportunidad de aprovecharla en el futuro.
Enfocando así el problema, el cazador entiende que si se prohibe la caza
dentro de un Parque Nacional o en determinada
época del
año, ésto no lesiona susintereses, sino todo lo contrario. Se
esta protegiendo a las especies que en algún momento del
año podra cazar y aún mas, cuando las
investigaciones así lo indiquen, seran llamados a cazar en
areas reservadas donde se haya producido una explosión
demografica importante.
Entrar furtivamente en una reserva para cazar es como echar querosén en el tanque de nafta
del auto. Se
resuelve una situación inmediata, pero se arruina tal
vez para siempre la utilidad que se pretendía tener en el futuro.
Es uno de los objetivos de los conservacionistas lograr una
planificación adecuada de los recursos. Que las decisiones
oficiales no afecten negativamente ni el desarrollo
equilibrado de los ecosistemas ni los intereses particulares. De allí
que la Ecología adquiere el caracter de ciencia
multidisciplinaria y en la medida en que se escuche a todas las partes
interesadas, desde distintos puntos de vista, en un mismo problema se
evitara el fracaso de las resoluciones que se tomen.
El cazador sabe que la supervivencia de sus presas depende de la
conservación del ambiente en que viven. Debe ser, entonces, custodio interesado de la preservación
de bosques y otras areas naturales. Un
fogón mal apagado atenta también contra sus propios intereses.
Que se comparta o no su gusto por perseguir y matar animales es una
cuestión aparte, enteramente personal y que poco tiene que ver con el
conservacionismo.