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Derechos Indigenas - Los Derechos indígenas y la modernidad impuesta



Los Derechos indígenas y la modernidad impuesta.

En lo que constituye un positivo precedente en materia de respeto y legitimación de los derechos culturales y religiosos de las comunidades indígenas del país, la Corte de Apelaciones de Valdivia falló favorablemente, el pasado 5 de mayo, el recurso de protección presentado por comunidades williches de la zona de Puelwillimapu (Región de los Ríos) para poder acceder libremente a zonas en manos particulares, pero donde tradicionalmente han realizado algunas de sus ceremonias religiosas.

Muchas veces creemos que las concepciones ideológicas que conocemos son parte de una herencia que se ha ido traspasando siglo tras siglo, pero claramente este es un error; La modernidad nos ha entregado un sinfín de ideas, instituciones y conceptos que se han ido creando paso a paso; todo terreno teórico sobre el que andamos actualmente tiene un devenir histórico a su haber. Transitamos sobre creaciones que en algún tiempo fueron ideas sui generis para las generaciones que las afrontaban.




Dentro de estas nuevas adquisiciones nacen los derechos humanos, y junto a ellos un sinfín de derechos que se han ido “creando”a la par –o reconociendo, según la creencia que se tenga al respecto-, los derechos indígenashan sido una de estas nuevas invenciones, y con ellos nace un conflicto que ya vislumbraba Lynn Hunt en su invención de los Derechos Humanos; el problema de una legalidad que no se elige y en cuya creación no hay una participación directa de la ciudadanía que va a verse afectada, la imposición de ciertos derechos y títulos (“ciudadano”) que no los identifican y muchas veces que ni siquiera comprenden.


Diversos autores hablan de la existencia de una política indígena sui generis, ya que jamas se abandonan por completo las costumbres que venían desde hace siglos, muchas veces estas se adaptan y pasan a ser sólo una renovación estilística de la puesta en escena, un mero cambio coreografico donde la adaptación para a ser el método de defensa mas practico ante la imposición del extranjero, es la formación de una ciudadanía política que nace desde la supervivencia de la cultura tradicional, por tanto pasa a ser una suerte de liberalismo nuevo.
Distintos casos nos han mostrado como la imposición de instituciones a creado distintos conflictos con las culturas que la reciben, ya en la época de la colonia se puede apreciar el problema de la legislación indigena, la constitución de Cadiz de 1812 y sus reformas dejan entrever el caso de las institucionesque se otorgan de mutuo propio y que no han sido pensadas totalmente para una cultura específica, y hacen que estas pasen a ser utilizadas de maneras que desvirtúan el fin para el que habían sido pensadas originalmente, Annino nos habla de la erratica transferencia de poder a los pueblos que termina siendo el fracaso del primer modelo federal mexicano, otra vez el pueblo americano toma una institucionalidad impuesta y la transforma en una ayuda propia.


Esta convivencia de elementos de una cultura política tradicional con instituciones modernas hace que el conflicto del derecho indígena sea complejo, ya que no estamos ante un derecho que fue dado por los indígenas para los indígenas, sino de una concesión unilateral que si bien les entrega una calidad jurídica distinta a la anterior, no se hace parte del conflicto de pertenencia a esta nueva sociedad y nuevo ordenamiento, e incluso muchas veces pasó a ser un mero ordenamiento decorativo, un ejemplo eran los procesos electorales de Latinoamérica donde los derechos políticos los hacían valer siempre las mismas personas; las élites. Practicas antiguas dadas en una civilización que suponía ser parte de la modernidad.


El paso del colonialismo a la época moderna fue muy lento y complejo, se fuedando paso a paso por influencias que se verían en la literatura, las conversaciones, las noticias, y en general en el cambio del ideario político del pueblo; en algún punto de este desarrollo hacia la época actual la comunidad indígena dejó de asumir cada legislación que se le aplicaba y empezó a protestar, querían derechos propios, derechos que los hicieran ser parte de la sociedad pero no como entes “domesticados”, sino como hermanos.
Esto nos lleva a la actualidad, no es difícil conocer las protestas y peticiones que tienen los pueblos actuales, ellos buscan que se les trate como iguales en derechos y deberes pero también quieren que su calidad ancestral sea respetada.
Las legislaciones dadas a las etnias indígenas han ido adoptando diversas formas, actualmente existen compromisos legislativos que han partido de la Declaracion de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que aunque no es un ítem vinculante per se, sí es una manifestación tacita de la necesidad del respeto por las costumbres de los antepasados, y la necesidad de una cultura que no discrimine ni imponga verdades a aquellos pueblos con una historia distinta.
En Chile la observación de los derechos indígenas esta entregada en parte a algunas institucionesque cumplen su rol de observar el respeto a los pueblos, y tambien al Instituto Nacional de Derechos Humanos, aún así es necesaria una investigación mas acabada, ya que la acción por lo general se ve en una petición-rechazo o petición-mediación, es complejo hablar de un trabajo conjunto donde se establezcan deberes recíprocos.


El tema de los derechos indígenas parece ser un ítem muy cuestionable, evidentemente se ha de reconocer los tratados internacionales al respecto y las políticas públicas orientadas a las raíces de los países latinoamericanos, pero se suele dejar de lado el tema mas importante, la búsqueda de una integración bilateral en los espacios nacionales y ciudadanos, aún se suele ver a las comunidades indígenas como etnias menores a las que se les debe reconocer ciertos derechos y luego suelen ser olvidadas, para avanzar debemos tratar de comprender el estatus que el indígena tiene en nuestra época, un hombre que ademas de ser ciudadano de nuestro país, es ciudadano latinoamericano, imagen viva de virtud histórica y creencias casi extintas.
Ha de esperarse que la madurez de la modernidad incluya dentro de la tolerancia y el respeto a nuestros antepasados, sino, inevitablemente una sociedad sin historia esta condenada a desaparecer.


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