LIBRO Sofía Correa: Con las Riendas del
Poder. La Derecha Chilena en el Siglo XX
(Ed. Sudamericana, 2005, 313 paginas).
SOFÍA CORREA: CON LAS RIENDAS DEL PODER. LA DERECHA CHILENA EN EL SIGLO
XX
David Gallagher
ofía Correa comienza su tesis sobre la derecha chilena con un
parrafo tajantemente definitorio. “La elite chilena del siglo XIX,
obligada por las circunstancias históricas, se transforma en el segundo
tercio del siglo XX, en derecha, ya que por primera vez tiene que competir en
la arena política con fuerzas sociales antagónicas, convertidas
en izquierda, las que desde esta posición desafían su control,
hasta entonces indisputado, de la riqueza, del poder y de la
consideración social”1. O sea la derecha nace, según
Correa, como reacción a las demandas sociales, a la organización
sindical, y al surgimiento de los partidos de izquierda: el Comunista y el
Socialista primero, y mas tarde el Radical, cuando en la década
del 30 rompió con Alessandri y se unió a la izquierda2.
DAVID GALLAGHER nació en Valparaíso en 1944. Educado en Oxford, fue luego
profesor de literatura latinoamericana del St. Antony’s
College de esa misma Universidad. Ha publicado Modern Latin American Literature
(Oxford University Press, 1973), Improvisaciones (Centro de Estudios
Públicos, 1992), Otras Improvisaciones (El Mercurio-Aguilar, 2004) y
numerosos ensayos. Fue Director del Morgan
Grenfell International & Co. Ltd. Actualmente es presidente de
ASSET-CHILE,y combina sus actividades como
ensayista y crítico con las de banca de inversiones. Colabora con el TLS
(The Times Literary Supplement), y es columnista de El Mercurio. Es Miembro del
Consejo Directivo del
Centro de Estudios Públicos.
1 2
S
P. 9. Pp. 67-69.
Estudios Públicos, 98 (otoño 2005).
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La elite que se organiza como “derecha” en reacción a esta
izquierda esta compuesta por terratenientes y empresarios; en general
por una clase dirigente de familias entrelazadas por parentesco e intereses,
que había ejercido el poder en el siglo XIX “sin que le fuera
seriamente disputado por ningún otro autor social, al punto que hasta
1920 la competencia política se limitaba a los grupos
oligarquicos. No era necesario entonces convencer ni satisfacer a las
masas, las demostraciones públicas eran mínimas, las decisiones
políticas se tomaban en los salones y los resultados electorales, que
sólo dirimían disputas intraelite, dependían por sobre
todo de la disponibilidad de recursos monetarios para la compra de votos, de
las redes clientelísticas y de la capacidad para controlar el voto
campesino”3. Ante los desafíos de la cuestión social y la
incursión de las masas hacia 1920, la derecha se va organizando en diversas
vertientes que confluyen hacia unos mismos fines. Las principales vertientes
son los partidos Liberal y Conservador, que defienden los mismos intereses
económicos, estando susdiferencias en cuestiones clericales4; los
gremios, que representan a las empresas y a los agricultores; y el Mercurio,
que se yergue como una voz de derecha independiente de los partidos y de los
gremios. Del “Mercurio” dice Correa que, desde su fundación,
impuso cambios radicales al periodismo, hasta entonces mas bien
ideológico, que se practicaba en Chile. “Emulando al Times de
Londres y al New York Herald, El Mercurio impuso un periodismo informativo,
escrito por funcionarios profesionales, con aspiraciones de objetividad e
imparcialidad, que desplazó al periodismo doctrinario del siglo XIX. A
los comentarios y opiniones se les dio un espacio en la pagina
editorial, pretendiendo así consagrar la objetividad de la noticia. A su
vez, a la pagina editorial se le imprimió un tono desapasionado,
distante e impersonal, un tono olímpico, en palabras del embajador britanico
en Chile en informe a Londres en mayo de 1943…”5 Correa recalca que
la influencia y la fuerza del Mercurio esta en que no defiende intereses
particulares y no toma partido en las contiendas políticas, sobre todo
las que se libran entre los conservadores y los liberales. “De hecho,
aunque El Mercurio fuera parte de los intereses empresariales de la familia
Edwards, su misión no consistió en ser fuente de ganancia, sino
formador de opinión pública. El Mercurio nunca estuvo supeditado
a los partidos de la derecha, lo que le permitió presentarse como medio
independiente, objetivo, serioy moderno. Al mismo tiempo pudo representar los
intereses de la clase dirigente en su conjunto y constituirse en eficaz
defensor de la economía capi3 4 5
P. 65. Pp. 42-43. P. 53.
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talista. Para ello, su distanciamiento con las fracciones de la derecha fue
indispensable, y esto fue posible en la medida en que el diario contó
con directores cuya mirada iba mas alla de los intereses inmediatos
en pugna. Así, El Mercurio pudo mostrarse como representante de la
opinión pública; como un medio independiente de las discrepancias
sectoriales y de las divisiones partidistas; habló como si fuera el
portavoz de la razón y del sentido común; defendió como
necesarios y universales los valores específicos de la clase dirigente y
del orden social capitalista; identificó sus intereses y perspectivas
con los de la nación, con los de la civilización cristiana
occidental, con el bien común6. Tal vez haya un dejo de ironía en
esta descripción, por lo menos en sus últimas expresiones. Pero
no hay duda que en el libro queda claro que esta impronta mercurial es
importante para entender lo que Sofía Correa ve como una doble aspiración
de la derecha. Por un lado, la derecha esta empeñada en defender
sus intereses: quiere contener las demandas por la sindicalización
campesina, por ejemplo, y cuando aumenta el papel del estado en la
asignación de recursos, con el surgimiento del modelo CORFO, la derecha
quiere asegurarseque sus empresas se beneficien. Pero al mismo tiempo la
derecha esta preocupada de que Chile se modernice y sea gobernado
racionalmente. En casi todo momento, la derecha parece tener un proyecto
país mas alla de sus intereses inmediatos. Como primer ejemplo
de una derecha empeñada en un proyecto de modernización racional
del país, por encima de sus propios intereses de corto plazo, Correa
analiza en profundidad el intento de estabilización hecho por la
Misión Klein-Saks a partir de 1955. La misión fue contratada
durante el gobierno de Ibañez en alguna parte debido a la
influencia del Mercurio. La tarea de la misión era de estabilizar y
liberalizar una economía devastada por unos 17 años de estatismo
y de populismo. Con el General Ibañez, que asume en 1952, Chile
es llevado a ser un caso casi único —después sera
largamente estudiado como tal en las universidades del mundo— de
altísima inflación (en 1954 ésta llega al 64% y en 1955 al
84% anual). La economía se ha vuelto un laberinto de controles, prohibiciones,
subvenciones. La Misión Klein-Saks se aboca en este contexto a combatir
la inflación y a sincerar y liberalizar la economía.
Inevitablemente en los intentos antiinflacionarios hay efectos recesivos y,
como consecuencia, descontento social, que en abril de 1957, desemboca
“en saqueos en todo el centro de la capital”7. El gobierno pierde
paciencia y las medidas de la misión, que nunca
6 7
Pp. 53-54. P. 172-173.
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fueron implementadas íntegramente, van perdiendo coherencia. Pero para
Correa los esfuerzos de la derecha para traer la misión a Chile fueron
un indicio de su preocupación, ya hacia 1955, por implementar un retorno
a la seriedad económica en el país, entendiendo ésta como
una economía fundamentada mas o menos en los principios del
liberalismo clasico. Correa cree, con razón, que estos esfuerzos
de alguna manera prefiguran las ideas de “El Ladrillo”, el plan
económico ideado por los economistas de Chicago y presentado a la Junta
Militar en septiembre de 1973. Un segundo intento de implementar
políticas económicas liberales se hace al comienzo del gobierno
de Jorge Alessandri (1958-64): son ideas que estaran configuradas con
mas profundidad en el programa de gobierno de Alessandri para las
elecciones de 1970. Correa demuestra que ademas, en el programa de
gobierno de Eduardo Frei para las elecciones de 1958, también hay
bastante énfasis en la liberalización económica8. Correa
recalca que en esta época el concepto de libertad económica es
ademas asociado ideológicamente con la defensa de la libertad
individual en general, amenazada en plena Guerra Fría por el
colectivismo comunista: la libertad económica es entonces también
un objetivo de Estados Unidos. Correa cita al Mercurio editorializando contra
la “economía dirigida” desde 19479. Son bastante
impresionantes los editoriales del Mercurio desde entonces, en que sedenuncian
los intentos “artificiales” de mejorar el estandar de vida
de la población, y se exige el retorno a la “libre
expresión” de las fuerzas económicas10. El editorialista
del Mercurio a través de los años parece haber leído a Von
Mises y a Hayek mas que a Keynes, a pesar de que Keynes estaba
mas de moda en el mundo en ese momento. En sus demostraciones de que la
derecha, aparte de defender sus intereses, estuvo a la vez abocada a forjar un
proyecto modernizador, Correa curiosamente apenas comenta el segundo gobierno
de Arturo Alessandri, con Gustavo Ross de Ministro de Hacienda (1932-38). En
realidad en su analisis mas profundo y detallado de la derecha,
el libro parte con la reacción de la derecha al Frente Popular a partir
de 1938, cuando Gustavo Ross es derrotado como candidato presidencial.
Algún día ojala veamos un analisis complementario
de Correa sobre el Ministerio de Ross, en que vemos a la derecha en el poder,
implementando un proyecto relativamente exitoso de modernización y de
recuperación tras la catastrófica recesión de 1930-3211.
En todo caso no hay duda que Correa nos convence de que es
P. 216. P. 186. 10 P. 192. 11 Para un iluminador analisis de este
período, ver Fermandois, Joaquín: Abismo y Cimiento. Gustavo Ross
y las Relaciones entre Chile y Estados Unidos. 1932-1938 (Santiago, 1997).
9 8
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un mito pensar que el liberalismo económico haya sido
practicamente inventado enChile por los redactores de “El
Ladrillo”. Por otro lado Correa demuestra en forma fehaciente que
hablando de la derecha, “es un error afirmar que sus partidos y el
empresariado sólo eran capaces de defender intereses corporativos,
inmediatos y de corto plazo”12. Según ella, la derecha fue
escéptica de la misión Klein-Saks no, como creen algunos, porque
redujo subsidios y prohibiciones de importación, atacando intereses
creados de empresarios, sino al contrario por su insuficiencia: “lo que
la derecha lamentó en la etapa de la misión Klein-Saks fue
precisamente la ausencia de un plan integral de cambios económicos que
contemplara una sustancial reducción del aparato estatal y un apoyo
decidido a la inversión de capitales; es decir, la derecha
lamentó que los técnicos norteamericanos no propusieran un
proyecto global de modernización del capitalismo”13. Este error ha
de ser corregido en “El Ladrillo”, donde se le advierte al lector
que las medidas propuestas estan interrelacionadas, y que debieran ser
vistas e implementadas en su conjunto. Si la derecha tiene el doble
propósito de defender sus intereses e implementar un proyecto
país, ¿cuales son los métodos que usa para
lograrlos? Correa demuestra que tradicionalmente y hasta por lo menos 1960, la
derecha es férreamente constitucionalista. Descarta de sus opciones los
golpes de fuerza militar14. Según ella esto se “explica” por
el hecho de que la derecha tiene mucha fuerza justamente en elCongreso, gracias
al cohecho y a la sobrerrepresentación de los distritos rurales en que
la derecha controla el voto. Es así que la derecha logra tener mucha
influencia en el gobierno del Frente Popular (1938-44), llegando Arturo Matte,
dirigente del Partido Liberal y de la Sofofa, a ser Ministro de Hacienda del
presidente Ríos entre 1943-44. Mas adelante Jorge Alessandri,
presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio,
sera Ministro de Hacienda (194750) de Gabriel Gonzalez Videla.
Gracias a su fuerza en el Congreso, en cuyas comisiones domina por su capacidad
técnica, la derecha en la practica cogobierna con los presidentes
radicales, contribuyendo con ellos a la ejecución de un modelo
económico intervencionista, estatista y proteccionista, en el cual la
derecha se asegura beneficios para sus empresarios. En esta etapa, la derecha
practica una estrategia de cooptación o infiltración de sus
aparentes adversarios. Caben algunas preguntas aquí, que no estan
enteramente contestadas en el libro. ¿La derecha vacila
históricamente entre perseguir intereses
12 13 14
P. 207. P. 208. P. 101.
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cortoplacistas y trabajar por el bien del país? ¿O es su
co-gestión de un modelo intervencionista entre 1938 y 1950 el acto de
quienes se resignan a un mal y procuran que sea menor, encauzandolo como
puedan? ¿O es el intervencionismo en este período una
opción en la que creen de verdad, por el biendel país?
Después de la gran Depresión de 1929-32, un paradigma intervencionista
recorre el mundo entero, y es entendible que una derecha interesada en el bien
público lo comparta en alguna medida. ¿Pero intervencionismo a
qué grado? ¿Qué habría pasado si hubiera ganado
Gustavo Ross en 1938? Él, entre 1932 y 1938, sacó al país
de las miserias de la depresión. El PGB en 1932 era el 64% de lo que
había sido en 1929, y en 1938 Ross lo dejó mas que
recuperado15. El “mago de las finanzas” fue heterodoxo en sus
políticas, pero claramente mas liberal que sus sucesores en la
época del Frente Popular. Según Correa, la derecha empieza a
desilusionarse con el modelo intervencionista cuando empieza a verse su
ineficiencia, cuando los controles y las distorsiones desembocan en
inflación descontrolada. Tal vez lo mas notable es que el
Mercurio perciba estos problemas ya en 1947, cuando Jorge Alessandri
esta recién asumiendo como Ministro de Hacienda. Es notable que
el Mercurio ya entonces abogue por un vuelco a una economía libre. Desde
1950 hasta la llegada de la Misión Klein-Saks, la derecha estuvo ademas
desligada del poder político. En 1950 Jorge Alessandri fue reemplazado
como Ministro de Hacienda por Carlos Vial, un empresario socialcristiano
extremadamente populista, que con un lenguaje encendido decretaba generosos
reajustes salariales16. Este cambio en las relaciones de poder provoca una
segunda explicación mas cínica para la conversión
de laderecha a un camino liberal. Tal vez no sea sólo desilusión
con la ineficiencia del intervencionismo. En las palabras de Correa
“desde 1950 tanto los partidos de la derecha como las elites empresariales
perdieron el control que tenían sobre las políticas
económicas y sociales, y el intervencionismo estatal se volvió
muy peligroso en manos de políticos populistas que constantemente
estaban amenazando los intereses del empresariado. Ante esta adversidad, la
derecha formuló un proyecto de modernización del capitalismo, el
cual se sustentaba en una política económica liberal que
reforzara a la empresa privada y a los mercados competitivos. La
intervención estatal ya no tenía cabida, así es que
idearon y difundieron profusamente un nuevo discurso que junto con demonizarla
negaba toda la participación que hubiesen tenido en su diseño y
su ejecución”.
15 16
Fermandois, Joaquín: Op. cit., p. 34. Pp. 135-136.
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Es interesante constatar con Correa que la derecha en Chile no es tentada por
el corporativismo o por el nazismo. Correa plausiblemente no considera al
Partido Agrario Laborista de derecha sino en el breve lapso en que estuvo
presidido por Jaime Larraín García-Moreno17, y considera, con
razón, que no es correcto situar al Movimiento Nacional Socialista en la
derecha18. Para ella los partidos de derecha son el Conservador y el Liberal,
el primero dogmatico y férreamente disciplinado, y el segundo
masanarquico y heterogéneo, sufriendo “de constantes
conflictos internos a raíz de fuertes rivalidades personales o
familiares”19. Si bien los dos partidos representan esencialmente los
mismos intereses, el liberal tiene mas libertad para participar en
gobiernos laicos o de participación comunista: el partido Conservador
los rehuye por razones valóricas o por prohibiciones por parte de la
Iglesia20. En cuanto a la escisión de liberales y conservadores en 1946
por la candidatura de Eduardo Cruz-Coke, Correa da cabida a dos interpretaciones:
la “personalista”, que explica la candidatura rival de Fernando
Alessandri como debida a una “manipulación detras del
escenario” por parte de Arturo Alessandri (la cita es de un informe del
Embajador de Estados Unidos, recogido por Correa: él como observador
claramente cree en esta interpretación), y la ideológica, ya que
Cruz-Coke se vuelca a un populismo ajeno a la derecha tradicional21. Al final
del libro, Correa sugiere que la derecha en Chile ha seguido “con las
riendas del poder” desde 1990, porque la Concertación en el fondo
ha administrado el modelo económico racional, y amigable para los
intereses empresariales, que se remonta a los años cincuenta y que
finalmente fue implementado en su integridad por los economistas de Chicago en
la época de Pinochet. Pero ¿esto es un triunfo de la
“derecha”? Ciertamente no de sus partidos. Si uno piensa en el
contexto internacional, lo que ha pasado en Chile esparecido a lo que ha pasado
en muchos otros países, por ejemplo Estados Unidos, Gran Bretaña,
España, Australia o Nueva Zelanda. En Chile, como en esos países,
la “izquierda” se ha apropiado de la racionalidad económica,
abocandose a administrar un modelo económico mas o menos
liberal. Incluso en algunos países como Australia, Nueva Zelanda o España,
fue la izquierda la que primero liberalizó de verdad, tras suceder a
gobiernos de derecha con una orientación mas bien corporativista
o populista.
17 18 19 20 21
P. P. P. P. P.
50. 51. 45. 44. 117-119.
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¿Qué hace la derecha frente a esta “izquierda”
racional y liberal? ¿Qué hace frente a ella una derecha
acostumbrada a que su hora llegue cuando la demagogia populista de la izquierda
desemboca en una inevitable crisis? En Gran Bretaña el laborismo de Tony
Blair, con cambios que son apenas mas que de retórica, se
postuló desde sus comienzos como heredero del liberalismo de Margaret
Thatcher. ¿Qué hizo la derecha? Se quedó pasmada. Los
conservadores no saben cómo reaccionar al gobierno liberal y
privatizador de Blair, y en su estupor han perdido ya tres elecciones
generales. En algunos países los partidos de derecha han parecido querer
cambiar de roles con los de la izquierda, convirtiéndose ellos en
populistas. Hay interpretaciones del fenómeno Bush que van en ese
sentido, por la forma que ha soltado las trenzas fiscales, tras ocho
años deseriedad macroeconómica clintoniana: Bush ha bajado
impuestos, que podría ser visto como una medida de derecha, pero
simultaneamente ha subido el gasto fiscal, muchas veces aumentando
programas populistas, y no solo, como algunos creen, por tener que incrementar
el gasto militar con la guerra de Irak. En Francia la derecha bajo Chirac es
netamente intervencionista. En otros países, como España, Nueva
Zelanda o Australia, la derecha ha ganado elecciones contra una izquierda
“liberal”, posicionandose como mas liberal
aún, viendo que su centenario capital político no esta en
prometer mas “igualdad” que la izquierda, sino en prometer
mas racionalidad, mas eficiencia y mas libertad, aun
cuando la izquierda también ahora promueva esos valores. En estos
países se ha producido un círculo virtuoso porque se ha movido el
eje político al punto que las contiendas electorales en lo
económico se libran en torno a la eficiencia. Claro que surgen a la vez
temas valóricos que son tal vez los que mas dividen a los
electorados y mas diferencian a la derecha de la izquierda en algunos
países: Estados Unidos y España son ejemplos candentes, en cuanto
a temas como el matrimonio homosexual o la eutanasia. Pero para Correa estos
temas no son propios de la división derechaizquierda tal como ella
define a esos polos. Si lo fueran, la dicotomía derecha-izquierda no
habría nacido hacia 1920: habría estado presente en el siglo diecinueve
en la lucha entre conservadores yliberales. Cabe decir que Correa ha escrito un
libro extremadamente interesante y muy oportuno en un año de elecciones
en que los partidos de derecha parecen no saber dónde ubicarse frente a
una coalición de centro-izquierda que sigue los consejos de esos
editoriales que escribía Mercurio a partir de 1947, y que ademas
abarca a casi todo el universo cultural de los chilenos, desde el catolicismo
al laicismo. Correa ha escrito un libro estimulante, que no rehúye la
hipótesis y la interpretación. Por eso mismo, si bien sus
interpretaciones estan bien
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fundamentadas, el libro apunta a ver mas el bosque que los
arboles: sería tedioso entonces quejarse que a veces no distingue
entre cada arbol porque ese no es su objetivo. Si tuviera que
señalar una pequeña falla sería la ocasional insuficiencia
de buenas explicaciones económicas en el libro: por ejemplo vamos del
inicial éxito al posterior fracaso del gobierno de Jorge Alessandri en
dos paginas sin remotamente entender por qué se produce.
¿Es “debido en parte a las enormes pérdidas provocadas por
el terremoto de mayo de 1960”?22 ¿O es que el problema de la
economía era “mas estructural”? ¿Por
qué ocurre a fines de 1961 que el “déficit de la balanza
comercial, ocasionado por el boom de las importaciones, no tuvo equivalente
(sic) en el volumen de las exportaciones”23? Es importante saberlo porque
estamos hablando, según el subtítulo de Correa en esta
sección, de nada menos que“el colapso del proyecto de
modernización capitalista”24. Pero en lo no económico,
Correa describe el período de Alessandri, con lúcido dramatismo,
como uno en que la derecha se queda desamparada y desmoralizada, al perder la
comprensión de los Estados Unidos y de la Iglesia. Estados Unidos le
impone a Alessandri la Reforma Agraria y después, a través de la
CIA, le aporta una enorme cantidad de recursos financieros a la DC. (Correa
aquí se apoya en el Informe Church)25. Por otro lado la Iglesia abandona
al Partido Conservador y se vuelca a la DC. Correa concluye lapidariamente que
“el Partido Conservador no tenía ya sentido en la política
chilena, no le quedaba vida posible. La derecha católica perdía
el espacio partidista donde había militado generación tras generación,
desde mediados del siglo XIX. En su caída, arrastraría al Partido
Liberal”26. El libro de Correa concluye con unas reflexiones sobre la
“derecha pinochetista” y la derecha actual, donde quizas no
ahonda lo suficiente en el dilema que representa para sus partidos hoy
día el hecho de que la llamada derecha económica tenga tan
escasas quejas de la Concertación. En todo caso Correa ha contribuido
notablemente a la demasiado parca historiografía de la derecha en Chile,
en un libro que, dicho sea de paso, deja a la derecha bastante bien parada en
cuanto a su contribución al país.
www.cepchile.cl
22 23 24 25 26
P. 226. P. 230. P. 228. Pp. 262-263. P. 264.