Tras su victoria en la Guerra de Sucesión
(1701 – 1713), Felipe V transformó el sistema político del Reino de España en base a dos objetivos: reforzar
el absolutismo y edificar un estado centralista al estilo francés. Los
Decretos de Nueva Planta establecieron como alcanzarlos. Desde el inicio de la unión dinastica de los reinos
de España, los Reyes Católicos, a pesar de configurar una
monarquía autoritaria, respetaron la identidad territorial y
política de los diferentes reinos peninsulares. Lo hicieron a
través de lo que se conoce como
política pactista que continuó durante el gobierno de los Austrias.
Aragón y sus diferentes reinos, Castilla, Navarra, los
señoríos vascongados y Portugal cuando estuvo bajo los Austrias,
conservaron sus particularismos, sus fueros, sus derechos, sus instituciones,
su fiscalidad. La unión de los reinos de España era
dinastica, no política. Godoy, primer ministro de Felipe IV,
fracasó en el intento de convencer a éste de reunir bajo un mismo aparato político los diferentes reinos
peninsulares. Literalmente le comentó que dejase de ser rey de Castilla,
de Aragón, Portugal,
conde de Barcelona…
para ser una única cosa: rey de España. La llegada de los
Borbones supuso un cambio absoluto en esta
política territorial. El historiador Ricardo
García Carcel lo expresa muy bien. Frente a la
“España horizontal” de los Austrias, de caracter
federal, entendida como una unión libre de entidades políticas y
construida en unsentimiento nacional basado en la pluralidad; triunfó la
“España vertical” de los Borbones, de caracter
centralista, con epicentro político en Castilla y edificada en un
sentimiento nacional homogéneo. Felipe V
conocía la importancia de los fueros en España, y hacia 1700, en
las Cortes aragonesas y catalanas, reconoció que respetaría los
fueros. En Valencia no se presentó.
Ambas cortes les reconocieron como rey, pero la sociedad de la Corona de
Aragón no querían un rey francés y hostigó a sus
virreyes felipistas hasta expulsarlos con la entrada de los aliados. Cuando derogó los fueros de Valencia, volvió a reunirse
con las Cortes catalanas para aclarar que en Cataluña no pasara
lo de Valencia. La agitación social por la defensa de los fueros,
que provocó que el archiduque tomara los territorios de la Corona de
Aragón, no fue olvidada por Felipe V. En este rencor se encuentra
el motivo de la perdida de la identidad política de lo reinos de Aragón.
Felipe V trató a la Corona de Aragón como un territorio
conquistado al que había que castigar, y justificó por este
motivo la enajenación de sus derechos territoriales y políticos. Esta visión no esta alejada de la realidad si
atendemos que por su fidelidad a la causa felipista en la Guerra de
Sucesión, Navarra y las provincias vascas conservaron sus
particularismos históricos.
Intendencias en el XVIII. Los inicios del
provincialismo español.
Crédito: malaga.es
Los Decretos de Nueva Planta tenían comoobjetivo organizar España
desde el absolutismo y el centralismo, eliminando la política pactista
de los Austrias. Los
sucesivos decretos que recibieron Valencia,
Aragón, Cataluña y Mallorca tuvieron como consecuencia
La eliminación de sus fueros, sus Cortes, sus Diputaciones e
instituciones municipales. Salvo Valencia, los demas reinos
sólo conservaron su derecho civil. Se
respetaron las lenguas propias de cada territorio, aunque el castellano gozaba
de mayor prestigio y reforzamiento político.
La instauración del
Sistema del Real Acuerdo como
instituciones de los antiguos reinos de Aragón. Estaba compuesto por un capitan general, elegido por el rey como jefe militar y
político; y una Audiencia con magistrados afines a los Borbones.
La eliminación del “privilegio de
extranjería”. Fue una medida con el propósito de
permitir personalidades políticas castellanas en Aragón. En menor medida sucedió al revés, aragoneses en
instituciones ubicadas en Castillas.
La aparición en las principales ciudades de figuras castellanas como
el regidor vitalicio y los corregidores de caracter militar.
La supresión de las aduanas entre Castilla y Aragón.
El desarrollo de las intendencias. En un principio el intendente tenía como objetivo controlar el sistema financiero
y hacendístico de España.
Cambios en el sistema fiscal y tributario de los territorios de Aragón,
basandose en aprovechar los ingresos tradicionales de la corona, los de
los derechos aduaneros yestablecer nuevos impuestos con el objetivo de
equilibrar la carga fiscal de Aragón a la de Castilla.
Las Cortes de Castilla pasaron a denominarse Cortes de
Castilla y Aragón. Procuradores aragoneses se trasladaron a
Castilla para tratar los asuntos generales del Reino de
España. Unas cortes mas vacías de
poder que con los Austrias.
Como conclusión, fue mas que
evidente que los Decretos de Nueva Planta propiciaron lo que historiadores
como Josep Fontana
anuncian como
la incorporación de Aragón a Castilla. Una
castellanización de los reinos peninsulares. Aun así,
historiadores como
Pierre Villar exponen que no se produjo un rechazo fuerte a esta nueva
situación en Aragón. Existía un sentimiento de identidad
compartida con los castellanos y, ademas, la unión política produjo situaciones favorables para
ambas sociedades, ya que Castilla se impregno del ambiente burgués y acepto el
desarrollo económico de la periferia. En todo momento hay que aclarar
que ni tan siquiera España existía como entidad política
tras los Decretos de Nueva Planta, aunque es en estos momentos cuando empieza a
vertebrarse España como Estado, siendo Castilla el epicentro de la vida
política del país. Desde esta
posición, y haciendo historia contrafactual, deberíamos
preguntarnos que hubiese pasado si la Corona de Aragón hubiese apoyado
la causa felipista y Castilla la cuestión austracista. Quizas el centro político de España en Nuestro
Tiempo estaría en la periferia.