Berger P. y T. Luckmann (1986): La
construcción social de la realidad (Cap. III). Amorrortu: Buenos Aires
Peter Berger y Thomas Luckmann (1968) La construccion social de la realidad,
Amorrortu-Murguía (1986), Madrid.
-Introducción. El problema de la sociología del
conocimiento I. Los fundamentos del
conocimiento en la vida cotidiana II. La sociedad como realidad objetiva
III. LA SOCIEDAD COMO REALIDAD SUBJETIVA (pp.164-227)
1. INTERNALIZACIÓN DE LA REALIDAD a) Socialización primaria b)
Socialización secundaria c) Mantenimiento y transformación de la
realidad subjetiva 2. INTERNALIZACIÓN Y ESTRUCTURA SOCIAL 3.
TEORÍAS DE LA IDENTIDAD 4. ORGANISMO E IDENTIDAD
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(Cap. III). Amorrortu: Buenos Aires
Peter Berger y Thomas Luckmann (1968) La construccion social de la realidad,
Amorrortu-Murguía (1986), Madrid.
III. LA SOCIEDAD COMO REALIDAD SUBJETIVA (pp.164-227)
1. INTERNALIZACIÓN DE LA REALIDAD a) Socialización primaria Ya
que la sociedad existe como realidad tanto
objetiva como
subjetiva, cualquier comprensión teórica adecuada de ella debe
abarcar ambos aspectos. Como
ya sostuvimos anteriormente, estos aspectos reciben su justo reconocimiento si
la sociedad se entiende en términos de un continuo proceso
dialéctico compuesto de tres momentos: objetivación e
internalización. En lo que se refiere a fenómenos de la sociedad,
estos momentos no deben concebirse como siocurrieran en una secuencia temporal:
si bien los tres caracterizan simultaneamente a la sociedad o a cada
sector de ella, de manera que cualquier analisis se ocupe solo de uno o
dos de ellos no llena su finalidad. Lo mismo puede afirmarse del
miembro individual de sociedad, que externaliza simultaneamente su
propio ser el mundo social y lo internaliza como realidad objetiva. En otras palabras,
estar en la sociedad es participar en dialéctica. Sin embargo, el
individuo no nace miembro de una sociedad: nace con una predisposición
hacia la socialidad, y luego llega a ser miembro de una sociedad. En la vida de
todo individuo, por lo tanto, existe verdaderamente una secuencia temporal, en
cuyo curso el individuo es inducido a participar en la dialéctica de la
sociedad. El punto de partida de este proceso lo constituye la
internalización: la aprehensión o interpretación inmediata
de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado, o sea, en cuanto
es una manifestación de los procesos subjetivos de otro que, en
consecuencia, se vuelven subjetivamente significativos para mí. Eso no
significa que yo comprenda adecuadamente al otro; hasta puedo comprenderlo
erróneamente. Puede estar riéndose en un ataque de histeria,
mientras yo creo que esa risa expresa regocijo. Sin embargo, su subjetividad me
resulta objetivamente accesible y llega a serme significativa, haya o no
congruencia entre sus procesos subjetivos y los míos. La congruencia
total entre los dos significados subjetivos, y el conocimiento reciproco de esa
congruencia presupone la significación, como ya se ha dicho. Sin embargo, la
internalización en elsentido general que aquí le damos subyace
tanto a la significación como
a sus propias formas mas complejas. Mas exactamente, la
internalización, en este sentido general, constituye la base, primero,
para la comprensión de los propios semejantes y, segundo, para la
aprehensión del
mundo en cuanto realidad significativa y social. Esta aprehensión no
resulta de las creaciones autónomas de significado por individuos
aislados, sino que comienza cuando el individuo 'asume' el mundo en
el que ya viven otros. Por cierto que el 'asumir' es de por sí,
en cierto sentido, un proceso original para todo organismo humano, y el mundo,
una vez 'asumido', puede ser creativamente modificado o (menos
probablemente) hasta re-creado. Sea como fuere,
en la forma compleja de la internalización, yo no solo 'comprendo'
los procesos subjetivos momentaneos del otro: 'comprendo' el mundo en
que él vive, y ese mundo se vuelve mío. Esto presupone que
él y yo compartimos el tiempo en forma mas que efímera y
una perspectiva 'comprehensiva', que vincula subjetivamente series de
situaciones entre sí. Ahora no solo comprendemos nuestras mutuas
definiciones de las situaciones compartidas: también las definimos
recíprocamente. Se establece entre
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nosotros un nexo de motivaciones que se extiende hasta el futuro; y, lo que es
de suma importancia, existe ahora una continua identificaciónmutua entre
nosotros. No solo vivimos en el mismo mundo, sino que participamos cada uno en
el ser del
otro. Solamente cuando el individuo ha llegado a este grado de
internalización puede considerarselo miembro de la sociedad. El
proceso ontogenético por el cual esto se realiza se denomina
socialización, y, por lo tanto, puede definirse como la inducción
amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un
sector de el. La socialización primaria es la primera por la que el
individuo atraviesa en la niñez; por medio de ella se convierte en
miembro de la sociedad. La socialización secundaria es cualquier proceso
posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su
sociedad. Podemos aquí dejar a un lado la cuestión especial que
se refiere a la adquisición del conocimiento acerca del mundo objetivo
de otras sociedades distintas de aquella primera de la que llegamos a ser miembros,
así como al proceso de internalizar ese mundo como realidad, proceso que
demuestra, al menos superficialmente, ciertas similitudes con la
socialización primaria y la secundaria pero que, no obstante, es
estructuralmente distinto de las dos. . Se advierte a primera vista que la
socialización primaria suele ser la mas importante para el
individuo, y que la estructura basica de toda socialización
secundaria debe semejarse a la de la primaria. Todo individuo nace dentro de
una estructura social objetiva en la cual encuentra a los otros significantes
que estan encargados de su socialización y que le son impuestos.
Las definiciones que los otros significantes hacen de lasituación del individuo le son presentadas a éste como realidad objetiva.
De este modo, él nace no solo dentro de una estructura social objetiva,
sino también dentro de un mundo social objetivo. Los otros
significantes, que mediatizan el mundo para él, lo modifican en el curso
de esa mediatización. Seleccionan aspectos del mundo según la situación
que ocupan dentro de la estructura social y también en virtud de sus
idiosincrasias individuales, biograficamente arraigadas. El mundo social
aparece 'filtrado' para el individuo mediante esta doble
selección. De esa manera el niño de clase baja no solo absorbe el
mundo social en una perspectiva de clase baja, sino que lo absorbe con la
coloración idiosincrasica que le han dado sus padres (o cualquier
otro individuo encargado de su socialización primaria). La misma
perspectiva de clase baja puede producir un estado de animo satisfecho,
resignado, amargamente resentido o ardientemente rebelde, consiguientemente, el
niño de clase baja no solo llegara a habitar en un mundo
sumamente distinto del
de un niño de clase alta, sino que tal vez lo haga de una manera
completamente distinta que su mismo vecino de clase baja. Resulta innecesario
agregar que la socialización primaria comporta algo mas que un
aprendizaje puramente cognoscitivo. Se efectúa en circunstancias de
enorme carga emocional. Existen ciertamente buenos motivos para creer que, sin
esa adhesión emocional a los otros significantes, el proceso de
aprendizaje seria difícil, cuando no imposible. El niño se
identifica con los otros significantes en una variedad de formas emocionales;
pero sean éstas cualesfueren, la internalización se produce solo
cuando se produce la identificación. El niño acepta los
'roles' y actitudes de los otros significantes, o sea que los
internaliza y se apropia de ellos. Y por esta identificación con los
otros significantes el niño se vuelve capaz de identificarse él
mismo, de adquirir una identidad subjetivamente coherente y plausible. En otras
palabras, el yo es una entidad reflejada, porque refleja las actitudes que
primeramente adoptaron para con él los otros significantes; el individuo
llega a ser lo que los otros significantes lo consideran. Éste no es un
proceso mecanico y unilateral: entraña una dialéctica
entre la auto-identificación y la identificación que hacen los
otros, entre la identidad objetivamente atribuida y la que es subjetivamente asumida.
La dialéctica, que se
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presenta en todo momento en que el individuo se identifica con sus otros
significantes resulta, por así decir, la particularización en
vida individual de la dialéctica general de la sociedad, que ya
analizamos antes. Aunque los detalles de esta dialéctica tienen, por
supuesto gran importancia para la psicología social, excederíamos
nuestras actuales consideraciones si rastrearamos sus implicaciones con
respecto a la teoría socio-psicológica. Lo que mas importa
para nuestra argumentación presente es el hecho de que el individuo no
solo acepta los'roles' y las actitudes de otros, sino que en el mismo
proceso acepta el mundo de ellos. En realidad, la identidad se define
objetivamente como
ubicación en un mundo determinado y puede asumírsela
subjetivamente solo junto con ese mundo. Dicho de otra manera, todas las
identificaciones se realizan dentro de horizontes que implican un mundo social
específico. El niño aprende que él es lo que lo llaman.
Cada nombre implica una nomenclatura, que a su vez implica una ubicación
social determinada. Recibir una identidad comporta adjudicarnos un lugar
específico en el mundo. asi como
esta identidad es subjetivamente asumida por el niño ('Yo soy John
Smith'), también lo es el mundo al que apunta esta identidad. Las
apropiaciones subjetivas de la identidad y del
mundo social son nada mas que aspectos diferentes del mismo proceso de internalización,
mediatizados por los mismos otros significantes. La socialización
primaria crea en la conciencia del niño una abstracción
progresiva que va de los 'roles' y actitudes de otros
específicos, a los 'roles' y actitudes en general. Por
ejemplo, en la internalización de normas existe una progresión
que va desde 'Mama esta enojada conmigo ahora' hasta
'Mama se enoja conmigo cada vez que derramo la sopa'. A medida
que otros significantes adicionales (padre, abuela, hermana mayor, etc.) apoyan
la actitud negativa de la madre con respecto a derramar la sopa, la generalidad
de la norma se extiende subjetivamente. El paso decisivo viene cuando el
niño reconoce que todos se oponen a que derrame la sopa y la norma se
generaliza como 'Uno no debe derramar la sopa', en la que
'uno' es élmismo como parte de la generalidad que incluye, en
principio, todo aquello de la sociedad que resulta significante para el
niño. Esta abstracción de los 'roles' y actitudes de
otros significantes concretos se denomina el otro generalizado. Su
formación dentro de la conciencia significa que ahora el individuo se identifica
no solo con otros concretos, sino con una generalidad de otros, o sea, con una
sociedad. Solamente en virtud de esta identificación generalizada logra
estabilidad y continuidad su propia autoidentificación. Ahora no solo
tiene una identidad vis-à-vis de este o aquel otro significantes, sino
también una identidad en general, que se aprehende subjetivamente en
cuanto sigue siendo la misma, no importa qué otros -significantes o no-
se le presenten. Esta identidad con nueva coherencia incorpora dentro de
sí todos los diversos 'roles' y actitudes internalizados,
incluyendo, entre muchas otras cosas, la auto-identificación como no
derramador de sopa. La formación, dentro de la conciencia, del otro generalizado
señala una fase decisiva en la socialización. Implica la
internalización de la sociedad en cuanto tal y de la realidad objetiva
en ella establecida, y, al mismo tiempo, el establecimiento subjetivo de una
identidad coherente y continua. La sociedad, la identidad y la realidad se
cristalizan subjetivamente en el mismo proceso de internalización. Esta
cristalización se corresponde con la internalización del lenguaje. Por
razones evidentes, -según nuestro analisis previo- del lenguaje,
éste constituye, por cierto, el contenido mas importante y el
instrumento mas importante de lasocialización. Cuando el otro
generalizado se ha cristalizado en la conciencia, se establece una
relación simétrica entre la realidad objetiva y la subjetiva. Lo
que es real 'por fuera' se corresponde con lo que es real 'por dentro'.
La realidad objetiva puede 'traducirse'
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facilmente en realidad subjetiva y viceversa. El lenguaje es, por
supuesto, el vehículo principal de este proceso continuo de
traducción en ambas direcciones. Hay que hacer notar, sin embargo, que
las simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva no puede ser
total. Las dos realidades se corresponden mutuamente pero no son coextensivas.
Siempre hay mas realidad objetiva 'disponible' que la que se
actualiza realmente en cualquier conciencia individual, sencillamente porque el
contenido de la socialización esta determinado por la
distribución social del
conocimiento. Ningún individuo internaliza la totalidad de lo que se
objetiva como realidad en su sociedad, ni aun cuando esa sociedad y su mundo
sean relativamente simples Por otra parte, siempre existen elementos de la
realidad subjetiva que no se han originado en la socialización, tales
como la conciencia del propio cuerpo anterior a cualquier aprehensión
socialmente entendida de aquél y aparte de ésta. La biografía
subjetiva no es totalmente social. El individuo se aprehende a sí mismo como estando fuera y
dentro de la sociedad'.Esto implica que la simetría que existe
entre la realidad objetiva y la subjetiva nunca constituye un estado de cosas
estatico y definitivo: siempre tiene que producirse y reproducirse in
actu. En otras palabras, la relación entre el individuo y el mundo
social objetivo es como
un acto de equilibrio continuo. Las raíces antropológicas de esto
son, por supuesto, las mismas que las ya examinadas en conexión con la
posición peculiar del
hombre en el reino animal. En la socialización primaria no existe
ningún problema de identificación, ninguna elección de
otros significantes. La sociedad presenta al candidato a la
socialización ante aun grupo predefinido de otros significantes a los
que debe debe aceptar en cuanto tales, sin posibilidades de optar por otro
arreglo. Hic Rhodus, hic salta.
Hay que aceptar a los padres que el destino nos ha deparado. Esta desventaja
injusta inherente a la situación de hijo tiene la consecuencia obvia de
que, aunque el niño no sea un simple espectador pasivo en el proceso de
su socialización, son los adultos quienes disponen las reglas del juego. El
niño puede intervenir en el juego con entusiasmo o con hosca resistencia, pero por
desgracia no existe ningún otro juego a mano. Esto tiene un corolario
importante. Como
el niño no interviene en la elección de sus otros significantes,
se identifica con ellos casi automaticamente. El niño no
internaliza el mundo de sus otros significantes como
uno de los tantos mundos posibles: lo internaliza como el mundo, el único que existe y
que se puede concebir, el mundo tout court. Por esta razón, el mundo
internalizado en la socializaciónprimaria se implanta en la conciencia
con mucho mas firmeza que los mundos internalizados en socializaciones
secundarias. Por mucho que el sentido de inevitabilidad original pueda
debilitarse en desencantos posteriores, el recuerdo de una certeza ya nunca
repetida la certeza de los primeros albores de la realidad- sigue adherido al mundo
primero de la niñez. De esa manera, la socialización primaria
logra lo que (retrospectivamente, por supuesto) puede considerarse como el mas
importante truco para inspirar confianza que la sociedad le juega al individuo
con el fin de dar apariencias de necesidad a lo que, de hecho, es un hato de
contingencias y así volver significativo el accidente de su nacimiento.
Los contenidos específicos que se internalizan en la
socialización primaria varían, claro esta, de una sociedad
a otra. Algunos se encuentran en todas partes. Es, por sobre todo, el lenguaje
lo que debe internalizarse. Con el lenguaje, y por su intermedio, diversos
esquemas motivacionales e interretativos se intemalizan como
definidos institucionalmente; por ejemplo, el querer actuar como un muchachito valiente y el suponer que
los muchachitos se dividen naturalmente en valientes y cobardes. Estos esquemas
proporcionan al niño programas institucionalizados para la vida
cotidiana; algunos que le resultan de aplicación inmediata y otros que
le anticipan el comportamiento socialmente definido para etapas
biograficas posteriores: la valentía que le permitira
sobrellevar un día plagado de pruebas de voluntad por parte de sus
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iguales y de muchos otros, y también la valentía que se
requerira mas adelante, al iniciarse como guerrero, o cuando haya que comparecer
ante el dios. Estos programas, tanto el inmediatamente aplicable como el anticipatorio,
establecen la diferencia entre la identidad propia y la de otros: niñas,
niños esclavos, o niños de otro clan. Por último, existe
internalización de, por lo menos, los rudimentos del aparato legitimador: el niño
aprende por qué' los programas son lo que son. Hay que ser
valiente, porque hay que hacerse un hombre de verdad; hay que realizar los
rituales, porque de otro modo los dioses se encolerizaran; hay que ser
leal al jefe, porque solo así los dioses nos ayudaran en momentos
de peligro, etcétera. En la socialización primaria, pues, se
construye el primer mundo del
individuo. Su peculiar calidad de firmeza debe atribuirse, al menos en parte, a
la inevitabilidad de la relación del
individuo con sus otros significantes del
comienzo. El mundo de la infancia, con su luminosa realidad, conduce, por
tanto, a la confianza, no solo en las personas de los otros significantes, sino
también en sus definiciones de la situación. El mundo de la
infancia es masivo e indudable mente real . Probablemente no podría
menos de ser así en esta etapa del
desarrollo de la conciencia. Solo mas adelante el individuo puede permitirse el
lujo de tener, por lo menos, una pizca de duda. Y, probablemente, esta
necesidad de un protorrealismo en laaprehensión del
mundo resulte pertinente tanto filogenética, como otogenéticamente. De cualquier
forma, el mundo de la niñez esta constituido como para inculcar
en el individuo una estructura nómica que le infunda confianza en que
'todo esta muy bien', repitiendo la frase que posiblemente las madres
repiten con mas frecuencia a sus hijos llorosos. El descubrimiento
posterior de que algunas cosas distan de estar 'muy bien' puede
resultar mas o menos chocante según las circunstancias
biograficas, pero en cualquiera de los casos es probable que el mundo de
la niñez retenga su realidad peculiar en la retrospección, y siga
siendo el 'mundo del hogar' por mucho que podamos alejarnos de
él en épocas posteriores, hacia regiones que no tengan nada de
familiar para nosotros. La socialización primaria comporta secuencias de
aprendizaje socialmente definidas. A la edad A el niño debe aprender X,
y a la edad B debe aprender Y, y así sucesivamente. Todo programa de esa
clase entraña cierto reconocimiento social del crecimiento y la diferenciación
biológicos. Así pues, en cualquier sociedad todo programa debe
reconocer que no es posible pretender que el niño de un año aprenda
lo que un niño de tres. Asimismo, la mayoría de los programas
tienen probablemente que definir las cuestiones en forma diferente,
según se trate de niños o niñas. Ese reconocimiento
mínimo lo imponen, por supuesto, a la sociedad los hechos
biológicos. No obstante, existe mas alla de esto una gran
variabilidad histórico-social en la definición de las etapas del aprendizaje. Lo que
todavía se define como
niñez en una sociedad puede muy bien definirsecomo edad adulta en otra,
y las implicaciones sociales de la niñez pueden variar mucho de una
sociedad a otra: por ejemplo, en términos de cualidades emocionales,
responsabilidad moral o capacidades intelectuales. La civilización
occidental contemporanea (al menos la anterior al movimiento freudiano)
tendía a considerar a los niños como naturalmente
'inocentes' y 'dulces'; otras los consideraban
'pecadores e impuros por naturaleza', diferentes de los adultos solo
en fuerza y comprensión. Han existido variaciones similares en cuanto a
la capacidad del
niño para la actividad sexual, la responsabilidad criminal, la
inspiración divina, etc. Esas variaciones en la definición social
de la niñez y sus etapas repercutiran evidentemente en el
programa de aprendizaje. El caracter de la socialización primaria
también resulta afectado por las exigencias del acopio de conocimiento que debe
transmitirse. Ciertas legitimaciones pueden requerir un grado mas alto
de complejidad lingüística que otras para ser comprendidas.
Podríamos calcular, por ejemplo, que un niño necesitaría
menos palabras para
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comprender que no debe masturbarse, porque eso causa enojo a su angel
guardian, que para comprender el argumento de que la masturbación
interferira su ajuste sexual posterior. Los requerimientos del orden institucional
general afectaran ademas la socialización primaria.Se
requieren diferentes habilidades en diferentes edades en una sociedad por
oposición a otra, o aun en diversos sectores de la misma sociedad. La
edad en la que en una sociedad puede considerarse conveniente que un
niño aprenda a conducir un automóvil puede ser, en otra sociedad,
aquella en la que se supone ya habra matado .a su primer enemigo. Un
niño de clase alta puede enterarse de 'los hechos de la vida'
a la edad en que un niño de clase baja domina los rudimentos de la
técnica del
aborto. O también, un niño de clase alta puede sentir sus
primeros estremecimientos de emoción patriótica mas o
menos a la edad en que su contemporaneo de clase baja experimenta por
primera vez el odio a la policía y a todo lo que ésta representa.
La socialización primaria finaliza cuando el concepto del
otro generalizado (y todo lo que esto comporta) se a establecido en la
conciencia del
individuo. A esta altura ya es miembro efectivo de la sociedad y esta en
posesión subjetiva de un yo y un mundo. Pero esta internalización
de la sociedad, la identidad y la realidad no se resuelven así como así. La
socialización nunca es total, y nunca termina. Esto nos presenta otros
dos problemas para resolver: primero, cómo se mantiene en la conciencia
la realidad internalizada en la socialización primaria, y, segundo,
cómo se efectúan otras socializaciones -las secundarias- en la
biografía posterior del
individuo. Examinaremos estos problemas en orden inverso.
b) Socialización secundaria Resulta posible concebir una sociedad en la
que no se produzca otra socialización después de la primaria.
Dicha sociedad tendría, por supuesto,un acopio de conocimiento muy
sencillo. Todo el conocimiento sería relevante en general, variando los
diferentes individuos solo en lo referente a sus perspectivas de aquél.
Esta concepción resulta útil para plantear un caso limitativo;
pero no existe ninguna sociedad, dentro de las que conocemos, que no posea
cierta división del trabajo y,
concomitantemente, cierta distribución social del conocimiento, por lo que, mientras
así ocurra, la socialización secundaria se vuelve una necesidad.
La socialización secundaria es la internalización de
'submundos' institucionales o basados sobre instituciones. Su alcance
y su caracter se determinan, pues, por la complejidad de la
división del trabajo y la
distribución social concomitante del
conocimiento. Por supuesto que también el conocimiento relevante en
general puede estar distribuido socialmente -por ejemplo, en forma de
'versiones' basadas sobre la clase-, pero a lo que aquí nos
referimos es a la distribución social del 'conocimiento
especializado', que surge como resultado de la división del trabajo
y cuyos 'portadores' se definen institucionalmente. Olvidando por un
momento sus otras dimensiones, podemos decir que la socialización
secundaria es la adquisición del conocimiento específico de
'roles', estando éstos directa o indirectamente arraigados en
la división del trabajo. Existe cierto justificativo para una
definición tan restringida, pero con eso no se ha dicho todo. La
socialización secundaria requiere la adquisición de vocabularios
específicos de 'roles', lo que significa, por lo pronto, la
internalización de campos semanticos que estructuraninterpretaciones
y comportamientos de rutina dentro de un area institucional. Al mismo
tiempo también se adquieren 'comprensiones tacitas',
evaluaciones y coloraciones afectivas de estos campos semanticos. Los
'submundos' internalizados en la socialización secundaria son
generalmente realidades parciales que contrastan, con el 'mundo de
base' adquirido en la
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socialización primaria. Sin embargo, también ellos constituyen
realidades mas o menos coherentes, caracterizadas por componentes
normativos y afectivos a la vez que cognoscitivos. Ademas los submundos
también requieren, por lo menos, los rudimentos de un aparato
legitimador, acompañados con frecuencia por símbolos rituales o
materiales. Por ejemplo, puede surgir una diferenciación entre los
soldados de infantería y de caballería. Estos últimos
recibiran un adiestramiento especial, que probablemente
comportara algo mas que aprender las habilidades puramente
físicas que se necesitan para manejar caballos militares. El lenguaje de
la caballería se volvera muy diferente del de la infantería. Se
construira una terminología referente a los caballos, sus
cualidades y usos, y a las situaciones que surjan con motivo de la vida de la
caballería, todo lo cual no resultara del todo relevante para el
soldado de infantería. La caballería también usara
un lenguaje diferente en mas de un sentido. Un infante enojadoprofiere
blasfemias aludiendo a sus pies doloridos, mientras que el soldado de
caballería tal vez mencionara el trasero de su caballo en
circunstancias similares. En otras palabras, se construye un cuerpo de
imagenes Y alegorías sobre la base instrumental del lenguaje de la caballería. Este
lenguaje especifico de un 'rol' lo internaliza in toto el individuo
cuando se adiestra para el combate ecuestre. Llega a ser un hombre de
caballería no solo cuando adquiere las habilidades necesarias, sino
cuando se vuelve capaz de entender y usar dicho lenguaje. Puede entonces
comunicarse con sus compañeros de cuerpo en alusiones muy significativas
para ellos, pero completamente ininteligibles para los soldados de infantería.
Se da por sobre entendido que este proceso de internalización involucra
identificación subjetiva con el 'rol' y sus normas apropiadas:
'Soy un jinete', 'Un hombre de caballería nunca permite
que su enemigo vea la cola de su cabalgadura', 'Nunca dejes de recordarle
a una mujer el contacto de las espuelas 'Quien cabalga rapido en la
guerra también es rapido en el juego', etc. Cuando haya
necesidad, este cuerpo de significados sera sustentado por
legitimaciones que van desde las sencillas maximas, como las que hemos citado, hasta las
mas complicadas construcciones mitológicas. Finalmente, puede
existir una variedad de ceremonias y objetos físicos representativos,
como la celebración anual de la fiesta del dios-caballo, en la que todas
las comidas se hacen a caballo y los jinetes recién iniciados reciben
los fetiches de cola de caballo para lucir alrededor del cuello. El
caracter de una socializaciónsecundaria como
la citada depende del status del
cuerpo de conocimiento de que se trate dentro del universo simbólico en conjunto.
Se necesita entrenamiento para conseguir que un caballo tire de un carro de
abono o para luchar montado sobre él en el combate. Pero una sociedad
que limita el uso de los caballos nada mas que para tirar de los carros
de abono no es probable que embellezca esta actividad con rituales o
fetichismos elaborados, ni tampoco es probable que los encargados de realizar
esta tarea se identifiquen con su 'rol' de manera profunda; en esos
casos las legitimaciones han de ser probablemente de índole compensatoria.
Así pues, existe una gran variabilidad histórico-social en las
representaciones que comporta la socialización secundaria. Sin embargo,
en la mayoría de las sociedades la transición de la
socialización primaría a la secundaria va acompañada de
ciertos rituales. Los procesos formales de la socialización secundaria
se determinan por su problema fundamental: siempre presupone un proceso previo
de socialización primaria; o sea, que debe tratar con un yo formado con
anterioridad y con un mundo ya intemalizado. No puede construir la realidad
subjetiva ex nihilo. Esto presenta un problema, porque la realidad ya
internalizada tiende a persistir. Cualesquiera que sean los nuevos contenidos
que ahora haya que internalizar, deben, en cierta manera, superponerse a
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esa realidad ya presente. Existe, pues, un problema de coherencia entre las
internalizaciones originales y las nuevas, problema que puede resultar
mas o menos arduo de resolver en los diferentes casos. Si se aprende que
la limpieza es una virtud en la propia persona, no resultara
difícil transferir esa misma virtud al caballo propio. Pero si se ha
aprendido que ciertas obscenidades son motivo de represión en un
niño de a pie, requerira cierta explicación el hecho de
que ahora resultan 'de rigor' para un miembro de la
caballería. Establecer y mantener la coherencia en la
socialización secundaria presupone ciertos procedimientos conceptuales
para integrar los diferentes cuerpos de conocimiento. En la
socialización secundaria, las limitaciones biológicas se vuelven
cada vez menos importantes en las secuencias del
aprendizaje, el cual ahora llega a establecerse en términos de las
propiedades intrínsecas del
conocimiento que ha de adquirirse, o sea, en términos de la estructura
fundacional de ese conocimiento. Por ejemplo, para aprender ciertas
técnicas de la caza primero hay que aprender a escalar montañas,
o para aprender calculo matematico primero hay que aprender
algebra. Las secuencias del
aprendizaje pueden también manejarse según los intereses creados
de quienes administran el cuerpo de conocimiento. Por ejemplo, puede estar
establecido que hay que aprender la adivinación por las entrañas
de los animales antes que hacerlo por el vuelo de los pajaros, o que hay
que obtener un diploma de la enseñanza media antes de poder inscribirse
en tina escuela para embalsamadores, oque se debe aprobar un examen de
gaélico antes de poder aspirar a un puesto en la administración
irlandesa. Esas estipulaciones son extrínsecas al conocimiento requerido
pragmaticamente para desempeñar los 'roles' de
adivinador, embalsamador o empleado administrativo irlandés. Se han
establecido institucionalmente para realzar el prestigio de los
'roles' en cuestión, o para conformar otros intereses ideológicos.
La preparación que da una escuela primaria puede servir perfectamente
para cumplir el plan de estudios de una escuela de embalsamadores, y los
empleados administrativos irlandeses pueden desempeñar sus tareas
normales valiéndose del
idioma inglés. Hasta. puede ocurrir que las secuencias del aprendizaje así manipulado sean
pragmaticamente disfuncionales. Por ejemplo, puede estipularse que se
necesita el antecedente de una 'cultura general' impartida por un
college antes de aprender la carrera profesional de sociólogo
investigador, aunque esta actividad podría realizarse real mente con
mayor eficacia si no se tuviera el lastre de una 'cultura' de esa
índole. Mientras que la socialización primaria no puede
efectuarse sin una identificación con carga emocional del niño
con sus otros significantes, la mayor parte de la socialización
secundaria puede prescindir de esta clase de identificación y proceder
efectivamente con la sola dosis de identificación mutua que interviene
en cualquier comunicación entre los seres humanos. Dicho mas
rudimentariamente, es necesario amar a la propia madre, pero no a la maestra
propia. La socialización en la vida posterior comienza
típicamente a adoptar una afectividad querecuerda la niñez cuando
busco transformar radicalmente la realidad subjetiva del individuo Esto plantea problemas
especiales que analizaremos un poco mas adelante. En la
socialización primaria el niño no aprehende a sus otros
significantes como funcionarios institucionales, sino como mediadores de la
realidad tout court; el niño internaliza el mundo de sus padres como el
mundo y no como perteneciente a un contexto institucional específico.
Algunas de las crisis que se producen después de la socialización
primaria se deben realmente al reconocimiento de que el mundo de los propios padres
no es el único mundo que existe, sino que tiene una ubicación
social muy especifica, quizas hasta con una connotación
peyorativa. Por ejemplo, cuando el niño es mas grande llega a
reconocer el mundo representado por sus padres, el mismo que él
había tomado por establecido como
realidad inevitable, resulta ser, de
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hecho, el mundo de los campesinos ignorantes y de la clase baja. En la
socialización secundaria suele aprehenderse el contexto institucional.
Huelga aclarar que esto no precisa necesariamente una comprensión
sofisticada de todas las implicaciones del
contexto institucional. Con todo, el hijo de los campesinos incultos, para
seguir con el mismo ejemplo, aprehende verdaderamente a su maestro de escuela
como funcionario institucional de una manera como nuncaaprehendió a sus
padres, y comprende el 'rol' que desempeña el maestro como
representante de significados institucionalmente específicos, por
ejemplo, los de la nación en oposición a la región, los
del mundo de clase media nacional en oposición a su ambiente
hogareño de clase baja, los de la ciudad en oposición al campo.
Por consiguiente, la interacción social entre maestros y educandos puede
formalizarse. Los maestros no tienen por qué constituir otros
significantes en ningún sentido de la palabra: son funcionarios institucionales
con la tarea formal de transmitir conocimiento específico. Los
'roles' de la socialización secundaria comportan un alto grado
de anonimato, vale decir, se separan facilmente de los individuos que
los desempeñan. El mismo conocimiento que enseña un maestro de
tantos puede enseñarlo otro. Cualquier funcionario de su tipo
podría enseñar ese tipo de conocimiento. Los funcionarios
individuales pueden, por supuesto, diferenciarse subjetivamente de diversas
maneras (porque sean mas o menos simpaticos, o porque
enseñen mejor o peor la aritmética, etc. ) ; pero, por principio,
son intercambiables. Esta formalidad y este anonimato se vinculan, por
supuesto, al caracter afectivo de las relaciones sociales en la
socialización secundaria. Como
quiera que sea, su consecuencia mas importante consiste en atribuir al
contenido de lo que se aprende en la socialización secundaria una
inevitabilidad subjetiva mucho menor que la que poseen los contenidos de la
socialización primaria. Por lo tanto, el acento de realidad del conocimiento
internalizado en la socialización secundaria se descarta
masfacilmente (o sea, el sentido subjetivo de que estas
internalizaciones tienen realidad, es mas fugaz). Se necesitan fuertes
impactos biograficos para poder desintegrar la realidad masiva
internalizada en la primera infancia, pero éstos pueden ser mucho
menores para poder destruir las realidades internalizadas mas tarde.
Ademas, resulta relativamente facil dejar a un lado la realidad
de las internalizaciones secundarias. El niño vive de buen o mal grado
en el mundo tal como
lo definen sus padres, pero puede dar la espalda con alegría al mundo de
la aritmética no bien abandona el salón de clase. Esto posibilita
el separar una parte del yo y su realidad concomitante como algo que atañe
solo a la situación específica del 'rol' de que se
trata. El individuo establece pues, una distancia entre su yo total y su
realidad por una parte, y el yo parcial especifico del 'rol' y su realidad por la
otra '. Esta importante proeza solo es posible después que se ha
efectuado la socialización primaria. Expresando nuevamente en forma
rudimentaria, al niño le resulta mas facil
'esconderse' de su maestro que de su madre. Inversamente, puede
decirse que el desarrollo de esta capacidad de 'esconderse' constituye
un aspecto importante del
proceso para llegar a la adultez. El acento de realidad del
conocimiento internalizado en la socialización primaria se da casi
automaticamente; en la socialización secundaria debe ser
reforzado por técnicas pedagógicas específicas, debe
hacérselo sentir al individuo como
algo 'familiar'. Esta palabra resulta sugerente, porque la realidad
original de la niñez es el 'hogar' y se plantea por
sísola en cuanto tal, inevitablemente y, por así decir
'naturalmente'. En comparación con ella, todas las realidades
posteriores son 'artificiales'. Así pues, el maestro de
escuela trata de hacer 'familiares' los contenidos que imparte,
haciéndolos vívidos (o sea, haciendo que resulten tan llenos de
vida como el 'mundo hogareño' del niño), relevantes (o
sea, vinculandolos con las estructuras de relevancia ya presentes
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en el 'mundo hogareño') e interesantes (o sea, induciendo a la
atención del niño a separarse de sus objetos
'naturales' para fijarse en estos mas
'artificiales'). Estas maniobras constituyen una necesidad porque
ahí ya se alza una realidad internalizada que persiste 'en el
camino' de nuevas intemalizaciones. El grado y, el caracter preciso
de estas técnicas pedagógicas variara de acuerdo con las
motivaciones que tenga el individuo para la adquisición del nuevo conocimiento.
Cuanto mas logren estas técnicas volver subjetivamente aceptable
la continuidad entre los elementos originarios del conocimiento y los elementos nuevos,
mas prontamente adquiriran el acento de realidad. Una segunda
lengua se adquiere construyendo sobre la realidad ya establecida de la
'lengua materna'. Durante largo tiempo cada elemento del nuevo idioma que se
esta aprendiendo se re-traduce continuamente a la lengua propia.
Únicamente en esta forma puede empezar acobrar alguna realidad la nueva
lengua. A medida que esta realidad llega a quedar establecida por derecho
propio, puede ir prescindiéndose poco a poco de la re-traducción,
para adquirir la capacidad de 'pensar en' el nuevo idioma. Sin
embargo, es raro que una lengua aprendida en la vida posterior alcance la
realidad inevitable y auto-evidente que posee la primera lengua aprendida en la
niñez. De ahí deriva, por supuesto, la cualidad afectiva que
tiene la 'lengua materna'. Mutatis mutandis, las mismas características
de construir sobre la realidad 'familiar', relacionandose con
ella a medida que el aprendizaje avanza y quebrando luego esta relación,
pero muy lentamente, pertenecen a otras secuencias del aprendizaje en la socialización
secundaria. Aquellos hechos de los cuales los procesos de la
socialización secundaria no presuponen un alto grado de
identificación y cuyos contenidos no poseen la cualidad de inevitables
pueden resultar de utilidad pragmatica, porque Permiten aprender secuencias
racional y emocionalmente Controladas. Pero como los contenidos de este tipo de
ínternalización poseen una realidad subjetiva fragil y no
confiable, en comparación con la de- la internalización de la
socialización primaria, se hace necesario en algunos casos elaborar
técnicas especiales para producir la identificación y la
inevitabilidad requeridas. La necesidad de dichas técnicas puede
considerarse intrínseca en términos del
aprendizaje y de la aplicación del
contenido de la internalización, o tal vez se presente a causa de los
intereses creados de quienes administran el proceso de socialización de
que se trate. Porejemplo, un individuo que quiere llegar a ser un músico
cabal debe sumergirse en su disciplina hasta un grado que es totalmente
innecesario en el caso del
que quiere ser ingeniero. La disciplina de la ingeniería puede
aprenderse eficazmente a través de procesos formales sumamente
racionales y emocionalmente neutrales. La educación musical, por otra
parte, involucra típicamente una identificación mucho mas
elevada con un maestro y una inmersión mucho mayor en la realidad
musical. Esta diferencia proviene de las diferencias intrínsecas entre
la ingeniería y el conocimiento musical, y entre los modos de vida a que
se aplican practicamente estos dos cuerpos de conocimiento. Un
revolucionario profesional necesita también un grado
inconmensurablemente mas alto de identificación e inevitabilidad
que un ingeniero. Pero, en este caso, la necesidad proviene no de las
propiedades intrínsecas del
conocimiento mismo, que pueden tener un contenido muy sencillo y austero, sino del compromiso personal que se requiere de un
revolucionario respecto de los intereses creados del movimiento revolucionario. A veces la
necesidad de técnicas intensificadotas puede provenir de factores tanto
intrínsecos como
extrínsecos. La socialización de los elencos religiosos es un
ejemplo de ello. Las técnicas aplicadas en esos casos estan
destinadas a intensificar la carga afectiva del proceso de socialización. En
particular, involucran la institucionalización de un elaborado proceso
de iniciación, un noviciado, en cuyo curso el individuo llega a
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comprometerse con la realidad que esta internalizando. Cuando el proceso
requiere una transformación real de la realidad 'familiar' del individuo, llega a constituir una réplica lo
mas aproximada posible del
caracter de la socialización primaria, como veremos un poco mas adelante.
Pero aun exceptuando esa transformación, la socialización
secundaria adquiere una carga afectiva hasta al grado en que la
inmersión en la nueva realidad y el compromiso para con ella se definen
institucionalmente como
necesarios. La relación del individuo con el personal socializador se
carga correlativamente de 'significación', vale decir que los
elencos socializadores asumen el caracter de los otros significantes
vis-à-vis del individuo que esta socializandose. Este
último se compromete, pues, ampliamente con la nueva realidad; se
'entrega' a la música, a la revolución, a la fe, no en
forma parcial, sino con lo que subjetivamente constituye su vida entera. La
prontitud para sacrificarse es, por supuesto, la consecuencia final de este
tipo de socialización. Una circunstancia importante que puede plantear
una necesidad de dicha intensificación es la competencia entre los encargados
de definir la realidad en diversas instituciones. En el caso del adiestramiento
revolucionario el problema intrínseco reside en la socialización
del individuo en una contradefinición de la realidad, vale decir, contra
las definiciones de los legitimadores 'oficiales' de la sociedad.Pero
también tendra que intensificarse la socialización del
músico dentro de una sociedad en la que se ofrece amplia oportunidad de
competir con los valores estéticos de la comunidad musical. Por ejemplo,
puede suponerse que un músico en formación en los Estados Unidos
actuales debe comprometerse con la música con una intensidad emocional
que resultaba innecesaria en la Viena del siglo XIX, justamente porque en la
situación americana existe la competencia poderosa de lo que
subjetivamente aparecera como el mundo 'materialista' y de
'cultura de masad' de la 'lucha competitiva'. Similarmente, el
adiestramiento religioso en una situación pluralista plantea la
necesidad de técnicas 'artificiales' de acentuación de
la realidad, técnicas innecesarias en una situación dominada por
un monopolio religioso. Todavía resulta 'natural' llegar a ser
sacerdote católico en Roma, de una manera como no sucede en los Estados Unidos.
Consecuentemente, los seminarios teológicos norteamericanos deben
entendérselas con el problema del 'deslizamiento de la
realidad' e idean técnicas para que esa misma realidad 'quede
adherida'. No es de sorprender que hayan descubierto el recurso evidente
de enviar por un tiempo a Roma a sus estudiantes mas prometedores.
Variaciones similares pueden existir dentro del
mismo contexto institucional, de acuerdo con las tareas adjudicadas a las
diferentes categorías del
elenco. Así pues, el grado de compromiso con lo militar que se requiere
en los oficiales de carrera es muy distinto del requerido en el caso de los reclutas,
hecho que se refleja claramente en los respectivos procesos deadiestramiento.
De manera similar, hay diferencias entre los compromisos para con la realidad
institucional que se exigen a un director ejecutivo y al personal subalterno de
las oficinas, a un psicoanalista y a un trabajador social en
psiquiatría, y así sucesivamente. Un director ejecutivo debe ser
'políticamente seguro', de una manera que no incumbe al
supervisor de dactilógrafos, y al psicoanalista se le impone un
'analisis didactico', cosa que solamente se le sugiere
al trabajador social, etc. Existen, por lo tanto, sistemas sumamente
diferenciados de socialización secundaria en las instituciones
complejas, en ocasiones ajustados muy sensible mente a los requerimientos
diferenciales de las diversas categorías de elencos institucionales. La
distribución institucionalizada de tareas entre la socialización
primaria y la secundaria varía de acuerdo con la complejidad de la
distribución social del
conocimiento. En tanto resulte relativamente sencilla, el mismo organismo
institucional puede pasar de la socialización primaria a la secundaria y
realizar, en gran medida, la
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segunda. En los casos de gran complejidad, tendran que crearse
organismos especializados en socialización secundaria, con un plantel
exclusivo y especialmente adiestrado para las tareas educativas de que se
trate. Fuera de este grado de especialización, puede existir una serie
de organismossocializadores que combinen esa tarea con otras. En este
último caso, por ejemplo, puede establecerse que a cierta edad un
muchacho debe abandonar la choza de su madre para instalarse en los cuarteles
de los guerreros donde sera adiestrado como jinete, tarea que no entraña
necesariamente la existencia de un personal educativo con dedicación
exclusiva, porque los jinetes mas veteranos pueden enseñar a los
mas jóvenes. El desenvolvimiento de la educación
constituye, por supuesto un ejemplo inmejorable de la socialización
secundaria, que se efectúa bajo los auspicios de organismos
especializados. La consiguiente declinación de la familia como agente de
socialización secundaria se conoce demasiado bien para que nos
extendamos aquí en mayores detalles.
c) Mantenimiento y transformación de la realidad subjetiva Como la socialización
nunca se termina y los contenidos que la misma internaliza enfrentan continuas
amenazas a su realidad subjetiva, toda sociedad viable debe desarrollar
procedimientos de mantenimiento de la realidad para salvaguardar cierto grado
de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva. Ya hemos
examinado este problema al referirnos a la legitimación. Nuestra
atención se centra ahora sobre la defensa de la realidad subjetiva
mas que de la objetiva, sobre la realidad tal cual se aprehende en la
conciencia individual mas que como
se define institucionalmente. La socialización primaria internaliza una
realidad aprehendida como
inevitable. Esta intemalización puede considerarse lograda si el sentido
de inevitabilidad se halla presente casi todo el tiempo, al menos, mientras el
individuoesta en actividad en el mundo de la vida cotidiana. Pero aun
cuando este último retenga su realidad masiva y establecida in actu,
estara amenazado por las situaciones marginales de la experiencia humana
que no pueden descartarse por completo de la actividad cotidiana. Siempre
existe la presencia obsesionante de las metamorfosis, las que realmente se
recuerdan y las que solo se sienten como
siniestras posibilidades. Existen también las definiciones en
competencia de la realidad que pueden presentarse socialmente y que resultan
una amenaza mas directa. Una cosa es que un decoroso padre de familia
sueñe con orgías indescriptibles en la soledad de la noche, y otra muy distinta ver
que esos Sueños se representan empíricamente por una vecina
colonia de libertinos. Los sueños pueden aislarse con mas
facilidad dentro de la conciencia como
'absurdos' que se hacen a un lado, o como aberraciones mentales de las que nos
arrepentimos en silencio: conservan un caracter fantasmal
vis-à-vis de la realidad de la vida cotidiana. Una representación
real se impone a la conciencia mucho mas clamorosamente. Tendra
que ser destruida de hecho antes de poder dominarla mentalmente. Sea como fuere, es innegable
que se puede al menos tratar de negar las metamorfosis de las situaciones
marginales. El caracter mas 'artificial' de la
socialización secundaria vuelve aún mas vulnerable la
realidad subjetiva de sus intemalizaciones frente al reto de las definiciones
de la realidad, no porque aquéllas no estén establecidas o se
aprehendan como algo menos que real en la vida cotidiana, sino porque su
realidad se halla menos arraigada en laconciencia y resulta por ende mas
susceptible al desplazamiento. Por ejemplo, tanto la prohibición de la
desnudez, que afecta al sentido del pudor propio, internalizado en la
socialización primaria, como los canones de la vestimenta
adecuada para diferentes ocasiones sociales, que se adquieren como
internalización secundaria, se dan por
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establecidos en la vida cotidiana. En tanto no se cuestionen socialmente,
ninguno de ellos constituye un problema para el individuo. Sin embargo, el
desafío tendría que ser mucho mas fuerte en el primer caso
que en el segundo, para que se cristalizara como amenaza para la realidad establecida de
las rutinas respectivas. Un cambio relativamente pequeño en la
definición subjetiva de la realidad bastaría para que un
individuo diera por establecido que se puede ir a la oficina sin corbata; pero
se necesitaría un cambio mucho mas drastico para con
seguir que fuera, como cosa natural, sin ninguna ropa el primer cambio
podría mediatizarse socialmente solo por un cambio de trabajo, como por
ejemplo, el pase de un colegio metropolitano a uno rural; el segundo
comportaría una revolución social en el ambiente del individuo;
se aprehendería subjetivamente como una profunda conversión
probablemente tras una intensa resistencia inicial. La realidad de las
intemalizaciones se halla menos amenazada por las situaciones marginalesporque
suele resultarles irrelevante. Lo que puede ocurrir es que dicha realidad se
aprehenda como
trivial justamente porque se pone de manifiesto su irrelevancia para la
situación marginal. Así pues, es posible afirmar que la
inminencia de la muerte amenaza profundamente la realidad de nuestras auto-identificaciones
previas como hombres, como
seres morales, o como
cristianos. En la misma situación, mi auto-identificación como subjefe de la
sección mercería no resulta tan amenazada cuanto trivializada.
Inversamente, puede decirse que el mantenimiento de las internalizaciones
primarias frente a situaciones marginales constituye una buena medida para
apreciar su realidad subjetiva. Esta misma prueba resultaría por
completo irrelevante si se aplicase a la mayor parte de las socializaciones
secundarias. Morir como hombre tiene sentido,
pero casi no lo tiene morir como subjefe del departamento
mercería. Asimismo, en casos en los que se da socialmente como probable que las
intemalizaciones secundarias tengan este grado de persistencia de la realidad
frente a situaciones marginales, los procedimientos de socialización
concomitantes deberan intensificarse y reforzarse de la manera aludida
anteriormente. Los procesos militares y religiosos de socialización
secundaria podrían citarse nuevamente a modo de ilustración. Es
conveniente distinguir dos tipos generales de mantenimiento de la realidad:
mantenimiento de rutina y mantenimiento de crisis. El primero esta
destinado a mantener la realidad internalizada en la vida cotidiana, y el
segundo, en las situaciones de crisis. Ambos entrañan fundamentalmente
los mismosprocesos sociales, aunque deben anotarse algunas diferencias. Como hemos visto, la
realidad de la vida cotidiana se mantiene porque se concreta en rutinas, lo que
constituye la esencia de la institucionalización. Mas alla
de esto, no obstante, la realidad de la vida cotidiana se reafirma
continuamente en la interacción del
individuo con los otros. Así como
la realidad se internaliza originariamente por un proceso social, así
también se mantiene en la conciencia por procesos sociales. Estos
últimos no difieren drasticamente de los de la
internalización anterior, y reflejan el hecho fundamental de que la
realidad subjetiva debe guardar relación con una realidad objetiva
socialmente definida. En el proceso social de mantenimiento de la realidad es
posible distinguir entre los otros significantes y los otros menos importantes.
Fundamentalmente, todos o por lo menos la mayoría de los otros que el
individuo encuentra en la vida diaria le sirven para reafirmar su realidad
subjetiva. Esto ocurre aun en una situación tan 'no
significativa' como
viajar en un tren local. El individuo tal vez no conozca a nadie de los que
viajan con él, ni hable con ninguno. Sin embargo, la multitud de
pasajeros habituales reafirma la estructura basica de la vida cotidiana.
Por su conducta general,
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sus habituales compañeros de viaje sacan al individuo de la tenue
realidad de suadormecimiento matinal y le proclaman en términos
decididos que el mundo se compone de hombres serios que van al trabajo, de
responsabilidades y horarios, del Ferrocarril New Haven y del New York Times.
Esto último reafirma, por supuesto, las mas amplias coordenadas
de la realidad del
individuo. Desde el pronóstico meteorológico hasta los avisos
clasificados del
periódico, todo le asegura que se encuentra, ciertamente, en el mundo
mas real posible. Concomitantemente, afirma el status menos que real de
las visiones siniestras experimentadas antes del desayuno: la forma
extraña de los objetos supuestamente familiares, al despertarse tras un
sueño inquietante; el impacto que causa no reconocer la propia cara en
el espejo del cuarto de baño; un poco mas tarde, la sospecha
inconfesable de que la propia esposa e hijos resulten misteriosos desconocidos.
La mayor parte de los individuos susceptibles a tales terrores
metafísicos consiguen exorcizarlos hasta cierto punto en el curso de sus
rituales matinales, rígidamente ejecutados, de manera que la realidad de
la vida cotidiana se establece al menos cautelosamente para cuando salen por la
puerta de sus casas. Pero la realidad empieza a inspirar confianza total
solamente en medio de la comunidad anónima del
tren local, y llega a ser masiva cuando el tren se detiene en la
estación terminal del
viaje. Ergo sum, puede ahora murmurar el individuo para sí, mientras se
dirige a su oficina, completamente despierto y seguro de sí mismo. Seria
por lo tanto un error suponer que únicamente los otros significantes
sirven para mantener la realidad subjetiva; pero lo ciertoes que ocupan una
posición central en la economía del mantenimiento de la realidad y revisten
particular importancia para la confirmación continua de ese elemento
crucial de la realidad que llamamos identidad. A fin de seguir confiado en que
es realmente quien cree ser, el individuo requiere no solo la
confirmación implícita de esta identidad que le
proporcionaran aun los contactos cotidianos accidentales, sino
también la confirmación explicita y emotivamente cargada que le
brindan los otros significantes. En el ejemplo anterior, nuestro habitante
suburbano buscara probablemente dicha confirmación en su familia
y demas componentes particulares de su ambiente familiar (vecindario,
iglesia, club y otros por el estilo), aunque también sus
compañeros de trabajo pueden llenar esa función. Si ademas
se acuesta con su secretaria, su identidad se confirma y se amplía, lo
que supone que al individuo le agrada que se confirme su identidad. El mismo
proceso corresponde para la confirmación de las identidades que al
individuo pueden no agradarle. Hasta sus conocidos casuales pueden confirmar su
auto-identificación como
un fracasado irremediable, pero su esposa, sus hijos y su secretaria lo
ratifican de modo terminante, sin dejar lugar a dudas. Este proceso que
transcurre entre la definición de la realidad objetiva y el
mantenimiento de la realidad subjetiva, es idéntico en ambos casos. Los
otros significantes constituyen, en la vida del individuo, los agentes principales para
el mantenimiento de su realidad subjetiva. Los otros menos significantes
funcionan como una especie de coro. La esposa, los hijos y lasecretaria
ratifican cada día solemnemente que, o bien es un hombre importante, o
bien es un fracasado irremediable; las tías solteronas, los cocineros y
los ascensoristas apoyan eso en grados variables. Resulta muy posible, por
supuesto, que exista cierto desacuerdo entre estas personas. En ese caso el
individuo se halla frente a un problema de coherencia que puede resolver, en
particular, modificando su realidad o sus relaciones para el mantenimiento de
aquélla. Puede tener la alternativa, por una parte, de aceptar su
identidad como
fracasado, y por la otra, de despedir a su secretaria o divorciarse de su
esposa. También le queda la opción de degradar a algunas de esas
personas en su condición de otros significantes, y en su lugar recurrir
a otros para que le confirmen su realidad significativa: su psicoanalista, por
ejemplo, o sus viejos amigos del
club. Existen muchas complejidades posibles en esta organización de las
relaciones para el
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mantenimiento de la realidad, especialmente si se trata de una sociedad
sumamente móvil y de 'roles' diferenciados. La relación
entre los otros significantes y el 'coro'
para mantenimiento de la realidad es dialéctica; o sea que
interactúan unos con otros, así como con la realidad subjetiva que sirven
para confirmar. Una identificación firmemente negativa por parte del
ambiente mas general puede llegar eventualmente aafectar la
identificación ofrecida por los otros significantes: en el caso de que
hasta el ascensorista omita al saludarlo la palabra 'señor',
la esposa puede renunciar a identificar a su marido como hombre importante.
Inversamente, los otros significantes pueden causar efecto eventualmente sobre
el ambiente mas general: una esposa 'leal' puede significar
una ventaja en muchos aspectos cuando el individuo trata de imponer una cierta
identidad sobre sus colegas de trabajo. El mantenimiento y la
confirmación de la realidad involucran, pues, la totalidad de la
situación social del
individuo, aunque los otros significantes ocupen una posición
privilegiada en esos procesos. La importancia relativa de los otros
significantes y del 'coro' puede apreciarse mejor si se
examinan ejemplos de disconfirmación de la realidad subjetiva. Una
acción disconfirmativa de la realidad por parte de la esposa tiene por
sí sola mucho mas fuerza que la de una acción similar por
parte de un conocido casual, cuyas acciones tendran que adquirir cierta
densidad para poder igualar la fuerza que tienen las de la esposa. La
opinión reiterada de mi mejor amigo en el sentido de que los
periódicos no informan sobre hechos importantes que ocurren sin que
trasciendan al público, quiza tenga para mí mas
peso que la opinión similar expresada por mi peluquero. Sin embargo, una
misma opinión expresada sucesivamente por diez conocidos míos
casuales puede llegar a contrarrestar la opinión contraria de mi mejor
amigo. La cristalización lograda subjetivamente como resultado de estas definiciones diversas
de la realidad sera, pues, la que determinecómo sera mi
reacción al ver una mañana aparecer un apretado grupo de chinos
adustos, silenciosos y provistos de portadocumentos en el tren local, vale
decir, la que determine el peso que atribuyo al fenómeno en mi propia
definición de la realidad. Para tomar
otro caso ilustrativo, si soy católico creyente, la realidad de mi fe no
tiene por qué sentirse amenazada por mis compañeros de trabajo no
creyentes; pero es muy probable que se sienta amenazada por una esposa
incrédula. Por lo tanto, en una sociedad pluralista es lógico que
la Iglesia católica tolere una amplia variedad de asociaciones
interconfesionales en la vida económica y política, pero que siga
desaprobando los matrimonios mixtos. En general, en las situaciones en que
existe competencia entre diferentes organismos definidores de la realidad,
puede tolerarse toda clase de relaciones de grupo secundario con los
competidores, en tanto existan relaciones de grupo primario firmemente
establecidas dentro de las cuales una realidad se reafirma continuamente en oposición
con sus competidoras. La manera como
la Iglesia católica se ha adaptado a la situación pluralista
existente en los Estados Unidos constituye un ejemplo inmejorable. El
vehículo mas importante del
mantenimiento de la realidad es el dialogo. La vida cotidiana del individuo puede
considerarse en relación con la puesta en marcha de un aparato
conversacional que mantiene, modifica y reconstruye continuamente su realidad
subjetiva. Dialogo significa principalmente, por supuesto, que la gente
conversa entre sí, lo cual no implica que se nieguen las copiosas
emanaciones de comunicación nooral que rodean al habla. Con todo, el
habla mantiene una posición de privilegio dentro de todo el aparato
conversacional. Importa destacar, empero, que la mayor parte del mantenimiento de la realidad en el
dialogo es implícita, no explicita. El dialogo,
mayormente, no define la naturaleza del
mundo en una cantidad de palabras; mas bien se efectúa con el
trasfondo de un mundo que se da
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silenciosamente por establecido. De esa manera, un intercambio de frases como:
'Bueno, es hora de que salga para la estación' y 'Muy
bien, querido, que tengas un buen día en la oficina', implica todo
un mundo dentro del cual estas proposiciones aparentemente sencillas cobran
sentido. En virtud de esta implicación, el intercambio confirma la
realidad subjetiva de este mundo. Si esto se comprende, podra advertirse
claramente que la gran parte -cuando no la totalidad- del dialogo
cotidiano mantiene la realidad subjetiva; en realidad, esta última adquiere
solidez por la acumulación y la coherencia del dialogo casual,
dialogo que puede permitirse ser casual precisamente porque se refiere a
las rutinas de un mundo que se da por establecido. La pérdida de la
cualidad de casual indica una ruptura de las rutinas y, al menos
potencialmente, una amenaza a la realidad establecida. Así pues, es
posible imaginar qué efecto tendría sobre esa cualidad de casual
un intercambio defrases como éste: 'Bueno, es hora de que salga
para la estación', 'Muy bien, querido, no te olvides de llevar
tu revólver'. Al mismo tiempo que el aparato conversacional
mantiene continuamente la realidad, también la modifica de continuo Hay
renglones que se suprimen y otros que se agregan, debilitando algunos sectores
de lo que ya se da por establecido y reforzando otros. Así pues, la
realidad subjetiva de algo de lo que nunca se habla llega a hacerse vacilante.
Una cosa es realizar un acto sexual vergonzante, y otra muy diferente es hablar
de él antes o después. Inversamente, el dialogo imprime
contornos firmes o renglones previamente aprehendidos de manera fugaz e
imprecisa. Se puede abrigar dudas sobre la propia religión; esas dudas
se vuelven reales de manera muy diferente cuando se discute sobre ellas. Luego,
al hablar, nos sumergimos en esas dudas, que se objetivizan como realidad
dentro de nuestra propia conciencia. Hablando en general, el aparato
conversacional mantiene la realidad recorriendo en el dialogo los
diversos elementos de la experiencia y adjudicandoles un lugar definido
en el mundo real. Esta fuerza generadora de realidad que posee el
dialogo ya se da en el hecho de la objetivización
lingüística. Hemos visto cómo el lenguaje objetiviza el
mundo, transformando el panta rhei de la experiencia en un orden coherente. Al
establecer este orden el lenguaje realiza un mundo, en el doble sentido de
aprehenderlo y producirlo. El dialogo es la actualización de esta
eficacia realizadora del lenguaje en las situaciones 'cara a cara' de
la existencia individual. En el dialogo las objetivizaciones dellenguaje
se vuelven objetos de la conciencia individual. De esta manera el hecho
fundamental del mantenimiento de la realidad reside en el uso continuo del
mismo lenguaje para objetivizar la experiencia biografica en proceso de
desenvolvimiento. En el mas amplio sentido, todos los que usan este
mismo lenguaje son otros mantenedores de la realidad. La significación
de esto puede, ademas, diferenciarse en términos de lo que se
entiende por un 'lenguaje común', desde el lenguaje
idiosincrasico de grupos primarios, hasta los dialectos regionales o
clasistas de la comunidad nacional que se define en términos de
lenguaje. Existen correspondientes 'retornos a la realidad' para el
individuo que vuelve a los pocos que entienden las alusiones de su grupo, al
sector que corresponde a su acento, o hacia la gran colectividad identificada
con una tradición lingüística particular, o, en orden
inverso -por ejemplo-, para quien retorna a los Estados Unidos, al barrio de
Brooklyn y a la gente que concurrió a la misma escuela primaria. Para
poder mantener eficazmente la realidad subjetiva, el aparato conversacional
debe ser continuo y coherente. En cuanto se produce algún
quebrantamiento en su continuidad y coherencia, se plantea ipso facto una
amenaza a dicha realidad. Ya hemos hablado de los recursos a que puede apelar
el individuo para enfrentar la amenaza de la incoherencia. También
existen diversas técnicas para los casos en que
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esté amenazada la continuidad. El recurso de la correspondencia
epistolar para continuar el dialogo significativo a pesar de la
separación física puede servir de ejemplo. Los dialogos
diferentes pueden compararse según la densidad de la realidad que
producen o mantienen. En general, la frecuencia del dialogo realza el
poder de éste como productor de realidad; pero la falta de frecuencia
puede, a veces, compensarse con la intensidad del dialogo cuando
éste se realiza. Podemos ver al ser amado solo una vez al mes, pero el
dialogo que entonces se produce tiene una intensidad suficiente para
suplir su falta relativa de frecuencia. Ciertos dialogos pueden
también definirse y legitimarse explícitamente en cuanto
poseedores de un status privilegiado, como es el caso de los que se sostienen
con el confesor, el psicoanalista o una figura de 'autoridad' similar.
En este caso la 'autoridad' reside en el status cognoscitiva y
normativamente superior que se adjudica a esos dialogos. La realidad
subjetiva siempre depende, pues, de estructuras de plausibilidad especificas,
es decir, de la base social específica y los procesos sociales
requeridos para su mantenimiento. Puedo mantener mi auto-identificación
como hombre importante solamente en un ambiente que confirme esta identidad;
puedo mantener mi fe católica solamente si conservo mi relación
significativa con la comunidad católica, y así sucesivamente. La
ruptura del dialogo significativo con los mediadores de las estructuras
de plausibilidad respectivas amenaza las realidades subjetivas de que setrata.
Como lo indica el ejemplo de la correspondencia, el individuo puede recurrir a
diversas técnicas para el mantenimiento de la realidad, aun en ausencia
de un dialogo real; pero el poder generador de realidad de dichas
técnicas es muy inferior a los dialogos 'cara a cara'
que pretenden reproducir. Cuanto mas se aíslen estas
técnicas de las confirmaciones 'cara a cara', menos
probabilidades tendran de mantener el acento de realidad. El individuo
que ha vivido durante muchos años entre gente de distinto credo y se
encuentra aislado de la comunidad que comparte su propia fe, puede continuar
identificandose él mismo como católico, por ejemplo.
Mediante la oración, las practicas piadosas y técnicas
similares, su antigua realidad católica puede seguir siendo
subjetivamente relevante para él; estas practicas pueden, como
mínimo, sustentar su auto-identificación continua como
católico; pero, a pesar de eso, llegaran a vaciarse
subjetivamente de realidad 'viviente' a menos que se
'revitalicen' por el contacto social con otros católicos. Es
verdad que un individuo suele recordar las realidades de su pasado; pero la
manera de 'refrescar' esos recuerdos es dialogar con quienes
comparten su relevancia. La estructura de plausibilidad constituye
también la base social para la suspensión particular de dudas, sin
la cual la definición de realidad en cuestión no puede mantenerse
en la conciencia. En tal caso las sanciones sociales específicas contra
esas dudas desintegradoras de la realidad se han internalizado y se reafirman
continuamente. Una de esas sanciones es el ridículo. Mientras permanezca
dentro de laestructura de plausibilidad, el individuo se sentira en
ridículo cada vez que lo asalte subjetivamente alguna duda acerca de la
realidad de que se trate. Sabe que los demas se reirían de
él si llegase a expresar sus dudas en alta voz. Puede reírse
silenciosamente de sí mismo, encogerse mentalmente de hombros y
continuar existiendo dentro del mundo así sancionado. Huelga agregar que
este procedimiento de autoterapia resultara mucho mas
difícil si la estructura de plausibilidad ya no esta al alcance
como su matriz social. La risa se hara forzada y es probable que
eventualmente sea reemplazada por una expresión entre ceñuda y
pensativa. En situaciones de crisis se utilizan esencialmente los mismos
procedimientos que para el mantenimiento de rutinas, excepto que las
confirmaciones de la realidad tienen que ser explícitas e intensivas.
Con frecuencia se ponen en juego técnicas de ritual. Si bien el
individuo puede improvisar procedimientos para mantener la realidad frente a una
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crisis, la sociedad misma establece procedimientos para situaciones que
presenten reconocido riesgo de una ruptura en la realidad. En estas situaciones
predefinidas se incluyen ciertas situaciones marginales, de entre las cuales la
muerte se destaca como la mas importante. Con todo, las crisis de
realidad pueden presentarse en una cantidad de casos mucho mas numerosos
que losplanteados por las situaciones marginales y que pueden ser colectivos o
individuales, de acuerdo con la índole del desafió lanzado a la
realidad socialmente definida. Por ejemplo, los rituales colectivos para el
mantenimiento de la realidad pueden ser institucionalizados para épocas
de catastrofes naturales y los individuales pueden serlo para
épocas de desgracia personal. O también, para tomar otro ejemplo,
los procedimientos específicos para mantener la realidad pueden
establecerse para competir con extranjeros y su amenaza potencial a la realidad
'oficial'. El individuo tal vez tendra que someterse a una
complicada purificación ritual después de haber tenido contacto
con un extranjero. La ablución se internaliza como aniquilación
subjetiva de la realidad que, a modo de altemativa, representa el extranjero.
Los tabúes, los exorcismos y las maldiciones contra los extranjeros, los
herejes o los dementes llenan igualmente la finalidad de 'higiene
mental' individual. La violencia de estos procedimientos defensivos
estara en proporción con la seriedad que se atribuye a la
amenaza. Si los contactos con la realidad que se da como alternativa y con los
que la representan se hacen frecuentes, los procedimientos defensivos pueden
perder su caracter crítico, por supuesto, y volverse rutinarios.
Por ejemplo, cada vez que me encuentre con un extranjero, deberé escupir
tres veces, lo que haré sin pensar mas en el asunto. Todo lo
dicho hasta ahora sobre la socialización implica la posibilidad de que
la realidad subjetiva pueda transformarse. Vivir en sociedad ya comporta un
proceso continuo de modificación de la realidadsubjetiva. Hablar de
transformaciones, pues, involucra examinar los diferentes grados de
modificación. Aquí enfocaremos nuestra atención sobre el
caso extremo, en el que se produce una transformación casi total, vale
decir, aquel en el cual el individuo 'permuta mundos'. Si los
procesos involucrados en el caso extremo se clarifican, los de los casos menos
extremos se comprenderan con mayor facilidad. En particular, la
transformación se aprehende subjetivamente como tal, lo que, por
supuesto, tiene algo de engañoso. Puesto que la realidad subjetiva nunca
se socializa totalmente, no puede transformarse totalmente mediante procesos
sociales. El individuo transformado tendra al menos el mismo cuerpo y
vivira en el mismo universo físico. Con todo, hay ejemplos de
transformaciones que parecen totales si se las compara con otras de menor
cuantía: las llamaremos alternaciones. La alternación requiere
procesos de re-socialización, que se asemejan a la socialización
primaria, porque radicalmente tienen que volver a atribuir acentos de realidad
y, consecuentemente, deben reproducir en gran medida la identificación
fuertemente afectiva con los elencos socializadores que era
característica de la niñez. Son diferentes de la
socialización primaria porque no surgen ex nihilo y, como resultado, deben
contender con un problema de desmantelamiento, al desintegrar la anterior
estructura nómica de la realidad subjetiva. ¿Cómo puede
lograrse esto?. Una 'receta' para lograr la alternación tiene
que incluir condiciones tanto sociales como conceptuales, sirviendo, por
supuesto, las sociales como matriz de las conceptuales. Lacondición
social mas importante consiste en disponer de una estructura de
plausibilidad eficaz, o sea, de una base social que sirva como
'laboratorio' de transformación. Esta estructura de
plausibilidad sera mediatizada respecto del individuo por otros
significantes, con quienes debe establecer una identificación
fuertemente afectiva. Sin esa identificación no puede producirse ninguna
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transformación radical de la realidad subjetiva (en la que se incluye,
por supuesto, la identidad), identificación que reproduce
inevitablemente las experiencias infantiles en cuanto a la dependencia
emocional de otros significantes. Estos son quienes han de actuar como
guías para penetrar en la nueva realidad: representan la estructura de
plausibilidad en los 'roles' que desempeñan vis-à-vis
del individuo ('roles' que, en particular, se definen
explícitamente en términos de su función re-socializadora)
y que mediatizan ese mundo nuevo para el individuo. El mundo del individuo
tiene ahora su centro cognoscitivo y afectivo en la estructura de plausibilidad
de que se trate. Socialmente, esto significa una concentración intensa
de toda la interacción significativa dentro del grupo que sintetiza la
estructura aludida y particularmente en el elenco encargado de la tarea de
re-socialización. El prototipo histórico de la alternación
es la conversión religiosa. Lasconsideraciones antes expresadas pueden
aplicarse aquí con la frase extra ecclesiam nulla salus. Al decir salus
queremos significar en este caso (pidiendo las debidas disculpas a los
teólogos que pensaban en algo diferente cuando acuñaron la frase)
la consumación empíricamente lograda de la conversión.
Únicamente dentro de la comunidad religiosa, la ecclesia, puede la
conversión mantenerse eficazmente como plausible. Con esto no se niega
que la conversión pueda anticiparse a la afiliación a la
comunidad: Saulo. de Tarso buscó la comunidad cristiana después
de su 'experiencia de Damasco'. Pero no reside en eso la
cuestión. Pasar por la experiencia de la conversión no significa
mucho: lo verdadero consiste en ser capaz de seguir tomandola en serio,
en conservar el sentido de su plausibilidad. He ahí donde interviene la
comunidad religiosa, para proporcionar a la nueva realidad la indispensable estructura
de plausibilidad. En otras palabras, Saulo puede haberse convertido en Pablo en
la soledad del éxtasis religioso; pero para poder seguir siéndolo
necesitaba el contexto de la comunidad cristiana que lo reconociera como tal y
confirmara el 'nuevo ser' en que ahora se ubicaba esta identidad. La
relación entre conversión y comunidad no constituye un
fenómeno peculiarmente cristiano (a pesar de los rasgos
históricamente peculiares de la ecclesia cristiana). No se puede seguir
siendo musulman fuera del 'umma del Islam, ni budista fuera del sangha,
y probablemente tampoco hindú en ningún lugar que no sea la
India. La religión requiere una comunidad religiosa y vivir en un mundo
religioso exige afiliarse a esa comunidad.Las estructuras de plausibilidad de
la conversión religiosa han sido imitadas por los organismos de
alternación seculares, cuyos mejores ejemplos se encuentran en las
areas del adoctrinamiento político y en la psicoterapia. La
estructura de plausibilidad debe convertirse en el mundo del individuo,
desplazando a todos los demas mundos, especialmente a aquel en que el
individuo 'habitaba' antes de su alternación. Esto requiere
que el individuo sea segregado de entre los 'habitantes' de otros
mundos, especialmente los que 'cohabitaban' con él en el mundo
que dejó tras de sí. Idealmente se requiere la segregación
física; si por cualquier causa esto no es posible, la segregación
se plantea por definición, o sea, por una definición de esos
otros que lo aniquilan. El individuo alternalizado se desafilia de su mundo
anterior y de la estructura de plausibilidad que lo sustentaba, si es posible,
corporalmente, o si no, mentalmente. En cualquiera de los dos casos, ya no
puede seguir 'uncido con incrédulos' y por lo tanto hay que
protegerlo contra la influencia potencialmente destructora de la realidad.
Dicha segregación resulta particularmente importante en las primeras
etapas de la alternación (la fase del 'noviciado'). Una vez
que la nueva realidad ha quedado fija, pueden entablarse nuevamente relaciones
circunspectas con extraños, aunque aquellos que solían ser
biograficamente significantes todavía constituyen un peligro. Son
los que podran decir: 'Deja eso, Saulo', y tal vez haya
momentos en que la vieja realidad que invocan asuma contornos de tentación.
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La alternación comporta, por lo tanto, una reorganización del
aparato conversacional. Los interlocutores que intervienen en el dialogo
significativo van cambiando, y el dialogo con los otros significantes
nuevos transforma la realidad subjetiva, que se mantiene al continuar el
dialogo con ellos o dentro de la comunidad que representan. Dicho con
sencillez, esto significa que hay que tener mucho cuidado de la persona con
quien se dialoga. Las personas y las ideas que discrepen con las nuevas definiciones
de la realidad deben evitarse sistematicamente. Como esto rara vez se
logra del todo, aunque mas no sea porque subsiste el recuerdo de la
realidad pasada, la nueva estructura de plausibilidad aportara
típicamente diversos procedimientos terapéuticos para tratar las
tendencias 'reincidentes'. Dichos procedimientos siguen la pauta
general de la terapia, como se explicó anteriormente. El requisito
conceptual mas importante para la alternación consiste en
disponer de un aparato legitimador para toda la serie de transformaciones. Lo
que debe legitimarse no solo es la realidad nueva, sino también las
etapas por las que ésta se asume y se mantiene, y el abandono o repudio
de todas las realidades que se den como alternativa. El aspecto liquidador del mecanismo
conceptual tiene particular importancia dado el problema de desmantelamiento
que debe resolverse. La realidad antigua, así como las colectividades y
otrossignificantes que previamente la mediatizaron para el individuo, debe
volver a re-interpretarse dentro del aparato legitimador de la nueva realidad.
Esta re-interpretación provoca una ruptura en la biografía
subjetiva del individuo en la forma de 'antes de Cristo' y
'después de Cristo', o 'pre-Damasco' y 'pos-Damasco'.
Todo lo que precedió a la alternación se aprehende ahora como
conducente a ella (como un 'Antiguo Testamento', por así
decir, o como una praeparatio evangelii), y todo lo posterior como enamorado de
su nueva realidad. Esto involucra una nueva interpretación de la biografía
anterior in toto, según la fórmula: 'Entonces yo
creía ahora se''. Esto incluye con frecuencia la
retroyección al pasado de los esquemas actuales (cuya fórmula es:
'Yo ya sabia entonces, aunque de manera vaga') y motivos interpretativos
que no estaban subjetivamente presentes en el pasado, pero que ahora se
necesitan para volver a interpretar lo que sucedió entonces (cuya
fórmula es: 'Realmente hice esto porque'). La
biografía anterior a la alternación se elimina típicamente
in toto colocandola dentro de una categoría negativa que ocupa
una posición estratégica en el nuevo aparato legitimador:
'Cuando yo todavía llevaba una vida pecadora', 'Cuando
todavía me hallaba preso en la conciencia burguesa', 'Cuando
yo todavía estaba motivado por esas inconscientes urgencias
neuróticas'. De esa manera la ruptura biografica se
identifica con una separación cognoscitiva entre la obscuridad y la luz.
Ademas de esta nueva interpretación in toto, deben producirse
nuevas interpretaciones particulares de hechos y personas delpasado con significación
pasada. Por supuesto que lo mejor para el individuo seria que olvidase por
completo algo de esto. Pero olvidar por completo resulta notablemente
difícil. Lo que se necesita, por lo tanto, es una
re-interpretación radical del significado de esos hechos o personas de
la propia biografía pasada. Ya que inventar cosas que nunca sucedieron
resulta relativamente mas facil que olvidar las que sucedieron
realmente, el individuo puede urdir e insertar hechos donde quiera que se necesiten
para armonizar el pasado que se recuerda con el que se re-interpreta. Como
ahora la nueva realidad, mas que la antigua, resulta dominantemente
plausible para él, puede ser perfectamente 'sincero' al
adoptar ese procedimiento: subjetivamente, no esta contando mentiras con
respecto de su pasado, sino alineandolo con la verdad que, por fuerza,
abarca tanto el presente como el pasado. Dicho sea de paso, este punto tiene
gran importancia di se quieren comprender adecuadamente los motivos que existen
detras de las falsificaciones y adulteraciones de documentos religiosos
que registra la historia repetidamente. También las personas, en
particular los otros significantes, se re-interpretan de
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manera similar. Los otros significantes se convierten ahora en actores de un
drama cuyo significado les resulta necesariamente opaco; y no es de sorprender
querechacen típicamente semejante adjudicación. Ésta es la
razón por la que los profetas sufren típicamente grandes fracasos
en su ciudad natal, y en este contexto es como hay que entender la frase de
Jesús cuando dijo que sus adeptos debían abandonar a sus padres y
madres. Ahora no resulta difícil proponer una 'receta'
específica para la alternación dentro de cualquier realidad que
se conciba, por inadmisible que resulte desde el punto de vista del espectador.
Es posible prescribir procedimientos específicos, por ejemplo, para
convencer a individuos de que podran comunicarse con seres de otros
planetas, siempre que guarden una estricta dieta de pescado crudo. Dejarnos a
la imaginación del lector, si es que se siente dispuesto para ello, el
calcular los detalles de semejante secta de ictiófagos. La
'receta' entrañaría la construcción de una
estructura de plausibilidad para ictiófagos, debidamente segregada del
mundo exterior y equipada con el personal socializador y terapéutico
necesario; la elaboración de un cuerpo de conocimiento para
ictiófagos, suficientemente artificioso como para explicar por
qué el nexo, evidente por sí mismo, entre el pescado crudo y la telepatía
galactica no se había descubierto antes; y las legitimaciones y
liquidaciones necesarias para dar sentido al viaje del individuo hacia esta
gran verdad. Si se observan cuidadosamente estos procedimientos,
existiran grandes probabilidades de éxito una vez que el individuo
haya sido atraído o secuestrado por el instituto de lavado de cerebro
ictiófago. En la practica se dan, por supuesto, muchos tipos
intermedios entre la re-socialización, como lahemos descrito, y la
socialización secundaria, que sigue construyendo sobre las internalizaciones
primarias. En estas últimas se producen transformaciones parciales de la
realidad subjetiva o de sectores determinados de ella. Esas transformaciones
parciales son comunes en la sociedad contemporanea en lo referente a
movilidad social y adiestramiento ocupacional del individuo. Aquí la
transformación de la realidad subjetiva puede alcanzar grandes
proporciones cuando el individuo se convierte en un tipo aceptable de clase
media superior o en un médico aceptable, y llega a internalizar los
apéndices de realidad apropiados. Pero estas transformaciones en
particular no alcanzan a lograr la re-socialización. Construyen sobre la
base de internalizaciones primarias y, en general, evitan las discontinuidades
abruptas dentro de la biografía subjetiva del individuo. Como
consecuencia de esto, encaran el problema de mantener la coherencia entre los
elementos anteriores y posteriores de la realidad subjetiva. Este problema, que
no se presenta bajo esta forma en la re-socialización -la cual provoca
una ruptura en la biografía subjetiva y reinterpreta el pasado antes que
correlacionarlo con el presente-, se hace mas agudo cuanto mas se
acerca la socialización secundaria a la re-socialización, sin que
por eso la primera se transforme realmente en la segunda. La re-socialización
implica cortar el nudo gordiano del problema de la coherencia, renunciando a la
búsqueda de esta última y reconstruyendo la realidad de novo. Los
procedimientos para mantener la coherencia comportan también chapucería
con el pasado, pero de unamanera menos radical: un enfoque dictado por el hecho
de que en esos casos suele haber una asociación continuada con personas
o grupos que eran significativos antes, que siguen en las cercanías,
dispuestos a protestar por las interpretaciones demasiado caprichosas y que
tienen que convencerse de que las transformaciones efectuadas son plausibles.
Por ejemplo, en el caso de las transformaciones que ocurren juntamente con la
movilidad social, existen esquemas interpretativos ya preparados que explican a
todos los interesados lo sucedido sin plantear una metamorfosis total del
individuo de que se trate. Así pues, los padres de un individuo en
movilidad ascendente aceptaran con seguridad ciertos cambios en el
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proceder y en las actitudes de aquél como acompañamiento
necesario, y posiblemente aun deseable, de su nueva situación en la
vida: 'Por supuesto' -se diran- Irving ha tenido que moderar
su judaísmo ahora que se ha convertido en un médico importante;
'por supuesto' que ahora se viste y habla de otra manera; 'por
supuesto' que ahora vota por los republicanos; 'por supuesto' se
ha casado con una egresada de 'Vassar', y tal vez ahora llegue a ser
natural que venga solo de tanto en tanto a visitar a sus padres. Esos esquemas
interpretativos, que ya se ofrecen hechos a medida en una sociedad de gran
movilidad ascendente, y que ya estan internalizadospor el individuo
antes de adquirir movilidad él mismo, garantizan la continuidad
biografica y suavizan las incoherencias que puedan surgir. Procedimientos
similares se adoptan en situaciones en las que las transformaciones son de
índole bastante drastica pero que se definen como temporarias por
su duración, por ejemplo, en el adiestramiento para un servicio militar
de corta duración, o en casos de hospitalización durante un
periodo breve. Aquí la diferencia con la re-socialización total
resulta particularmente facil de advertir, comparando con lo que ocurre
con el adiestramiento para el servicio militar de carrera o con la
socialización de pacientes crónicos. En los primeros casos, ya se
plantea la coherencia con la realidad e identidad previas (existencia como
civil o como persona sana) mediante la suposición de que, eventualmente,
se regresara a ellas. En términos generales, puede decirse que
los procedimientos involucrados son de caracter opuesto. En la
re-socialización el pasado se re-interpreta conforme con la realidad
presente, con tendencia a retroyectar al pasado diversos elementos que, en ese
entonces, no estaban subjetivamente disponibles. En la socialización
secundaria el presente se interpreta de modo que se halle en relación
continua con el pasado, con tendencia a minimizar aquellas transformaciones que
se hayan efectuado realmente. Dicho de otra manera, la base de realidad para la
re-socialización es el presente, en tanto que para la
socialización secundaria es el pasado.
2. INTERNALIZACIÓN Y ESTRUCTURA SOCIAL La socialización siempre
se efectúa en el contexto de una estructura socialespecífica. No
solo su contenido, sino también su grado de 'éxito'
tienen condiciones y consecuencias socio-estructurales. En otras palabras, el
analisis micro-sociológico o socio-psicológico de los
fenómenos de internalización debe siempre tener como trasfondo
una comprensión macro-sociológica de sus aspectos estructurales.
En el plano del analisis teórico que intentamos en este lugar, no
podemos internarnos en un estudio pormenorizado de las diferentes relaciones
empíricas entre los contenidos de la socialización y las
configuraciones socio-estructurales. Con todo, pueden hacerse algunas
observaciones generales con respecto a los aspectos socioestructurales del
'éxito' de la socialización. Por
'socialización exitosa' entendemos el establecimiento de un
alto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva (junto
con la identidad, por supuesto), Inversamente, la 'socialización
deficiente' debe entenderse en razón de la asimetría
existente entre la realidad objetiva y la subjetiva. Como ya hemos visto, la
socialización totalmente exitosa resulta imposible desde el punto de vista
antropológico. Pero, al menos, la socialización totalmente
deficiente es muy poco frecuente y se limita a los casos de individuos con los
que fracasa aun la socialización mínima, debido a una
patología organica extrema. Por lo tanto, nuestro analisis
debe ocuparse de las gradaciones en un continuum cuyos polos extremos son
empíricamente inaccesibles, analisis que resulta de utilidad
porque permite algunas
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aseveraciones generales en cuanto a las condiciones y consecuencias de la
socialización exitosa. El éxito maximo en la
socialización probablemente se obtenga en las sociedades que poseen una
división del trabajo sencilla y una mínima distribución
del conocimiento. La socialización en esas condiciones produce identidades
socialmente pre-definidas y perfiladas en alto grado. Como todo individuo
encara esencialmente el mismo programa institucional para su vida en sociedad,
la fuerza íntegra del orden institucional se hace gravitar con mayor o
menor peso sobre cada individuo, produciendo una masividad compulsiva para la
realidad objetiva que ha de ser internalizada. La identidad, pues, se halla
sumamente perfilada en el sentido de que representa totalmente la realidad
objetiva dentro de la cual esta ubicada. Dicho con sencillez, todos en
gran medida son lo que se supone sean. En una sociedad de esa clase las
identidades se reconocen con facilidad, tanto objetiva como subjetivamente.
Todos saben quién es cada uno y quiénes son los otros. Un
caballero es un caballero, y un labriego es un labriego, tanto para los otros
como para sí mismos. Por consiguiente, no existe problema de identidad.
La pregunta '¿Quién soy yo?' no es probable que
aparezca en la conciencia, puesto que la respuesta socialmente predeterminada
es masivamente real desde el punto de vista subjetivo y queda confirmada
consistentemente en toda interacción significativa. Esto de ninguna
manera implicaque el individuo se sienta satisfecho de su identidad.
Probablemente nunca fue agradable ser labriego, por ejemplo. Ser labriego
entrañaba problemas de todas clases, subjetivamente reales, urgentes y
que distaban mucho de acarrear felicidad; pero no entrañaba el problema
de la identidad. Se era un labriego miserable, tal vez hasta rebelde, pero se
era labriego. Las personas formadas en tales condiciones probablemente no se
conciben ellas mismas como 'profundidades ocultas' en un sentido
psicológico. Los yo de la 'superficie' y de 'bajo la
superficie' se diferencian solo en cuanto a la extensión de
realidad subjetiva que aparece ante la conciencia en un momento dado, y no en
una diferenciación permanente de 'estratos' del yo. Por
ejemplo, el labriego se aprehende en un 'rol' cuando castiga a su
mujer, y en otro cuando se humilla ante su señor. En cada uno de los
casos, el otro 'rol' esta 'debajo de la superficie',
vale decir que esta desatendido en la conciencia del labriego. Pero
ninguno de los 'roles' que plantea como un yo 'mas
profundo' o 'mas real' ; en otras palabras, el individuo
en esa clase de sociedad no solo es lo que se supone sea, sino que lo es de manera
unificada, 'no estratificada'. En tales condiciones la
socialización deficiente ocurre solo como resultado de accidentes
biograficos, ya sean biológicos o sociales. Por ejemplo, la
socialización primaria de un niño puede disminuirse por causa de
una deformidad física que lleva un estigma social o un estigma basado en
definiciones sociales. El cojo y el bastardo constituyen prototipos de estos
dos casos. Existe también la posibilidad de quela socialización
se vea intrínsecamente impedida por inconvenientes biológicos,
como en el caso de una debilidad mental profunda. Todos estos casos tienen el
caracter de desgracias personales y no proporcionan el fundamento para
la institucionalización de anti-identidades y de la anti-realidad. Por
cierto que este hecho provee la medida de la desgracia existente en esas
biografías. En una sociedad de esta clase, el individuo cojo o bastardo
no tiene virtualmente una defensa subjetiva contra la identidad estigmatizada
que se le atribuye. Es lo que se supone sea, tanto para sí mismo como
para sus otros significantes y para la comunidad en conjunto. Es innegable que
puede reaccionar contra su destino con resentimiento o con rabia pero se
sentira resentido rabioso qua ser inferior. Su resentimiento y su rabia
hasta pueden servirle como ratificaciones decisivas de su identidad socialmente
definida como ser inferior, ya que sus superiores, por definición, se
hallan por encima de esas emociones bestiales. Esta aprisionado por la
realidad objetiva de su sociedad, si bien a esa realidad la tiene
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subjetivamente presente como algo ajeno y trunco. Dicho individuo se
habra socializado deficientemente, o sea, existira un alto grado
de asimetría entre la realidad socialmente definida, en la que se halla
preso de facto como si estuviera en un mundo ajeno, y supropia realidad
subjetiva, que refleja ese mundo apenas muy imperfectamente. Esta
asimetría no tendra, sin embargo, consecuencias estructurales
acumulativas, porque carece de una base social dentro de la cual podría
cristalizar en un anti-mundo con su propio grupo institucionalizado de
anti-identidades. El mismo individuo deficientemente socializado esta
socialmente pre-definido como tipo perfilado: el cojo, el bastardo, el idiota,
etc. Consecuentemente, cualesquiera que sean las autoidentificaciones opuestas
que puedan surgir por momentos en su propia conciencia, careceran de
toda estructura de plausibilidad que podría transformarlas en algo
mas que fantasías efímeras. Las anti-definiciones incipientes
de realidad e identidad se presentan en cuanto los individuos de esa clase se
congregan en grupos socialmente durables, lo que pone en acción un
proceso de cambio que servira de introducción a una
distribución de conocimiento mas compleja. Ahora puede comenzar a
objetivizarse una anti-realidad en el grupo marginal de los deficientemente
socializados. Al llegar a este punto el grupo iniciara, por supuesto,
sus propios procesos de socialización. Por ejemplo, los leprosos y los
hijos de leprosos pueden ser estigmatizados dentro de una sociedad. Esa
estigmatización tal vez se limite a los afectados físicamente por
esa enfermedad, o puede abarcar a otros por definición social, por
ejemplo, a los que nacieron durante un terremoto. Así pues, los
individuos pueden definirse como leprosos de nacimiento, y esa
definición puede afectar seriamente su socialización primaria,
por ejemplo, bajo los auspicios de una ancianadesequilibrada que los vivos
físicamente mas alla de los confines de la y les transmita
apenas un mínimo de las tradiciones institucionales comunitarias. En
tanto estos individuos -aunque sean mas de un puñado- no formen
una anti-comunidad propia, sus identidades tanto objetivas como subjetivas se
predefiniran de acuerdo con el programa institucional que les confiera
la comunidad. Seran leprosos y nada mas. La situación
empieza a cambiar cuando existe una colonia de leprosos suficientemente grande
y durable para servir de estructura de plausibilidad a las anti-definiciones de
la realidad, y del destino de ser leproso. Ser leproso, aunque sea en
términos de adjudicación biológica o social, puede ahora
considerarse tal vez como signo de una especial elección divina. Los
individuos impedidos de internalizar totalmente la realidad de la comunidad
podran ahora socializarse dentro de la anti-realidad de la colonia de
leprosos; vale decir que la socialización deficiente dentro de un mundo
social puede ir acompañada de una socialización exitosa dentro de
otro mundo. En cualquiera de las primeras etapas de ese proceso de cambio, la
cristalización de la anti-realidad y la anti-identidad pueden ocultarse
al conocimiento de la comunidad mas general, que todavía
pre-define e identifica continuamente a estos individuos como leprosos, y nada
mas. Se ignora que son 'realmente' hijos especiales de los
dioses. A esta altura un individuo ubicado en la categoría de leproso
puede descubrir 'profundidades ocultas' dentro de sí. La
pregunta '¿Quién soy yo?' se vuelve posible simplemente
porque se dispone socialmente de dosrespuestas antagónicas : la de la
anciana desequilibrada ('Eres un leproso' ) y la de los propios
elencos socializadores de la colonia ('Eres hijo de un dios'). Como
el individuo acuerda un status privilegiado dentro de su conciencia a las
definiciones de la realidad y de sí mismo hechas por la colonia, se
produce una ruptura entre su comportamiento 'visible' en la comunidad
mas general y su autoidentificación 'invisible' como
alguien muy diferente. En otras palabras, aparece una resquebrajadura entre
'apariencia' y 'realidad' en la auto-aprehensión del
individuo. Ya no es lo que se supone que sea. Actúa como leproso, pero
es hijo de un dios. Si hemos de impulsar este ejemplo un paso mas
adelante, hasta el punto en que la
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resquebrajadura se hace visible a la comunidad no leprosa, no sera
difícil advertir que también la realidad de la comunidad
resultara afectada por este cambio. Como mínimo, ya no
sera sencillo reconocer la identidad de nadie, porque si los leprosos
pueden negarse a ser lo que se supone son, otros también pueden hacerlo,
y quiza hasta uno mismo. Si este proceso puede parecer fantasioso al
principio, se ejemplifica magistralmente recordando la definición que
dio Gandhi a los parias del hinduismo: harijans, o sea, 'hijos de
Dios'. Una vez que en una sociedad existe una distribución
mas compleja del conocimiento, la socializacióndeficiente puede
resultar de otros significantes diferentes que mediatizan realidades objetivas
diferentes para el individuo. Dicho de otra manera, la socialización
deficiente puede ser resultado de la heterogeneidad en los elencos
socializadores. Esto puede ocurrir de muchas maneras. Pueden existir
situaciones en las que todos los otros significantes de la socialización
primaria mediatizan una realidad común, pero desde perspectivas muy
diferentes. En cierto grado, por supuesto, todo otro significante tiene una
perspectiva diferente de la realidad común simplemente en virtud de ser
un individuo específico con una biografía especifica. Pero las
consecuencias que aquí tenemos en mente se producen solo cuando las
diferencias entre los otros significantes corresponden a sus tipos sociales
mas que a sus idiosincrasias individuales. Por ejemplo, hombres y
mujeres pueden 'habitar' mundos sociales muy diferentes en una
sociedad. Si tanto los hombres como las mujeres funcionan como otros
significantes en la socialización primaria, mediatizan estas realidades
discrepantes respecto del niño. Esto de por sí no provoca la
amenaza de socialización deficiente. Las versiones masculina y femenina
de la realidad se reconocen socialmente y este reconocimiento también se
transmite en la socialización primaria. Así pues, hay una
supremacía pre-definida de la versión masculina para el
niño varón y de la versión femenina para la mujer. El
niño conocera la versión que pertenece al otro sexo con el
alcance que le han mediatizado los otros significantes del sexo opuesto, pero
no se identificara con esa versión. Aun la
distribuciónmínima del conocimiento plantea jurisdicciones
específicas para las diferentes versiones de la realidad común.
En el caso anterior, la versión femenina se define socialmente como
carente de jurisdicción sobre el niño varón. Normalmente
esta definición del 'lugar adecuado' para la realidad del otro
sexo es internalizada por el niño, que se identifica
'adecuadamente' con la realidad que se le ha adjudicado. Como quiera
que sea, la 'anormalidad' se vuelve posibilidad biografica si
llega a existir una cierta rivalidad entre definiciones de la realidad, que
permita la opción entre ellas. Por una variedad de razones
biograficas, el niño puede hacer una 'elección
equivocada'. Por ejemplo; un varón puede internalizar elementos
'inadecuados' del mundo femenino porque su padre esta ausente
durante el período crucial de la socialización primaria que
administran exclusivamente su madre y sus hermanas mayores. Éstas pueden
mediatizar las definiciones jurisdiccionales 'adecuadas' para el
niño a fin de que él sepa que se supone que no ha de vivir en un
mundo de mujeres; sin embargo, el niño puede identificarse con
él. Su 'afeminamiento' resultante puede ser
'visible' o 'invisible'; en cualquiera de los dos casos,
existira asimetría entre la identidad que se le adjudica
socialmente y su identidad subjetivamente real. Es evidente que una sociedad
proporcionara mecanismos terapéuticos para tratar esos casos
'anormales'. No tenemos por qué repetir aquí lo que ya
se ha dicho con respecto a la terapia, salvo destacar que la necesidad de
mecanismos terapéuticos aumenta proporcionalmente con la potencialidad
estructuralmenteestablecida para la socialización deficiente. En el
ejemplo citado, los niños socializados exitosamente ejerceran,
como mínimo, cierta presión sobre los 'equivocados'. En
tanto no exista un conflicto fundamental entre las definiciones mediatizadas de
la realidad, sino
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únicamente diferencias entre versiones de una misma realidad
común, hay buenas probabilidades de conseguir una terapia exitosa. La
socialización deficiente también puede ser resultado de la
mediatización de mundos agudamente discrepantes realizada por otros
significantes durante la socialización primaria. A medida que la
distribución del conocimiento se hace mas compleja, los mundos
discrepantes se vuelven accesibles y pueden ser mediatizados por otros
significantes diferentes en la socialización primaria. Esto sucede con menos
frecuencia que la situación que acabamos de considerar, en la que las
versiones del mismo mundo común se distribuyen entre el elenco
socializador, porque los individuos suficientemente cohesionados como grupo
(por ejemplo, un matrimonio) para asumir la tarea de socialización
primaria, probablemente hayan urdido entre ellos alguna especie de mundo
común. Esto sucede verdaderamente y posee gran interés
teórico. Por ejemplo, un niño puede ser educado no solo por sus
padres, sino también por un ayo reclutado de entre una sub-sociedad
étnica o de clase. Los padresmediatizan para el niño el mundo de
la aristocracia conquistadora de una raza, por ejemplo; el ayo mediatiza el
mundo del campesinado sometido de otra raza. Hasta es posible que los dos
mediatizadores empleen idiomas completamente distintos, que el niño
aprende simultaneamente, pero que a los padres y al ayo les resultan
mutuamente incomprensibles. En un caso semejante, el mundo paternal, por
supuesto, tendra la supremacía por pre-definición. El
niño sera reconocido por todos los interesados y por él
mismo como perteneciente al grupo de sus padres y no al de su ayo. Con todo,
las pre-definiciones de las jurisdicciones correspondientes a las dos
realidades pueden ser trastomadas por diversos accidentes biograficos,
como en el caso de la primera situación que analizamos, pero haciendo la
salvedad de que ahora la socialización deficiente entraña la
posibilidad de la alternación internalizada como rasgo permanente de la
auto-aprehensión subjetiva del individuo. La elección
potencialmente al alcance del niño ahora se perfila mas,
involucrando mundos diferentes antes que versiones diferentes del mismo mundo.
Huelga agregar que en la practica existiran muchas gradaciones entre
las primeras y las segundas situaciones. Cuando los mundos agudamente
discrepantes se mediatizan en la socialización primaria, al individuo se
le presenta una elección entre identidades perfiladas que aprehende como
posibilidades biograficas genuinas. Puede convertirse en un hombre como
lo concibe la raza A o como lo concibe la raza B. Aquí es donde aparece
la posibilidad de tina identidad verdaderamente oculta, que no se
reconocefacilmente porque no concuerda con las tipificaciones
objetivamente disponibles. En otras palabras, puede existir una
asimetría socialmente disimulada entre la biografía
'pública' y la 'privada'. En cuanto a los padres se
refiere, el niño ya esta preparado para la fase preparatoria de
la caballería. Sin que ellos lo sepan, pero sostenido por la estructura
de plausibilidad que le ha proporcionado la sub-sociedad a la que pertenece su
ayo, el niño mismo 'solo esta jugando a' este proceso
de la caballería, en tanto que 'realmente' esta
preparandose para ser iniciado en los mas elevados misterios
religiosos del grupo sometido. Discrepancias similares se producen entre los
procesos de socialización en la familia y en el grupo de pares. Con
respecto a la familia, el niño esta preparado para egresar de la
escuela secundaria; con respecto al grupo de pares, esta preparado para
su primera prueba seria de valor que consiste en robar un automóvil. Se
da por sobreentendido que tales situaciones estan preñadas de
posibilidades de conflictos internos y de culpa. Es de suponer que todos los
hombres, una vez socializados, resultan en potencia 'traidores a sí
mismos'. El problema interno de esa 'traición' se vuelve
mucho mas complicado si lleva apareado el problema adicional de
cual de sus 'yo' es el
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traicionado en un momento dado, problema que se plantea tan pronto como
laidentificación con otros significantes diferentes incluye a otros
generalizados diferentes. El niño esta traicionando a sus padres
cuando se prepara para los misterios y a su ayo cuando se adiestra para ser
caballero, así como traiciona a su grupo de pares al ser un estudiante
'modelo' y a sus padres al robar un automóvil. En cada
traición existe una concomitante 'traición a sí
mismo' en cuanto a que se ha identificado con los dos mundos discrepantes.
Ya hemos examinado las diversas opciones que se le ofrecen al analizar antes la
alternación, aunque esta claro que esas opciones poseen una
realidad subjetiva diferente cuando ya se internalizan en la
socialización primaria. Podemos presumir sin equivocarnos que la
alternación sigue constituyendo una amenaza que dura toda la vida para
cualquier realidad subjetiva que pueda surgir de un conflicto semejante, como
resultado de cualquier opción que fuere; amenaza que se plantea de una
vez por todas con la introducción de la posibilidad de una alternativa
en la socialización primaria misma. La posibilidad de
'individualismo' (vale decir, de una elección individual entre
realidades e identidades discrepantes) se vincula directamente con la
posibilidad de socialización deficiente. Hemos sostenido que esta última
suscita la pregunta: '¿Quién soy yo?' En el contexto
socio-estructural en el que se reconoce como tal a la socialización
deficiente, surge la misma pregunta para el individuo exitosamente socializado
cuando reflexiona sobre los deficientemente socializados. Tarde o temprano se
enfrentara con esos 'yo ocultos', los 'traidores',
los que han alternado oestan alternando entre mundos discrepantes. Por
una especie de efecto de espejo, la pregunta puede llegar a ser aplicable a
él mismo, en primer lugar de acuerdo con la fórmula: 'Si no
fuera por la gracia de Dios, ahí estaría yo' y,
eventualmente tal vez, con la de : 'Si estan ellos ¿por
qué no yo?' Con esto se abre la caja de Pandora de las opciones
'individualistas', que eventualmente llegan a generalizarse,
prescindiendo del hecho de que el curso de la propia biografía haya
estado o no determinado por opciones 'buenas'. o 'malas'.
El 'individualista' surge como un tipo social especifico que tiene al
menos el potencial para peregrinar entre una cantidad de mundos disponibles y
que, deliberada y conscientemente, se ha fabricado un yo con el
'material' proporcionado por una cantidad de identidades disponibles.
Una tercera situación de importancia que lleva a la socialización
deficiente es la que aparece cuando existen discrepancias entre la
socialización primaria y la secundaria. La unidad de la
socialización primaria se mantiene, pero en la secundaria las realidades
e identidades que se dan como alternativas aparecen como opciones subjetivas.
Las opciones estan limitadas, por supuesto, por el contexto
socioestructural del individuo. Por ejemplo, es posible que quiera llegar a ser
caballero; pero por su posición social esta ambición es absurda.
Cuando la socialización secundaria ha llegado a diferenciarse hasta el punto
en el que se hace posible la desidentificación subjetiva con el
'lugar adecuado' que se ocupa dentro de la sociedad, y en el que al
mismo tiempo la estructura social no permite la realizaciónde la
identidad subjetivamente elegida, se produce una manifestación
interesante. La identidad subjetivamente elegida se convierte en identidad
fantastica, que el individuo objetiviza dentro de su conciencia como su
'yo real'. Puede suponerse que la gente siempre sueña con la
realización de imposibles, y cosas por el estilo. La peculiaridad de
esta fantasía particular reside en la objetivización, en el plano
de la imaginación, de una identidad distinta de la conferida
objetivamente y que ya se ha internalizado en la socialización primaria.
Es evidente que toda distribución mas amplia de este
fenómeno introducira tensiones e inquietud en la estructura
social amenazando los programas institucionales y su realidad establecida.
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Otra consecuencia muy importante, en el caso de que exista discrepancia entre
la socialización primaria y la secundaria, la constituye la posibilidad
de que el individuo pueda tener una relación con mundos discrepantes,
que sea cualitativamente diferente de las relaciones existentes en la
situación que acabamos de analizar. Si en la socialización primaria
aparecen mundos discrepantes, el individuo puede optar por identificarse con
uno de ellos en oposición a los otros, proceso que, por ocurrir en la
socialización primaria, tendra un alto grado de carga afectiva.
La identificación, la desidentificación y la alternación
seranacompañadas por crisis afectivas, ya que dependeran
invariablemente de la mediación de otros significantes. La
aparición de mundos discrepantes en la socialización secundaria
produce una configuración totalmente distinta. En la
socialización secundaria, la internalización no tiene por
qué ir acompañada de una identificación afectivamente
cargada con otros significantes; los individuos pueden internalizar realidades
diferentes sin identificarse con ellas. Por lo tanto, si un mundo aparece como
alternativa en la socialización secundaria, él individuo puede
optar por él de manera manipulativa. Aquí se podría hablar
de alternación 'fría'. El individuo internaliza la
nueva realidad, pero en lugar de ser ésta su realidad, es una realidad
que ha de utilizar con propósitos específicos. Si bien esto
entraña la realización de ciertos 'roles', el individuo
conserva una separación subjetiva vis-é-vis de ellos: 'se
los pone' deliberada e intencionalmente. Si este fenómeno llega a
estar ampliamente distribuido, el orden institucional en conjunto empieza a
asumir el caracter de una red de manipulaciones reciprocas. Una sociedad
en la que en general se dispone de mundos discrepantes sobre una base de
mercado entraña constelaciones específicas de realidad e
identidad subjetivas. Existira una creciente conciencia general de la
relatividad de todos los mundos, incluyendo el propio, el cual ahora se
aprehende subjetivamente como 'un mundo', mas que como
'el mundo'. Se sigue que nuestro propio comportamiento
institucionalizado puede aprehenderse como 'un «rol»' del
que podemos separarnos en nuestra propia conciencia y quepodemos
'representar' con control manipulativo. Por ejemplo, el
aristócrata ya no es simplemente un aristócrata, sino que juega a
ser aristócrata, y así sucesivamente. En ese caso, la
situación tiene una consecuencia de mucho mayor alcance que la
posibilidad de que los individuos jueguen a ser lo que se supone que no son.
También juegan a ser lo que se supone son, cuestión ésta
muy diferente. Esta situación resulta cada vez mas típica
de la sociedad industrial contemporanea, pero evidentemente
trascendería nuestro propósito actual entrar en un
analisis mas detallado de esta constelación en sus
aspectos socio-psicológicos y concernientes a la sociología del
conocimiento. Lo que habría que destacar es que no se puede comprender
una situación semejante, a no ser que se la relacione continuamente con
su contexto socio-estructural, que se sigue lógicamente de la
relación necesaria entre la división social del trabajo (con sus
consecuencias para la estructura social) y la distribución social del
conocimiento (con sus consecuencias para la objetivación social de la
realidad). En la situación contemporanea esto comporta analizar
el pluralismo, tanto de la realidad como de la identidad, con referencia a las
dinamicas estructurales del industrialismo, en particular la de las
pautas de estratificación social producidas por éste.
3. TEORÍAS DE LA IDENTIDAD La identidad constituye, por supuesto, un
elemento clave de la realidad subjetiva y en cuanto tal, se halla en una
relación dialéctica con la sociedad. La identidad se forma por
procesos sociales. Una vez que cristaliza, es mantenida, modificada o aun
reformadapor las relaciones sociales. Los procesos sociales involucrados, tanto
en la formación como en el mantenimiento de la identidad, se determinan
por la estructura
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social. Recíprocamente, las identidades producidas por el interjuego del
organismo, conciencia individual y estructura social, reaccionan sobre la
estructura social dada, manteniéndola, modificandola o aun
reformandola. Las sociedades tienen historias en cuyo curso emergen
identidades específicas, pero son historias hechas por hombres que
poseen identidades específicas. Si se tiene en cuenta esta
dialéctica se puede evitar la noción- errónea de
'identidades colectivas', sin tener que recurrir a la singularidad,
sub specie aeternitatis, de la existencia individual. Las estructuras sociales
históricas especificas engendran tipos de identidad, reconocibles en
casos individuales. En este sentido, se puede afirmar que el norteamericano
tiene una identidad diferente de la del francés, el neoyorquino de la
del habitante del medio-oeste, el ejecutivo de la del vagabundo, y así
sucesivamente. Como hemos visto, la orientación y el comportamiento en
la vida cotidiana dependen de esas tipificaciones, lo que significa que los
tipos de identidad pueden observarse en la vida cotidiana y que las
aseveraciones, como las expresadas anteriormente, pueden ser verificadas -o
refutada- por hombres corrientesdotados de sentido común. El
norteamericano que dude de que los franceses son diferentes a él puede
ir a Francia y comprobarlo en persona. A todas luces, el status de esas
tipificaciones no puede compararse con el de las construcciones de las ciencias
sociales, ni tampoco la verificación y refutación se
efectúan conforme con los canones del método
científico. Debemos dejar a un lado el problema metodológico
respecto de en qué consiste la relación exacta entre las
tipificaciones de la vida cotidiana y las construcciones científicas (un
puritano sabía él mismo que lo era sin mucha deliberación
y que como tal lo consideraban, por ejemplo, los anglicanos; pero el
sociólogo que desea verificar la tesis de Max Weber sobre la
ética puritana debe atenerse a procedimientos algo diferentes y
mas complejos si quiere 'reconocer' los referentes
empíricos del tipo ideal weberiano). El punto de interés en el
presente contexto reside en que los tipos de identidad son 'observables'
y 'verificables' en la experiencia pre-teórica y por ende
pre-científica. La identidad es un fenómeno que surge de la
dialéctica entre el individuo y la sociedad. Por otra parte, los tipos
de identidad son productos sociales tout court, elementos relativamente
estables de la realidad social objetiva (el grado de estabilidad, a su vez, se
determina socialmente, por supuesto). En cuanto tales, constituyen el
tópico de cierta forma de teorización en cualquier sociedad, aun
cuando sean estables y la formación de las identidades individuales
resulte relativamente no problematica. Las teorías sobre la
identidad siempre se hallan insertas en unainterpretación mas
general de la realidad; estan 'empotradas' dentro del universo
simbólico y sus legitimaciones teóricas, y varían su
caracter de acuerdo con esto último. La identidad permanece
ininteligible a menos que se la ubique en un mundo. Cualquier
teorización sobre la identidad -o sobre tipos específicos de
identidad- debe por tanto producirse dentro del marco de referencia de las
interpretaciones teóricas en que aquélla y éstos se
ubican. Volveremos sobre este punto mas adelante. Hay que destacar
nuevamente que aquí nos referimos a teorías de identidad en
cuanto fenómeno social, o sea, sin Prejuzgar sobre su aceptabilidad por
la ciencia moderna. En realidad, mencionaremos esas teorías como
'psicologías', que abarcaran toda teoría sobre
la identidad que aspire a explicar el fenómeno empírico de manera
amplia, tenga o no 'validez' dicha explicación para la
disciplina científica contemporanea de ese nombre. Si las
teorías de la identidad siempre se insertan en las teorías
mas amplias sobre la realidad, esto debe entenderse en términos
de la lógica que subyace a esta última. Por ejemplo, una
psicología que interpreta ciertos fenómenos empíricos como
posesión
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diabólica tiene como matriz una teoría mitológica del
cosmos, y resulta inapropiado interpretarla dentro de un marco de referencia no
mitológico. Similarmente, una psicología que interpreta losmismos
fenómenos según los trastornos eléctricos del celebro
tiene como trasfondo una teoría científica general de la
realidad, tanto humana como no humana, y deriva su coherencia de a
lógica que subyace esa teoría. Dicho sencillamente, la
psicología siempre presupone una cosmología. Este punto puede
ejemplificarse adecuadamente por referencia a la expresión
'orientado a la realidad' tan usada en psiquiatría. Un
psiquiatra que trata de diagnosticar a un individuo cuya situación
psicológica esta en duda, le formula preguntas para determinar el
grado de su 'orientación a la realidad', lo cual es muy
lógico: desde un punto de vista psiquiatrico, existe
indudablemente algo problematico en un individuo que no sabe en
qué día de la semana esta o que admite con prontitud haber
hablado con los espíritus de los muertos. Por cierto que usar el
término 'orientado a la realidad' resulta útil en ese
contexto. Pero el sociólogo tiene que formular una pregunta adicional:
'¿Cual realidad?' Dicho sea de paso, este agregado no deja
de ser relevante desde el punto de vista psiquiatrico. El psiquiatra
tomara, por cierto, en cuenta cuando un individuo no sabe qué
día de la semana es, si acaba de llegar en avión de
retropropulsión desde otro continente. Tal vez no sepa en qué
día esta, simplemente porque todavía tiene 'otra
hora', por ejemplo, la hora de Calcuta en vez de la hora oficial en el
hemisferio oriental. Si el psiquiatra posee cierta sensibilidad para el
contexto socio-cultural de las condiciones psicológicas, sacara
conclusiones diferentes sobre el individuo que habla con los muertos,
según sea que éste provenga,por ejemplo, de Nueva York o de la
campiña de Haití. El individuo podría estar 'en otra
realidad', en el mismo sentido socialmente objetivo con que el individuo
antes citado estaba 'en otra hora'. En otras palabras, las cuestiones
referentes a la situación psicológica no pueden decidirse sin
reconocer las definiciones de la realidad que se dan por establecidas en la
situación social del individuo. Para expresarlo mas
terminantemente, la situación psicológica esta relacionada
con las definiciones sociales de la realidad en general y, de por sí, se
define socialmente. La aparición de las psicologías introduce una
nueva relación dialéctica entre la identidad y la sociedad: la
relación entre la teoría psicológica y aquellos elementos
de la realidad subjetiva que pretende definir y explicar. El nivel de esa
teorización puede variar mucho, por supuesto, como ocurre ten todas las
legitimaciones teóricas. Lo que se dijo antes sobre los orígenes
y las fases de las teorías legitimadoras se aplica aquí con igual
validez, pero con una diferencia que tiene su importancia. Las
psicologías pertenecen a una dimensión de la realidad que posee
la mayor y mas continua relevancia subjetiva para todos los individuos.
Por lo tanto, la dialéctica entre teoría y realidad afecta al
individuo de manera palpablemente directa e intensiva. Cuando las
teorías psicológicas alcanzan un alto grado de complejidad
intelectual, existen probabilidades de que sean administradas por planteles
especialmente adiestrados en este cuerpo de conocimiento. Cualquiera que sea la
organización social de estos especialistas, las teorías
psicológicasvuelven a introducirse en la vida cotidiana aportando los
esquemas interpretativos para tratar los casos problematicos. Los problemas
que surgen de la dialéctica entre la identidad subjetiva y las
adjudicaciones de identidad social, o entre la identidad y su substrato
biológico (del que hablaremos mas adelante), pueden clasificarse
de acuerdo con categorías teóricas, lo que, naturalmente,
constituye el presupuesto de cualquier terapia. Las teorías
psicológicas sirven, pues, para legitimar los procedimientos
establecidos en la sociedad para el mantenimiento y reparación de la
identidad, proporcionando el eslabonamiento teórico entre la identidad y
el mundo, ya que éstos se definen socialmente y se asumen
subjetivamente.
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Las teorías psicológicas pueden ser empíricamente
adecuadas o inadecuadas, con lo cual no nos referimos a su ajuste de acuerdo
con los canones de procedimiento de la ciencia empírica, sino
mas bien en cuanto esquemas interpretativos aplicables por el
especialista o el profano a los fenómenos empíricos de la vida
cotidiana. Por ejemplo, una teoría psicológica que plantea la
posesión demoníaca no es probable que resulte adecuada para
interpretar los problemas de identidad de los intelectuales judíos de
clase media en la ciudad de Nueva York. Esta clase de gente, sencillamente, no
posee una identidad capaz de producir fenómenos quepudieran
interpretarse de esa manera. Los demonios, si es que los hay, parecen
evitarlos. Por otra parte, no es probable que el psicoanalisis resulte
adecuado para la interpretación de los problemas de identidad en la
campiña de Haití, mientras que alguna clase de psicología
vudú podría proporcionar esquemas interpretativos con un alto
grado de exactitud empírica. Las dos psicologías demuestran su
ajuste empírico en su aplicabilidad terapéutica; pero con eso
ninguna demuestra el status ontológico de sus categorías. Ni los
dioses vudú, ni la energía de la libido pueden existir fuera del
mundo definido en los respectivos contextos sociales; pero dentro de esos
contextos existen realmente en virtud de la definición social y se
internalizan como realidades en el curso de la socialización. Los
campesinos de Haití estan poseídos y los intelectuales de
Nueva York son neuróticos. La posesión y la neurosis son, pues,
constituyentes de la realidad tanto objetiva como subjetiva en esos contextos.
Esta realidad resulta empíricamente accesible en la vida cotidiana; las
teorías psicológicas respectivas son empíricamente
adecuadas precisamente en el mismo sentido. En este lugar no corresponde
ocuparnos de si existe la posibilidad de que las teorías
psicológicas puedan desarrollarse, y de qué manera, para
trascender esta relatividad histórico-social. En tanto estas
teorías psicológicas resulten adecuadas en tal sentido,
tendran capacidad de verificación empírica. También
aquí lo que esta en juego no es la verificación en el
sentido científico, sino la prueba en la experiencia de la vida social
cotidiana. Por ejemplo, puedesostenerse que los individuos nacidos en
determinados días del mes tienen probabilidades de ser poseídos,
o que los individuos que tienen madres dominadoras es probable que sean neuróticos.
Estas proposiciones resultan empíricamente verificables en la medida en
que correspondan a teorías adecuadas, en el sentido antes mencionado.
Esa verificación puede ser realizada tanto por los que participan como
por los que observan desde fuera la situación social en cuestión.
Un etnólogo haitiano puede descubrir empíricamente la neurosis de
Nueva York, así como un etnólogo norteamericano puede descubrir
empíricamente la posesión vudú. El presupuesto para esos
descubrimientos consiste sencillamente en que el observador desde fuera
esta dispuesto a emplear el mecanismo conceptual de la psicología
nativa para la indagación que se propone. Si esta o no dispuesto
a acordar a esa psicología una validez epistemológica mas
general, es una cuestión que no atañe a la investigación
empírica inmediata. Otra manera de decir que las teorías
psicológicas son adecuadas consiste en decir que reflejan la realidad
psicológica que pretenden explicar. Pero si en esto consistiera toda la
cuestión, la relación entre teoría y realidad aquí
no resultaría dialéctica. La dialéctica genuina aparece a
causa de la potencia realizadora de las teorías psicológicas.
Puesto que las teorías psicológicas son elementos de la
definición social de la realidad, su capacidad de generación de
la realidad es una característica que comparten con otras teorías
legitimadoras; sin embargo, su potencia realizadora asume grandes dimensiones,
en particular porquese realiza por medio de procesos que sirven para la
formación de la identidad y que tienen una carga emocional. Si una
psicología llega a establecerse socialmente (o sea, si llega a ser
reconocida en general como interpretación adecuada de la realidad
objetiva), tiende a realizarse imperiosamente en los fenómenos que
pretende interpretar. Su internalización se
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acelera por el hecho de que pertenece a la realidad interna, de modo que el
individuo la realiza en el acto mismo de internalizarla. Asimismo, ya que una
psicología pertenece por definición a la identidad, resulta
probable que su intemalización vaya acompañada de
identificación y, por ende, es probable que ipso facto pueda formar la
identidad. Por este íntimo nexo entre la intemalización y la
identificación, las teorías Psicológicas Se diferencian
mucho de otros tipos de teorías. Como los problemas de la socialización
deficiente resultan sumamente conducentes a este tipo de teorización, no
es extraño que las teorías psicológicas posean mayor
aptitud para producir efectos socializadores. Esto no es lo mismo que decir que
las psicologías se auto-verifican. Como ya hemos indicado, la
verificación resulta de confrontar las teorías
psicológicas con la realidad psicológica en cuanto
empíricamente accesible. Las psicologías producen una realidad
que a su vez sirve de base a su verificación. Enotras palabras,
aquí se trata de dialéctica, no de tautología. El
campesino haitiano que intemaliza la psicología vudú se
convertira en poseído tan pronto como descubra ciertas
señales bien definidas. Similarmente, el intelectual neoyorquino que
intemaliza la psicología freudiana se volvera neurótico
tan pronto diagnostique ciertos síntomas bien conocidos. Ciertamente,
resulta posible que, dado un cierto contexto biografico, las
señales o los síntomas sean producidos por el individuo mismo. En
ese caso, el haitiano no producira síntomas de neurosis, sino
señales de posesión, mientras que el neoyorquino
construira su neurosis de conformidad con la sintomatología
reconocida. Esto nada tiene que ver con la 'histeria colectiva' y
mucho menos con la enfermedad fingida, pero sí se relaciona con la
impronta de los tipos de identidad societales sobre la realidad subjetiva
individual de la gente sensata corriente. El grado de identificación
variara con las condiciones de la internalización, como se
estudió previamente, y dependera, por ejemplo, de que se haya
efectuado, o bien en la socialización primaria, o bien en la secundaria.
El establecimiento social de una psicología, que también
entraña la atribución de ciertos 'roles' sociales a los
elencos que administran la teoría y su aplicación terapéutica,
dependera naturalmente de una variedad de circunstancias
histórico-sociales. Pero cuanto mas se establezca socialmente,
mas abundaran los fenómenos que sirven para interpretar.
Si planteamos la posibilidad de que lleguen a adoptarse ciertas psicologías
en el curso de un proceso realizador, damos por implícita
lacuestión de por qué surgen en primer lugar teorías
todavía inadecuadas (como tendrían que serlo en las primeras
etapas de este proceso). Dicho mas sencillamente, ¿por qué
una psicología tiene que reemplazar a otra en la historia? La respuesta
general es que ese cambio se produce cuando la identidad aparece como problema,
sea por la razón que fuere. El problema puede surgir de la
,dialéctica de la realidad psicológica y la estructura social.
Los cambios radicales en la estructura social (como por ejemplo, los cambios
provocados por la Revolución Industrial) pueden desembocar en cambios
concomitantes en la realidad psicológica. En ese caso, pueden surgir
nuevas teo rías psicológicas, en razón de que las antiguas
ya no explican adecuadamente los fenómenos empíricos que se
producen. La teorización sobre la identidad buscara entonces
tomar conocimiento de las transformaciones de identidad que han ocurrido de
hecho, y ella misma sufrira transformaciones en este proceso. Por otra
parte, la identidad puede volverse problematica en el plano de la
teoría misma, vale decir, como resultado de desarrollos teóricos
intrínsecos. En tal caso, las teorías psicológicas seran
pergeñadas 'antes del hecho', por así decir. Su
establecimiento social subsiguiente y su potencia correlativa para generar
realidad pueden producirse por una cantidad de afinidades entre los elencos
teorizadores y diversos intereses sociales. Una posibilidad histórica es
la constituida por la manipulación ideológica deliberada a cargo
de grupos políticamente interesados.
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(Cap. III). Amorrortu: Buenos Aires
4. ORGANISMO E IDENTIDAD Mucho antes de llegar a este punto hablamos de los
presupuestos y limitaciones del organismo con respecto a la construcción
social de la realidad. Ahora importa hacer hincapié en que el organismo
continúa afectando cada base de la actividad constructora de realidad
del hombre, y que el mismo organismo resulta, a su vez, afectado por esta
actividad. Dicho rudimentariamente, en la socialización, la animalidad del
hombre se transforma, pero no queda abolida. Así pues, el
estómago del hombre sigue quejandose sordamente, aun cuando
éste prosigue su tarea de construir, el mundo. Lo que sucede en ese
mundo, producto suyo, puede hacer que su estómago se queje mas, o
menos, o de diferente manera. El hombre es aun capaz de comer y teorizar al
mismo tiempo. La coexistencia continuada de la animalidad y la socialidad del
hombre puede apreciarse convenientemente en cualquier dialogo de
sobremesa. Resulta posible hablar de una dialéctica entra la naturaleza
y la sociedad, dialéctica que se da en la condición humana y que
se manifiesta nuevamente en cada individuo humano. Para el individuo se
desenvuelve, por supuesto, en una situación históricosocial ya
estructurada. Hay una dialéctica continua que empieza a existir con las
primeras fases de la socialización y sigue desenvolviéndose a
través de la existencia del individuo en sociedad, entre cada animal
humano y su situación histórico-social. Externamente, consiste
enuna dialéctica entre el animal individual y el mundo social;
internamente, es una dialéctica entre el substrato biológico del
individuo y su identidad producida socialmente. En el aspecto externo
todavía es posible decir que el, organismo coloca límites a lo
que resulta socialmente posible. Como han dicho los abogados
constitucionalistas ingleses, el Parlamentó puede hacer todo, salvo
hacer que los hombres alumbren hijos. Si el Parlamento lo intentase, su
proyecto fracasaría al chocar contra los hechos inflexibles de la
biología humana. Los factores biológicos limitan el campo de las
posibilidades sociales que se abre a todo individuo; pero el mundo social, que
es preexistente al individuo, impone a su vez limitaciones a lo que resulta
biológicamente posible al organismo. La dialéctica se manifiesta
en la limitación mutua del organismo y la sociedad. Un ejemplo destacado
de la limitación que establece la sociedad a las posibilidades
biológicas del organismo lo constituye la longevidad. La esperanza de
vida varía con la ubicación social. Aún en la sociedad
norteamericana contemporanea existe gran discrepancia entre la esperanza
de vida de los individuos de clase baja y la de los de clase alta.
Ademas, tanto la incidencia como el caracter de la
patología varían según la ubicación social. Los
individuos de clase baja suelen enfermarse con mas frecuencia que los de
clase alta; asimismo, tienen enfermedades diferentes. En otras palabras, la
sociedad determina cuanto tiempo y de qué manera vivira el
organismo individual. Esta determinación puede programarse
institucionalmente en la operación de controlessociales, como en la
institución del derecho. La sociedad puede mutilar y matar. En realidad,
en este poder que posee sobre la vida y la muerte se manifiesta su control
definitivo sobre el individuo.
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La sociedad también interviene directamente en el funcionamiento del
organismo, sobre toda con respecto a la sexualidad y a la nutrición. Si
bien ambas se apoyan en impulsos biológicos, estos impulsos son
sumamente plasticos en el animal humano. El hombre es impulsado por su
constitución biológica a buscar desahogo sexual y alimento. Pero
dicha constitución no le indica dónde buscar satisfacción
sexual ni qué debe comer. Librado a sus propios recursos, el hombre
puede adherir sexualmente a cualquier objeto y es muy capaz de comer cosas que
le causaran la muerte. La sexualidad y la nutrición se canalizan
en direcciones específicas, socialmente mas que
biológicamente, y esta canalización, no solo impone
límites a esas actividades, sino qué afecta directamente las
funciones del organismo. Así pues, el individuo exitosamente socializado
es incapaz de funcionar sexualmente con un objeto sexual 'impropio' y
tal vez vomite cuando se le ofrece un alimento 'impropio'. Como ya
hemos visto, la canalización social de actividades constituye la esencia
de la institucionalización, que es el fundamento para la
construcción social de la realidad. Por ello, puede decirseque la
realidad social determina no solo la actividad y la conciencia, sino
también, en gran medida, el funcionamiento del organismo. De esa manera,
ciertas funciones biológicas intrínsecas como el orgasmo y la
digestión se estructuran socialmente. La sociedad también
determina la manera en que se usa el organismo en actividad; la expresividad,
el porte y los gestos se estructuran socialmente. No nos concierne aquí
la posibilidad de una sociología del cuerpo surgida a causa de lo que
acabamos de afirmar. La cuestión es que la sociedad pone limitaciones al
organismo, así como éste pone limitaciones a la sociedad. En el
aspecto interno, la dialéctica se manifiesta como la resistencia del
substrato biológico a su amoldamiento social. Esto tiene maxima
evidencia en el proceso de socialización primaria. Las dificultades que
se presentan en principio para socializar a un niño no pueden explicarse
sencillamente en los términos del problema intrínseco del
aprendizaje. El animalito se defiende, por así decir. El hecho de que
esta destinado a perder la batalla no elimina la resistencia de su
animalidad a la influencia cada vez mas penetrante del mundo social. Por
ejemplo, el niño resiste la imposición de la estructura temporal
de la sociedad sobre la estructura natural de su organismo. Se resiste a comer
y dormir de acuerdo con el reloj mas que con los reclamos
biológicamente dados del organismo. Esta resistencia va
doblegandose progresivamente en el curso de la socialización pero
se perpetúa como frustración en cada oportunidad en que la
sociedad prohíbe comer al individuo hambriento e irse a la cama al que
tienesueño. La socialización comporta inevitablemente esta clase
de frustración biológica. La existencia social depende del
sojuzgamiento continuo de la resistencia biológicamente fundada del
individuo, lo que entraña legitimación, así como
institucionalización. De esa manera la sociedad proporciona al individuo
diversas explicaciones acerca de por qué debe comer tres veces por
día y no cuando siente hambre, y explicaciones aún mas
enérgicas acerca de por qué no debe dormir con su hermana. En la
socialización secundaria existen problemas similares para adaptar el
organismo al mundo socialmente construido, aunque, por supuesto, el grado de
frustración biológica resultara probablemente menos agudo.
En el individuo totalmente socializado existe una dialéctica interna
continua entre la identidad y su substrato biológico. El individuo sigue
experimentandose como un organismo, separado de las objetivizaciones
socialmente derivadas de sí mismo y, a veces, en oposición a
ellas. Esta dialéctica suele aprehenderse como una lucha entre un yo
'superior' y uno 'inferior', equiparados respectivamente
con la identidad social y con la animalidad pre-social y, posiblemente,
anti-social. El yo 'superior' debe afirmarse repetidamente sobre el 'inferior',
a veces en pruebas criticas de fuerza. Por ejemplo, un hombre debe vencer su
temor instintivo a la muerte mediante el valor en el
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combate. Aquí el yo 'inferior' es castigado por el
'superior' hasta que se somete, afirmación de dominio sobre el
substrato biológico que resulta indispensable si ha de mantenerse, tanto
objetiva como subjetivamente, la identidad social del guerrero. Similarmente,
un hombre puede obligarse a ejercer sus funciones sexuales venciendo la
resistencia inerte de su saciedad fisiológica, con el propósito
de mantener su identidad como modelo de hombría. Aquí
también el yo 'inferior' es obligado a prestar servicio en
provecho del 'superior'. El triunfo sobre el miedo y sobre la
postración sexual son otros tantos ejemplos de la manera en que el
substrato biológico resiste y es dominado por el yo, social interior del
hombre. Huelga aclarar que existen muchos otros triunfos menores que se
conquistan rutinariamente en el curso de la vida cotidiana, así como,
por cierto, existen derrotas de poca y de mucha importancia. El hombre
esta biológicamente predestinado a construir y a habitar un mundo
con otros. Ese mundo se convierte para él en la realidad dominante y
definitiva. Sus limites los traza la naturaleza, pero una vez construido, ese
mundo vuelve a actuar sobre la naturaleza. En la dialéctica entre la
naturaleza y el mundo socialmente construido, el propio organismo humano se
transforma. En esa misma dialéctica, el hombre produce la realidad y por
tanto se produce a sí mismo.
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