ARTE NOVOHISPANO
Una de las preocupaciones básicas a lo largo de la
historiografía sobre la pintura novohispana ha sido aclarar la relación de ésta
con la pintura española. La mayor parte de escritos sobre este
tema durante el siglo xix y gran parte del
xx concluyeron que a partir de la llegada de los pintores europeos la pintura
que se realizó en el territorio novohispano era española. La temprana pintura del siglo xvi tanto en murales como en códices presenta
la dificultad de aclarar hasta dónde el sistema pictórico indígena siguió
funcionado. Respecto a la pintura posterior, la conclusión de que era
sespañolas hizo a un lado toda discusión a pesar de
que la pintura del
siglo xvii y xviii presenta una clara identidad frente a esta escuela europea
que debe tener una explicación. A pesar de múltiples trabajos sobre la
interacción del
indígena en la pintura, es la hora en que deben ser revisados los criterios
utilizados hasta hoy para determinar la identidad de la pintura novohispana en
general. Para ello proponemos como auxiliar en esta tarea
utilizar los esquemas de análisis que los lingüistas han utilizado para
estudiar el español de América. Partiendo de la pregunta para la lengua de si
el español utilizado en América es español de América o español en América,
trasladamos esta discusión alterreno de la pintura preguntándonos si la pintura
es sla pintura española en Américas o sla pintura española de Américas.
A través de términos como sustrato, léxico, nivelación y koiné, intentamos
encontrar explicaciones a la diversidad de esta pintura, considerando que ésta
puede ser definida como una variedad dialectal de la pintura española, pero
también revisando las habilidades artísticas y técnicas del mundo indígena
intentando dar una explicación, no del rechazo o desaparición de todo un
sistema de representación, como se ha querido ver, sino de su asimilación y
ajustes estilísticos a una nueva realidad pictórica. Este avance de investigación
sólo toma en cuenta el mundo formal dejando a un lado
todo aquello que es del área del contenido y la iconografía.
El arte novohispano nació en Latinoamérica durante la
época colonial como fruto del
mestizaje entre el arte occidental de los maestros del siglo XVII y las distintas culturas
indígenas y locales.
La pintura tuvo gran desarrollo en Europa durante la
época de la conquista, y para varios de los conquistadores españoles era
prioritario representar sus triunfos mediante las bellas artes. Hacia 1538, llegó el primer pintor español a Nueva España, llamado
Rodrigo de Cifuentes y probablemente ficticio. El trabajo de Cifuentes
consistió endecorar varios conventos de Tlaxcala y plasmar con su arte la
conversión de los principales señores tlaxcaltecas al cristianismo, en una
pintura hoy perdida e intitulada 'El bautizo de los caciques de
Tlaxcala', en lo que fue considerado el convento más antiguo de América. Otros pintores notables de esa época fueron Francisco de Morales,
Francisco de Zumaya, Andrés de la Concha y Juan de Arrúe. De la obra galardonada, la remodelación y
ampliación de la estación de ferrocarril de Basilea (Suiza), hay
que mencionar la adecuación de la obra al lugar en el que se emplaza y
cómo se constituye a modo de puerta de entrada y salida de la ciudad
(Basilea). A su vez, hay que destacar la confortabilidad interior de la
misma, la silueta quebrada de la cubierta, el dominio de la escala, la
impecable ejecución (reflejada en el vídeo que se podía
visualizar en la exposición) y la inserción urbana del edificio
en su totalidad. Todos estos factores, consiguen que se pueda admirar una
“arquitectura natural y equilibrada” y que gracias a estos dos arquitectos con una amplia proyección
internacional, se pueda dar a conocer el prestigio de la arquitectura andaluza,
e incluso fuera de nuestras fronteras.
Con respecto a una delos
dos obras finalistas, el Museo Arqueológico de Almería, destaco
entre la mucha información que se puede encontrar en cualquier revista
de Arquitectura, la incorporación del
proyecto a la creación de nuevo espacio público para la ciudad. El entorno con edificios de gran altura decidió el volumen
compacto de la edificación permitiendo liberar una plaza otorgando de
espacio público al denso ensanche de la ciudad de Almería.
Se crea así, un nuevo espacio para la ciudad,
abierto a ella y antesala del Museo. Otro aspecto que me resulta interesante es
la impresionante presencia de los frentes de las canteras almerienses
(utilizados como
material de las fachadas del
museo), que ha sido determinante en el proyecto de los despieces de los muros,
necesariamente opacos, del Museo. De una parte la privacidad de los espacios
interiores expuestos a las miradas indiscretas de los edificios circundantes y
de otra el control de la luz natural en los espacios
expositivos, han reducido al mínimo los huecos exteriores.
La otra obra finalista, la remodelación de la Hacienda de Santa Ana como
sede del
Ayuntamiento de Tomares (Sevilla) resulta muy interesante por tratarse
precisamente de una hacienda. Las haciendas de olivar,
sucesoras en el tiempo de las alquerías musulmanas y de las villae,
explotaciones agrícolas romanas, constituyen las construcciones rurales
de mayor interés arquitectónicodel Bajo Guadalquivir. La
rehabilitación de la hacienda de Santa Ana se produce a partir de un
conjunto de edificios en ruinas, alguno de los cuales había sido ya
parcialmente intervenido para su adecuación a servicios administrativos
del Ayuntamiento. Se decide demoler estas construcciones posteriores, y de la
misma manera que la nueva arquitectura propuesta mantiene un espíritu de
continuidad con el pasado parece igualmente importante el hecho de no
sobreestimar la relación antiguo-calidad, es decir la permanencia
indiscriminada de lo viejo y actuar decididamente demoliendo todos aquellos
elementos carentes de valor arquitectónico, constructivo o
histórico. De preservar solo la arquitectura de calidad con la voluntad
de introducir una nueva arquitectura que pudiera convivir pacíficamente
y con naturalidad con el edificio existente. Es, por tanto,
el viejo edificio, o mas bien sus restos, los que sugieren el camino a
seguir. Se trata, pues, de escuchar al viejo edificio.
Ademas de estas tres obras finalistas comentadas, me gustaría
hacer una breve mención a algunas de las otras
obras que se encontraban en la exposición y que me resultaron
especialmente atractivas.
Una de ellas, es, sin duda, la Ordenación del Borde
Marítimo de Vigo, de Guillermo Vazquez Consuegra. Lo primero que
hay que decir de esta obra es que es Premio de la Arquitectura Española
2005; y segundo,que gracias a esta intervención, lo que era un Pero el más
notable del siglo XVI novohispano fue, sin duda, el flamenco Simón Pereyns se
asentó en Nueva España desde 1566, y junto a los pintores antes mencionados
formó un grupo cultural que predominó en la pintura novohispana hasta 1620. La
pintura religiosa fue la más recurrida en el siglo XVII, y gran parte de ella se encuentra en el Museo del Virreinato de Tepoztlán. Los más notables pintores fueron José Ibarra, los vascos Echave y
Cristóbal de Villalpando. Hacia la mitad de tal siglo, surgió Miguel Cabrera,
conocido retratista que plasmó en sus cuadros varias escenas de la vida
cotidiana en Nueva España, retrató además a Sigüenza y a Sor Juana. Nicolás
Rodríguez Juárez, otro pintor de la época, solía retratar a virreyes,
arzobispos, obispos, corregidores y potentados. Con el auge de los movimientos
de independencia, la pintura adquirió un toque
nacionalista que perduró hasta entrado el siglo XX.