HISTORIA: LOS ORIGENES DE SANTIAGO DEL ESTERO
Cuando llegaron los españoles al noroeste argentino, se encontraron con
una zona densamente poblada. El actual territorio santiagueño estaba
habitado por pueblos originarios de procedencia, modos de vida y lenguas
distintas. Sin embargo los confundieron entre sí y los designaron genéricamente
juríes. Este nombre proviene de xuri, voz quechua que significa
ñandú, denominación que les dieron los españoles a
los nativos, que vestían con una especie de delantal de plumas de
avestruz y que se desplazaban en verdaderas 'bandadas'. Por este motivo llamaron a la región como de 'los juríes'. Pero,
en realidad, los pueblos que allí habitaban
eran completamente distintos.
El grupo étnico mas importante era el de los tonocoté, que
habitaba en la mesopotamia santiagueña –entre los ríos
Dulce y Salado-, hace unos 1000 años. Eran agricultores, aunque
combinaban esta practica con la caza, pesca y recolección. Cultivaban maíz, zapallo y porotos. Vivían en aldeas ubicadas en prominencias artificiales
denominadas túmulos, a la orilla de los ríos. Las chozas eran de planta circular o rectangular, con techos a dos
aguas. El poblado estaba rodeado de palos a pique como defensa de los
ataques de los pueblos invasores. Eran habiles
tejedores, hecho que fue aprovechado por los españoles para hacerlos
trabajar en los obrajes de paños, cuando se introdujo el algodón
en el Tucuman, sometidos al sistema de encomiendas. Teñían las fibras de vivos colores.
Conocían laalfarería y fabricaban diversos utensilios de
ceramica como
pucos, urnas funerarias, vasijas, jarras, pipas, ocarinas, silbatos, etc.,
decorados de distintas formas y colores, grabados o pintados. También
fabricaban diversos objetos de hueso como agujas, flechas, quenas, etc.
En algunas zonas del río Salado se han encontrado objetos de metal como
campanillas, punzones, cuchillos, pectorales, pinzas y otros, que nos hablan
del contacto activo de estos pueblos con los de culturas andinas, que
conocían la metalurgia.
Antes de la llegada de los españoles, grupos de pueblos
huarpidos chaqueños comenzaron a desplazarse hacia el oeste y el
sur, empujando y sometiendo a las tribus allí asentadas. Eran los lules, belicosos, nómades, que vivían de la
caza, pesca y de la recolección de frutos y raíces silvestres.
En su avance se pusieron en contacto con pueblos agricultores
y así aprendieron a cultivar, aunque lo hacían temporariamente.
Los sanavirones se ubicaban al sur de los tonocotés, en la zona baja del
río Dulce hasta la laguna de Mar Chiquita. Eran
sedentarios y agricultores, aunque también cazaban, pescaban y
recolectaban. Eran buenos alfareros y en la zona que habitaron se
encontraron importantes yacimientos arqueológicos con restos de
ceramica y petroglifos. También fueron encontrados gran
número de torteros, usados para hilar, que nos hablan del desarrollo de
la tejeduría. Enterraban a sus muertos en urnas
funerarias. Vivían en casas grandes que
albergaban a varias familias y estaban semi enterradas, por falta demadera y
para abrigo en el invierno. Se agrupaban en aldeas.
No se tiene certeza que los pueblos originarios, ubicados en el actual
territorio de Santiago del Estero,
hayan sido dominados por los incas. El contacto
llegó mediante la lengua quechua, expandida por
las zonas altas e introducida a Santiago
por los españoles, a través de los lenguaraces con los que se
comunicaban con los pueblos sometidos.
La conquista y población del antiguo Tucuman
guardó relación estrecha con el espíritu moderno de toda
la conquista de América. Hombres provistos de
aliento conquistador y medieval que partieron en busca de posibilidades de
enriquecimiento y ascenso social, forjaron los habitos y técnicas
de apropiación y colonización territorial. La expansión de
los europeos por el continente en busca de metales preciosos, pareció
llegar a su fin, al sur del imperio incaico.
A partir de 1535 al disminuir el ritmo -antes vertiginoso- de la
expansión territorial española en América, luego de las
conquistas de México y Perú, sobrevino la conquista mas
difícil de territorios con poblaciones en estadio cazador-recolector asociados
a agricultura incipiente, de menor densidad y de estructuras políticas y
sociales mas débiles. La expansión se precipitó
como consecuencia de las guerras civiles del Perú y de la necesidad de
desembarazarse de los conquistadores sin empleo, aventureros, soldados y
mestizos, sin ocupación, que podían volver a perturbar la paz
colonial. De allí la extensión de la conquista a lo largo de la
costa del Pacífico,por Chile, y la internación por la
región del Tucuman, expandiéndose por el sur en
búsqueda del
puerto atlantico. Ambas regiones respondían a las necesidades del Perú minero. Si bien la exigencias del
momento incitaban a los gobernadores del Perú a ‘descargar la
tierra’ para aminorar la tensión social, al poco tiempo la
acción adquirió otro valor: el de empujar las fronteras,
incorporando nuevos territorios.
En 1536 Diego de Almagro había incursionado por la región del Tucuman en su paso para Chile. Pero, la primera expedición que penetró en territorio
santiagueño, con genuinos deseos de conquista, fue la de Diego de Rojas.
El gobernador del Perú, Cristóbal Vaca de Castro, nombró a
Rojas, que había sido gobernador de La Plata (Charcas), para reconocer
la región del Tucuman. En 1543 partió desde el Perú
con unos cien hombres. Luego debía seguirle Gutiérrez
y mas tarde Heredia. Pasó por el valle Calchaquí y
los llanos tucumanos; Tras continuos enfrentamientos con los aborígenes,
penetró en territorio santiagueño por las sierras de
Guasayayan,
En la zona de Maquijata, en un enfrentamiento con los tonocotés, Rojas
fue herido en una pierna con una flecha probablemente envenenada y finalmente
murió. La expedición siguió por el país de los
diaguitas, recorriendo las actuales provincias de Catamarca, La Rioja y norte
de San Juan,
hasta entrar en Córdoba y continuar rumbo al Parana. En esta
primera entrada se levantaron, en tierras de indios, reales y fuertes de efímera existencia. La importancia de esta
empresa reside, enque fue la primera que realizó un
reconocimiento efectivo de la región del Tucuman, base para
expediciones pobladoras posteriores.
El movimiento de expansión y ocupación del espacio se explica como respuesta a vastos intereses privados.
Lo hizo la corona, de acuerdo con particulares decididos a
arriesgar sus capitales en el sometimiento de los nuevos territorios, a cabio
de beneficios económicos; Para ello
firmaba capitulaciones -instrumento legal-contractual. En
otros casos, aventureros y soldados decidían, por su cuenta, la empresa.
Si bien las capitulaciones eran firmadas generalmente por un
solo hombre, por detras había socios capitalistas que costeaban
las sociedades de conquista y participaban de sus beneficios.
Tal el caso de la entrada de Diego de Rojas, solventada por el propio Rojas,
mas Felipe Gutiérrez y Nicolas de Heredia, con un aporte
de 30.000 pesos oro, cada uno, suma muy considerable para la época.
También invirtieron montos similares o mayores otros conquistadores como
Jerónimo Luis de Cabrera, Juan Núñez del Prado y Francisco
de Aguirre. La carga económica recaía enteramente sobre quien
capitulaba. En las probanzas de méritos y servicios de los conquistadores constaban las sumas invertidas por cada uno
de ellos. Los costos de la jornada explican por qué las capitulaciones
fueron siempre firmadas con personajes de caudales y alguna figuración,
ya que el que capitulaba financiaba el grueso de los gastos, ademas de
costear el equipo de los pobres y endeudados, que debían reembolsarlo
alrepartirse el primer botín. Había
también quienes se pagaban su propio equipo y armamentos y el de otros
combatientes.
Las condiciones en que se estipulaba la participación
pesaban en el momento de repartir los premios. Si bien la
adjudicación de mercedes de tierra, encomiendas de indios o cargos de
gobierno podía recaer en guerreros de lucida
actuación en el campo de batalla, frecuentemente se distinguía a
la jerarquía económica del
militar, que había convenido de antemano la categoría que
asumiría en el reparto.
Los españoles tendían a extenderse sobre
espacios desmesurados cuando el número de indios no colmaba las
ambiciones de encomiendas, por ello era importante contar con cierto
número de soldados que les garantizara oposición a la resistencia
indígena. Muchas veces la soldadesca constituía un foco de
presión que estallaba a menudo en disturbios y conspiraciones, como
sucedió con la expedición de Diego de Rojas y la de
Núñez del Prado.
El caracter privado de la expansión
entrañó la obligación de premiar a los responsables de la
avanzada conquistadora sobre los vastos espacios vacíos. El
régimen de recompensas fue establecido en función de la necesidad
de incentivar el interés por la riesgosa aventura, aunque apareciera como
un reconocimiento de servicios. Las mercedes, de corte señorial, fueron
provistas por el mismo conquistado: indios y tierras. Las
encomiendas constituían el premio mas codiciado. Las
disputas suscitadas en torno de ellas creaban
rencillas y litigios permanentes. Cada cambio de
gobernadorpresuponía el cambio de titular de numerosas encomiendas.
Los indios encomendados fueron uno de los móviles principales de la
población en territorio del Tucuman,
ademas de la pregonada expansión de la fe cristiana.
Debemos entender la conquista del Tucuman y la fundación de
Santiago del Estero como el resultado de la necesidad de ampliar las fronteras
y anexar territorios, que iban a ser a la vez proveedores y contrafuertes para
el desarrollo y la seguridad del Perú que, por su producción de
plata, era una pieza vital del imperio. La entrada de Rojas, de una
duración de tres años y medio, permitió dar una
información muy valiosa sobre la región central y norte de
nuestro país.
A mediados del siglo XVI, el Licenciado La Gasca acababa de poner fin a una
guerra civil en el Perú y se veía en la necesidad, como antes
Vaca de Castro, de emplear a la soldadesca que se encontraba desocupada y
promovía desórdenes. Por ello encomendó a Juan
Núñez de Prado que organizara una expedición y fundara una
ciudad para proteger el camino a Chile y para que se informase de las
probabilidades de ocupación del territorio y facilitara el
descubrimiento de la ruta al Río de la Plata.
Núñez de Prado partió de Potosí con doscientos
hombres y el 29 de junio de 1550 fundó una ciudad en el valle de
Gualan -actual territorio de la provincia de Tucuman- y le puso
por nombre El Barco, en honor a La Gasca que había nacido en El Barco de
Avila, en España. Realizó el trazado del poblado,
conformó el Cabildo y distribuyó los indios enencomiendas.
Estando allí instalado se planteó el primer
conflicto de jurisdicción con tropas chilenas, que al mando de Francisco
de Villagra, obligaron a Núñez a reconocer la dependencia de su
ciudad respecto de la gobernación de Chile. Una
vez que se retiraron Villagra y sus hombres, Núñez de Prado
desconoció su autoridad y decidió trasladar la ciudad. En 1551 la ubicó en el valle deQuiriquiri -actual provincia
de Salta- y cambió su nombre por el de El Barco del Nuevo Maestrazgo de Santiago. Poco
duró en esta ubicación ya que al año siguiente, por los
ataques continuos de los naturales y cumpliendo órdenes de las
autoridades del Perú –ante la inseguridad
de saber en qué jurisdicción se encontraba- la trasladó en
1552, a orillas del río del Estero -
hoy río Dulce-, cerca de la actual Santiago
del Estero.
El gobernador de Chile Pedro de Valdivia, por creer que El Barco estaba dentro
de sus territorios, designó gobernador de esta ciudad a Francisco de
Aguirre -destacado capitan que había luchado en Europa y
América- y lo envió a tomar posesión de ella. Su objetivo
era unir en una sola gobernación toda la tierra existente entre el
Atlantico y el Pacífico, desde La Serena hasta el Río de
la Plata.
Aguirre, apenas llegó a territorio santiagueño en mayo de 1553,
se apoderó de la ciudad, designó otras autoridades,
organizó un nuevo cabildo, distribuyó nuevas encomiendas,
apresó a Núñez de Prado que estaba explorando en las
cercanías, lo envió prisionero a Chile y decidió trasladar
la ciudad a corta distancia de su antiguaubicación, por estar demasiado
expuesta a las crecidas del río. Así lo hizo el 25 de julio de 1553 y, finalmente, le puso por nombre Santiago del Estero. Con
la fundación de Aguirre comenzó el proceso de asentamiento hispano en forma estable en la región.
Mudar la ciudad implicaba riesgos: elegir nuevo lugar, lograr la
adhesión, consensuada o por la fuerza, de los capitulares -o cambiarlos
como se hizo en el caso de Santiago del Estero- alterar la distribución
de solares y los repartimientos de indios, etc. Si a esto sumamos que era la
única ciudad existente en la zona, razón por la cual tenía
que resolver sola los problemas de abastecimiento, provisiones, armas y
hombres, podemos imaginarnos que los primeros años debieron ser muy
difíciles. Así lo atestiguan los documentos: fueron de extrema
dureza para los pobladores, que se veían obligados a alimentarse con
insectos, hierbas y raíces y a vestirse con cueros de venados,
ademas de estar permanentemente acosados por la hostilidad de los
indígenas.
La importancia de fundar una ciudad en estas tierras bajas, ademas del pleito jurisdiccional, radicaba
en instalar un poblado en una zona habitada por pueblos originarios numerosos,
que ofrecieron poca resistencia,
a diferencia de los diaguitas y calchaquíes, de las tierras altas, que
continuaron rebelandose por mas de un siglo.
La explotación del territorio se asentaba en el
aprovechamiento de la mano de obra indígena. Los pueblos sometidos eran
convertidos en tributarios, es decir, que estaban obligados apagar tributos a
la corona, como todo súbdito, prestando trabajo o contribuciones, en
especie o en dinero. Los funcionarios reales fijaban los
montos y cobraban. La forma mas común de
recaudación fue mediante la implantación del sistema de
encomiendas. Mediante este sistema la corona
transfería a un español (generalmente en reconocimiento a sus
servicios) el derecho a cobrar el tributo que los pueblos indígenas
debían pagar a la corona. Como la conquista había sido financiada
por los propios conquistadores, a quienes el rey otorgaba el derecho a percibir
el tributo que las comunidades indígenas debían pagar a la
corona, el otorgamiento de tierras o de encomiendas, aparecía como una
forma de compensación. A cambio, el encomendero
debía velar por los indios y convertirlos al catolicismo.
A pesar de ello, las obligaciones de los indígenas no
terminaban con estas prestaciones directas. También eran
sometidos a la mita –prestación copiada a los incas-, por la cual
en una cantidad fija de días anuales, las comunidades debían
mandar grupos de indios para realizar determinado tipo de servicios, que podía
ser en la agricultura, recolección de miel, algarroba y cera o el hilado
de tejido de algodón. Con ello pagaban la tasa al encomendero. También realizaban la mita de plaza, con la que
contribuían en las construcciones y en la limpieza y cuidado de las
obras públicas en las ciudades. Cuando se
desarrolló la explotación minera en el Alto Perú,
extraían nativos de la región para el trabajo en las minas.
Otra forma de serviciofue el yanaconazgo, servidumbre personal perpetua de un español, sobre un indígena desarraigado de
su pueblo. Muchas veces eran capturados en acciones de guerra
o en correrías sobre los poblados indígenas. Estos
yanaconas actuaron como
mediadores entre la cultura española y los indígenas. Se piensa que ellos fueron los que introdujeron el quichua en Santiago del Estero.
Los abusos de los encomenderos con este sistema de dominación,
especialmente con las encomiendas en los obrajes de paño, en donde
hilaban, en particular las mujeres, llevó a que se promulgasen
ordenanzas protectoras, la mayoría no acatada por los conquistadores.
Una vez fundada Santiago del Estero, desde Chile se
continuó impulsando la población del
Tucuman y desde la nueva ciudad partieron numerosas expediciones
fundadoras. Así se fundaron San Miguel de Tucuman, Nuestra
Señora de Talavera de Estero –que luego fue abandonada- y
Córdoba. Los problemas de jurisdicción entre Chile y
Perú por la posesión del Tucuman concluyeron cuando el rey
Felipe II, por Real Cédula de 1563 creó la Gobernación del
Tucuman, dependiente en lo político del Virreinato del
Perú y en lo judicial de la Audiencia de Charcas. A partir de entonces
se desarrolló una política fundacional con objetivos precisos que
eran: consolidar las fundaciones en el noroeste para una mejor unión con
el Perú por Charcas y buscar una salida hacia el océano
Atlantico que permitiera una comunicación mas directa con
España: Así se fundaron Salta, La Rioja, San Salvador de Jujuy y
SanFerrando del Valle de Catamarca. Si bien hablamos de ciudades, en todos los
casos se trataba de humildes villorios compuestos de casas precarias, rodeadas
de palo a pique para frenar el ataque de los nativos, habitadas hacia el siglo
XVI por no mas de 250 vecinos españoles, que participaban, a su
vez de las expediciones exploradoras y fundadoras y que eran encomenderos de
varias decenas de miles de tributarios indígenas.
Se considera a Santiago
del Estero ‘madre de ciudades’ porque
desde aquí partieron expediciones que fundaron numerosas ciudades en el
noroeste argentino. Por ello corresponde a Santiago, no sólo el
mérito de ser la ciudad mas antigua del país, sino
también el de haberle dado un sinnúmero de ‘hijas’,
muchas de las cuales subsisten en la actualidad y son pujantes cabeceras de
provincias, mientras que otras desaparecieron como consecuencia de los avatares
de la conquista. En realidad la formación de un
modesto
conjunto de asentamientos organizados en cabildos de vecinos fue el resultado
de un lento proceso de fundaciones, destrucciones y traslados de ciudades que
continuó aún durante el siglo XVII.
Santiago del Estero fue la primera ciudad mediterranea destinada a perdurar.
La instalación en la gobernación de Tucuman tuvo
características comunes y similares a las de otras areas
periféricas de las posesiones españolas y la continuidad de sus
ciudades estuvo vinculada a la capacidad de administrar el trabajo
indígena, para hacer producir las tierras en virtud de las demandas
altoperuanas.
Ademas delas encomiendas, los nativos eran agrupados
en los denominados pueblos de indios, en particular, luego de sancionadas las
ordenanzas de amparo de Abreu y de Alfaro. Los
mas importantes de la zona fueron los de Soconcho y Manogasta.
Estos pueblos fueron destinados a la producción
textil en los obrajes de paño. Pese a que los
tributarios en sentido estricto eran los varones entre 15 y 50 años, el
trabajo textil lo realizaban en particular, las mujeres. Tanto los
pueblos de indios como
la mita llevaron a la desestructuración de las comunidades
aborígenes. Otra encomienda importante fue la de
Maquijata. Allí también producían
hilados, ademas de ocuparse de la agricultura y de la cría de
ganado.
La producción textil, sobrecamas, ponchos, alpargatas, calcetas
constituían la denominada moneda de la tierra. Era un
producto de intercambio que se direccionaba hacia Potosí para proveer de
indumentaria a los indios que allí trabajaban. Asimismo, el primer
obispo efectivo de diócesis del Tucuman, creada en 1570, con sede
en Santiago del Estero, Francisco de Victoria, llegado a Santiago recién
en 1582, fue quien inauguró la ruta comercial por el Atlantico
con salida a través del puerto de Buenos Aires, buscando una nueva
puerta hacia Europa, que no fuese la tradicional y larga, por el
Pacífico a través del Perú.
La expedición que partió de Buenos Aires el 2 de setiembre de
1587, fue la primera asentada en el Libro de Tesorería de Buenos Aires y
en él constan los productos exportados provenientes de Santiago del
Estero:sayales, lienzo, telilla, cordobanes (ponchos), frazadas, costales,
sobrecamas y lana. A sólo 34 años de la
instalación de la ciudad por Francisco de Aguirre, lo producido en el
Tucuman, no solamente servía para el abastecimiento de la
población, sino que producía excedentes que eran comercializados
hacia Potosí. Por ello se celebra el 2 de septiembre como
el día de la industria. La industria argentina
nació a la sombra de los telares santiagueños
Cuando los españoles ocuparon el territorio del Tucuman, la
desigualdad numérica entre blancos e indios era muy grande. Un puñado de hombres consiguió sojuzgar a
miles de naturales gracias a las armas de fuego y a la organización
militar, sin dejar de lado la labor evangelizadora que colaboró con la
empresa conquistadora.
Diego de Rojas entró con 200 hombres, Núñez de Prado con
70, Francisco de Aguirre con un número aproximado, Juan Ramírez
de Velazco pobló La Rioja con unos 60 hombres y Diego de Villarroel
fundó Tucuman con 50, llevados desde Santiago del Estero. Si
comparamos las cifras con los aproximadamente 200.000 indios que habitaban el
Tucuman, según los cronistas, podremos inferir la evidente
superioridad numérica de los aborígenes, a pesar de lo cual
fueron sometidos, gracias a las armas de fuego y al uso del caballo,
especialmente.
Si bien llegaron nuevos contingentes de españoles, muy pocos de los
cuales trajeron sus familias (mujeres e hijos), la mayoría tuvo su
descendencia del
fruto de uniones, deseadas y no deseadas, con las indias. Este
proceso permitióla conformación de una nueva sociedad
caracterizada por el mestizaje. Santiago
del Estero, estaba ubicada, en un
primer momento, en un lugar estratégico, lejos de las tierras altas
difíciles de dominar, en zona llana, con dos ríos caudalosos y
paso en la salida hacia el Atlantico. Sirvió de polo
económico por la producción de excedentes producto del
uso intensivo de la mano de obra servil. Fue sede de la burocracia, del primer cabildo y centro
religioso, sede del
obispado, donde se alzaron las primeras iglesias.
La ciudad era, según el concepto hispanico de pueblo o ciudad,
una comunidad socio-política. Un pequeño núcleo urbano
poblado en un vasto y mal controlado espacio, con una periferia que
constituía la campaña, con fincas, huertas, chacras y estancias,
ademas de los pueblos de indios y luego de las reducciones. Era
también una comunidad humana, un lugar de
gestión y dominación vinculado a la primacía social del aparato
político-administrativo.
Con el correr del
tiempo, Santiago del Estero
fue perdiendo su importancia frente a otras mejor ubicadas, situación
que llevó al cambio de sede de la conducción política y
religiosa. Su composición social también se modificó
cuando se introdujeron negros africanos como mano de obra esclava, en reemplazo de la
indígena que tendía a desaparecer como consecuencia de los enfrentamientos y
enfermedades. A pesar de ello, su primacía urbana le cabe a Santiago del
Estero, como la primera ciudad fundada en el actual territorio argentino, que
permanece hasta la actualidad.