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El juntismo novohispano y las juntas de 1808





Los dos autores hablan sobre lo que Chust llamaría la eclosión juntera en América. Estan de acuerdo en que no todas las juntas que se formaron en la Nueva España fueron iguales por un lado Guzman indica que

“[no todas] se declararon ‘supremas’, es decir, ‘soberanas’; no siempre fueron fidelistas ni exclusivamente autonomistas en el sentido de regirse por si solas; y el caracter ‘gubernativo’ que algunas de ellas llegaron a asumir – en lo político, lo militar, lo económico y hasta en lo judicial – tuvo efectos dispares en sus respectivas zonas de influencia. […]”

Por otro lado, Olveda se remite al caso de la Nueva Galicia, en donde este reino no tomó postura ante la vacatio regis que no fuera la de guardar fidelidad a Fernando VII. La formación de juntas fue una practica que estuvo presente a lo largo del siglo XIX, es decir, no desaparecieron con la independencia.



Las primeras juntas en la Nueva España tuvieron como motivo para erigirse el vacío de poder y debido a la necesidad de representar a la nación como nuevo sujeto de soberanía. Sin embargo, a pesar de que ha sido planteado el surgimiento de estas juntas como un rasgo moderno, tanto Guzman como Olveda coinciden en que los fundamentos del pensamiento criollo que planteó la necesidad de estas juntas no estuvieron en el los intelectuales franceses, sino en la tradición pactista, la neoescolastica española de Francisco Suarez y el iusnaturalismo de Puffendorf y Vattel.

Asimismo, ante la ausencia del rey surgieroncomo un recurso para hacer efectiva la representación política y después mediante expresiones simbólicas investirse de legitimidad como nueva autoridad. En un principio las Juntas no estaban consideradas como instancias legitimas de gobierno según Quintero. Sin embargo esta practica viene de tiempo atras. Para el siglo XVII la palabra Junta se calificaba a las comisiones mixtas temporales que atendían los expedientes que interesaban a los consejos. Sin embargo podía aplicarse también en ambitos político-administrativos de caracter local.

En España, las Juntas reasumieron el ejercicio de la soberanía con argumentos pactistas que a pesar de hacer uso de la neoescolastica comenzó la ruptura con la teoría absolutista como señaló Guerra. Por otro lado, Hocquellet equipara a las Juntas españolas a unas Cortes sin rey, ya que asumieron la soberanía de los pueblos. Asimismo tenían la facultad para establecer gobiernos representativos. Sin embargo, éstas no fueron homogéneas, y distingue cuatro modelos: “[…] las que aseguraban una continuidad por las autoridades reales, aquellas sostenidas por las autoridades centrales, las que tenían una orientación militar y, finalmente, las que mostraban tendencia a la ruptura con la unidad monarquica.”

En América la formación de Juntas fue una respuesta de los criollos y las autoridades principales ciudades de América a los acontecimientos peninsulares. Estos organismos se consideraron depositarios de la soberanía popular aunque en sentido corporativo. Moisés Guzman en sus estudios detecta similitudes en lasJuntas formadas en América a pesar del desfase temporal en sus instalaciones:

“[…] en primer lugar son ‘Juntas Supremas’, es decir, soberanas para dirigir los destinos de sus respectivos reinasen ausencia del monarca; son ‘fidelistas’, lo que significa que reconocen los vínculos que los unen al rey cautivo Fernando VII, y a quien juran lealtad; son ‘separatistas’, es decir independientes de España, sin ningún lazo de unión o subordinación que no sea el reconocimiento al rey o a la monarquía; y por ultimo, son ‘gubernativas’, ya que en los pocos meses o años que estuvieron vigentes sus representantes dictaron medidas de gobierno en lo político, militar, económico y hasta en lo judicial. Tendríamos que agregar, ademas, que todas ellas se erigieron con un caracter provisional y supletorio, salvaguardando estos reinos hasta el retorno del rey ‘deseado’.”

Por otro lado Gustavo y Hélèn Beyhaut hacen una distinción entre las Juntas Americanas de 1808 y las de 1810. Las primeras estaban íntimamente relacionadas con España y las segundas se transformaron de manera gradual en focos de movimientos autonomistas.

Para la Nueva España la formación de una Junta solo quedó en una tentativa a pesar del esfuerzo del Ayuntamiento de la ciudad de México, aunque para Olveda fue el mismo Iturrigaray quien creyó necesaria la formación de una Junta de Gobierno. El virrey Iturrigaray concedió la oportunidad de exponer y debatir el problema de la legitimidad política. Hubo tres posturas importantes, la de Talamantes, Azcarate y Primo de Verdad y por ultimo la deJacobo de Villaurrutia. Las propuestas de Villaurrutia, según Guzman, tuvieron eco en la formación y en los planteamientos de las juntas que se formarían en Valladolid, Querétaro y San Miguel el Grande en 1809.

El imaginario juntista fue adoptado también por los promotores de la insurgencia. Hidalgo en noviembre de 1810 afirmaba que era necesaria la formación de un Congreso en el que estuvieran representadas todas las poblaciones de la Nueva España, este pensamiento fue difundido mediante la prensa insurgente. Por otro lado, Ignacio López Rayón participó en la instauración de la Suprema Junta Americana en Zitacuaro en 1811. En el pensamiento juntista insurgente, es perceptible la hibridación de conceptos y practicas, Guzman se refiere principalmente a las practicas electorales.

Por último, considera que las Juntas fueron el antecedente directo a la formación de Congresos. Guzman y Olveda coinciden en que el imaginario criollo con respecto a la instauración de Juntas de Gobierno representaba en primer lugar obtener el mismo estatus que los reinos y provincias peninsulares, sin embargo, los reclamos criollos recurrieron al pensamiento y a la tradición del Antiguo Régimen para fundamentar la legitimación de dichas Juntas. Sin embargo, y quizas sin premeditación, la formación de Juntas permitió el rompimiento con algunas concepciones propias del Antiguo Régimen, otras permanecieron y otras mas, como ya lo afirmó Guerra, sufrieron mutaciones.

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[ 1 ]. Guzman Pérez, Moisés. “El juntismo novohispano.Imaginarios y practicas políticas en la época de las independencias, 1808-1820” y Olveda, Jaime. “Las Juntas de 1808. Entre la tradición y la modernidad”, en Olveda, Jaime (2008). Independencia y Revolución, vol. 1. Guadalajara: El Colegio de Jalisco. pp. 15-46 y 47-65.
[ 2 ]. Guzman en Olveda (2008). pp. 17 – 18.
[ 3 ]. Guzman en Olveda (2008). p. 19.
[ 4 ]. Guzman en Olveda (2008). p. 21.
[ 5 ]. Guzman en Olveda (2008). p. 22. Para el caso de Nuevo León, la Junta Gobernadora que se formó ante el vacío de poder generado por el avance insurgente en la provincia, tendría que cuestionar si todas las características deben estar presentes explícitamente, ya que en el documento que se emitió en Nuevo León no se declara Suprema, sin embargo, no lo declaran textualmente. Por otro lado, en efecto son fidelistas ya que desde un principio declaran su fidelidad a Fernando VII y a la religión católica, son gubernativas y en efecto, no reconocen a España, sino al rey.
[ 6 ]. En esta parte del texto, Moisés Guzman se refiere a los sucesos acaecidos en San Antonio del Bejar. Sin embargo, no me queda claro si se refiere a la instauración de la Junta de Gobierno en esa población, ya que en todo el texto se habla de la instauración de Juntas de Gobierno o si se refiere a otro suceso. Si se refiere a la Junta de Gobierno, Isidro Vizcaya en su libro En los albores de la independencia. Las Provincias Internas de Oriente durante la insurrección de don Miguel Hidalgo y Costilla, 1810 – 1811, se refiere a la Junta de Gobierno texana como parte de la contrarrevolución.


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