Ecos, contexto y efectos del 9 de octubre de 1820
Detras de la revolución hay toda una estrategia de ruptura
colonial, de reconstitución de poder y de apertura a la modernidad;
tarea asumida por los líderes guayaquileños.
Los ecuatorianos debemos situar la revolución del 9 de Octubre no
solo en su tiempo, en las condiciones que la explican, en el proyecto
sociopolítico que la generó; sino también en sus efectos.
Por eso, debemos entender la complejidad del
proceso:
a).- La revolución guayaquileña es mucho mas que lo que la
historiografía tradicional dice y lo que la mayoría ecuatoriana
cree que fue. Para quienes estudiamos la
historia nacional y la interpretamos sin sesgos, es el inicio de la conquista
de la verdadera libertad para el país. Y debemos entenderla como un proceso revolucionario e
insurreccional y como
un producto sociopolítico en el cual incidieron factores internos y
externos, estrategias, actores y autores individuales y colectivos.
También debemos interpretarla y analizarla como una acción política y
estrategia militar que busca eliminar bloqueos y obstrucciones que impiden su
desarrollo socioeconómico y acceder al mundo moderno abierto y expansivo
del siglo
XIX. Explicarla como la
salida al conjunto de problemas acumulados a inicios del siglo, que el poder colonial y su
estructura no querían ni podían resolver.
b).- No percibirla como
una eventualidad, sino como
un evento histórico provocadopor una sociedad organizada que
decidió conquistar su libertad mediante la insurrección,
asumiendo los costos que esto implicaba. Por eso, es facil hallar los
aspectos que evidencian su planificación y organización, la
claridad y definición de los objetivos con que los líderes de Guayaquil concibieron su
compromiso sociopolítico colectivo. En pocas palabras,
una empresa económica, social y política que abarcó todos
los frentes.
c).- Tras la gesta octubrina hay un objetivo social y
político, proceso y realidad económicas de una ciudad-mercantil
en ascenso, afectada, bloqueada y saqueada por el monopolio limeño y
español. Que seriamente obstruida en su
dinamica y creciente ascenso, Guayaquil
se hartó y levantó contra la exagerada carga de derechos
aduaneros, consulares e impuestos de alcabala. En la primera
década del
siglo XIX, pagaban el 11,25% a las importaciones. En
la segunda, el 14% sobre las exportaciones y el 15,5%
para las importaciones. Y solo la exportación del
cacao pagaba derechos aduaneros del 10,5% y consulares del
7,5%
De la urgencia por romper esta dependencia y monopolio nace
el proceso que acaba liquidando al dominio político colonial
español en el país. De ahí que,
podemos afirmar que el 9 de Octubre no solo alcanzó la libertad, sino
que puso punto final al saqueo colonial y las trabas monopolistas. Por eso, llamamos a la revolución de octubre una empresa
insurreccional, pues, no solo demandó de recursos económicos,
hombres, vituallas y sacrificios materiales, sociales y humanos, sino que
simboliza lacomprensión que la emprendedora élite
guayaquileña tenía sobre la conquista de su libertad.
d).- Por estas razones debemos entender que detras de la
revolución hay una estrategia de ruptura colonial, de
reconstitución de poder y de apertura a la modernidad. Que los
líderes guayaquileños, con Olmedo a la
cabeza, asumieron esa tarea y estuvieron dispuestos a pagar los costos que ese
proceso implicaba. Que fue organizada y planificada junto a
la oleada revolucionaria continental contra el régimen colonial y sus
estructuras caducas, y coincidió con la ofensiva que recibía
España desde Europa, Estados Unidos de Norteamérica y otros lugares.
Sintonizados con los tiempos y ritmos revolucionarios, se sumaron a la nueva
ofensiva de la burguesía contra los regímenes señoriales
mundiales. Hicieron una adecuada lectura de la independencia de los Estados
Unidos, de la Revolución Francesa, de la haitiana y de la oportunidad
que ofrecían las acciones militares encabezadas desde el norte por
Bolívar y del sur por San Martín. Juzgaron
oportunamente el momento en que las tropas españolas estaban
entretenidas en distintos frentes, y decidieron dar el golpe final para
alcanzar una revolución oportuna y victoriosa. Esta estrategia y
tactica supone no solo una visión adecuada de la lucha
revolucionaria y de la insurrección, sino ademas, una correcta
evaluación de la correlación de fuerzas internas y continentales.
'Para América mejorar las perspectivas tras el
total eclipse napoleónico. La presión de industriales y
mercaderes britanicos,descartado el peligro
bonapartista, impone modificaciones a la política de su imperio. Ahora
interesa mas la perspectiva americana
para la expansión del
comercio, que las buenas relaciones con la disminuida España' (J.L.
Salcedo-Bastardo, 1977).
e).- La Provincia de Guayaquil venció el 9 de Octubre de 1820, apoyada
en sus propios hombres, recursos y energías llevadas al límite.
No le debe nada a fuerzas externas, estas llegaron después que la
revolución triunfó. Por eso, tiene razón Francisco Javier
Aguirre Abad, al decir en 1858, que:
'El pueblo de Guayaquil,
había declarado su independencia sin la intervención de otros
pueblos. Libre por sí mismo, por nadie liberado, tenía perfecto
derecho de darse un gobierno propio o por escoger la
nacionalidad que mas le conviniese. Recibió auxilio y armas del Perú y soldados de Colombia
para sostener su independencia, pero en cambio agotó sus recursos
pecuniarios, y dio su contingente de tropas para liberar las provincias de Quito en cuatro
campañas sucesivas. Los colombianos no figuraron solos en la Batalla del Pichincha que terminó la guerra. Atenidos a ellos solos no habrían podido librar esa memorable
batalla, a la cual concurrieron dos batallones peruanos, un escuadrón
argentino y un batallón de guayaquileños'.
f).- La revolución fue victoriosa y contundente
porque se realizó en el momento adecuado y cuando las condiciones
materiales podían lograr el mejor resultado. Como sus líderes estaban vinculados al comercio de
exportación e importación, con esa experiencia deempresarios
mercantiles, buscaron obtener el maximo beneficio con el menor costo.
Y lo lograron.
g).- Así como la historia oficial ecuatoriana no lee, no registra, ni
presenta los elementos fundamentales de la Revolución de Octubre, que
son económicos, geopolíticos, ideológicos, doctrinarios,
tacticos y estratégicos, tampoco incorpora los que
permitirían situar las diferencias respecto a la revolución quiteña,
que tenía una visión de corto alcance. Los
líderes de la provincia de Guayaquil
sabían que para lograr su libertad, aparte de las condiciones
geopolíticas, requerirían de financiamiento, de recursos
económicos, humanos, sociales, etc. Lo cual deja claro que ellos como empresarios sí
tuvieron una clara comprensión de que una guerra es como una empresa que demanda recursos de
distinta índole. 'El gobierno reconociendo el generoso esfuerzo de
los pueblos de Montecristi y Charapotó, en medio de la notoria
decadencia en que se hallan, quiere hacer público este
rasgo de singular patriotismo. Ya eximiendo a los dos pueblos del empréstito del mes de junio' (El Patriota de
Guayaquil).
h).- La estrategia aplicada también saca a la
luz elementos de mimetismo y simulación sociopolítica. Incluso de
algo de astucia que engañó a la Corona, cuyas autoridades
creyeron que su ninguna adherencia al cambio de autoridades que en 1809
llevaron adelante los condes y marqueses quiteños, significaba fidelidad
a la monarquía. Nada mas alejado de la verdad, no pudieron
entender que los líderes de la provincia, desde 1812, comenzaron a
preparar surevolución, cuyas señales -que no supieron interpretar
o comprendieron muy tarde- aparecieron en los discursos y actitudes de Olmedo
desde 1812, en las Cortes de Cadiz y durante su permanencia entre los
liberales de Madrid, hasta 1816.
i).- Los próceres interpretaron las tensiones
internas que la contradicción entre constitucionalistas y
promonarquicos agobiaban a España. Que la invasión
napoleónica había polarizado sus fuerzas políticas y
debilitado la expresión externa del poder colonial. Olmedo y
Rocafuerte, con su experiencia en las Cortes de Cadiz, temieron que la
contrarrevolución monarquica de 1814 pudiera retornar.
Como 'la doctrina de los liberales españoles, por otra parte, no
involucraba necesariamente dentro de sí el reconocimiento de la
independencia americana' (Mariano Fazio, 1987), es posible que una carta
de Rocafuerte referida al tema, fechada a principios de agosto de 1820, pudiera
haber llegado a manos de los guayaquileños permitiéndoles dudar
que la revolución liberal estallada en España en enero de 1820,
dirigida por los generales Riego, Quiroga y Arco Agüero, pudiera abrir un
espacio de liberalización y republicanismo en la colonia.
Comprendieron que esta confluencia de revoluciones en Hispanoamérica y
de inestabilidad creaban una sobrecarga de crisis, generando inevitablemente un
ambiente fragil para el Gobierno español, el debilitamiento de la
monarquía y del poder de la corona, especialmente en los reinos
ultramarinos.
José Antonio Gómez Iturralde Centro Regional de Investigaciones
Históricas