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Batalla de Malpelo - combate naval de malpelo



Autor: Efrén Avilés PinoMiembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador El 20 de mayo de 1828, en circunstancias en que los nuevos estados libres de América aún no se encontraban definitivamente estructurados, el Perú inició una serie de acciones militares en contra de Colombia (el Ecuador no existía aún como República) reclamando para sí el derecho sobre las zonas australes o del sur, incluyendo la ciudad de Guayaquil. La guerra fue declarada el 3 de julio, y mientras el Mariscal La Mar avanzaba con sus tropas por el interior, hacia Cuenca, la corbeta peruana “La Libertad”, capitaneada por el Comandante Postigo, inició un mal disimulado bloqueo al golfo de Guayaquil.Advertido de esta situación, el Gral.

Juan José Flores, desde Cuenca, ordenó al Gral. Illingworth, Intendente de Guayaquil, que adopte las medidas necesarias para romper el bloqueo y proteger a la ciudad.Illingworth llamó entonces al Capitan de Navío Tomas Carlos Wrigth y le encomendó la misión de salir inmediatamente al encuentro del invasor, para lo cual fueron armadas las corbetas “La Guayaquileña” y “Pichincha”.


El 31 de agosto, a la altura de “Punta Malpelo”, cerca de Tumbes, Wrigth avistó ala nave peruana, a la que se acercó para exigir las explicaciones pertinentes relacionadas con su presencia en aguas de Colombia, pero sus requerimientos fueron respondidos por parte de la nave peruana con el fuego de los cañones. Ante la inesperada y traicionera acción peruana, Wrigth ordenó amarrar la “Pichincha” a la “Libertad”, y desde “La Guayaquileña”, a pesar de que la nave peruana tenía el doble de su calado y el triple de sus cañones, inició un intenso cañoneo al tiempo que pasaba con sus hombres al abordaje.

En medio del fragor del combate estalló en la “Guayaquileña” un gran incendio, circunstancia que fue aprovechada por los peruanos para iniciar la huida, mientras la tripulación de la nave siniestrada intentaba apagar el fuego.“La Guayaquileña” sufrió tremendas averías, y al terminar el combate, de una tripulación total de 96 hombres, tuvo 60 bajas entre muertos y heridos. Entre los sobrevivientes de esta heroica jornada estuvieron el alférez de navío José María Urbina, de 18 años de edad y el joven guardiamarina Francisco Robles, quienes posteriormente llegarían a generales y a la Presidencia de la República, y Luis de Tola, quien años mas tarde sería Obispo Auxiliar de Guayaquil. |
A pesar de que la producción militar alemana había caído a niveles desesperantes y las reservas de combustible eran más que insuficientes, las tropas alemanas peleaban con mayor fiereza que nunca y por diversas razones. El fanatismo nacionalista y anti-comunista, la humillación que suponía una rendición incondicional y los millones de refugiados que iban a ser capturados por los rusos eran las principalesrazones que tenía el soldado alemán para oponer resistencia al Ejército Rojo. De esta manera la ofensiva hacia Berlín resultaba más lenta de lo que a Stalin le gustaba. Además la negativa de Hitler a abandonar la capital del Reich obligaba a los generales alemanes a defenderla a toda costa, ya que habían hecho un juramento de lealtad al Führer, el cual también había ordenado no evacuar la ciudad.

Stalin por su parte, hacía creer a Eisenhower que la ofensiva sobre Berlín era una distracción para una real ofensiva sobre Dresde, pero al mismo tiempo urgía a los generales Zhúkov y Kónev a capturar la capital del Reich lo más pronto posible para capturar todo lo posible de tecnología nazi en la capital. Durante un tiempo los americanos planearon enviar paracaidistas sobre Berlín para capturarla, pero Eisenhower no tenía deseos de capturar la ciudad antes que los rusos y asegurando que las bajas serían elevadas abandonó el plan.

Preparación de la ofensiva soviética [
El 9 de abril de 1945 la ciudad prusiana de Königsberg se rindió al Segundo Frente Bielorruso al mando del general Konstantín Rokosovski. Inmediatamente después Rokosovski y sus tropas avanzaron al frente del Óder. La orden de Stalin a sus generales había sido la de avanzar velozmente por un amplio frente, sin dejar espacios en la orilla derecha el río Rin que los aliados occidentales pudieran ocupar primero. Debidoa dicha orden se realizó el despliegue de los Frentes de la siguiente manera: El Segundo Frente Bielorruso al mando de Rokosovski avanzó por el norte, cubriendo el territorio desde el mar hasta Seelow, el Primer Frente Bielorruso al mando de Zhúkov avanzó por el área frente a Seelow ya que a él se le había concedido el privilegio de llegar a Berlín primero, por último el Primer Frente Ucraniano de Kónev avanzaba al sur. El ejército polaco aportaba unos 79.000 hombres a los Frentes soviéticos, que sumaban 2,5 millones de hombres en total. La ofensiva también incluía 6.250 tanques, 7.500 aviones, 41.600 piezas de artillería y morteros, 3.255 cohetes Katiusha y casi 100.000 vehículos, la mayoría prestados por los Estados Unidos. Sumándose a esto, los rusos desplegaron unos 143 reflectores de luz que debían cegar a los defensores, así como iluminar el camino a Berlín.

El 20 de marzo Hitler designó al general Gotthard Heinrici como reemplazo de un inoperante Himmler en el mando del Grupo de Ejército Vístula. Heinrici, que era un hábil estratega, adivinó las intenciones de Zhúkov y preparó tres cinturones defensivos cerca de Seelow, protegiendo una autopista que llevaba directamente a la capital del Reich. Debilitando el frente del Óder en otros puntos, trasladó soldados a Seelow y ordenó inundar la planicie que se extendía entre la población y el río Óder. Dándose cuenta de loinútil que sería intentar defender esta planicie, movió a todos sus hombres a la colina detrás de esta y dejó a un puñado para disimular la retirada. La localidad de Seelow era defendida por jóvenes soldados de la 9S División de Paracaidistas, cedidos por Hermann Goering a Heinrici; estos inexpertos soldados solo tenían dos semanas de entrenamiento en infantería y eran dirigidos por expertos pilotos, que no tenían ningún conocimiento de las tácticas de combate terrestre.

Primeras ofensivas
A las dos de la mañana del 16 de abril 22.000 cañones rusos de largo alcance abrieron fuego a lo largo de todo el frente, concentrándose la mayor intensidad frente a Seelow, barriendo cada palmo de terreno en la planicie entre la localidad y el Óder. Para aquel momento Heinrici había retirado el grueso de sus tropas y las bajas fueron pocas. A la luz del alba los tanques rusos acompañados de infantería empezaron a cruzar la pantanosa planicie y a acercarse a la colina, pero lo


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