1960. -La industria electrica es nacionalizada
1961. -Se crean la Compañia Nacional de subsistencias Populares, el
Instituto Nac. de Investigaciones Agricolas y la Productora Nac. de Semillas.
1962. -En una reunion celebrada en Punta del este Uruguay, Méx se
abstiene de votar contra Cuba
1963. -Reforma electoral q establece el sistema de 'diputados de
partido'
1964. -Gustavo Diaz Ordaz, Presidente
1965. -Movilizaciones de (AMMRI) Asociacion Mexicana de Medicos Residentes e
Internos A.C y de (AMM) Alianza de Medicos Mexicanos
1966. -Se crea el Congreso del Trabajo
1967. -Reunion de los Presidentes de Mex y EUA en la Cd. de Juarez para la
devolucion de El Chamizal
1968. -Protesta estudiantil, Noche de Tlatelolco y Juegos de la XIX Olimpiada
1969. -Diaz Ordaz asume la responsabilidad por represion estudiantil; Apertura
de la primera linea del Sistema de Transporte Colectivo (metro) en la capital
1970. -Mayoria de edad a los 18 años Luis Echeverria, Presidente
Se crea Consejo Nac. de Ciencia y Tecnologia (CONACYT)
esta el sexenio de lopez mateos y de diaz ordas luego el movimiento del 68 y la
reprecion que acabo con la matanza de tlatelolco las olimpiadas del 68 ylas
manifestaciones antes y despues del 2 de octubre del 68
las Olimpiadas y la masacre de Tlatelolco
ambos en 1968
Los únicos Juegos Olímpicos realizados en México se inauguraron
el 12 de octubre de 1968, 10 días después del asesinato de
decenas de estudiantes en Tlatelolco. ¿Cómo se vivieron en ese
momento crítico para la historia política del país?
Nelson Vargas Basañez,en ese entonces entrenador del equipo
mexicano de natación, asegura que los atletas estaban tan concentrados
en la competencia deportiva que no se dieron cuenta de lo ocurrido.
La escritora Elena Poniatowska, quien formó parte del movimiento
estudiantil, difiere y considera que algunos deportistas sí estuvieron
al tanto de lo sucedido en Tlatelolco en incluso protestaron por ello.
Testigos del ambiente que rodeó la inauguración de los Juegos
Olímpicos de México 1968, Vargas y Poniatowska cuentan a
ADNPolítico.com, 44 años después, lo que sucedió
aquellos días y se suman a la memoria que otros personajes como Enrique
Krauze y Pablo Gómez ya han dejado plasmada en diversos documentos.
'NO TENÍAMOS NI IDEA'
Según Vargas, miembro del equipo mexicano de entrenadores de
natación que encabezaba el estadounidense Ronald Johnson, los
deportistas mexicanos estaban tan concentrados en su preparación que no
supieron en ese momento nada sobre el movimiento estudiantil y los problemas
políticos que vivía el país.
“Antes de esa situación del 2 de octubre, el equipo de natación
y todos los deportistas estabamos tan inmersos en la preparación
y la participación de México en los Juegos Olímpicos que
nunca nos dimos cuenta de la magnitud del problema.
“Estabamos tan metidos, tan dedicados a lo que iba a ser la
inauguración y la participación tanto de los nadadores como de
todos los deportistas, que no teníamos ni idea de lo que estaba
pasando”, cuenta quien fue director de la Comisión Nacional de
Cultura Física y Deporte de 2000 a 2006, en el sexenio deVicente Fox.
Sin embargo, aclara que personalmente sí tuvo un acercamiento con el
movimiento estudiantil en el mas tragico de los días, el 2
de octubre.
“Yo en lo particular sí tuve contacto porque cometí la
estupidez de ir el 2 de octubre a Tlatelolco, pero eso no quiero ni
mencionarlo, porque fue una cosa muy desagradable, pero en general los
deportistas mexicanos y los nadadores no se dieron cuenta de lo que estaba
pasando.
“Cuando un atleta ha dedicado toda su vida a prepararse, lo que
esté pasando externamente no es de importancia para los deportistas ni
para los técnicos ni para los entrenadores ni para toda la gente que
estuvo inmersa en los Juegos Olímpicos.
“Sabíamos que era una situación fuerte y de gran magnitud,
sin embargo nuestro trabajo era dar resultados en los Juegos Olímpicos
por eso no podíamos tomar partido, sino permanecer ajenos al
problema”, reitera Vargas.
Cuestionado sobre si cree que la acción del gobierno de Gustavo
Díaz Ordaz contra los estudiantes empañó el brillo de los
Juegos, refiere que a su juicio los juegos, la organización y los
resultados fueron “extraordinarios”, pues la delegación
mexicana ganó 9 medallas, su maximo histórico.
Con la información que ha salido a la luz pasados tantos años,
¿sigue pensando que el gobierno actuó bien en aquella
ocasión?, le cuestionó ADNPolítico.com.
“No sé, no soy político… Yo viví el asunto
diferente a todos los atletas porque yo estuve ese día, estuve
ahí en Tlatelolco, me di cuenta que sí era un problema grave
porque vi claramente lo que estaba pasando de arriba paraabajo y de abajo para
arriba.
“Sin embargo, yo creo que la autoridad tuvo que tomar esa decisión
o de otra manera hubiéramos sido la vergüenza del mundo”,
justifica el exfuncionario.
'NINGUNA OLIMPIADA VALÍA UNA VIDA'
Poniatowska, quien cumplió 80 años en mayo, dice que los Juegos
Olímpicos intentaron simularle al mundo que México era un
país libre.
“En 1968, las Olimpiadas se inauguraron en medio de guaruras y un gran
despliegue de seguridad. Lo único libre que hubo en esos Juegos fue cuando
soltaron las palomas al aire y volaron Eso fue lo único libre.
“Había guaruras en toda Ciudad Universitaria, detras de
todos los arboles y había cientos de estudiantes presos en
Lecumberri y otros en el Campo Militar número 1”, recuerda.
Para la autora de 'La noche de Tlatelolco', aunque en 1968 el
país pretendía dar su mejor cara al mundo, sí hubo atletas
que se enteraron de lo ocurrido en Tlatelolco y alzaron la voz aprovechando los
reflectores.
“En los Juegos Olímpicos de 1968 hubo unos deportistas, unos
atletas negros que denunciaron la masacre que había sido 10 días
antes y dijeron que ninguna Olimpiada valía lo de la vida de un
estudiante”, dijo.
En su libro, Poniatowska recoge el testimonio de un deportista olímpico
italiano que se manifestó en contra de lo sucedido en la Plaza de las
Tres Culturas.
“Si estan matando estudiantes para que haya Olimpiada, mejor
sería que ésta no se realizara, ya que ninguna Olimpiada, ni
todas juntas, valen la vida de un estudiante”, dijo el italiano cuyo nombre
no fue mencionado por el diarioOvaciones, que originalmente publicó el
testimonio el 3 de octubre de dicho año.
¿CÓMO SE LLEGÓ A ESE CLIMA DE TENSIÓN?
Estudiantes, sobre todo del Distrito Federal, pero también de
Guanajuato, Chiapas, Tabasco, Puebla, Jalisco, Veracruz, Hidalgo y
Querétaro, motivados por “el hastío” de las formas
con las que las autoridades –el gobierno, sus maestros, sus padres–
se relacionaban con ellos, mezclaron razones para manifestarse.
Algunos tomaron las calles para apoyar a la Revolución Cubana, otros
para protestar contra la Guerra de Vietnam, el abuso de fuerza de los
granaderos, los arrestos que creían injustificados o con motivaciones
políticas, la intervención policiaca y militar en recintos
universitarios, y la supuesta 'represión' oficial.
Elementos de confusión y complicación se sumaron a las
inquietudes estudiantiles.
Numerosas investigaciones relatan supuestos que habrían avivado el
conflicto: si la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los EU)
difundió información falsa de los líderes del movimiento,
si el Partido Comunista estuvo detras de las movilizaciones, si
había un boicot a los Juegos, si Cuba financiaba las revueltas.
En aquel contexto, incluso algunos rectores se pronunciaron a favor de la
autonomía universitaria y en contra de que el gobierno irrumpiera con
policías o militares en sus instalaciones.
El 1 de septiembre de ese año, el presidente Díaz Ordaz
denunció durante su cuarto Informe de Gobierno la existencia de un
supuesto complot para boicotear los Juegos Olímpicos que se
realizarían por primera vez en México.
Y lahistoria cuenta que, luego de meses de tensión entre universitarios
y la fuerza pública, el Consejo General de Huelga –conformado por
universitarios de El Colegio de México, la UNAM, el Politécnico,
la Universidad Iberoamericana, La Salle y universidades del interior del
país–, convocó a un mitin en la Plaza de las Tres Culturas,
en Tlatelolco, antes de una manifestación en el Casco de Santo Tomas,
para solicitar la desocupación de los planteles.
El 2 de octubre “jóvenes, adultos, mujeres, ancianos y
niños son masacrados por la fuerza pública” según
una cronología de hechos titulada “El movimiento estudiantil
día a día”, publicada por la revista Nexos en octubre de
1998.
La crónica continúa: “Unos 1,500 soldados los balacean con
pistolas, metralletas y rifles de alto poder en la Plaza de las Tres Culturas.
La emboscada se ha dispuesto de antemano para no permitir la salida de
ningún asistente (se calcula que acuden entre 5,000 y 15,000 personas).
“Después de una señal de guerra ‘luces de bengala que
suelta un helicóptero en el lugar preciso del blanco’ el lugar es
rodeado por el Ejército, que en coordinación con el
Batallón Olimpia desata una cruenta balacera contra la multitud. Centenares
de muertos y heridos. Unos 2,000 detenidos son vejados y golpeados a culatazos.
“No se permite la salida de nadie durante toda esa noche, si no es
mediante identificación satisfactoria al Ejército. Se impide la
labor de las Cruces Roja y Verde”, relata la publicación.
Entonces faltaban 10 días para la inauguración de los Juegos
Olímpicos que, según el textode Nexos, dieron inicio mientras
continuaban las consignaciones y la búsqueda de desaparecidos.
LA NOCHE DE TLATELOLCO
La versión completa de Poniatowska sobre lo ocurrido en 1968 esta
contenida en el libro 'La noche de Tlatelolco' que es, a su vez, una
recopilación de versiones.
A través de testimonios, en esta obra se busca explicar lo que
pasó aquel 2 de octubre; la escritora, que formó parte del
Movimiento Estudiantil, recupera antecedentes, voces, consignas y cartas de
actores del conflicto.
En este texto se puede entender el clima político que imperaba aquel
año, y el sentir de un movimiento que se manifestaba en rebeldía
contra una visión del país, del mundo, la sociedad y la
economía, que aquella generación no sentía propia.
“El Movimiento Estudiantil de 1968 no nació ese año, no
surgió así nomas por generación espontanea.
Sus demandas habían sido planteadas anteriormente por innumerables
organizaciones políticas revolucionarias y por importantes grupos
estudiantiles.
“La libertad de los presos políticos es en México una
demanda tan vieja como el fenómeno mismo”, dice en este libro el
testimonio de Pablo Gómez, hoy senador por el PRD, quien era estudiante
de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, miembro de las Juventudes
Comunistas y que estuvo preso en Lecumberri.
“Se trata de un conflicto muy distinto al de mayo en Francia. En
México no hubo practicamente reivindicaciones escolares o
académicas; solo peticiones políticas; liberación de
presos políticos, disolución del cuerpo de granaderos,
destitución del alcalde de laciudad (sic), del jefe de la
seguridad…”, versa un fragmento rescatado de una carta enviada al
diario Le Monde el 7 de octubre de 1968 por alguien identificado en el libro de
Poniatowska como “Prof. M. Mayagoitia”.
Con consignas como “Pueblo, abre los ojos”, “abajo la
momiza”, “¡no queremos Olimpiada, queremos
revolución”, los jóvenes de la época se
oponían a la conservación del statu quo, a “la
simulación de un México democratico” y al sistema de
gobierno impuesto por el PRI.
“Esos trucos políticos, estas trampas son los que hastiaron a los
jóvenes estudiantes que encuentran frente a ellos todas las puertas
cerradas y todos los puestos asegurados para los políticos del PRI, a
menos que ‘se alineen’ y ‘entren a la cargada’”,
cierra el fragmento recopilado de la misiva de Mayagoitia.
Otros testimonios del libro dan cuenta del entorno cultural y social que
imperaba. Jóvenes que se quejan de no tener comunicación o
dialogo con la autoridad, ya sea en su casa, escuela o país;
estudiantes cansados de que se les impusiera un modelo que consideraban viejo y
desvinculado de su realidad.
Cuarenta y cuatro años después, testigos y protagonistas
todavía se disputan la verdad histórica de aquella noche donde
murió y desapareció un número indeterminado de
jóvenes estudiantes y vecinos de la Plaza de las Tres Culturas.
La revista Letras Libres, en un texto que publicó con motivo del 40
aniversario de la “represión en Tlatelolco”, 1968-2008 El
legado incierto del 68, convoca a varios autores para desmitificar el
movimiento y la presunta represión estudiantil, yanalizar lo que
generó para México aquel tragico acontecimiento.
“Aunque nunca se sabra el número exacto de muertos aquella
tarde en Tlatelolco, no hay duda de que fue un crimen masivo, un sacrificio
inútil e injustificable, un acto de terrorismo de Estado contra un
movimiento estudiantil que, al margen de sus manifestaciones radicales, nunca
empleó métodos violentos”, comienza su analisis el
historiador Enrique Krauze.
¿QUÉ LECCIÓN APRENDIÓ MEXICO EN 1968?
Una de las conclusiones del ejercicio de analisis multidisciplinario al
que Letras Libres convocó hace 4 años es que, si bien el
movimiento de 1968 ayudó a conformar un concepto de ciudadanía
organizada, contribuyó al fortalecimiento de valores como
autonomía universitaria y sembró algunas bases para la
participación ciudadana, no logró orientar a la izquierda
mexicana ni aportó demasiado a la democratización institucional
del país, según explica Krauze en su ensayo.
Con el debate abierto sobre qué lección le dejó a
México aquel movimiento de 1968, Poniatowska hace la conexión con
el 2012, cuando se disputan otros Juegos Olímpicos, México gana
otras medallas y algunos jóvenes, agrupados en el movimeinto #YoSoy132,
salen a las calles con sus propias motivaciones.
“Habría que recordar que (el de 1968) fue un movimiento muy puro y
de un enorme desinterés al cual José Revueltas, el escritor y
novelista, un hombre extraordinario, lo llamó ‘un enloquecido
movimiento de pureza’ Habría que pensar también que este
movimiento (el #YoSoy132), lo importante es que es limpio”, dice la
escritora.