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Campaña Napoleonica en Rusia - alianza franco-rusa



La alianza franco-rusa que daba fin a la guerra entre ellos fue sellada en un tratado llamado La Paz de Tilsit en 1807. De esta manera, el emperador de Francia, Napoleón Bonaparte, llamado Bonaparte I, esperaba obligar a Prusia y Austria a dar fin a sus enfrentamientos contra Francia y ademas expandir el bloqueo continental contra Gran Bretaña. Por parte de Rusia, el zar Alejandro 1 buscaba que su dominio sobre Polonia fuera favorecido. Al año siguiente, los dos aliados tuvieron otra junta en Erfurt, Alemania. Sin embargo, la alianza entre Rusia y Francia, comenzó a disolverse. La negativa del emperador acerca de apoyar los planes rusos sobre dividir el imperio Otomano, la entrega de Galitzia a el Ducado de Varsovia y el matrimonio entre Napoleón Bonaparte y la archiduquesa austríaca María Luisa, fueron factores que ampliaron la separación entre las dos potencias europeas.




Primero, para empeorar las cosas, Napoleón anexó a su imperio el ducado de Oldenburgo, gobernado por el cuñado del zar. Es por eso que Alejandro I decidió abrir los puertos Rusos para que los ingleses pudieran comerciar con el exterior, rompiendo de este modo el bloqueo continental. Finalmente el emperador Napoleón decidió en 1811 formar un ejército con el apoyo de Austria y Prusia para invadir el imperio Ruso. Por parte del zar, este firmó la paz con el Imperio Otomano y a lavez con Suecia a la que le prometió el territorio de Noruega a cambio de tropas militares.


Es así que Napoleón, al mando de un ejército de mas de cuatrocientos mil hombres en el cual se hablaban mas de 10 lenguas diferentes, decidió a cruzar el Río Niemen el 23 de Junio de 1812. Al principio, los soldados estaban equipados con comida para cuatro días, sin embargo, como el Emperador sabía que se adentraba en un país desértico, organizó convoyes con provisiones de harina para alimentar al ejército durante 20 días. Napoleón se encontraba con doscientos veintisiete mil hombres. Al día siguiente de cruzar el Niemen se juntó con los ejércitos de Jerónimo, a cargo de los austriacos y con los prusianos. Así relata la llegada de los ejércitos André Castelot en su libro Napoleón Bonaparte, el ciudadano, el emperador: “Al alcanzar la orilla rusa, donde pensaban que los recibirían con disparos, los soldados se detuvieron angustiados. “Creímos estar en un cementerio”, dijo uno de ellos.”Ni un ser viviente en el horizonte, ni un habitante en las ciudades” A lo lejos se veían volutas de humo negro. Eran los pueblos que ardían. Cuando los primeros soldados llegaron hasta ellos, las casas no eran mas que cenizas.”


Por parte de los oficiales zaristas, se encontraban Barcalay al mando de ciento treinta mil hombres y Bagration con no mas de cincuenta mil. Estos seencontraban en Vilna, en frente a Napoleón dispuestos a enfrentarse a la Grand Armée. Sin embargo, a último momento para evitar una catastrofe decidieron retirarse, así aplicando voluntaria o no involuntariamente -no se sabe- la tactica de tierra arrasada. Napoleón comenzó la persecución, sabiendo que a pocos días de la campaña, sin entablar batalla ya había tenido grandes pérdidas.


El emperador se dirigía hacia Vítebsk con la esperanza de enfrentarse a Bagration y Barcalay. Durante el camino, al hambre se le sumaron sed, lluvia y un calor asfixiante. El ejército seguía desmoralizandose. Al llegar a Vítebsk encontraron al ejército de Barcalay acampando. Napoleón al fin contento pensó que al fin se enfrentaría a los rusos, aunque al día siguiente se dieron cuenta que Barcalay partió hacia Smolensk para reunirse con Bagration. Muchos pensaban que detenerse en Vítebsk era una buena idea, pero el 12 de agosto, el emperador retomó la marcha, esta vez dirigiéndose a Smolensk. Las condiciones climaticas eran constantes. A medida que los franceses avanzaban los campesinos se retiraban tierra adentro quemando sus chozas y campos. Finalmente, el 15 de agosto Napoleón se detuvo delante de Smolensk. Esta tenía una “muralla larga, ancha y maciza, rodeada de veintinueve torres de ladrillo rojo y almenas blanqueadas”. El 17 de agosto se desató una batallasangrienta la cual solo entregó una ciudad echa cenizas a los franceses. Los rusos huían hacia Moscú. Las tropas imperiales carecían de comida y vendas para curar a los heridos. Su situación era un infierno. André Castelot formula en su libro la siguiente pregunta a la cual Napoleón respondería: “¿No sería razonable, ahora, detener la persecución y pasar el invierno en Smolensk? Napoleón dio a conocer su opinión: -¡Necesito una inmensa victoria, una batalla delante de Moscú, una toma de Moscú que asombre al mundo!”.


Es así que el 24 de agosto se reanudó la marcha, esta vez hacia Dorogobouje. La ruta hacia Moscú era larga. El ejercito se encontraba débil y sufría cada vez que llegaban a nuevos pueblos incendiados, como es el ejemplo de Viazma, destruida también por las llamas. Hasta el propio emperador debía conformarse con la escases de agua.


Mas tarde, mientras que Napoleón se encontraba en el castillo de Velitchevo, un prisionero cosaco le contó que un nuevo general llamado Kutusov a quién el mismo zar lo llamaba “ viejo y obeso” había sido nombrado. Fue nombrado porque el zar no había tenido mas remedio que llamarlo ya que Barcalay cometía demasiados errores. Este general había levantado moralmente al ejército ruso y planeaba hacer frente al Grand Armée en Moscú. Con respecto al ejército franco, un diluvio caía sobre él. Todo se hacía mas lentopor el lodo, ese lodo en el que hay que navegar y que inmoviliza completamente a todos. Milagrosamente, salió el sol y seco parte del lodo lo que permitió seguir a las tropas imperiales a continuar su marcha. El 5 de septiembre, cerca de la aldea de Borovino los rusos y los franceses se encontraron frente a frente. Los rusos por su parte estaban dispuestos a sellar el paso a Moscú y habían cavado trincheras y reductos en los cuales habían llenado con cañones mas fuertes que los franceses. Volviendo a la batalla, Napoleón describió esta como “su mayor batalla” en la cual parecía estar orgulloso de participar. Para esta batalla, Napoleón diseño una estrategia. Primero, el 5 de septiembre, envió al General Compans junto a cinco mil hombres a capturar un montículo a la izquierda de la aldea de Borovino en donde estaba trazado el reducto de Schvardino. Al día siguiente, a las cinco de la mañana se decidió a atacar. Primero, Eugéne, el virrey de Holanda, simuló un fuerte ataque al ala derecha rusa que se encontraba en la aldea de Borovino. Cerca de los rusos, se detuvieron para que la artillería francesa aplastara la aldea. Luego se lanzó la caballería, capturando así Borovino. Por otro lado, a la izquierda de la batalla se encontraba un ejército llamado las Tres Flechas. Así describe esta parte de la batalla André Castelot: “Pelearon fusiles, sables,bayonetas, algunos usaron incluso los puños y los bastones. Las Tres Flechas resistieron pese a todo. Para terminar el Emperador mandó concentrar el fuego de cuatrocientos cañones contra las fortificaciones de Bagration. Finalmente, una tras otra, las “flechas” cayeron en manos de Murat y Ney. “Fue entonces”, contaba el ruso Glinka, uno de los combatientes de la jornada, “cuando ocurrió el gran acontecimiento” () Bagration fue gravemente herido. Luego de esto los soldados dejaron caer los brazos.” Poco a poco Napoleón fue ganando la batalla. Napoleón admiraba la ferocidad con la que los rusos peleaban, “cuando se mata un soldado ruso, hay que empujarlo, ademas, para que se caiga-dijo”. Finalmente, los cañones dejaron de disparar, dando fin a la batalla mas sangrienta de las Guerras Napoleónicas.
Luego de la batalla, los rusos se retiraron hacia Mojaisk con la idea de enfrentarse nuevamente con los franceses en las puertas de Moscú. Esto recién era el principio.
Bonaparte I, transportado de alegría se detuvo a admirar la ciudad. A medida que las tropas llegaban, se detenían a admirar la ciudad, casi olvidando la terrible marcha desde el Niemen. Con los tambores sonando, las tropas bajaron hacia la ciudad. Sin embargo, al entrar en la ciudad se dieron cuenta de que esta estaba desierta. Desesperados los soldados entraban en las casas en busca decomida. Al mismo tiempo se habían reportado algunos incendios que durante la noche se multiplicarían. El gobernador de la ciudad había ordenado llevar todas las bombas de agua a Riazan e incendiar la ciudad. El emperador se hospedo en el Kremlin, el palacio de los zares, sin embargo, no pudo evitar un sentimiento de incomodidad hacia las calles pobladas de casas silenciosas, abandonadas y ardientes. “Un mar de fuego cubría la capital, un mar cuyo centro, como una isla aún intacta, parecía ser el Kremlin”. Aquí esta una narración del incendio de Moscú de un Jefe del estado mayor Napoleónico: “() En aquel momento las llamas enfurecidas atacaban por todas partes y cada vez con mas violencia el Kremlin; pues el viento, sin duda atraído por aquella inmensa combustión aumentaba cada vez en impetuosidad. El ejército y el Emperador estaban perdidos si una sola de las chispas que volaban sobre nuestras cabezas caía en un solo armón. Y así fue como durante varias horas se cernió el peligro sobre nosotros. () Todos habíamos visto a hombres de figura atroz, cubiertos de harapos, y a mujeres furiosas correr entre las llamas, dando una impresión completa de infierno. Aquellos miserables emborrachados a la vez con vino y con el éxito de su crimen, no cuidaban ya de ocultarse, sino que recorrían triunfalmente las calles abrasadas, y les sorprendíamos agitandoantorchas con las que atizaban el fuego. Era preciso cortarles las manos a sablazos para que soltaran presa. Decíase que aquellos bandidos fueron lanzados por los jefes rusos para que Moscú fuese presa de las llamas; y que tan extrema resolución sólo había podido ser tomada por el patriotismo y ejecutada por el crimen.” Finalmente, el emperador dio la orden de retirada. El pensaba que esta retirada iba a ser como una fuga ya que su ejército no estaba derrotado pero el 13 de octubre, al caer la primera nevada sobre Moscú, Napoleón ordenó en forma brusca la el repliegue a Smolensk. Así el lunes 19 de Octubre el Emperador junto a cien mil hombres dejaban la ciudad luego de su frustrada estadía. El clima del viaje de vuelta era similar al que tuvieron en la ida, la única diferencia era que se acercaba el invierno. Por parte de Kutusov, este se enteró recién el 23 de octubre. Como el mariscal ruso había podido reclutar ochenta mil infantes, treinta y cinco mil jinetes, decidió tratar de interceptar al Emperador en Malo Jaroslawitz, una importante posición rusa y así empujar al Grand Armée a la ruta de Smolensk que ya habían recorrido a la ida. A dos kilómetros de Malo Jaroslawitz el emperador se detuvo y frente a la posición de los rusos, concluyó que ésta era inatacable. Kutusov, se le había adelantado. Si viene Eugene se adueñó de aquella posiciónocasionando setecientos muertos, el Emperador vacilaba si debía proseguir en apoderarse la posición inatacable. Huyendo, Napoleón decidió dirigirse hacia la ruta de Moscú a Smolensko donde no había alimentos para los hombres ni para los caballos. Kutusov marchó paralelamente a los franceses. Esta ruta estaba cubierta por una capa de nieve dificultando la marcha de los caballos que no tenían herraduras para el hielo. “El invierno ruso hizo así su gran entrada” Luego de cruzar con dificultad el rio Dnieper, Napoleón observó con su catalejos, como los cosacos rusos desvestían a los prisioneros franceses y los dejaba morir en la nieve. Finalmente llegaron a la aldea de altas murallas rojas, y luego de una larga espera, los franceses entraros desesperados por comida, y esperaban saquear la aldea. Permanecieron 5 días en Smolensko, hasta enterarse que el ejército ruso controlaba la siguiente aldea de Vitebsk. Es por ello que decidieron salir de Smolensko marchando por Dilna, como a la venida. La temperatura alcanzaba los 20 grados bajo cero. Los rusos amenazaban con destruir la Grand Armée. En Krasno, los rusos casi barren con todo pero la vieja guardia impidió la catastrofe. Entrando a Orcha, solo quedaban seis mil hombres, y el termómetro marcaba los 28 grados bajo cero. Cada mañana se encontraban cadaveres congelados y cubiertos de nieve alrededor de loscampamentos. El 20 de noviembre Napoleón s e enteró que el puente de Borissov sobre el rio Beresina, custodiado por ciento veinte polacos había sido tomado por los rusos cortando así su retirada. Los franceses debían atacar. Para ello se juntaron con los Cuerpos de Ejército de Víctor y Oudinot que cubrían la retirada a las orillas del Beresina. Grande fue la sorpresa al encontrarse con el Emperador. “ De pronto, apareció una corte de espectros vestidos con jirones, ataviados con ropas inconcebibles. Rostros desencarnados, rostros con barbas hirsutas, con los ojos fijos, con los pies envueltos en pajas, cubiertos de vendas, marchaban como cautivos en silencio. En medio de ellos, con un bastón en la mano avanzaba el soberano, le seguían todo tipo de vehículos sobrecargados de heridos y arrastrados por sombras de caballos. Esa horda era la Grand Armée.” Del otro lado se juntaban ciento veinte mil rusos preparados para la persecución sobre veintiséis mil combatientes moribundos y muertos de frío y cuarenta mil enfermos con las piernas congeladas. Debido a que el puente parcialmente destruido se encontraba bajo la mira de la artillería rusa. Cinco leguas mas arriba, y guiados por un campesino lituano encontraron un vado que les permitió a los pontoneros franceses construir un puente para cruzar el río, fuera del alcance de las baterías rusas. Del otrolado del río y por obra de la casualidad los rusos se retiraron de la escena creyendo que los franceses les habían tendido una trampa. De esa manera pudieron cruzar el Beresina entre el 26 y 27 de noviembre aunque ocho mil hombre no pudieron cruzar debido a que fue necesario quemar los puentes y así evitar el cruce de los cosacos del general Witgenstein. La horda moribunda se retiraba desordenadamente dejando las armas y los carros a su paso. Solo los veteranos marchaban con aire marcial. La temperatura era de 31 grados bajo cero. Sin embargo Napoleón se encontraba abrigado, y podía comer pan blanco, carne de vaca o de oveja y arroz y habas. Por otro lado “muchos sobrevivientes caminaban descalzos, ayudandose con pedazos de madera, pero sus pies estaban tan congelados que resonaban en el camino como si fueran zuecos” Los caballos se morían de hambre, y ni bien caían una horda de hambrientos, se abalanzaban sobre el animal para comerlo. El hígado era lo mas preciado por lo tierno. El 3 de Diciembre llegaron a Malodeczno en donde encontraron abundante forraje y temperaturas menos frias. Pero la noche del 6 al 7 fue atroz. El frio era insoportable matando los útimos vestigios de la Grand Armée. De esa manera concluyó uno de las peores derrotas que sufrió Napoleón, aunque él nunca reconoció haber sido vencido por los rusos. En Varsovia commentó


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