El sistema de la ciencia
ClaudioGutiérrez
129. El método hipotético-deductivo
Hemos insistido en los capítulos anteriores sobre la necesidad de usar
hipótesis complementarias cada vez que queremos asegurarnos de la validez del
método inductivo, sea en el caso de la inducción por muestra o de la analogía,
o incluso de la inducción canónica. En este encuadre los expedientes inductivos
por sí solos aparecen como insuficientes; completados con las hipótesis del
caso, sobre regularidades contextuales, conexiones causales o propiedades del análisis,
tales recursos se fortalecen, pero al mismo tiempo pasan a ser aplicaciones
claras del método deductivo. Ello nos lleva a concluir: primero, que la
inducción por sí sola no es ningún método independiente de pensamiento (para
hacerla válida debemos transformarla en deducción); y segundo, que la
utilización de hipótesis tiene una importancia capital en la edificación de la
ciencia.
Pero por otra parte, no es solo en el campo de la inducción donde las hipótesis
cumplen un papel importante. En las secciones 92 y 93 examinamos el uso de los
supuestos o 'premisas prestadas' en el campo puro de la deducción; la
prueba hipotética y la reducción al absurdo son ejemplos notables del empleo de
hipótesis, que precisamente caracterizan la más potente acción deductiva, la
que llamamos en su lugar 'estrategia indirecta'. Se trata del mismo método
hipotético, el cual puede ser aplicado indiferentemente a problemas de
deducción pura o a problemas de inducción. Hemos llegado así a descubrir el
elemento común, o puente, que une los dos grandes procedimientos de la
inferencia. Hemos llegado adescubrir la médula misma del razonamiento científico, que se aplica
por igual en todas las disciplinas serias que buscan establecer información.
Debemos preguntarnos ahora por qué damos fe a los enunciados científicos,
siendo así que, como hemos visto, su naturaleza corresponde a la de las
'premisas prestadas' de la prueba hipotética. sCómo pasamos de un
simple supuesto a una proposición aceptable incondicionalmente? sCuándo y de
qué manera dejan los enunciados de ser simples hipótesis para pasar a ser algo
distinto? A estas preguntas debemos contestar de dos maneras diferentes. En
primer lugar, lo cierto es que –en puridad lógica– nunca pasamos de las
hipótesis a enunciados absolutamente seguros; un enunciado absolutamente seguro
habría dejado de pertenecer a la ciencia, pues nadie podría volver a dudar de
él y es esencial a los enunciados científicos el que todos son discutibles,
impugnables, criticables, y revisables, en todo tiempo y por cualquier que
desee hacerlo con el debido adiestramiento y la necesaria seriedad.
Por otra parte, surge en nuestra ayuda el hecho universal de que nuestro
intelecto se agota en la búsqueda de hipótesis que adecuadamente den cuenta de
los fenómenos observados. Nuestra mente y el mundo son tales que para explicar
ciertas apariencias no es posible formular sino un reducido número de
hipótesis, las cuales debemos llevar al campo de la experiencia para ver si
resultan confirmadas o refutadas. Esto nos permite ligar lo que hemos dicho
sobre la técnica de refutación con lo estudiado sobre la estrategia indirecta.
Una hipótesis es una premisa 'que sepide prestada' para ver qué
consecuencias se siguen de ella en conjunto con el resto de nuestras convicciones.
Suponiendo que la lista de hipótesis posibles es limitada, el formular las
distintas alternativas una por una y ver si se siguen contradicciones, para ir
eliminando las sucesivas hipótesis, es un buen camino para llegar a la
confirmación de una sola de ellas. Aunque en ciencia nunca podemos tener la
seguridad de que todas las hipótesis posibles para explicar un fenómeno han
sido ya pensadas, de hecho se nos agotan las posibilidades y podemos estar
razonablemente confiados de que avanzamos paso a paso hacia la conquista de la
verdad.
130. El método aplicado a la confirmación de proposiciones singulares
Examinemos el método hipotético en un ejemplo para comprender mejor en qué
consiste exactamente y cuáles son sus distintos ingredientes. Aunque el uso más
importante del
método se da en la confirmación de proposiciones universales, conviene tomar
primero el caso de las proposiciones singulares, que es analíticamente más
simple. Este tipo de inferencia es característico de la práctica de la
criminología y de la medicina. En la primera, la pregunta que nos hacemos es
'squién es el autor del
delito?' en tanto que en la segunda la pregunta es 'squé enfermedad
aqueja al paciente?'. En ambos casos la respuesta es una proposición
singular: 'Fulano de Tal es el autor del delito' o 'el paciente es
aquejado por tal o cual enfermedad'. Así, podemos concentrarnos en el
problema del diagnóstico médico, y considerar
al facultativo en busca de la enfermedad como
un detective de las cienciasnaturales. Veamos cómo procede.
131. Concepto de explicación
Consideremos el problema de diagnóstico siguiente: una mujer de 40 años de edad
avisa por teléfono a su médico que tiene un dolor agudo en el abdomen; añade
que su temperatura es normal. El médico, conscientemente o en rápida intuición,
tiene que hacer un razonamiento. Ante todo, debe seleccionar una hipótesis que
explique el dolor. La mujer tiene un dolor que necesita explicación: la
clasificación de la dolencia dará la explicación deseada. Pero en vez de hablar
de fenómenos directamente, hablemos de los enunciados que los describen. Así,
diremos que un enunciado explica a otro cuando se da el caso de que el primero
sirve de premisa para deducir el segundo. Cuando 'esta mujer está enferma
de ' sea premisa suficiente para concluir 'esta mujer tiene un
dolor agudo en el abdomen' diremos que el primer enunciado explica el
segundo. El dato original no puede ser falso y la hipótesis verdadera; al igual
que en un razonamiento deductivo, la conclusión no puede ser falsa y la premisa
verdadera.
La preparación y experiencia del
médico le suministran una serie de posibilidades de diagnóstico, es decir,
otras tantas hipótesis para explicar el fenómeno que le ha sido anunciado.
Todas tienen en común que explican, en el sentido que se indicó, el dolor
abdominal agudo. Podría ponerlas en una lista, así: 'colcistitis aguda,
diverticulitis aguda, pancreatitis, '. Muchas de estas posibilidades
serán eliminadas en el acto, algunas por razón de la edad de la paciente, otras
por exigir la presencia de temperatura anormal. Entre las quequedan, el médico
debe decidir llevado por la intuición u 'ojo clínico', lo que para la
lógica es otra forma de decir que debe usar premisas, salidas del contexto de su conocimiento de la
paciente. Vamos a suponer que decide que la paciente está afectada por un
embarazo ectópico, es decir, un embarazo que ocurre fuera de la matriz. En ese
momento habrá finalizado una primera etapa de la aplicación del método; los datos iniciales han quedado
explicados (en el sentido apuntado antes). Pero por supuesto, aquí no ha
terminado el proceso. Si en vez de un médico se tratara de un hechicero, cuyo
prestigio no le permite equivocarse, el procedimiento hubiera quizá concluido
aquí; dado el diagnóstico, se pasaría a la prescripción, con grandes
probabilidades de grave daño para la paciente. Como
no se trata del hechicero infalible sino del médico que usa
método científico, nuestro investigador va a dar ahora el paso que más caracteriza a la ciencia
moderna: va a intentar refutar su propia hipótesis. Va a tener la modestia de
reconocer que su intuición primera puede no ser tan genial, después de todo. El
científico moderno ha cambiado las glorias prematuras del
hechicero de antaño por los triunfos graduales y prosaicos, pero mucho más seguros,
del método
hipotético y de la verificación experimental.
132. La verificación
La base de la conclusión inductiva, como vimos
anteriormente, consiste en descubrir que la refutación no se da; el paso siguiente de
nuestro médico-detective consistirá pues en preparar el terreno para tratar de
refutar su hipótesis. Deberá recurrir a una forma deductiva típica, lanegación del antecedente:
'Si A entonces B; es así que no B; luego, no A'. En el caso concreto
tenemos ya A, que es la hipótesis 'esta mujer tiene un embarazo
ectópico'; nos falta encontrar un B que no podrá ser falso si A –como lo es– es verdadero.
Se trata de buscar una consecuencia lógica de A que sea fácilmente comprobable.
El médico ordena por teléfono que le sea tomado el pulso a la paciente. Sabe
que si se trata de un embarazo ectópico el pulso será rápido. Si viniera la
respuesta 'pulso normal', habría logrado refutar la hipótesis; con
ello el médico aparecería ante sí mismo menos genial (tno acertó en la
primera!) Pero se habría acercado grandemente a resolver su problema de
diagnóstico. La respuesta viene: 'pulso rápido'. La hipótesis no ha
sido refutada; decimos entonces que se ha confirmado. Esto no quiere decir que
sea verdadera; simplemente no se ha podido todavía demostrar que es falsa. Pero
la hipótesis sigue en pie. Si hubiera caído, el médico habría tenido que
escoger otra hipótesis, pero ahora de una lista de posibilidades más corta. Por
ejemplo 'obstrucción simple del
intestino delgado'. Pero la hipótesis no cayó: debe entonces tratar de
confirmarla aún más. Para ello, busca otras
consecuencias de A. Si se trata de un embarazo ectópico el dolor debe ocurrir
en determinado lugar y determinadas posiciones; debe pues proceder a examinar
directamente a la paciente. Durante el viaje a su caso el médico repasará
mentalmente las distintas hipótesis que explican el dolor agudo en el abdomen;
hará un diagnóstico diferencial, o sea, un diagnóstico de lo que no tiene
lapaciente. Cuando llegue a su destino tendrá claro cuáles son las hipótesis más
probables y sabrá qué comprobaciones hacer para afirmar en definitiva la
categorización de la enfermedad.
Resumamos los pasos dados por nuestro médico-detective: ante todo, se le
presenta el problema que consiste de datos iniciales que requieren una explicación.
Se propone una hipótesis de la cual el enunciado de los datos iniciales puede
ser deducido. Se sacan otras consecuencias deductivas de la hipótesis o
explicación propuesta. Se comprueba en la realidad si esas consecuencias se dan
de hecho. Si en vez de verificación viene una refutación, debemos volver a
empezar proponiendo otra explicación, escogiéndola de una lista que ahora es
más breve. Como
garantía adicional, una vez confirmada una hipótesis, podemos imaginar todas
las explicaciones posibles y demostrar que todas menos una son refutables. Solo
entonces nuestro médico podrá sentirse tranquilo. Las etapas son pues las
siguientes:
OBSERVACIÓN – EXPLICACIÓN – DEDUCCIÓN – VERIFICACIÓN- REFUTACIÓN (todas las
posibles)
133. El método aplicado a las proposiciones universales
Tratemos ahora de generalizar este método de modo que sea aplicable al
descubrimiento de las regularidades del
universo, o sea, a las llamadas 'leyes naturales'. La diferencia más
importante con el caso estudiado es que las explicaciones serán no
proposiciones singulares como 'esta mujer
padece de embarazo ectópico', sino proposiciones universales como 'los cuerpos se
dilatan con el calor'. Tomemos un ejemplo de la historia de las ciencias
naturales para ilustrar esta forma deaplicación.
Carlos Darwin, famoso naturalista inglés, realizó un viaje alrededor del mundo a bordo del
Beagle, un barco de Su Majestad Británica, en los años de 1831 a 1836. Durante
ese viaje acumuló gran cantidad de datos que lo llevaron a proponer la
hipótesis de que las especies cambian de forma a través de las generaciones. Su
principal prueba para tal hipótesis estaba constituida por la observación de
claras diferencias entre aves similares entre sí que vivían en islas aisladas del Océano Pacífico.
Así, los datos iniciales a explicar eran del
tipo 'en la isla X y en la isla Y viven aves muy parecidas entre sí,
excepto por determinadas diferencias en la forma del
pico o el tamaño y coloración del
plumaje'. La explicación que Darwin formuló de este interesante fenómeno
fue que la misma especie se había extendido a las dos islas en épocas
pretéritas, quedando después aisladas sus respectivas poblaciones; siendo así
que las especies evolucionan (esta sería la hipótesis), y siendo así que los
cruces entre los ejemplares de la especie inicial habían quedado impedidos por
el aislamiento, las poblaciones fueron cambiando gradualmente en forma
divergente. La proposición universal 'las especias evolucionan' (más
ciertos enunciados singulares sobre la historia de determinadas clases de aves)
explica deductivamente los datos iniciales recogidos por Darwin.
El investigador continuó su viaje después de concebida la hipótesis. En sus
horas de meditación sacó distintas consecuencias de la misma. Podemos
resumirlas así: 'si lo observado en islas X y Y no es simple casualidad
(consecuencia decircunstancias que no me es dable comprender por ahora)
entonces, en las próximas islas que visite, W o U, también encontraré fenómenos
como los ya
observados'. Estaba en la etapa de deducción; al desembarcar en las
próximas islas entraría en la etapa de verificación. De hecho, Darwin pudo realizar, en cantidades
abundantes, las observaciones que había predicho.
134. Explicación de hipótesis
El hallazgo de Darwin
era sin duda muy importante; la hipótesis por él formulada explicaba
adecuadamente y con suficiente verificación los sorprendentes fenómenos
observados durante su viaje. Pero su curiosidad de científico no se satisfizo
con esto. Si bien las observaciones estaban explicadas, por la hipótesis de la
evolución de las especies, la hipótesis misma era no menos sorprendente que las
observaciones que la respaldaban. El enunciado 'las especies
evolucionan' era problemático, planteaba un problema, a saber, el
expresado por la simple pregunta: 'spor qué?'. Este problema era para
él tan apasionante como
el problema de por qué aves semejantes en islas aisladas entre sí presentaban
claras diferencias. La hipótesis necesitaba también explicación. sCómo
producirla? Por el mismo procedimiento analizado antes: buscar un enunciado
universal tal que de él pudiera deducirse el enunciado a explicar, en este caso
la hipótesis de la evolución de las especies, repitiendo las mismas etapas de
explicación, deducción y verificación, pero a un nivel más alto o más general.
Después de leer, en 1838, el libro de T. R. Malthus 'Ensayo sobre la
población', Darwin se convenció de que el ambiente de los seres
vivosprovee una 'selección natural' análoga a las técnicas de
selección de los agricultores y criadores de animales domésticos. La
explicación de la hipótesis de la evolución sería entonces ésta:
La reproducción produce más individuos de los que pueden sobrevivir dentro de
los límites de cualquier ambiente. Como
todos los individuos de la población difieren entre sí en pequeños detalles,
algunos de ellos tienen más probabilidades de sobrevivir que los restantes. Como las características de los miembros de la población
son heredables y los que poseen las características mejor adaptadas al medio
son los que más probablemente llegarán a la edad de reproducirse, esas
características terminan –con el paso
de las generaciones– por extenderse a toda la población.
Este largo enunciado, o conjunto de enunciados, constituye la explicación de la
hipótesis de la evolución de las especies. Constituye la teoría de la selección
natural, hoy principio unificador de todas las ciencias biológicas. Su poder
deductivo es muy grande; de él se pueden deducir muchas otras hipótesis de
estas ciencias, que quedan explicadas por él y a su vez confirman el principio
unificador mismo. Su grado de generalidad y su verosimilitud son tales que bien
podemos decir que para un naturalista es imposible pensar hoy que esta teoría
no sea verdadera. Con su ayuda, las hipótesis todas de las ciencias biológicas
se integran unas a las otras, en un solo sistema o telaraña deductiva. Cada
hipótesis trasmite a las otras su propia confirmación a través de esta teoría-
cúpula, y así todas se refuerzan recíprocamente.
135. Launidad de la ciencia
Así como las ciencias biológicas encuentran su principio unificador en la
teoría de la selección natural, las otras grandes ramas científicas tienen una
o varias teorías que las unifican. Así, por ejemplo, las ciencias físicas
tienen las teorías de la relatividad y la teoría de los cuanta; la química, la
teoría de la combustión y la teoría atómica; la economía, la teoría del valor.
Todas estas teorías más generales de las distintas ciencias pueden verse como a su vez explicadas
–e integradas entre sí– por un último gran principio unificador: el principio
de regularidad de la naturaleza o, si se prefiere llamarlo así, el principio de
causalidad. Si antes consideramos necesario postular este principio, o sea,
proceder como
si fuera verdadero, ahora encontramos que las importantes regularidades
descubiertas en los distintos campos de las ciencias particulares confirman
poderosamente la existencia de este principio. Podemos atrevernos a decir que
hemos fracasado en el intento de probar que no existe regularidad en el mundo,
o –alternativamente– afirmar que carecemos de imaginación suficiente para
concebir un mundo en que no la hubiere. Cada una de las grandes teorías que
unifican las ramas científicas puede ser, por lo menos por el momento,
considerada como verdadera; podemos confiarnos a
ellas como instrumentos indispensables en la
ingente tarea de construir un mundo de prosperidad y armonía, acorde con la
dignidad del
ser humano que ha tenido la extraordinaria capacidad creadora de concebirlas y
confirmarlas.