Análisis
de sentido - Falacias informales
10. Las falacias
En la sección 3 señalábamos la importante distinción entre lógica y retórica,
paralela a la distinción igualmente importante entre lógica y psicología.
Podríamos decir que la retórica es lógica y psicología aplicadas a la tarea de
convencer al prójimo. Un buen razonamiento es, indudablemente, un arma muy
efectiva en esta tarea. Pero supone que nuestro contrincante es una persona
analítica, que sabe pensar, que tiene sus pasiones o imaginación bajo control.
Lamentablemente, dada la educación de la generalidad de las personas, resulta a
veces más efectivo y convincente un argumento lógicamente débil o inválido,
pero psicológicamente impresionante. Esto no debería ser así. La gente debería
ser más racional. El estudio de la lógica puede contribuir en algo a ello. Por
nuestra parte, nunca debemosusar argumentos inválidos o falaces en nuestras
discusiones o planteamientos. Ante todo, por honestidad; pero también para no
arriesgarnos a que alguien nos desenmascare y nos tache de polemistas de mala
fe. Para evitar su uso, y para defendernos del que otros hagan de ellos, debemos
conocer bien estos argumentos inválidos o falacias.
11. Por qué convencen
sCómo es posible que argumentos lógicamente inválidos sean a veces
psicológicamente efectivos? La razón parece ser que el lenguaje cumple varias funciones
a la vez, como
vimos en la sección 5. Por asociación de ideas, digamos, puede resultar que
cierta carga emotiva de las palabras o frases que usamos llegue a pesar
suficientemente en el ánimo de quien nos oye y le haga aceptar proposiciones
que carecen de fundamento. Por lo demás, debemos recordar que el hombre es
mucho menos una máquina de pensar que un ser con sentimientos y voluntad, y
suele suceder que puede más lo que habla a los afectos o apela a los deseos que
razones dirigidas exclusivamente al intelecto.
Nuestros mismos argumentos válidos pueden necesitar a menudo el refuerzo
emocional que solo pueden darle las tácticas persuasivas. Nos esforzaremos, por
ello, en lo que seguirá, por señalar, al estudiar las distintas falacias, las
técnicas persuasivas legítimas emparentadas con ellas y que pueden emplearse
con éxito para fortalecer psicológicamente nuestros argumentos válidos.
12. Clases de falacias
Las falacias, sofismas o argumentos inválidos son de dos tipos: los que se
relacionan con el sentido de las palabras o de las frases, y los que más bien
tienen que ver con laestructura de las proposiciones y razonamientos. En el
presente capítulo y en el siguiente nos referiremos únicamente a los primeros,
dejando la consideración de las falacias formales para una sección posterior.
Las falacias de sentido, llamadas también falacias informales, puesto que no
requieren el conocimiento de la estructura lógica para su estudio, pueden
clasificarse en dos grandes grupos: falacias de ambigüedad y falacias de
inatingencia.
Las primeras tienen que ver con la imprecisión de los términos o construcciones
gramaticales o de los ejemplos que usamos. Las segundas son errores en lo que
se quiere probar o en los recursos que se emplean para hacerlo, de los cuales
puede decirse que son inatingentes porque no vienen al caso. Estas últimas
falacias ofrecen más oportunidades de usos legítimos emparentados, puesto que
lo que no viene al caso desde un punto de vista puede muy bien resultar
atingente desde otro. En cambio, es muy difícil que lo que es inválido por
impreciso o ambiguo pueda ser de alguna utilidad en una discusión correcta.
Debemos advertir que este repertorio no es exhaustivo. Hay más falacias que las
que aquí enumeramos. Por otra parte, la clasificación no es absoluta: una
agrupación distinta de las falacias informales es perfectamente posible. La
clasificación que ofrecemos tiene ciertas ventajas desde los puntos de vista
teórico y pedagógico, y por eso nos hemos decidido por ella.
13. Equívoco
El equívoco consiste en usar en un razonamiento una palabra con dos sentidos
distintos, aunque relacionados, sin advertir que la palabra se está usando con
esosdos sentidos. Por ejemplo, los teóricos del liberalismo económico sostienen que el
libre cambio de bienes debe producir una situación de máxima utilidad para
todos los consumidores. El fundamento de esta aseveración está en que cada
quien cambia distintas unidades de su producto hasta que la utilidad de lo que
entrega es la misma de lo que recibe. Así, si produzco arroz y no tengo
frijoles, cambiaré mi exceso de arroz por unas cuantas libras de frijoles. Así,
el arroz que yo doy puede que sea útil para la otra persona por querer tirarlo
sobre una pareja de recién casados; mientras que los frijoles que yo recibo en
cambio son útiles porque mis hijos se están muriendo de hambre.
'Utilidad' en uno y otro caso significan cosas completamente
distintas (1).
Un caso muy famoso de equívoco es el llamado 'silogismo de cuatro
términos', en que un concepto, que se supone va a servir de puente para
unir a otros dos, es usado en dos lugares distintos con significaciones
diferentes. Ejemplo:
Todo lo que contribuye a la paz debe ser aprobado por los hombres de buena
voluntad;
es así que el bombardeo masivo de Vietnam contribuye a la paz;
luego, el bombardeo masivo de Vietnam debe ser aprobado por los hombres de
buena voluntad.
En este caso 'contribuye a la paz' está usado en dos sentidos muy
diversos, y el silogismo es desde luego inválido (el silogismo es una forma de
razonamiento que requiere la combinación de tres, no de cuatro, términos –ver
Capítulo XII–).
Otro caso corriente de equívoco proviene del
uso descuidado de términos valorativos,como
'bueno', 'eficiente', etc. Cada uno de estos términos tiene
un sentido distinto según el contexto en que se aplique. Podemos por ejemplo
decir de alguien que será un administrador eficiente porque es un profesor
eficiente, o pedir los votos para un candidato alegando que es buen padre de
familia, lo cual desde luego no garantiza que será buen estadista. En todos los
casos como este
la inferencia es falaz.
14. Énfasis
A veces una palabra o grupo de palabras cambia de sentido según el énfasis con
que se escriba o pronuncie. Por eso es ilegítimo citar un texto de otro autor y
subrayar ciertas palabras o frases no subrayadas en el original; el subrayado o
bastardilla es un énfasis y puede alterar radicalmente lo que se intenta decir.
Muy a menudo el subrayado puede incluso hacer irónica la frase, dando a
entender entonces exactamente lo contrario de lo que se pretendía. El subrayado
de la palabra 'cuidadoso' en la frase 'mi cuidadoso amigo'
puede hacerla significar que mi amigo es un descuidado.
Un caso muy frecuente de distorsiones en lo que se quiere decir ocurre en la
prensa, cuando el periodista escoge como
titulares de un artículo una frase o parte de ella de importancia secundaria.
El indebido énfasis puede alterar gravemente el sentido del artículo, lo que es especialmente serio
en relación con quienes no leen más que los títulos de los periódicos. Ejemplo:
DEVALUACIÓN DEL COLÓN
habría ocurrido de no aprobarse nuevos impuestos
Una forma de énfasis muy interesante ocurre cuando se mencionan hechos que por
sobradamente reconocidos no deberían mencionarse. De un vecino quenunca tiene
ni un sí ni un no con su esposa podríamos decir con verdad: 'Anoche mi
vecino no le pegó a su mujer'. Pero un efecto calumnioso sería inevitable como consecuencia de un
énfasis indebido.
15. Pregunta compleja
Si al mismo vecino mencionado en la sección anterior le pregunto delante de
testigos: '–Dejó ya de pegarle a su mujer?', mi interlocutor tendrá
todo derecho a sentirse ofendido. Su respuesta debe darla con sangre fría, para
no dar la impresión de que es culpable de algo. Esa respuesta no puede ser ni
'Sí' ni 'No'. Si fuera afirmativa, implícitamente estaría
reconociendo que alguna vez maltrató a su esposa. Lo que procede es contestar:
'–Un momento, amigo. Su pregunta no es una pregunta simple que pueda
contestarse con un ‘Sí' o un ‘No'. Es una pregunta compleja, pues supone que ya
he contestado anteriormente en la afirmativa a otra pregunta, a saber, si
alguna vez le he pegado a mi mujer. La respuesta a esta pregunta implícita es,
desde luego, un ‘NO' rotundo'.
En una campaña para elegir Rector de la Universidad de Costa Rica un
radio-periódico preguntó a los candidatos: '–sSerá la Universidad en el
próximo período comunista o anticomunista?' La pregunta era una pregunta
compleja pues suponía haberse ya contestado en la afirmativa la pregunta
'–sDebe la Universidad ser una institución políticamente
comprometida?'.
16. Anfibología
A menudo la ambigüedad del
lenguaje ordinario sirve para que nuestro interlocutor se escape de ciertas
afirmaciones suyas anteriores, o para que evite hacer las que queremos que
haga. Estos recursos son armas favoritas de los políticos. Elpolítico al que se
le reclama el cumplimiento de una promesa puede muy bien decir: '–Sí, dije
que haría esa obra; pero no dije cuando. Con seguridad la haré en el próximo
período, si soy reelecto'. O puede decir: '–Es verdad que ofrecí no
subir los impuestos, pero suponía que la economía continuara con la misma tasa
de crecimiento. Los electores recuerdan que dije ‘–El estado de la economía es
tan saludable que mi gobierno no elevará los impuestos''.
Además de servir como
excusa, este sofisma funciona muy bien para aliviar los escrúpulos de
conciencia ante las llamadas 'mentiras blancas'. Cuando un acreedor
llama a la puerta y pregunta por mí, mi esposa puede decir: '–Lo siento,
pero no está' agregando en su corazón 'para usted'. Esta
restricción mental suele dar tranquilidad espiritual a personas que han hecho
un principio rígido de la regla moral 'No mentirás', pero el carácter
anfibológico del
recurso es evidente.
17. Composición de un todo
Si paso de la afirmación de cierta propiedad de todas las partes de un todo a
la afirmación de esa propiedad del
mismo todo, cometo la falacia de composición. Si cada granito de arena es casi
invisible, no estoy autorizado por ello para decir que la playa es casi invisible.
Casos más plausibles ocurren en la apreciación literaria o artística: si una
obra musical es valiosa en cada una de sus partes, no necesariamente será
valiosa como
concierto o sinfonía. Sus distintos movimientos pueden ser tan absolutamente
contrastantes que desentonen al formar el todo. Lo mismo vale de la calidad
estética de una cara: su nariz puede ser perfecta, sus ojosmuy bellos, su boca
muy bien dibujada, pero a pesar de todas estas cosas, juntas pueden dar la
impresión de alguno de los retratos de Picasso.
18. Composición de un grupo
La falacia de composición también se comete cuando se pasa de la afirmación de
una propiedad de todos los miembros de un grupo a la afirmación de la misma
propiedad del
grupo mismo. Algunos autores han sostenido que todas las culturas deben
envejecer, puesto que los seres humanos envejecen y son ellos los que componen
las culturas. Tal afirmación es evidentemente falaz, pues es claro que la
cultura se renueva por nacimiento de nuevos elementos, de modo que cada época
contará aproximadamente con el mismo número de hombres de cada edad. Si es
cierto que las culturas envejecen, ello deberá ser demostrado con otros
argumentos; el de composición no es válido.
19. División de un todo
Decimos que los cristianos forman parte de la Santa Iglesia. Pero de ahí no se
sigue que cada cristiano sea santo, puesto que la santidad de que se habla en
la primera frase es una propiedad del
todo, la Iglesia, en cuanto tal; no es distribuible entre sus partes. Allá cada
uno será santo o no lo será, pero en otro sentido del término, en cuanto excelencia moral
individual. Otro caso: un país puede ser poderoso, pero de ahí no se sigue que
cada ciudadano del
mismo sea también poderoso. La relación de esta falacia con la de equívoco es
muy grande.
20. División de un grupo
Se comete si predicamos una propiedad de los miembros de un grupo porque el
grupo como tal
la tiene. Por ejemplo, podemos concluir que los diamantes son abundantesporque
los diamantes son piedras y las piedras son abundantes. O podemos decir que en Costa Rica los maestros ganan más que los
diputados y ofrecer como
prueba la suma mayor que se destina a su pago en el presupuesto. Es cierto que
los maestros ganan más, pero solo como
grupo; los diputados ganan más, individualmente.
21. Accidente
Decíamos más arriba que hay ciertas personas que aplican las reglas morales en
forma rígida, sin tomar en cuenta las circunstancias. Esto es un error, pues
las circunstancias pueden hacer variar radicalmente la solución de un problema
moral. Obedecer una regla de tránsito en una ocasión determinada, cuando es
evidente que por las circunstancias del caso
tal proceder ocasionará más mal que bien, puede interpretarse como una situación de este tipo; por ejemplo,
en un embotellamiento, puede ser que la mejor manera de resolver el problema
sea que algunos vehículos circulen contra vía. En general, se comete la falacia
cuando se decide aplicar una regla general pasando por alto las circunstancias
especiales del
caso concreto que hacen su aplicación contraproducente. 'Accidente'
se usa
aquí para designar detalles que usualmente no son importantes y por ello el
legislador no previó, por la simple razón de que no podía preverlo todo. Pero
cuando en el caso concreto revisten importancia, pueden ser decisivos para la
moralidad de la acción. Ejemplo: si guardo el revólver de un amigo por encargo
suyo, y un buen día en que está loco de furia me lo pide, no puedo decir que
tenga la obligación de entregárselo de conformidad con la regla de que el dueño
de un objeto puededisponer de él a su antojo; las circunstancias especiales del
caso, sus accidentes, harán la regla inaplicable.