UNIVERSIDAD DEL VALLE DE MEXICO
|
FRACTURAS DE CLAVICULA
Son lesiones muy frecuentes, 5-10% de todas las fracturas. La posición anatómica de
la clavícula y su situación superficial facilitan su fractura. Se producen a cualquier edad, incluso en el recién nacido, siendo
la fractura obstétrica más frecuente. La mayor incidencia es en el varón
joven en la relación el deporte. Suelen ser fracturas simples, solo
excepcionalmente presentan complicaciones graves por lesión del paquete
vasculonervioso subyacente. Aunque a veces difíciles de reducir, consolidan con
gran facilidad.
Mecanismos traumáticos
El 75% de casos se producen por un mecanismo indirecto
que origina fuerzas longitudinales en la clavícula. Puede ser un golpe lateral en el hombro, o una caída apoyando la mano
o el codo. La fractura se localiza preferentemente en la unión del tercio externo y tercio
medio; punto mecánicamente débil, por ser su curvación más acentuada en ese
lugar, y porque es una zona de transición desde la estructura cilíndrica del tercio medio a una estructura plana del tercio externo.
El 25% de casos se produce por golpe directo. La fractura puede localizarse en
cualquier nivel pero también es más frecuente en la porción media por ser más
prominente. Menos frecuentemente se localiza en tercio
externo y rara vez en el tercio interno, donde la estructura ósea es más
resistente.
Clasificación según su localización
- Fractura del
extremo externo (entre ligamentoconoides y articulación acromioclavicular)
- Fractura de la porción media (entre ligamento conoides y borde externo del ligamento
costoclavicular).
-Fracturas del extremo interno (entre borde externo del ligamento
costoclavicular y el esternón).
Características anatomoclínicas
Fracturas de la porción media: Son el 80% de los casos. En el niño son fracturas
en tallo verde, en el adulto son transversas, mas frecuentemente oblicuas, a
veces con un tercer fragmento y ocasionalmente
conminutas.
.
Las complicaciones inmediatas son excepcionales y propias de traumatismos muy
intensos: rotura de la vena subclavia, lesión del plexo branquial
y rotura de la cúpula pleural. Más excepcional es la lesión arterial, casi
siempre diagnosticada tardíamente, por un aneurisma
postraumático o una trombosis.
Son fracturas habitualmente desplazadas. El fragmento
interno es tirado hacia arriba y atrás por el músculo esternocleidomastoideo, y
el distal hacia abajo y delante 2 por acción del deltoides y el propio peso del miembro. Hay,
además, un acortamiento por acción del pectoral mayor aproximando el brazo al
tronco. En las fracturas con tercer fragmento, este
suele voltearse y quedar verticalizado.
Fracturas del extremo externo: Suponen el 15-20% de los casos. Producidas casi
siempre por mecanismo directo, suelen tener un trazo
transverso u oblicuo, a veces conminuto.
El desplazamiento depende de la localización del trazo de
fractura respecto a los ligamentos conoides y trapezoides y el estado de estos.
Neer distingue los siguientes tipos de fractura:
- Tipo I: El trazo se sitúa entre los ligamentos conoides y acromioclaviculares,
elprimero sujeta al fragmento proximal y el segundo al distal, por lo que son
fracturas no desplazadas y estables.
- Tipo II A: El trazo de fractura se sitúa por dentro del ligamento
conoides, pero los ligamentos conoides y trapezoides quedan en el fragmento
distal.
- Tipo II B: El trazo de fractura se sitúa entre ligamento conoides y
trapezoides y está roto el ligamento conoides.
En ambas formas de tipo II el gran fragmento bajo la acción del
esternocleidomastoideo, se desplaza hacia arriba y atrás. Es
una fractura desplazada e inestable.
- Tipo III: Es una fractura que afecta a la superficie articular
acromioclavicular.
Fracturas del extremo interno: Son menos del 1% de los casos. Casi siempre
son por traumatismo directo y el trazo de fractura suele ser transverso u
oblicuo con apenas desplazamiento; aunque el músculo esternocleidomastoideo
queda sobre el fragmento externo, este está bien
sujeto por los ligamentos coracoclaviculares.
Clínica y diagnóstico
Se caracteriza por dolor en la región clavicular que se acentúa con la
palpación y la movilización del hombro, especialmente la abducción y ante
pulsión, movimientos en los que la báscula escapular participa activamente.
En fracturas no desplazadas, localmente solo presentan una
tumefacción por edema y hematoma en la zona de la fractura.
En las desplazadas, especialmente las de porción media, el enfermo adopta una
postura antiálgica: con gesto de dolor, mantiene el miembro elevado y pegado al
cuerpo con el miembro contralateral para evitar el desplazamiento del fragmento
distal por el peso del miembro; a la vez inclina la cabeza hacia el lado afecto
pararelajar el músculo esternocleidomastoideo y evitar el desplazamiento del
fragmento proximal. La clavícula aparece acortada, y el hombro ligeramente
descendido. En las primeras horas puede apreciarse la prominencia del
fragmento proximal, pero al poco tiempo queda borrada por el edema que ocupa
toda la fosa supraclavicular.
Las fracturas del
extremo externo muy desplazadas presentan una deformidad muy semejante a la
luxación acromioclavicular, una prominencia del externo distal de la clavícula que puede
reducirse presionando hacia abajo (signo de la Tecla).
En las fracturas desplazadas puede detectarse a la palpación
la crepitación y la deformidad. 3
El diagnóstico radiográfico no ofrece dificultades, una proyección
anteroposterior permite ver el brazo de fractura y el desplazamiento. En
las fracturas del extremo interno suele superponerse la imagen de la clavícula
sobre el arco costal; si hay dudas diagnósticas se recomienda una proyección
oblicua con incidencia del rayo de 45s de abajo a arriba que despliega la
imagen de la clavícula de la parrilla costal.
Aunque las complicaciones vasculo-nerviosas son raros, en las
fracturas de la porción media producidas por traumatismos muy violentos es
obligado una exploración neurológica y vascular.
Tratamiento
La fácil consolidación y la escasa repercusión funcional de las deformidades de
clavícula, hace que el tratamiento de estas fracturas sea preferentemente
ortopédico.
En fracturas estables el 'tallo verde' del niño, tipo I del extremo externo y las de extremo
interno, solo es necesario una inmovilización antiálgica con un sencillo
cabestrillo.
En fracturas de laporción media la inmovilización debe ser
mayor y el desplazamiento debe ser corregido. La reducción se realiza
con anestesia local. Con el enfermo sentado en un taburete, con los brazos en
“jarra”, apoyando la rodilla sobre el raquis torácico, se realiza una tracción
en ambos hombros (retropulsión forzada) contrarrestando la acción del pectoral
mayor; con ello se obtiene una alineación suficiente.
De los métodos propuestos para la inmovilización, el mas utilizado es el
vendaje en 8 de guarismo, que rodea ambos hombros por debajo de la axial, para
cruzar por detrás. Una inmovilización de 6 a 8 semanas, según la complejidad del
trazo de fractura, es suficiente para obtener la curación.
En los niños el vendaje en 8 se afloja con facilidad por la estrechez torácica.
Aprovechando la mayor amplitud de la movilidad articular, se
recurre a la inmovilización de Ombredane, con el brazo a la espalda.
En fracturas de tipo II del extremo externo, el gran fragmento medial sufre un importante desplazamiento hacia arriba, difícil de
controlar con un vendaje en 8. En estos casos es mas efectivo el vendaje de
Robert Jones, un vendaje circular por encima de la
clavícula y por debajo del
codo flexionado, fijando después el brazo al cuerpo mediante un cuello puño
(ver lesiones acromioclaviculares).
El tratamiento conservador es incomodo. Para evitar la compresión axilar debe colocar con
frecuencia los brazos en “jarra” y necesita dormir en
decúbito supino con una almohada entre los hombros. Por otro lado, si la
reducción es incompleta, consolida con un callo prominente
que provoca una deformidad estética. En el niño, por su gran capacidad
deremodelación ósea, la mejoría es rápida y el callo desaparece en pocos meses,
pero en el adulto es un proceso lento e incompleto y provoca cierta
insatisfacción al paciente desde el punto de vista estético.
Todos los inconvenientes anteriores incitan al tratamiento quirúrgico, sin
embargo hay que considerar que el abordaje quirúrgico desvasculariza los
fragmentos óseos dando un índice de pseudoartrosis del 2 al 3%, cuando con el
tratamiento conservador es una complicación muy rara. Por
otro lado, la osteítis iatrogénica de la clavícula es una complicación posible
muy grave, desconocida en el tratamiento conservador. La cicatriz que
queda, frecuentemente hipertrófica, puede representar un
problema estético superior 4 a la tumoración del callo de fractura. Por
todo ello, el tratamiento conservador sigue siendo el más empleado.
Son indicaciones claras de tratamiento quirúrgico:
- Fracturas graves: con gran desplazamiento irreductible, trazos complejos o
amenaza de perforación de la piel.
- Fracturas múltiples asociadas, que necesitan encamamiento o uso temprano de bastones.
- Intolerancia del paciente al vendaje.
- Fracaso del tratamiento conservador
Desde el punto de vista biológico es preferible en enclavado endomedular con
una gruesa aguja Kirschner con menor exposición y desvascularización de los
fragmentos.
Se suele dejar percutánea desde el extremo externo lo que facilita su
extracción ambulatoria a las 6 semanas.
La placa atornillada ofrece una fijación más rígida pero es un
tratamiento más agresivo que debe reservarse para las fracturas muy inestables,
conminutas y para la pseudoartrosis.
La fractura delextremo externo, se fija con dos finas agujas Kirschner transarticulares,
también percutáneas, mantenidas 6 semanas. La sutura de los ligamentos conoides
y trapezoides es opcional.
En las fracturas de tipo III de tercio externo es imposible
conseguir una reconstrucción anatómica de la faceta articular y todo empeño termina
en una artrosis postraumática de esta articulación. El tratamiento de
elección es la resección del extremo externo de la
clavícula inmediata o tardía, según la intensidad y tolerancia.