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CÁncer colorrectal



CÁNCER COLORRECTAL
El cáncer colorrectal (CCR) constituye uno de los más frecuentes en el mundo
occidental, siendo la segunda causa de muerte en las mujeres tras el cáncer de
mama y la tercera en el hombre tras el de pulmón y próstata.
Se ha ido viendo en los últimos años un aumento, tanto en su incidencia como
en las cifras de prevalencia, esto quiere decir que el número de casos nuevos
diagnosticados al año es mayor y que los pacientes viven más tiempo tras su
diagnóstico.
Gracias a la mejora en las técnicas quirúrgicas y el desarrollo de fármacos
quimioterápicos activos, se puede decir, que el cáncer colorrectal es de los
denominados quimiosensibles84.

Es uno de los tumores en donde los factores ambientales claramente influyen
dentrode unas alteraciones genéticas previas, siendo importante tanto la
prevención, como el diagnóstico precoz. Como en cualquier tipo de


enfermedad, cuanto menor desarrollada esté mejor.
Se puede presentar con unos síntomas muy variados: sangrado con la emisión
de las heces, alteración en el ritmo intestinal (periodos de diarrea o
estreñimiento), dolor abdominal, anemia, náuseas y vómitos, aumento del
perímetro abdominal tras las comidas
Dado que los síntomas son tan variados, es importante la sospecha
fundamentalmente a nivel del médico de Atención Primaria, por ejemplo, tenerlo
presente en el estudio de una anemia sin origen claro.
El diagnóstico pasa por la confirmación histológica85, y eso a pesar, de los
avances en las técnicas de imagen (TAC98 o scanner, radiologías con
contraste), hace necesaria la siempre molesta colonoscopia.
Los pacientes
deben de saber que se puede realizar bajo sedación y que consiste en la
introducción por el ano de un tubo que tiene una cámara que permite la toma de
muestras de zonas sospechosas y resección de pólipos en el caso de que
existan. Aunque la sedación, ha permitido que sea menos incómoda, la
preparación que requiere para que sea definitiva (solución evacuante
laxantes) es algo que todavía no podemos cambiar.
Menos en los casos que debuten con cuadro agudo, como puede ser una
obstrucción o perforación intestinal, previo a la cirugía, es conveniente tener un
estudio de extensión, es decir una serie de pruebas que garanticen en la
mayoría de los casos que la enfermedad se encuentra localizada, como son un
análisis de sangre completos, unaradiografía de tórax y una ecografía de
abdomen.

En cuanto al tratamiento, la cirugía es el único tratamiento curativo. Por otro
lado nos va a permitir conocer cómo es el tumor, si está bien diferenciado, si
presenta afectación de los ganglios86 resecados o si a pesar de una ecografía
previa normal (en el caso que se realice previa a la cirugía) existe evidencia de
afectación en el hígado, en cuyo caso, y si no es muy extensa, se podría
intervenir en el mismo acto quirúrgico o en un segundo tiempo.
sQué hacer después de la cirugía? Hasta no hace mucho, si no había
evidencia de enfermedad, la quimioterapia no parecía mostrar ningún beneficio.

Actualmente sabemos, gracias al desarrollo de ensayos clínicos, que cuando
existen ganglios afectos, a pesar de no existir enfermedad, la quimioterapia
aumenta la supervivencia o lo que es lo mismo disminuye le número de
recaídas.
Es decir, la quimioterapia se administraría de forma preventiva, con el
efecto secundario más frecuente de la diarrea.
Queda todavía por definir, si este mismo beneficio se obtiene cuando el tumor
es grande, es decir, cuando afecta a todas las capas del intestino grueso. Es
una pregunta que se responderá gracias a la participación de los pacientes en
ensayos clínicos.

El cáncer de recto tiene una característica especial. Sus paredes no están
recubiertas por una especie de serosa87 que recubre el resto del colon, por lo
que el riesgo de recaídas locales es mayor. Por este motivo al tratamiento con
quimioterapia hay que añadirle un tratamientoradioterápico simultáneo.
Otra pregunta a contestar es smerece la pena el tratamiento con
quimioterapia si existen metástasis? La respuesta no es fácil, y va a
depender de cada paciente en particular. En general podemos decir que el
tratamiento ha demostrado un aumento en la supervivencia, con un mayor
tiempo libre de síntomas y de recaída. El tipo de quimioterapia se ajustará en
cada caso a las enfermedades que previamente presente el paciente
(afectación renal, cardiaca) y siempre el médico valorará el beneficio que se
piensa lograr contra la toxicidad que se va a producir.
La edad no contraindica el tratamiento, se ha demostrado recientemente, que
los pacientes ancianos en buena situación clínica y con un buen apoyo social
obtienen los mismos beneficios que un paciente joven.
sExisten factores de riesgo? sEs posible una prevención? Dentro de los
factores de riesgo, se han relacionado con el desarrollo del CCR: ser hombre
mayor de 50 años, de clase social alta, tener antecedentes de este tipo de
tumor en la familia, una alimentación pobre en fibra y rica en grasas, haber
sufrido previamente enfermedades intestinales como la colitis ulcerosa o la
enfermedad de Crohn
La prevención tiene que tener aquellos factores de riesgo sobre los cuales se
puede actuar. Un cambio en el hábito de comidas, recomendando una dieta
rica en fibra evitando en lo posible las grasas de origen animal, es una tarea
importante de información a nivel de la población general. Si en la familia existen
varios casos, especialmente en personasmenores de 45 años, se debe de
acudir al médico de Atención Primaria para que oriente sobre la posibilidad de
tener que realizar pruebas que detecten de forma precoz el cáncer.
Al contrario de lo que ocurre con la mamografía en el diagnóstico precoz del
cáncer de mama, no se ha demostrado que ninguna técnica sea eficiente en
este caso.
Recientemente existen estudios sobre la quimioprevención, es decir la
administración de determinados medicamentos, como es la aspirina, para
prevenir la aparición del CCR. Sin embargo todavía son datos muy recientes y
no se recomienda su uso.
El pronóstico va a variar según lo avanzada que esté la enfermedad en el
momento del diagnóstico, de tal manera que en los estadios iniciales, la
supervivencia oscila entre el 45% y el 90% a los 5 años.


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