INVESTIGACION FIEBRE PUERPERIAL
El termino fiebre puerperal fue introducido por Strother en 1711, para designar
una enfermedad aguda febril que afecta a mujeres internadas con tal intensidad que la mayor parte de ellas fallecían.
A finales del siglo o
XVIII comienza a extenderse la hipótesis de las “miasmas”
(emanaciones perniciosas que desprenden sustancias animales o vegetales en
descomposición) como
causa de las infecciones, incluida la sepsis puerperal. Resulta
asombrosa aún, la oposición intransigente de quienes fueron
verdaderas eminencias médicas de la época para aceptar nuevos
conceptos sobre el tema.
Con la construcción de hospitales maternales la enfermedad adquiere
características epidémicas y alcanza elevados índices de
mortalidad, originando furiosas protestas que obligaron a los nosocomios a
cerrar sus puertas de tanto en tanto. La primera de estas epidemias de las que
se llevó registró, fue la ocurrida en Paris en 1645 y la referida
por Mariceau en 1660, que en el Hotel-Dieu causó el deceso de dos
terceras partes de las internadas. En el libro de Churchill “Diseases of
Women” se detalló las principales epidemias entre 1764 y 1861, en
total 23, con elevadísima mortalidad.
Alexander Gordon fue el primero en advertir, en 1795, que la
enfermedad sería transmitida por obstetras y parteras, y notó su
similitud con las erisipelas. El modo de transmisión fue
confirmado por John Armstrong en 1814,William Hey of Leeds en 1815, John Robertson de Manchester en 1831, y
por el renombrado Oliver Wendell Holmes en Estados Unidos en 1841. Todos ellos
entre otros, efectuaron igual observación, pero desconocieron como
la transmisión de la enfermedad se llevaba a cabo. El aporte de Holmes
quedó expresado en su obra The Contagiousness of Puerperal Fever,
publicada en 1843 y resumido en las “8 reglas” donde imponía
conductas sanitarias para evitar la propagación de la enfermedad.
En 1850, ignorando la tarea de Semmelweis, James Young Simpson, expresó
que la fiebre puerperal era transmitida por “productos
inflamatorios” vehiculizados en los dedos de los médicos.
Semmelweis inicio con esta teoría a partir de que el trabaja como
asistente en el Hospicio General de Viena, en el que acuden únicamente
aquellas mujeres que no tienen dinero, ayuda, ni familiares. Se trata en su
mayoría de mujeres rechazadas por la sociedad: casi todas son solteras
embarazadas. Semmelweis escribe a su amigo Markusovsky: “debo confesarte
que mi vida se ha vuelto infernal, que desde siempre la idea de la muerte de
mis enfermos me resultó insoportable, sobre todo cuando esa muerte se
desliza entre las dos grandes alegrías de la existencia, la de ser joven
y la de dar vida”. Comienza a estudiar algunos
aspectos epidemiológicos. El pabellón de Klein es el mas
frecuentado por estudiantes de medicina, quienes atendían a las
parturientas luego deasistir a las clases de anatomía patológica
donde se efectuaban autopsias, mediando un rapido y superficial lavado
de manos con agua y jabón, previo a la tarea asistencial. La sala de
partos de Bartch era la utilizada por las matronas, pero cuando a ella asistían los estudiantes, la mortalidad
aumentaba.
Esto llevó a Semmelweis a postular la teoría de que los
estudiantes transportaban material desde los cadaveres hacia la sala de
partos, siendo este el origen de la fiebre puerperal.
Klein no estuvo de acuerdo con esta teoría, y rechaza la
instalación de un lavabo para higiene de las
manos antes de examinar a las embarazadas. Klein llegó a afirmar que las muertes se debían a factores
emocionales, ya que las mujeres no deseaban ser examinadas por aprendices
varones.
Mas tarde se entera de la muerte de su amigo, el profesor de patología
forense Jakob Kolletschka, luego de sufrir una herida accidental durante una
autopsia que le causó una celulitis en el brazo seguido de los mismos
síntomas generales que las enfermas con fiebre puerperal. Esta es la
prueba que sugiere que en los cadaveres se encuentra el origen de la enfermedad. Por influencia de su maestro Skoda
es readmitido en la sala del doctor Bartch. A
petición de Semmelweis los estudiantes pasan a esta sala, y ese mes la mortalidad sube de 9 a 27%. A partir de este
momento obligó a todos a lavarse las manos con una solución por
él preparada, que contiene clorurocalcico, luego de asistir a las
autopsias y antes de revisar a las parturientas. El olor pútrido
aún después de lavarse las manos con agua y jabón,
sugería la persistencia de restos del material cadavérico, el
cloro posee propiedades desodorizantes, ademas de antisépticas
desconocidas en ese entonces, y fue elegido para tal fin.
La mortalidad se reduce a 12%. Efectúa un
exhaustivo analisis epidemiológico y elabora tablas donde cruza
los datos obtenidos. En junio de 1848 diagnosticó
cancer de útero a una mujer que creía embarazada.
Luego, el mismo Semmelweis examina a otras cinco
mujeres, todas fallecieron de sepsis puerperal. No duda, las manos son fuente
de sustancias nocivas. Extiende el habito del lavado de manos a todos los casos de
examen obstétrico y la mortalidad cae a 0 %.
Este fue el mayor mérito de Semmelweis, la demostración que la
enfermedad podía prevenirse con el lavado de las manos mediante ciertas
soluciones, luego denominadas antisépticas, pero esto se perfecciono
hasta en el siglo XX con el perfeccionamiento de las medidas de asepsia y de
antisepsia. Así mismo se controlo la fiebre puerperal con la
aparición de medicamentos y se comprobara que con el uso
de ellos beneficiaba a la salud a lo que se le denomino tratamiento de la
sepsis puerperal.
Bibliografía:
*https://www.obstetriciacritica.com.ar/doc/Historia_Sepsis_Puerperal.pdf
*Martínez Margarita, “El Mundo Vivo”, Tomo 5, Manual
Moderno.