ESTRUCTURA SOCIOECONOMICA
DEL PUEBLO MEXICANO
Porfirio Díaz realmente logró que se desarrollara la
economía y la infraestructura. Por ejemplo extendió la
red de ferrocarriles de unos 700 kilómetros al principio de su gobierno,
a unos considerables 25.000 kilómetros en 1911. La red
telegrafica creció con la misma velocidad de 9000 Km. en el ano
1877 a 40.000 Km diez anos después. Se construyeron
puertos en las dos costas para conectar mejor con el mercado mundial y
desatarse de la dependencia de América de Norte. La
producción de plata se quintuplicó durante
el Porfiriato, la industria textil, la metalurgia y la industria transformadora
aumentaron la producción, las exportaciones subieron el triple y las
importaciones unas seis veces.
Sin embargo, todos esos éxitos no pueden esconder que también
había defectos en la economía. El crecimiento en la agricultura
sólo suponía la mitad del crecimiento de la industria,
así que México al final tuvo que importar productos alimenticios.
Aparte de eso en las ciudades no se logró absorber la mano de obra que
huyó del
campo en busca de trabajo. Y - quizas siendo el
aspecto mas importante - la dependencia del
extranjero creció paulatinamente, porque el capital invertido en ramas como la minería,
el petróleo y la industria pesada casi siempre era capital extranjero.
Las superficies cultivadas, que antes habían sido propiedad común
de las comunidades en los pueblos (es decir, los ejidos), también se
vendieron al extranjero, así que mas o menos la quinta parte del
suelo se pasó a empresas extranjeras.
Entonces laeconomía verdaderamente floreció,
pero se acentuó demasiado una política maquiavélica, sin
tener en cuenta las desventajas que iba a traer.
Para la gente del
campo la situación empeoraba. Los ejidos, es decir, el suelo que
había pertenecido a la comunidad de un pueblo
ya en los tiempos precolombinos, los adquirieron los hacendados o empresas
extranjeras. Mas de un cuarto de la superficie
de México pasó a manos de 834 personas. Eso muestra cómo
se percibía a los indígenas: No fueron reconocidos como
propietarios de las tierras comunes. Como
consecuencia, los campesinos se quedaron sin tierra y tuvieron que trabajar como
peones para los latifundistas. En efecto una tercera parte de
la población mexicana estaba esclavizada de esta manera. El
peonaje funcionaba así: Los trabajadores debían dinero al
hacendado y entonces estaban obligados a trabajar para este.
Este les pagaba un salario de hambre, pero no en efectivo,
sino en vales que sólo se aceptaban en la tienda de raya del mismísimo
hacendado, donde los precios eran exorbitantes. Entonces los
peones tenían que pedirle aún mas dinero al hacendado y
las deudas se transmitían de padres a hijos a nietos. Una jornada normalmente consistía de unas doce horas, no
había días libres y los trabajadores podían ser forzados a
latigazos.
El gobierno de Díaz apoyaba todo esto, ya que estaba
mas interesado en la economía que en el bienestar de la
población. Los peones no se podían escapar de su
esclavitud, porque en este caso los rurales aplicaban
la ley fuga. La iglesia católica, tolerada por Díaz, tampoco se
metía en estosasuntos.
Los obreros que no trabajaban en el campo no vivían
mejor. Los salarios estaban bajísimos para
todos, sea para los sirvientes domésticos o para los soldados de
línea. Sin embargo, los gastos de vida estaban tan altos como
en los Estados Unidos. Turner aduce que en 1909 el
maíz, por ejemplo, costó casi el doble en la ciudad de
México que en Chicago.
Ademas describe las condiciones de alojamiento que sufrieron muchos.
Menos de un 20% de las casas en la capital
tenían abastecimiento regular de agua, lo cual llegó a una
insalubridad fatal.
Los trabajadores no tenían derechos. No
existían sindicatos, las huelgas estaban prohibidas, incluso se
castigaba el sólo intento de pedir una alza de los salarios.
Solamente estaban permitidas las asociaciones mutualistas,
'herencia de pasados días'.
No obstante, en 1906 se produjo una huelga en una mina de cobre norteamericana
en Cananea, The Cananea Consolidated Copper Company.
Los obreros exigieron entre otras cosas una subida del sueldo a cinco
pesos, una jornada de ocho horas, el derecho a ascenso y una cuota de tres
cuartos de trabajadores mexicanos y un cuarto de extranjeros. Eran los primeros en reivindicar semejantes cambios. La
polémica estalló pronto, cuando los hermanos Metcalf arrojaron
agua sobre los manifestantes y estos respondieron echando piedras, lo que
llegó a la contra respuesta de matar a un obrero
de un tiro. Al final del día habían
fallecido diez trabajadores y los hermanos Metcalf. Entonces el gobernador de Sonora, Rafael
Izabal, pidió ayuda a los americanos pretextando una guerra
racial, yla huelga se acabó violentamente. A los
líderes los metieron en la carcel.
Otra huelga en el estado de Veracruz incluso
muestra mas claramente el papel de Porfirio Díaz en la
opresión del
pueblo. En una fabrica textil de Río Blanco se organizó un círculo de obreros que pronto convocó a
paros y huelgas. Tanto los obreros como los empresarios pidieron ayuda a
Porfirio Díaz, que decidió que el día siete de 1907 los
obreros volvieran al trabajo. Cuando los obreros se negaron y
siguieron en huelga, Díaz mandó al ejército. Al final de la lucha estaban muertas o heridas unas doscientas
personas, mientras los soldados cazaron a los que habían huido.
La relativa y forzosa “estabilidad” del porfiriato
permitió, entro otras cosas, que floreciera la parte de la cultura y el
arte que correspondía a sus intereses políticos. De esta manera
surgieron instituciones, las acciones y las expresiones que iniciaron el gusto
y prolongaron la inclinación por cierto tipo de obras y actividades
artísticas: los bailes de salón, los saraos, la ópera, la
zarzuela, el teatro clasico, el ballet. Simultaneamente (como siempre ocurre) se
desarrollaron y vigorizaron aquellas expresiones dancísticas y musicales
que jamas, por ser autogestivas, requieren de proyectos y
organización oficiales: danzas populares del campo y de la ciudad, ritmos, corridos,
canciones, festejos, ferias, etc. Habría que preguntarse si las formas y
técnicas extranjeras que los compositores “cultos” de la
época asimilaron con tanto esmero no ampliaron el panorama creativo de
la música “culta” del periodo y si nosentaron estos
compositores sus obras las bases que dieron lugar al nacionalismo musical de
los veintes, treintas y cuarentas del siglo XX. Habra que estudiar si no
tendemos los mexicanos de hoy a identificar la moral decimonónica con la
moral porfirista cuando percibimos sus reticencias a incorporar el baile y
ciertas piezas y ritmos a las mas populares y generales formas de
diversión colectiva. A la cultura programada de Justo
Sierra, ¿no corresponde una popular, subversiva, amplia, natural y
colectiva que se manifestaba aun en pleno Porfiriato? ¿Realmente
durante el Porfiriato, ese ineludible, contrastante y hasta impresionante
“distanciamiento entre las masas populares y los grupos
intelectuales”, característico de los países capitalistas,
fue mayor que, por ejemplo, entre los escritores y periodistas de la Reforma y
el pueblo, o bien entre los pintores y escritores del decenio de los veintes y
el pueblo? De ser así, deberían considerarse las circunstancias
de militancia política que caracterizaron a estos dos grupos
intelectuales y concluir que todo proyecto y todo programa cultural sólo
se gesta y se realiza con acierto histórico y con profundidad
filosófica en circunstancias de cambio revolucionario. Todo programa cultural forjado en periodos de estabilidad relativa
quedaría, si no invalidando a largo plazo, si lleno de aspectos
inoperantes o francamente estériles. Para llegar a conclusiones
prudentes sabemos con Gramsci que habra que “estudiar
concretamente en un país en particular, la organización cultural
que mantiene en movimiento el mundo ideológico, yexaminar su
funcionamiento practico”
Las primeras instituciones culturales post-revolucionarias.
Los primeros gobiernos post-revolucionarios reconocieron la importancia del arte y la cultura como elementos para consolidar la unidad nacional del país desde la
lucha armada. Esto se vio expresado en la fundación,
en 1915, en la Dirección General de Bellas Artes por el gobierno de
Venustiano Carranza, dentro de la Secretaría de Instrucción
Publica y Bellas Artes.
Esta Dirección General, pretendía fomentar “La
función educativa del arte” democratizandolo y en
cuestiones de danza, solo se incorporó a la educación
escolarizada, la materia de danzas y bailes regionales mexicanos.
En 1917, cuando Carranza suprimió la Secretaría de
Instrucción Pública, la Dirección General de Bellas Artes
pasó a la Universidad Nacional de México,
Con el nombre de Departamento Universitario y de Bellas Artes, que mantuvo sus
objetivos de fomento y divulgación de las manifestaciones artísticas,
bajo el discurso nacionalista de sus directivos, Agustín Loera y Julio
Torri.
Su generación se había revelado contra la
cultura Porfiriana, promoviendo una nueva concepción cultural y pugnando
por la destrucción de positivismo para retornar al humanismo y a los
clasicos; por esto, son precursores de la Revolución. Muchos de los principios de esta generación se ven
expresados en las políticas educativas y culturales de Vasconcelos.
José Vasconcelos logra su iniciativa respecto a la
creación de la Secretaría de Educación Pública
(SEP) y ocupa la titularidad el 28 de septiembre de 1921.