Nicaragua
La literatura
niacaragüense, se encuentra en constante crecimiento, y se remonta desde antes
de la llegada de los españoles a América.
Inicios
Tiene sus comienzos en la era prehispánica, en el Canto al Sol de los nicaraguas,
escrito en idioma náhuatl, que se ha preservado oralmente 1]
Cuando se mete el sol, mi señor, |
Me duele, me duele el corazón. |
Murió, no vive el sol, |
el fuego del
día. |
Te quiero, yo te quiero, |
fuego del
día, no te vayas, |
no te vayas fuego. |
Se fue el sol. |
Mi corazón llora.[2] |
También se conservan lamentos chorotegas, de la era colonial, que cantan sobre
los extenuantes trabajos que debían realizar al servicio de los españoles
conquistadores:
Aquéllos son los caminos |
pordonde íbamos a servir a los cristianos; |
y aunque trabajábamos mucho, |
volvíamos al cabo de algún tiempo |
a nuestras casas |
y a nuestras mujeres |
e hijos; |
pero ahora vamos sin esperanza |
de nunca más volver,' |
ni de verlos, ni de tener más hijos.[3] |
También de la época colonial es la obra el Güegüense (el Viejo, en náhuatl) , o
Macho Ratón.[4] De autor anónimo, es una comedia bailada, la única obra teatral
de origen prehispánico que se conserva hasta la actualidad, que trata sobre un
drama dinástico Maya del siglo XV.[5] Cantada originalmente en náhuatl, fue
evolucionando, incluyendo partes en castellano, y expresa en las versiones
posteriores el rechazo local a la dominación hispana, de manera burlesca y
creativa:[]
Güegüence: Pues, squé es lo que quiere, señor Capitán Alguacil Mayor? Alguacil:
Reales de plata, Güegüence.
Güegüence: tAh redes de plato. tAh
muchachos: sallí están las redes de plato que trajimos de la Conchagua?
Don Forcio (hijo de Güegüence): Ahí están, papito.
Güegüence: Señor Capitán Alguacil Mayor: tenemos muchos platos.
sDe qué clase los quiere: de china o de barro.
Alguacil: Ni de china ni de barro. Yo no quiero platos, Güegüence.
Güegüence: sY qué cosa, pues, señor Capitán Alguacil Mayor?
La obra es considerada un símbolo de identidad por el pueblo nicaragüense,
llegando a ser declarada opr la UNESCO Patrimonio Vivo, Oral e Intangible de la
Humanidad.[5] En la actualidad se representa en las calles, durante la tercera
semana de Enero, durante la celebración de San Sebastián.[6] En 1942 fue
recopiladoe impreso en un libro por primera vez, siendo sus canciones fueron
grabadas en 1950.[6]
Hernando Domínguez Camargo (Bogotá, 1606 - Tunja, 1659),
sacerdote jesuita y escritor. Influenciado notablemente por el gran
poeta barroco Luis de Góngora y Argote, haría parte del llamado Barroco de Indias, en donde también se ubica a
Sor Juana Inés de la Cruz. Sus obras más reconocidas son su relato épico Poema
heroico de San Ignacio de Loyola (1966) y Ramillete de varias flores poéticas (1967).
Francisco Álvarez de Velasco y Zorrilla (Bogotá, 1647 - Madrid,
1708) era hijo de un oidor neogranadino y de la hija
de un oidor de Quito.
Desde muy temprano recibió formación religiosa y ejerció la
vida política. Su obra fue recogida en el libro Rhytmica
Sacra, Moral y Laudatiria. Al contrario de Domínguez Camargo, era un
gran admirador de Francisco de Quevedo y era reticente con respecto al
gongorismo, con la excepción de Sor Juana Inés de la Cruz a quien le escribió
desconociendo que había muerto. Velasco y Zorrilla asume el nuevo lenguaje
americano -sus modismos- con orgullo, por lo que se ha ganado el reconocimiento
como
'primer poeta americano'. También se le atribuye ser precursor del
neoclasicismo. Se destaca su poema Vuelve a su quinta, ah friso, solo y viudo
en donde relata el triste reencuentro del hombre viudo con suhogar y cómo la
ausencia de su amada transforma el ambiente para el que llega y para los que
están.
Francisca Josefa del Castillo (Tunja, 1671 - 1742).
Religiosa tunjana, reconocida como
una de las autoras místicas más destacadas de América Latina, llegando a ser comparada con sor
Juana Inés de la Cruz.
Literatura de la
Independencia
La Batalla de Boyacá selló la independencia de Colombia.
La literatura colombiana durante los convulsionados
años de la Independencia, así como
todas las antiguas colonias españolas en el continente, se vio influenciada por
el ánimo político, lo que determinó el pensamiento y el estilo de los autores
criollos.
La literatura colombiana no deja de ser heredera de la hispánica y aquel sabor
independentista e inconforme ante el estado de cosas coincide a la vez con el
romanticismo en boga que dominaría todo el siglo XIX en Colombia. El de la
Independencia se ha considerado como un período de transición entre
el Neoclásico y el Romanticismo. Es un Romanticismo incipiente donde aparece la
glorificación de la naturaleza americana, la exaltación de la lucha por la
libertad, el canto a los héroes, la expresión de sentimientos apasionados.
Se destacan
José Celestino Mutis (Cádiz, 1732 - Bogotá, 1808). El sacerdote y científico
español es bien conocido por sus estudios botánicos y sus dibujos de la flora americana.
También hizo estudios lingüísticos sobre los idiomas
indígenas nativos. Su obra más conocida es Flora de la Real Expedición
Botánica del
Nuevo Reino de Granada : 1783-1816.
Francisco José de Caldas (Popayán, 1768 - Bogotá, 1816).Apodado El sabio por su
erudicción, escribió sobre la geografía del país.
Simón Bolívar (Caracas, 1783 - Santa Marta, 1830). El discurso político de
entonces, liderado por el propio Libertador, marcaría fuertemente la vida
literaria del
país.
Antonio Nariño (Bogotá, 1765 - Villa de Leyva, 1823). Nariño representa al
intelectual de la época, una figura fundamental en el naciente periodismo
republicano, así como
un importante actor político y militar. Su traducción de los derechos del
Aunque tuvo un comienzo excepcional, la literatura
nicaragüense no se desarrolla de la misma manera que sus pueblos vecinos. Se
mantiene eminentemente rural y oral, destacándose las leyendas y los cuentos de
camino (como
el del Tío Coyote y el tío Conejo), donde lanimales antropomorfizados
protagonizan historias claramente relacionadas con las deidades indígenas. La []literatura escrita se mantuvo casi exclusivamente en manos
de extranjeros, que narran sus viajes por la regón. En este sentido se puede
destacar Décadas del Nuevo Mundo, de Pedro Mártir de Anglería, escrito entre
1494 y 1526, Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1552), de Fray
Bartolomé de las Casas,[7] y Los viajes de Tomas Gage por La Nueva España
(1648), escrito por el fraile irlandés Tomás Gage.
Siglo XIX
En un periodo en que la mayoría de la población es analfabeta,[7] nace en
Nicaragua uno de los más grandes escritores de habla hispana: Rubén Darío, que
inicia el movimiento modernista.[9] Darío inició su carrera literaria en Chile,
al publicar en 1888 uno de sus más importantes libros, Azul.
Siglo XX
Un poeta importante es Pablo Antonio Cuadra (1912), dinamizador de la revista
Vanguardia desde 1928, y cuya obra, a partir de sus Canciones de pájaro y
señora (1929 - 1931), se extiende hasta los años setenta con Poemas
nicaragüenses (1930 - 1933), Canto temporal (1943), Himno de horas a los ojos
de Nuestra Señora (1946 - 1954), Poemas con un crepúsculo a cuestas (1949 -
1956 yCantos de Cifar (1971). Ernesto Cardenal (1925), sacerdote profundamente
vinculado al sandinismo, es autor de una poesía inspirada en ideales
revolucionarios, Hora cero (1956), Salmos (1964), Homenaje a los indios
americanos (1970) y Canto Nacional.