Existen varios aspectos: es una oportunidad de
iniciación en la lectura, es una posibilidad de intercambio y
adquisición de conocimiento, se promueven autores que estan
surgiendo.
Los eventos mas importantes en lo que se refiere a libros, son las
ferias, exposiciones donde las editoriales presentan los nuevos
volúmenes y permiten que los lectores revuelvan, estén en
contacto con los libros y se lleven aquellos que les gustan.
Existen muchas modalidades de ferias del libro, algunas se realizan a la
intemperie, colocando carpas en una calle o en una plaza, como lo son la feria
de Madrid, Barcelona y Las Palmas, otras, como la de Buenos Aires, se
hacen en un recinto cerrado, en este caso es la sede de la Sociedad Rural
Argentina.
Existen ferias del
libro profesionales, a las cuales acuden sólo personas que trabajan
en el sector, y mixtas, donde participan los profesionales y cualquier
persona que lo desee, estas últimas estan abiertas a todos los
públicos y generalmente para participar hay que pagar una entrada.
Principales ferias del libro a nivel mundial
Los principales organizadores de la feria del libro son los libreros y
editores, pero reciben el apoyo de consejerías, equipo del gobierno
encargado de la cultura y los medios locales, para la difusión del
evento. A él concurren personas de todas partes, y pese a que la
lectura no es una actividad que pueda decirse que esta de moda, para
estasfechas suele haber un cambio aparente en la
mentalidad de las sociedades y cada vez sorprenden mas los
números de los concurrentes a estos eventos.
Entre las ferias mas importantes del
mundo se encuentran: la de Frankfurt, la de Sao
Paulo, la de Guadalajara, la de Buenos Aires, la de Londres, la de Madrid
y la de Chicago
La importancia de este evento
La feria del
libro es una oportunidad única para los aficionados a la lectura para
conocer nuevos autores, editoriales y demas. Los lectores son los
protagonistas de este evento, sin ellos no
sería posible, por eso la importancia cultural de la feria del libro reside en
quienes la visitan por sobre los que la organizan y participan de forma
profesional de ella.
Para los autores noveles también es una oportunidad única, pues
pueden darse a conocer en editoriales o contactarse con editores, conocer
lo que se esta vendiendo en el mercado, acceder a recursos de
promoción y muchos otros, que pueden ayudarlos a mejorar en la escritura
y convertirse en escritores que publican.
una época en que no escasearon los hombres abominables y geniales.
Aquí relataremos su
historia. Se llamaba Jean-Baptiste Grenouille y si su nombre, a diferencia del
de otros
monstruos geniales como De Sade, Saint-Just, Fouchè Napoleón, etcétera,
ha caído en el
olvido, no se debe en modo alguno a que Grenouille fuera a la zaga de estos
hombres célebres
y tenebrosos en altanería, desprecio por sus semejantes, inmoralidad, en
una palabra,
impiedad, sino a que su genio y su única ambición se limitaban a
un terreno que no deja huellas
en la historia: al efímero mundo de los olores.
En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas
concebible para el
hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores
apestaban a orina, los
huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata, las
cocinas, a col
podrida y grasa de carnero; losaposentos sin ventilación apestaban a
polvo enmohecido; los
dormitorios, a sabanas grasientas, a edredones húmedos y al
penetrante olor dulzón de los
orinales. Las chimeneas apestaban a azufre, las curtidurías, a
lejías causticas, los mataderos, a
sangre coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus
bocas
apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los
cuerpos, cuando ya no eran
jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos. Apestaban
los ríos, apestaban las
plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los
puentes y en los
palacios. El campesino apestaba como el clérigo, el oficial de artesano,
como la esposa del
maestro; apestaba la nobleza entera y, si, incluso el rey apestaba como un
animal carnicero y la
reina como una cabra vieja, tanto en verano como en invierno, porque en el
siglo XVIII aún no
se había atajado la actividad corrosiva de las bacterias y por
consiguiente no había ninguna
acción humana, ni creadora ni destructora, ninguna manifestación
de vida incipiente o en
decadencia que no fuera acompañada de algún hedor.
Y, como es natural,
el hedor alcanzaba sus maximas proporciones en París, porque
París era la mayor ciudad de Francia. Y dentro de París
había un lugar donde el hedor se
convertía en infernal, entre la Rue aux Fers y la Rue de la Ferronnerie,
o sea, el Cimetiére des
Innocents. Durante ochocientos años se había llevado allí
a losmuertos del
hospital H4tel-Dieu
y de las parroquias vecinas, durante ochocientos años, carretas con
docenas de cadaveres
habían vaciado su carga día tras día en largas fosas y
durante ochocientos años se habían ido
acumulando los huesos en osarios y sepulturas. Hasta que llegó un
día, en vísperas de la
Revolución Francesa, cuando algunas fosas rebosantes de cadaveres
se hundieron y el olor
pútrido del atestado cementerio incitó a los habitantes no
sólo a protestar, sino a organizar
verdaderos tumultos, en que fue por fin cerrado y abandonado después de
amontonar los
millones de esqueletos y calaveras en las catacumbas de Montmartre. Una vez
hecho esto, en
el lugar del
antiguo cementerio se erigió un mercado de víveres.
Fue aquí, en el lugar mas maloliente de todo el reino, donde
nació el 17 de julio de 1738
Jean-Baptiste Grenouille. Era uno de los días mas calurosos del año. El calor
se abatía como
plomo derretido sobre el cementerio y se extendía hacia las calles
adyacentes como
un vaho
putrefacto que olía a una mezcla de melones podridos y cuerno quemado.
Cuando se iniciaron
los dolores del
parto, la madre de Grenouille se encontraba en un puesto de pescado de la Rue
aux Fers escamando albures que había destripado previamente. Los
pescados, seguramente
sacados del Sena aquella misma mañana, apestaban ya hasta el punto de
superar el hedor de
los cadaveres. Sin embargo, la madre de Grenouille no percibía el
olor a pescado podrido o acadaver porque su sentido Política de privacidad