Había una vez un
niño llamado Juan Jacobo, era muy simpatico y cuando le
preguntaban su nombre no sabía pronunciar su apellido, decía que
era como un
trabalenguas y siempre lo decía titubeando.
Una tarde, mientras se paseaba en un columpeo del parque, una niña le
preguntó ¿tu conoces bien esta ciudad?,
!Sí! Contestó Jacobo yo
nací aquí, se llama Ginebra!, entonces la niña le dice !es
bonita, pero me gusta mas mi pueblito!, mmm ¿y cómo es tu
pueblito? contesta Jacobo, !es pequeño, se
llama Tangamandapio esta entre unas montañas!, !orale, me
gustaría conocerlo! Dice el niño.
De pronto, su padre le grita desde su pequeño puesto de relojes Hey Jacobo, ven aca hijo!, !ya voy papa! Responde el niño y se despide de la pequeña.
Juan Jacobo era huérfano de madre y lo criaba su papa con ayuda
de su tía materna. Por las tardes su padre lo educaba
en su casa; juntos leian novelas sentimentales y biografías de personas
importantes.
Como no asistía a la escuela, trabajaba como
aprendiz con un notario y con un grabador, pero éste lo trataba muy mal
y le pagaba muy poco. Entonces Jacobo habló con su padre y le dijo que
ya no quería trabajar con ellos. Su papa
decidió enviarlo a laciudad de Annecy,
Saboya en 1728, porque consideraba que a los dieciseis años ya
sabría cuidarse solo.
En esa ciudad se encontró con un señor del clero, platicaron
mucho, el señor lo invitó a comer una torta y durante la
platica lo convenció de que se cambiara a la religión
católica, luego lo bautizaron y el clérigo le presentó a
la señorita Warens y se hicieron buenos amigos, con el paso del tiempo
se enamoraron y se casaron.
Pasaron diez largos años en los cuales Jacobo leyó,
estudió, realizó obras literarias, aventuras, viajes y se
separó definitivamente de su esposa y para no pensar tanto en ella se iba al gimnasio a hacer un poco de ejercicio para
seguirse manteniendo con buena salud.
Una mañana lluviosa Juan Jacobo observaba por la ventana y pensaba
profundamente; éste decidió marcharse a París a presentar un proyecto sobre nuevos signos para la música a la
gran Academia de Ciencias, pero desgraciadamente fue rechazado.
Al paso del tiempo compuso la ópera Les Muses galantes y la
señora d'Épinay lo contrató como secretario de embajada de
Venecia, allí trabajó varios años pero quiso regresar a
París para reencontrarse con la señorita Thèrése
Levasseur, su eternaenamorada con la que decidió unir su vida y tuvieron
cinco hijos.
Cinco años después, en 1749 Jacobo realizó un viaje a Díderot
con su familia y se enteró por el periódico de una convocatoria
que decía “Gran concurso de discursos en la Academia de
Dijón este lunes 29 de Octubre”, muy emocionado se preparó
y asistió al lugar a presentar el suyo sobre “las ciencias y las
artes”, entonces le otorgaron el primer premio de moral.
Al siguiente año, en 1750, su discurso fue publicado y causó
bastante polémica entre la sociedad, entonces Juan Jacobo exclamó Este es el comienzo de mi fama!, lo cual le obligó
a proseguir por la misma línea. Decidió ganarse la vida como copista de música y
volvió a Ginebra, tenía tantos recuerdos de esa ciudad que se
propuso volver a adquirir sus derechos como
ciudadano y dio su discurso sobre “el origen de la desigualdad entre los
hombres”.
Juan Jacobo Rousseau siempre decía Los
hombres son inocentes y felices, pero la cultura y la gente hacen la
desigualdad entre ellos, en especial porque establecen la propiedad y eso les
acarrea la infelicidad!
Algunas personas no estuvieron de acuerdo con su forma de
pensar y tenían malas actitudes hacia él.Esto lo hizo sentirse
incómodo y rechazado, así que se fue a vivir a una casa en el
campo que le prestó su amiga d'Épinay en 1755.
El aire fresco de la naturaleza y el ambiente tranquilo de ese
lugar hacían que se sintiera un poco mejor. Y escribió un libro llamado “Emilio O de la
Educación”.
Se enteró que todas sus obras escritas estaban siendo
rechadas en varias ciudades, incluso en Ginebra. En
1763, Rousseau desesperado escribió una carta a Christophe de Beaumont
en la cual se expresaba defendiendo sus obras.
Nadie le hacía caso, su casa era apedreada por la gente, y lleno de
temor se marchó a la Isla de Saint-Pierre donde se encontró con
su amigo David Hume quien lo invitó a trasladarse a
Inglaterra.
Pero Juan Jacobo se sentía perseguido y desconfiaba hasta de su amigo
David; un día huyó angustiado y
volvió a Francia pero con el nombre de Renou, allí se casó
por el civil con su esposa Thèrése Levasseur en 1768.
Volvió a copiar música, clasificar hierbas y escribir
sobre botanica también publicó confesiones de 1767 a 1771.
Y en 1778 se trasladó a Ermenonville, al castillo
del
marqués de Girardin y desgraciadamente el gran Juan Jacobo Rousseau
falleció de aplopejía.