El porfiriato había llegado ya a la
cúspide de su poderío; pero al restaurarse la República,
el país estaba en bancarrota; los capitales mexicanos estaban escondidos
y lo extranjeros aún no venían; el transito del
desastre al progreso aparente, que había sido laborioso ante propios y
extraños. Hubo que restaurar el crédito y ello
sólo a base de grandes sacrificios. Era
común que las personas que no podían ganarse la vida de otra
manera abrieran su propia escuela. Era posible porque el plan de
estudios era muy reducido, tan solo comprendía lectura, escritura y algo
de aritmética, ademas no habiendo normal se tenía que
emplear a maestros empíricos.
La tesis, sobre estos cambios, era que don Porfirio, había modificado
profundamente las condiciones del país, que lo
había transformado en un incipiente estado capitalista aunque, para
lograrlo, se hubiera apoyado en las viejas estructuras feudales,
restaurandolas e, incluso confiriéndoles poder y riqueza sin
precedente.
Conjurado el peligro de dominación extranjera representado por la
invasión francesa y el imperio de Maximiliano, México puso sus esperanzas de progreso y bienestar en el capitalismo
industrial, entonces ya en ascenso acelerado.
Interés sobresaliente del imperialismo yanqui en México, fue la
construcción de una extensa red de ferrocarriles, y aunque no le
preocupaba muchoel servicio que con esto se hacia nuestro país, sino el
que dos modos, contribuyo a la organización de una red de comunicaciones
que se extendía a casi toda la nación, en 1900 ya habían
alcanzado un nuevo impulso la minería, la agricultura, las explotaciones
forestales, la navegación y otros signos innegables del progreso; el
desarrollo de la industrialización, de la alimentaria y de otras
industrias de transformación.
En 1901 baranda cometió un desliz
político, estableció contactos con un jefe militar, el general
Ignacio a. bravo, jefe de la compañía contra los mayas rebeldes.
Su entrevista en peto, tubo funestas consecuencias para el ministro pero
favorables para el general, con inesperada rapidez, funciono la maquina
informativa de los científicos, y el funcionario de justicia e instrucción
se vio obligada a demitir. Baranda renuncio y se fue del país para
siempre, y no solo eso, los gobiernos baranditas de Yucatan y Campeche
empezaron a declinar, y en 1902 cayeron definitivamente.
Justino Fernandez se hizo cargo de la secretaria de justicia e
instrucción pública, Él propuso la creación de una
subsecretaría, y como encargado de ella a Justo
Sierra. Para este
tiempo y las ideas habían evolucionado, y no se basaron ya en el
positivismo de Gabino Barreda, y se concentró en renovar la obra
educativa de Baranda.
Pero la obrade Justo Sierra no se detuvo, en 1903 hizo una propuesta de ley en
el que diferenciaba los conceptos de “educación” e
“instrucción”, decía “Las escuelas primarias
oficiales seran esencialmente educativas; la instrucción en ellas
se considerara sólo como un medio de educación”, de
aquí en adelante estos dos conceptos se entendieron de manera diferente,
ahora la educación no era sólo la transmisión de conocimientos,
sino el desarrollo de “capacidades natas”.
La misión del
maestro no solo era inculcar conocimiento a los alumnos, si no educarlos, esto
es ver por el desarrollo integral del
niño en sus partes física, moral e intelectual. Al tratar de
crear la escuela surge en el acto la necesidad de formar al maestro, así
para levantar los institutos de instrucción primaria.Los normalistas de
aquella época, especialistas todos de reconocida competencia,
habían acostumbrado a oír lecciones verdaderamente originales y
llenas de ciencia.
El desarrollo industrial, agrícola, ganadero, forestal y minero mostraba
la impresión de una marcha acelerada hacia el progreso.En 1867 el
país estaba en bancarrota, los capitales mexicanos estaban escondidos y
los extranjeros aun no venían y habían mucho proceso al desgaste
aparente y había sido laborioso para propios y extraños. Se tuvo
que restaurar el crédito y ello solo a grandes sacrificios.Los capitales
extranjeros solo se invertían en industrias extractivas es decir en la
explotación despiadada de los recursos naturales, de nuestras materias
primas y en casos especiales como el henequén y el
chicle, semielaboradas.
Don Porfirio había observado profundamente los condiciones del
país transformado en un incipiente estado capitalista aunque para
lograrlo se hubiera apoyado en las viejas estructuras feudales,
restaurandolas, confiriéndoles poder y riquezas sin precedentes,
conjurado el peligro de dominación extranjera representado por la
invasión francesa y el imperio de Maximiliano, México puso sus
esperanzas de progreso y bienestar en el capitalismo industrial, entonces ya en
acenso acelerado. Estados unidos se atuvieron a los nuevas
condiciones de México, al afecto aprovecharon los servicios de caudillo
que gobernaba a México, y su buena disposición para todo lo que
representaba progreso.
El los recursos naturales de nuestro país recibiendo de tales
círculos expansionistas a cambio el apoyo y los medios para consolidar
su poderío imponer la paz y conquistar el prestigio de
ser un gobierno fuerte que tanto bien le haría en escala internacional.
De todos modos en 1900 ya había alcanzado un
nuevo impulso la minería, la agricultura, las explotaciones forestales,
la navegación y otros signos innegables de progreso.